FANTASIAS DE REYES.
Personajes: Darién y Serena
El doctor y la enfermera
Ya eran las 6 de la tarde cuando el doctor Darién Chiba preparaba sus cosas para ir a su departamento. Nuestro doctor estaba concentrado completando las fichas de los pacientes que no se percato de una bella y sigilosa enfermera ingresaba a su consulta.
Poco a poco nuestra bella enfermera se fue acercando a nuestro apuesto doctor, mientras el firmaba las fichas, nuestra enfermera sacó de su delantal un pedazo de tela que utilizó como venda para el doctor.
Solo en el momento en que todo se volvió oscuro, nuestro doctor se dio cuenta que algo no andaba bien y comenzó a inquietarse. Preguntando: ¿Quién anda ahí y por que me han vendado los ojos?, la enfermera delicadamente vuelve a sacar un par de telas y le amarra las manos de su estimado doctor. Viendo que el está inquieto con voz seductora le susurra en los oídos ""mmmm, solo vengo a visitar a mi doctor para que haga una revisión general de mi salud"".
El doctor al sentir el aliento cálido en su oído, se estremece , con voz ronca y sexi dice: ""para ser un diagnóstico de su salud es necesario que vea quien es mi paciente y que con mis manos analice cada parte del cuerpo"".
Pero la enfermera muy astuta, se acerca nuevamente al medico y le dice: mmmm, pero para lo que yo quiero que analice solo necesita su vista, lentamente baja a su boca, presiona sus labios con los labios del doctor, dando un beso lleno de pasión, delicadamente pasa su lengua por el labio inferior de docto, para que este le de paso a su lengua para empezar una danza llena de pasión, cuando a los dos les falta el aire, se separan de ese arrollador beso, la enfermera tiernamente quita la venda de los ojos del doctor, para que este empiece su análisis de salud.
Después que al doctor le fue quitada la venda, parpadea varias veces hasta lograr enfocar claramente a su paciente, dándose cuenta que esta era nada y nada menos que su incondicional enfermera. Pero con un atuendo bastante especial, su pelo dorado caía libremente en su espalda, resaltando sus bellos risos que llegaban a su pequeña cintura, una faldita diminuta que no cubría lo suficiente sus generosos glúteos, y mostraba en toda su extensión esas piernas que todos los días ansiaba ver. En la parte superior solo tenía un pequeño sostén de encaje que hacía juego con el color celeste de su pequeña faldita. En conclusión su recatada enfermera era todo una tentación. Después de semejante visión no se podía ver una reacción más lógica en el, su miembro ante tal imagen se puso duro como roca dispuesto a todo para dar la batalla con semejante mujer.
La enfermera a ver semejante reacción del doctor sonríe inocentemente, lleva unos de sus dedos a la boca y lentamente empieza a lamerlo, ante tal acto nuestro doctor traga grueso, respira profundamente y dice: creo que el que necesita un chequeo medico soy yo, puedes tomar mis signos vitales por que creo que me estas matando. La enfermera sonríe dulcemente y se acerca al doctor, osadamente se sienta en sus pierna y pega su cuerpo a dorso del doctor, pone sus labios en el cuello y dice: no creo que mi adorado doctor este a punto de morir, por que su pulso esta muy acelerado y mmmm (refregándose de manera descarada sobre el pantalón del doctor, donde se ve claramente su miembro excitado) dice: mmmm creo que nuestro amigo también esta muy vivo.
El doctor lentamente va desatando la tela que sostiene sus manos, sin que nuestra inocente enfermera se de cuenta. Lentamente la enfermera desabrocha cada uno de los botones de la camisa del doctor, repartiendo besos, mordidas y lametazos en todo su torso, teniendo como respuesta que el miembro del doctor se endurezca más y más.
