Todo pertenece a Martin
"Esta historia participa en el reto 95 del foro Alas Negras, Palabras Negras".
Nota de autor: Estos pequeños Drabbles forman parte de una serie de fics unitarios que forman parte del universo de mi fic "Winter Roses "- para los interesados pueden leerlo en mi perfil-, aunque tranquilamente pueden leer estos drabbles por si solos dado que también son compatibles con el canon de George Martin en su mayoría
Leer el fic escuchando la canción: Little Lies de Fleetwood Mac
I
Oídos sordos
Ella no se enorgullecía de lo que había hecho esa noche, pero ya no podía evitarlo, solo eso podría reparar de alguna manera su error. Mas sin embargo por mucho que le pesara el daño ya estaba hecho y no había vuelta atrás.
El propio maestre se lo había confirmado hacia dos días.
Luego de saber esta noticia, ella había abandonado la torre del maestre y con el beneplácito de su marido se excuso de despedir en aquella ocasión al rey, quien esa misma tarde se disponía a volver a Desembarco del Rey.
Permaneciendo así en sus aposentos durante el resto de la jornada y parte del día siguiente, mientras que en su mente, cargada de vergüenza por su acto de debilidad, sopesaba sus posibles opciones, bien podría tomar el té de la luna y hacer como si aquel desafortunado desliz jamás hubiera pasado, pero sin duda eso levantaría sospechas y con ellas los rumores, malditos rumores que amenazaban con hundirla en la más honda vergüenza.
Si tan solo su esposo no deseara tanto un hijo, todo sería más fácil pero muy a su pesar él lo deseaba: un hijo para ser su heredero y luego si los dioses eran buenos, una hija para casarla con el príncipe heredero.
Que iluso era, Aerys nunca lo permitiría; el estaba determinado a mantener su línea de sangre puramente Targaryen, si tan solo la princesa Shaena hubiera vivido más tiempo, quizás él hubiera enterrado esas ideas absurdas, pero con la prematura muerte de la niña, no habían hecho más que resurgir con mucho mas fulgor que antes.
Y valga la ironía allí estaba ella cargando su semilla.
Más sino hacia algo pronto su traición se descubriría, al fin y al cabo era bien sabido que durante la estadía del rey en Roca Casterly ellos no habían compartido la cama como marido y mujer, debido a las múltiples actividades que les habían mantenido separados, ya que, no todos los días se ha de recibir a un rey.
Fue así, que esa misma tarde se entrego a las oraciones en el Sept hasta que la noche se hizo presente en el cielo para luego dirigirse a los aposentos de su esposo quien gustoso la recibió con los brazos abiertos como siempre, haciéndole así más fácil el entregarse a él esa noche.
De ese modo fue que a través de falsas lagrimas de alegría por la tan esperada intimidad compartida y promesas de amor eterno, ella pudo plantar las semillas de aquel engaño en tierra fértil. Al fin y al cabo bien sabia que ya no tendría que preocuparse por los rumores que pudieran surgir, ya que solo una palabra suya bastaría para que él hiciera oídos sordos a todos ellos, ahora solo le restaba esperar y rezar a los Dioses, para que su niño no naciera con ojos violetas.
