INTRODUCCIÓN
¿El mundo es perfecto? ¿Nosotros lo somos? Esta es la pregunta a la que se afrontan día tras día la mayoría de adolescentes, una pregunta que les hace pensar que tienen al mundo a sus pies o que el mundo les pueda dar la espalda en cualquier momento.
Ella creía ser el dios de su destino, nadie podía mandarle, nadie podía exigirle nada. Era libre o eso creía...hasta que conoció eso a lo que la gente común le llama AMOR, para ella era lo más despreciable, no entendía porque a ella... y porque con él.
Su mundo era perfecto, tenía todo a sus pies: dinero, chicas, popularidad. Pero no se sentía completo, no era feliz, ¿por qué tenía que llegar ella a arruinar su mundo?, ¿por qué no era como las demás chicas que se derretían cada vez que él las miraba? Tenía a todas las chicas a sus pies, pero justo ella, quien no lo soportaba…ella tenía que ser la dueña de sus pensamientos, era la que lo despertaba en las noches ya que no la dejaba de pensar.
Ambos con personalidades totalmente opuestas, encontrándose en un sitio donde hallarán gente distinta, con diferentes pensamientos y actitudes, entrarán a un mundo nuevo donde se verán tentados a cosas que algunos no verán como malas, abriendo los brazos y aceptarlas, donde otros pondrán resistencia por su propio bienestar. Es así como para unos el mundo que les era perfecto, se vuelve imperfecto porque se nos cruza una persona que a primera vista nos parce imperfecta, pero al final nos termina haciendo perfectos.
CAPITULO 1.
Noticia inesperada
Paris - Francia, 09:00 am
Cierto pelinegro se encontraba en su habitación, su mirada estaba fija en la puerta delante de él, esperando a que alguien entrara. Al parecer adivino, ya que abrió la puerta un chico parecido a éste pero con el cabello largo y unas rayas a cada lado del rostro.
- ¿a qué hora piensas bajar a saludar a nuestros padres...Sasuke? - preguntó el recién llegado.
- hmp, para lo que me importa que hayan llegado..., además tengo cosas importantes que hacer - dijo Sasuke volteando el rostro - ya quedé con Naruto y…- fue interrumpido por el otro chico.
- pues eso no te tomará más de 15 minutos..., vamos Sasuke no seas así, ¡¿he!? - comentó el otro chico mientras tomaba del brazo a su hermano.
- ya Itachi, suéltame, yo puedo bajar solo –
- ok, entonces bajemos juntos - contestó el mayor. Los dos muchachos bajaron a saludar a sus padres, que se encontraban en el recibidor de la casa.
- Sasuke, mi amor, ¿cómo estás cariño? - cuestionó una señora de mirada dulce y cabello negro atado en un moño muy elegante - te extrañé - y tomó del brazo al chico dándole un beso en la mejilla.
- hola madre, padre - dijo esto volteando a saludar al hombre que tenía a la izquierda. Éste al verlo frunció el ceño y habló:
- ¿no pensabas bajar a saludar a tus padres...Sasuke? -
- claro que no padre, Sasuke iba bajando cuando lo intercepte en el camino - contó Itachi un poco nervioso y sonriendo.
Fugaku, ese era el nombre del padre de los chicos, era un hombre de apariencia amargada y un poco molesta, tenía el cabello oscuro y dos rayas en el rostro semejantes a las de Itachi.
- cielo, está noche tendremos una cena de negocios con los Hyuga y no estaremos en todo el día con ustedes - comunicó la mujer de nombre Mikoto.
- hmp, como si fuera la primera vez que nos dejan solos - bufó con reproche Sasuke.
- si los dejamos solos no es porque queremos, debemos trabajar para que tengan todo lo que quieren y necesitan, eres un desconsiderado y mal agradecido - regañó Fugaku a su hijo.
- padre, Sasuke lo sabe, no le hagas caso, ya sabes cómo es - defendió Itachi a su hermano.
- hijo, no nos digas esas cosas por favor - pidió la señora.
- pues que les vaya bien en su almuerzo o cena de negocios, yo tengo cosas que hacer - dijo Sasuke, mientras caminaba a la entrada del salón y salía a la calle.
- que muchacho para majadero - miró su reloj - ya vámonos Mikoto, estamos tarde - ordenó a su mujer.
