Lobas contra leones
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de Canción de Hielo y Fuego es propiedad de George R.R Martin.
Este fic participa del Reto #37: "Drabbles de Casas Mayores" del Foro "Alas Negras, Palabras Negras".
Casa: Stark.
I.
La prisionera
—¿Acaso intentas matarme, niña ingenua?
Sansa se sobresalta al escuchar la voz de su esposo. Tyrion Lannister tiene los ojos cerrados, dándole una expresión serena a su rostro, algo que crea un contraste con el rostro de ella que está contorsionado en una mueca de susto.
—Yo no intentaba matarle.
—En el arte de matar eres pésima y aún más lo eres mintiendo. Apuesto que tienes esa almohada entre tus bellas manos, para brindarme más comodidad —una sonrisa irónica atraviesa su boca torcida—. Tu miente y yo fingiré que te creo, así nos llevaremos bien.
—¡Yo no miento!
—Tienes razón, no mientes y es por esa misma razón que eres la prisionera de mi hermana. De no haber delatado a tu padre, te encontrarías en Invernalia, con tu señora madre y tus hermanos.
Las palabras del enano le atraviesan como una daga envenenada la profunda y lacerante herida que tiene abierta en el pecho. Sansa sabe que su falso amor por el Rey Joffrey le llevó a cometer el peor error de toda su vida: la cabeza de su padre en una pica.
—¿Cree que no pienso en ello a menudo? Cada día al amanecer y cada noche al atardecer, pienso en las posibilidades pero ellas se escurren de mis manos, en un futuro incierto y en un pasado que no puedo cambiar, por más que lo desee fervientemente.
II.
La fugitiva
«Los odio por igual a cada uno de ellos pero sobre todo a Joffrey, él fue quien dio la orden.»
No existe momento en que Arya de la Casa Stark deje de pensar en los nombres que componen su basta lista y las tantas maneras de llevar a cabo su venganza de una vez por todas.
—¿Odiando de nuevo, mi señora?
Es la voz de Gendry que atraviesa el claro del bosque y llega hasta donde se encuentra. Arya mueve su brazo como Syrio le enseñó en Desembarco del Rey y golpea el costado del chico con el palo.
—Ya te he dicho que no me llames de ese modo —dice con el ceño fruncido—. Soy Arry, ¿recuerdas?
—Es que me siento irrespetuoso si le llamo de otro modo.
—¡Gendry! Olvídate de todos esos formalismos. Arya Stark murió en la capital, yo soy Arry.
—Eres Arry —repite como asimilando sus propias palabras—. Eres Arrn, el niño que odia. Eres Arry, eres el niño que susurra tantos nombres de noche que no puedo recordarlos cuando amanece. Eres Arya Stark, quien finge ser Arry y eres una fugitiva.
Gendry le deja nuevamente sola y Arya repite en voz baja cada uno de los nombres que componen su lista.
«Juro por los dioses antiguos y nuevos que no tendré piedad con los Lannister. Joffrey y Cercei deben temer.»