Al llegar a los pantalones del doctor, la enfermera delicadamente desabrocha el cinturón, bajando el cierre del pantalón y con ello los bóxer del doctor, logrando así liberar su pene grueso y largo listo para darle placer, alza su mirada hacia el doctor, el cual se respira agitadamente, poco a poco nuestra enfermera lame sus labios lentamente y acerca su cara al pene de nuestro doctor. Con su mejilla acaricia el tronco del pene, y delicadamente expulsa su aliento en la cabeza del pene. Poco a poco con su pequeña lengua recorre el miembro del doctor, dando ocasionalmente pequeñas mordidas, con su manos toma el tronco de pene acariciando este de arriba a bajo a un ritmo condenadamente lento. El medico al ver que no iba a aguantar mucho más tal tortura en un movimiento rápido suelta las telas de sus manos, toma el rostro de su bella enfermera y la besa con pasión. La enfermera sin saber como reaccionar ante tal ataque de su doctor se deja llevar por ese beso hasta perder el aliento. El doctor aprovechando la distracción de la enfermera, la toma en brazos y en un movimiento rápido la pone sobre su escritorio, botando todas cosas que este tenía encima, se acerca al rostro de la enfermera y vuelve a besarla apasionadamente, con su manos desabrocha el pequeño sostén liberando los senos duros y firmes de su bella enfermera, con sus pulgares comienza a masajear los pequeños botones que sobresalen de sus maravillosos seños, se acerca lentamente a ello y con lengua comienza a succionar como bebe el seno derecho y con su mano masajea el seno izquierdo, repitiendo la operación varias veces. Luego de unos segundos aplicando tal tratamiento solo en aquella consulta se escucha los jadeos interminables de la bella enfermeras y los roncos gruñidos de nuestro doctor.
Cuando el doctor ve que el tratamiento aplicado esta alcanzo los resultados esperado, desciendo una de sus manos a la tierna y deliciosa vagina de su enfermera, para masajear con alevosía los pliegos y el clítoris de la bella enfermera, lentamente desciende su rostro hacia el centro del placer de nuestra enfermera sin dejar de lado las caricias y besos por todo du cuerpo. Lame lentamente los pliegues de su vagina, y hunde uno de sus dedos en el canal de esta. Luego de varios movimiento entrando y sacando sus dedos, en un gran grito de placer nuestra enfermera se libera en un potente orgasmos. Pero nuestro doctor que aún no ha sido satisfecho, toma su miembro suavemente y lo guía a la entrada de la vagina de su enfermera, introduciéndolo poco a poco, esta aun no recuperándose de su orgasmo lanza un gran gemido cuando se ve invadida por el pene del doctor, cuando su cuerpo se acostumbra a tal intromisión comienza el baile de pasión, en un vaivén delicioso, que los hace ver estrellas. Después de 3 horas haciendo ese útil ejercicio y ya perdiendo la cuenta de los orgasmos alcanzados, se recuestan tranquilamente en la camilla del consultorio. Donde la enfermera apoya su cabeza en el torso del apuesto medico y le dice: ahora estas de acuerdo que no es mala idea jugar con nuestras fantasías.
El apuesto doctor acariciando el pelo de su enfermera contesta: creo que tus juegos son maravillosos, pero para la próxima vez yo seré el que cumple una de mis fantasías, aunque no estaría mal tener de ves en cuando la visita de tan bella enfermera.
La enfermera sonriente le contesta: mmm, esta enfermera aun no termina su turno, se anima mi amado doctor Chiba a otra ronda?
El doctor en un movimiento rápido se pone encima de la enfermera y de una sola estocada hunde su miembro en las profundidades del templo del placer de su enfermera, para continuar su examen minucioso de salud diciendo: será todo un placer mi amada Serena ver tu estado de salud, pero a primera vista solo puedo decir que usted sufre de mucha calentura y tengo el remedio exacto para bajar esa fiebre. ¿te parece que volvamos a casa, eso si después de esta ronda?, mañana no tengo turno y me muero por verte de nuevo con este trajecito y no dejarte salid de nuestra cama todo el fin de semana.
Serena le contesta: mira que bien, después que no querías hacerme un análisis, resulta que me secuestraras todo el fin de semana, jajajajaj, me parece bien muero de ganas de recuperar todas las horas extras que me abandonaste en casa.
Darién contesta: lo siento amor, pero si el dejarte sola, permite que te vea aquí y me desees más, seguiré trabajando.
Espera un momento, que quiero a mi marido sin estress para seguir haciendo el amor con el, así que mejor dame tiempo de calidas, o si no la que te secuestre seré yo.