- Itachi, llama a tu hermano y dile a donde va - exclamó la mujer preocupada.
- fue con Naruto madre, él esta con su familia acá - respondió el chico a su madre.
- vámonos ya mujeeer - grito desesperado Fugaku.
- voyyy, ok amor cuídate y perdón - salió corriendo la señora dándole un beso fugaz a su hijo mayor.
- adiós madre, padre - se despidió el chico, mientras veía a sus padres desaparecer por la entrada - rayos... ahora que hago, Sasuke se fue y me dejó solo..., llamaré a Nagato para que me cuente que tal le fue a Yahiko en su cita con Konan -
Lisboa - Portugal
Sonaba en un bar el último hit de la famosa Tsunade "hime", cuando entró por la puerta un muchacho un poco extraño, traía unos lentes oscuros que le cubrían casi toda la cara, además llevaba una gorra y una polera con capucha. Éste chico traía un pantalón ancho y se veía muy pequeño y delgado para ser un varón.
- ¿puede cambiar de emisora? - pidió el chico al hombre que atendía en la barra.
- lo siento chico, pero es la última canción de la "princesa" y a todos les gusta - dijo señalando a las demás personas que se encontraban en el bar.
- hmp, como si cantara tan bonito, valla suerte que tiene esa vieja - rezongó el "chico".
- oye has venido a criticar lo que se escucha o vas a consumir algo - exclamó molesto el tipo.
- dame una cerveza - exigió el chico malhumorado.
- pues muéstrame tu identificación, acá no vendemos alcohol a menores de edad - acotó el hombre.
- ¡rayos!, de saber que este bar era de esos me hubiera ido al de al frente, total acá hay demasiados - respondió mientras se levantaba para salir del lugar.
- ¡ja!, mocosos - resopló el hombre mientras le subía más volumen al radio.
Afuera del lugar
- no puede ser, hasta en estos lugares tengo que escuchar a esta tipa - exclamó el chico quitándose los lentes y mostrando que poseía unos hermosos ojos verdes.
Camino y camino, hasta llegar al centro de la ciudad y vio que ahí había un pequeño festival, así que decidió observar a todos los artistas que paseaban en el corso. Estuvo un buen rato mirando hasta que su teléfono sonó.
- ¿qué quieres Shizune? - contestó el "chico" a la persona que lo había llamado - ya te dije que no quiero hablar con ella...no, dile que iré luego... si lo haces no regreso... está bien... - luego cortó la llamada.
- ¡oye! tú, ¿no eres de acá cierto? - preguntó un hombre que lo había estado observando mientras hablaba por celular.
- que te importa - respondió el chico mientras le daba la espalda para continuar su camino.
- pues me importa mucho - dijo esto tomándolo del brazo - me gustan tus zapatillas y tu celular - continuó el tipo mientras sujetaba al chico con fuerza.
- por tu bien más te vale soltarme ahora - ordenó el muchacho - te arrepentirás si no lo haces -
- ¿así?, y que piensa hacerme un debilucho como tú, ¿piensas golpearme?...jajaja...no me hagas reír no eres más que un... - no pudo continuar, ya que un golpe bajo lo hizo arrodillarse del dolor - m-mal-maldi-to - exclamó mientras veía al muchacho correr hacía la multitud.
...
- idiota, creía que conmigo iba a poder - comentó el chico mientras sonreía solo, más sus sonrisa duró poco cuando vio a unos hombres vestidos de negro que lo empezaron a seguir - no es cierto, como me encontraron... maldición - exclamó mientras caminaba entre la multitud.
Como pudo logro escabullirse entre la multitud, hasta llegar a una zona donde no había nada de gente - como siempre escape de esos ineptos - comentó para sí mismo.
- valla, valla, pero si es el principito de hace unos momentos - dijo un tipo que salía de una de las casas de por ahí.
- ¿tú? - preguntó el chico al percatarse que salían más tipos de todos lados - ¿qué es lo que quieres?, ya te dije que te meterás en problemas - resopló.
- el único que estará en problemas eres tú, sujétenlo - ordenó el tipo a sus secuaces.
Como pudo el chico se liberó del agarre de los primeros tipos, pero éstos eran demasiados así que empezó a forcejear con ellos, tirando patadas y puñetes que les caían a algunos y que otros esquivaban. Pero como la mayoría siempre gana esta no fue la excepción, todos los hombres lo sujetaron hasta dejarlo de rodillas con los brazos hacía atrás.
