Sus pies iban a una dirección para luego corregirse a sí mismo e ir por otra. ¿Norte, sur, este u oeste?
¿Dónde ir? ¿Dónde huir?
—¿Qué pasa, gatito?
Su voz lo detiene completamente y se siente colgando de un hilo.
—My Lady... —su voz sale ahogada. No se esperaba encontrarla ahí.
Por otro lado, la heroína lo encontró de paso y no pudo -a pesar de lo tarde que iba- hacer como si no lo vio, mucho menos si lo veía tan desorientado.
—Luces perdido, gatito.
Ella bromea y él se sorprende de que haya acertado.
—Estoy perdido.
—¿Sucede algo? —pregunta con preocupación al notar las pupilas del felino. Temblorosas, preocupadas y mostrando incertidumbre.
—No sé dónde ir —suspira y se lleva una mano por sus cabellos— No sé que estoy haciendo la verdad... —ríe sin humor— Me pelee con mi padre y ahora solo quería escapar, pero no sé a dónde.
Ladybug se acerca a él. Extiende un brazo, apoyando su mano en su hombro, dándole apoyo. Chat Noir sonríe. Era tan amable.
—¿Huirías conmigo?
Ella se sorprende por la petición, su boca se abre unos centímetros y la cierra con firmeza. Aparta su mano, antes de pronunciar seria: "No"
—Yo... —inicia— No creo que escapando te vaya a ayudar —agrega— Deberías volver, tu padre estará preocupado...
Traga saliva y se queda mirando sus ojos azules. Esos ojos que...
—Tal vez no sepa dónde ir, pero al ver tus ojos se dónde quedarme.
Sus pupilas se dilataron por sus palabras.
—Irónico, la verdad —añade— Porque cada vez que veo tus ojos, me pierdo en tu mirada.
Las mejillas de Ladybug enrojecen.
—¿No vas a escapar? ¿No? —pregunta, intentando borrar el rubor mientras mira hacia otra parte.
—No, solo lo haré si es contigo —espeta con una coqueta sonrisa, ella se estaba quemando viva al vislumbrarla de reojo— Y ya que no quieres todavía hacerlo... Umm, voy a volver a casa —dice en tono despreocupado. Ladybug lo mira con impresión.
Con eso dicho, se despide de ella dándole un beso en el dorso de su mano, su mirada luce seria antes de encaminarse a su hogar, quien tiene como objetivo llegar antes que su padre descubra que había desaparecido de su habitación. Esa, ahora se da cuenta fue una acción muy tonta, tal cual para un gato tonto.
Por otra parte, cuando Ladybug recupera el color natural sus mejillas, retoma su camino hacia el encuentro con sus amigas... ¡Por los Miraculous! ¡Otra vez, se le hacía tarde!