- quítenle los lentes y la capucha - ordenó el primer tipo.
- "no" - pensó el chico.
Los hombres hicieron lo que se les ordenó y quitaron los lentes al chico, se sorprendieron al observar que tenía unos hermosos ojos, pero más sorprendidos quedaron cuando al quitar la gorra y la capucha que traía el "chico", dejaron caer un hermoso cabello largo y rosa. Todos se quedaron estupefactos, pero reaccionaron al escuchar la voz del primer tipo que al parecer era su jefe.
- pero miren que sorpresa, el debilucho principito no es nada más que una chica..., muy bonita por cierto - dijo esto último con un tono desconfiado.
- sí, soy mujer y ¿qué?, piensan golpearme...háganlo no les tengo miedo - retó la chica a los tipos.
- tengo planes mejores para ti princesita - contestó el hombre mientras se acercaba a la chica y se arrodillaba a la altura de ella.
- idiota, no les tengo miedo - mintió la chica mientras miraba a los ojos al hombre. Decir que no tenía miedo era una total mentira, era uno contra diez, la posibilidad de salir viva de ahí era muy remota.
- eres muy valiente, pero tú que crees...eso me encanta más - dijo esto último acercando sus labios a uno de los oídos de la chica.
- ¡suéltenme! - gritó - se van a arrepentir, malditos - continuó, pero por ahí no había más gente.
- esto te va a gustar pequeña, llévenla a la casa de Martín - ordenó el jefe.
Los hombres obedecieron al jefe, estaban poniendo de pie a la chica, cuando de pronto aparecieron los tipos de negro que anteriormente estaban siguiendo al chico, que al ver la escena se abalanzaron encima para salvar a la chica.
- ¿pero q...? - ya no pudo seguir diciendo más porque un puñete le estampo en la cara.
- eso es para que no te vuelvas a meter conmigo, IMBECIL - exclamó la chica que al haber sido liberada por los matones, había corrido donde el jefe y le había dado tremendo golpe en la cara.
- señorita, ¿se encuentra usted bien? - preguntó la única mujer de todos los tipo de negro.
- estoy bien Helga - exclamó en un tono molesto la chica - dame los lentes - prosiguió.
Uno de los recién llegados se le acercó a la chica para darle un teléfono, al parecer alguien quería hablar con ella - es su padre - avisó el joven.
- ¡ach!, esto es lo único que faltaba - exclamó mientras recibía el teléfono - ¿qué? - contestó.
- ¿qué demonios estás haciendo Sakura? - riñó el hombre por el teléfono.
- solo estaba divirtiéndome, pero estos tipos quisieron asaltarme y yo no me deje - contó la chica.
- tu madre está muy preocupada, estuvo llamándote, ¿dónde tienes el celular? - siguió riñendo el hombre.
- se quedó sin batería, además ya estoy en camino, en el hotel te hablo... adiós - dijo esto mientras tiraba el teléfono al piso y lo pisaba - tú - dijo mirando al dueño del teléfono - toma - exclamó a tirarle el celular de ella - lo necesitarás - fue lo último que dijo mientras se dirigía al auto que se había estacionado al frente y por donde habían bajado más hombres vestido igual a los anteriores.
- Sakura, ¿estás bien cielito? - preguntó una mujer rubia, luego de bajar corriendo del auto.
- miren quien llego...ahí estoy bien, ¿no me ves? - soltó Sakura a la mujer mientras se resistía al abrazo que le había dado.
- e-ella es... -logró decir un asaltante, pero no pudo continuar porque recibió la patada de Helga.
- hija, no sabes que susto acabo de tener por tu paseo a estos lugares - contó la mujer mientras seguía abrazando y besando a su hija.
- ya te dije que estoy bien, ya suéltame, que no puedo respirar - se quejó la muchacha.
- ¡Sakura! ¿Por qué escapaste?, me tenías preocupada - regañó la mujer.
- ¿ya empiezas?, vamos al hotel y allá me dices lo que quieras... nos observan - expresó la chica mientras señalaba a uno de los asaltantes que estaba observándolas.
- está bien, sube tu primero - "ordenó" la mujer mientras hacía subir a su hija al auto.
- e-es la "pri-princesa Tsu-sunade, Tsunade hi-hime - exclamó uno de los asaltantes - te amo princesa - gritó el hombre.
- ¿ah? - dijo la mujer al escuchar el grito - hola - le sonrió al tipo para luego subir al auto.
Francia
Dindong, dindong sonaba el timbre de cierto departamento en un barrio muy lujoso, de Paris; este departamento era grande, como una casa.
- ya va - corría una chica a abrir la puerta. Se sonrojo al hacerlo, ya que vio parado allí hay un muchacho muy guapo - bu-buenos días - como pudo dijo.
- hmp "y esta ¿quién es?", estoy buscando a Naruto, soy Sasuke - habló el muchacho.
- e-el joven Naruto e-está en su habitación, a-ahora mismo l-le comunicó que t-tiene visita - respondió la chica, nerviosa por la mirada intensa del pelinegro.
- ¿quién es, Shirley? - se escuchó la voz de una mujer desde dentro de la casa, para luego salir de una habitación - pero si es Sasuke, ¡hola! pasa hijito - comentó la mujer mientras se acercaba al muchacho - ella es Shirley y es nuestra nueva ayudante de cocina, ve y llama a Naruto niña.
- s-sí, ahora lo hago señora - contestó la muchacha.
- seguro te pasa esto siempre ¿verdad? - preguntó la mujer, que tenía el cabello de color rojo, muy guapa ella.
- hmp - "respondió" Sasuke.
- no sabía que estabas acá, Naruto no me lo dijo... ¿toda tu familia también vino? - continuó la mujer, que al parecer gustaba de hablar mucho.
- si...pero mis padres fueron a una reunión con los Hyuga - contestó el chico.
- así, me enteré que quieren hacer unos negocios además... - siguió hablando sola la mujer, pues al parecer al chico no le interesaba nada de eso.
- "tsk, ¿a qué hora vendrá Naruto?, su mamá no para de hablar, ya veo a quien salió, pobre tío Minato, con estos dos acá debe vivir un infierno" - pensaba Sasuke.
- ¡teme! ... te tardaste - exclamó un rubio bajando por las escaleras.
- ¡YA TE DIJE QUE NO ME! Digas teme, dobe - reclamaba Sasuke, al darse cuenta que no estaba en su casa callo.
- Naruto, ¿qué modales son esos? - regañó la pelirroja.
- ¡hay mamá!, no me regañes, Sasuke y yo nos tratamos así - comentó el rubio mientras hacía un puchero.
- mi amor, no te pongas así, no quería regañarte, solo... ¿me perdonas? - dijo la mujer como si le hablara a un bebé.
- "pero que le pasa a la tía, valla ahora ya se a quien se parece Naruto" - pensaba Sasuke con una gotita en la cabeza.
- bueno ma' no te preocupes, el tem digo Sasuke y yo tenemos cosas que hacer - soltó para luego coger al pelinegro del brazo y arrastrarlo hacía su habitación.
- ¡niños! - exclamó la mujer - ¡HEEYY!, tú niñaaa, despiertaaa - riñó a la chica que se había quedado hechizada por el pelinegro - a trabajar -
- s-si señora -
- dile a Naruto que iré al club con Karura Sabaku No - avisó la mujer mientras cogía las llaves de su auto.
En la habitación...
- oye dobe, ¿qué rayos...? - lo interrumpió Naruto.
- mi madre ya se fue, vallamos a un lugar muy cool en la ciudad - expresó con mirada y voz picarona.
- ¿ah?, ¿qué lugar?, explícate - ordenó
- pueees, mira - le extendió un papel de colores - iremos allí -
- el chico leyó lo que decía el papel - ¡ja!, no te prestaré mi auto -
- no lo necesito - sonrió mostrándole unas llaves mientras las movía de allá para acá.
- dobe, no crees que estás jugando con fuego -
- no me digas que tienes miedo, Sasuke-teme gallina - empezó a fastidiar el rubio -
- cállate dobe, yo no tengo miedo a nada, pero ¿esas no son las llaves del tío Minato? -
- sip, mi auto está en reparación, ya sabes yo quería color naranja y -
- y lo pintaron rosa, hmp, típico de ti -
- bueno vendrás conmigo ¿sí o no? -
- claro, quiero ver cómo te hacen papilla en la corrida de autos - se burló Sasuke.
- por supuesto que no perderé, saldré triunfador y todas las chicas de la escuela querrán salir conmigo - dijo esto con pose de héroe.
- lo que tú digas, pero ya vámonos ¿no?, aquí dice 12:00, y son las 11:35 -
- si tienes razón ya vámonos - cogió al pelinegro de la camisa
- ¿porque haces lo mismo siempre? - reclamó Sasuke, soltándose del agarre, y así salieron de la casa dejando a una Shirley con corazoncitos en los ojos.
Lisboa
Entraban a una zona residencial un auto lujoso de un color muy llamativo ¨rojo pasión¨, y detrás de él venían dos autos más pequeños negros. Al detenerse los tres autos, del rojo bajo a toda prisa una peli rosa, azotando fuertemente la puerta.
- Sakura, espera, es una orden - gritó desesperadamente una rubia mientras salía detrás de la chica.
- ¡ach!, ¿ahora qué quieres?, ¿me darás un sermón en la calle? - respondió dándose la vuelta para encarar a su mamá.
- no, entremos juntas - tomó del brazo a su hija -
Las dos mujeres entraron a la casa, mientras que detrás de ellas se acercaban los demás tipos de negro.
- me dirás ¿por qué escapaste? - cuestionó la mujer -
- ya te dije que no escapee, solo quería explorar, me aburro metida en estas cuatro paredes, ¿no lo entiendes? -
- valla al fin llegan - se escuchó la voz de un hombre mientras salía al recibidor donde estaban las dos mujeres.
- ¿qué rayos haces aquí? - exclamó molesta la chica.
- yo lo llamé Sakura - respondió la mujer rubia.
- pero… ¿por qué? -
- ¿por qué?, preguntas que por qué...soy tu padre si no lo has olvidado -
- aquí el que olvida las cosas es otro - bufó Sakura.
- no vine para escuchar tus tontos reclamos, solo estoy aquí para darte una noticia muy importante - anunció el hombre de cabello rosa.
- pues fíjate que no estoy dispuesta a escuchar tu dichosa noticia - rezongó Sakura caminando hacía las escaleras.
- Sakura, espera... lo que tiene que decirte tu padre es importante, escúchalo por favor - rogó la mujer.
- Tsunade, no le ruegues, va a tener que escucharme aunque no quiera -
- pues te oigo ¡PAPITO! -
- el hombre sonrió de forma maquiavela - estoy harto de tu comportamiento Sakura, así que tú decides, o cambias tu manera de ser o -
- ¿o qué?, vas a castigarme, me quitaras las tarjetas de crédito, pues toma no las necesito -
- no me refería a eso - avisó el hombre - es simple, te llevaré conmigo a Israel, y estarás lejos de tu madre -
- ¿qué? - miró extrañada a la mujer que estaba tras el hombre - Tsunade, ¿no dirás nada? -
- hija él también tiene derechos sobre ti, así que volveremos a Japón y estudiarás allí -
- o si decides continuar con tu vida de relajada, vendrás conmigo - afirmó el hombre.
- yo no iré contigo así sea el fin del mundo, en cuanto a ti - miró a su madre - esto, no te lo perdonaré nunca - y subió las escaleras a toda velocidad.
- te dije que esa niña necesitaba una correa - refunfuñó el hombre.
- cállate, jamás estuviste con ella, así que no tienes ningún derecho en reclamar nada, lo único que te pido es que la dejes en paz, volveremos a Japón y estará en el colegio que elegiste para ella, no te permitiré que la separes de mí... ¿escuchaste? -
- ya te dije, no quiero que ande en problemas, los chismes vuelan y su comportamiento perjudica mi carrera de ministro, si tú no la controlas tendré que hacerlo yo - fue lo último que dijo el hombre y salió de la casa azotando la puerta.
- ¡Sakura! - exclamó tristemente la mujer.
...
- esto no puede ser - gritó muy enojada la peli rosa.
- tenía una vida en Inglaterra, estúpido viejo, pero esta me las pagas...jamás iré contigo, no me importa si debo ir a un colegio de hijos de ladrones como tú o lo que sea, prefiero eso a que estar contigo - resopló enfadada, para luego tomar una maleta y empezar a meter su ropa.
- TOC, TOC- sonó la puerta.
- tsk, ahora que quieres - soltó la chica.
- Sakura d-debemos irnos, el vuelo sale en dos horas - comentó una chica de cabello negro asomando la cabeza por la puerta.
- ... ¿El indeseable ya se fue?- preguntó Sakura
- s-sí, tu padre ya no está, dijo que tenía una reunión y - fue interrumpida.
- no me importa lo que haga ese tipo Shizune, solo quería saber si estaba o no - caminó hasta la puerta - que alguien lleve la maleta - y salió del cuarto. Bajó corriendo las escaleras y se encontró con su madre.
- hija, hablemos - pidió la rubia de ojos cafés.
- ¿qué quieres?, yo no qui - no pudo continuar maldiciendo porque su madre la había tomado por sorpresa y le estaba dando un abrazo - ¿qué...? -
- perdóname... por no haberte contado esta noticia, sé que es inesperada, creí que solo eran amenazas pero cuando lo llame me dijo lo que pensaba, no quiero que te aleje de mi cariño - sollozó la mujer.
- o-oye, estas dejándome sin poder respirar..., y si me molesta que él haya tenido que decírmelo, pero prefiero quedarme contigo que irme a vivir con ese tipo - escupió la chica con rencor en cada palabra.
- no hables así, él es tu padre, aunque no lo quieras -
- mira, si vas a decirme lo mismo de siempre, pierde cuidado, al que le guardo rencor es a él, y ya suéltame - exclamó Sakura alejándose de su madre - Shizune dijo que el avión salía en 2 horas así que vámonos ya - afirmó y salió a la calle.
- Shizune te esperamos en el auto - gritó la rubia mientras se secaba las lágrimas con un pañuelo que nadie sabe de dónde saco - perdón Sakura -
Francia
- eres un idiota Naruto - gruñía un pelinegro.
- ya Sasuke, ya no me digas nada - exclamaba un rubio con aura deprimente a su alrededor.
- sabía que ibas a perder, pero dejar así el auto del tío... eso no lo creí... -
- ¿qué haré?, debes ayudarme teme, estas embarrado igual que yo -
- yo no fui quien se andaba luciendo como todo un ganador antes de la carrera -
- oye, si ese bastardo no se hubiera atravesado en mi camino, ahora estaría celebrando con las chicas - sollozaba el rubio a lado de un auto destrozado completamente -
- hmp, apuesto $100, a que el tío Minato te cuelga en la entrada de tu casa -
- claro que no, mi madre me ayudará lo sé, pero...necesito dinero, ¿me prestas? -
- ¡ja!, ¿es broma?, aun no me has devuelto lo que te preste las vacaciones pasadas -
- pero Sasuke, creí que me habías regalado ese dinero...no importa, mira lo que encontré en casa - sonrió Naruto mientras sacaba de debajo del asiento del auto un cofre mediano, bañado en plata y oro, con piedras preciosas incrustadas en él -
- ¿de dónde sacaste eso dobe? - preguntó preocupado el pelinegro.
- lo encontré en la vitrina de mi madre, creo que lo compró en uno de sus viajes, porque tenía un poco de tierra extraña que ya tiré - expresó con orgullo el rubio.
- ¿tierra extraña?, ¿y qué piensas hacer con eso? -
- lo empeñaré para pagar el seguro del auto de papá, luego cuando regrese al colegio ahorraré y vendré a buscarlo...total no creo que mamá lo noté -
- ¿y qué harás con la tierra que tenía? -
- pues le pondré un poco de arena de mar, ya que la anterior era casi igual -
- hmp, pues no creo que los tío te dejen regresar a Francia cuando estén en España, además el tío es exigente con eso de las clases -
- yo ya veré como me las ingenio -
- teme, creo que no será necesario que regreses a tu casa - exclamó Sasuke con la mirada apuntando detrás de Naruto.
- ¿qué?, ¿por qué? -
- ¡NARUTOO!, ¡¿QUÉ LE HICISTE A MÍ AUTOOO?! -
Bueno...este es mi primer fic -esta...algo emocionada...- al fin lo publique, espero les sea de su agrado y asi seguri escribiendo, porque si no lo es...de nada vale que me siga inspirando...bueno, disculpen mis horrores ortograficos si es que lo hubieran...y comenten para saber si les gusto y seguir subiendo capis...en fin...Paola muchas gracias...te re quiero...como siempre esto va dedicado a ti...gracias por todo...besos...y lean...XDXDXD
