Si gustan pueden saltarse este capitulo (que de hecho no me quedo tan bien como el segundo), y leer el resumen en el capitulo siguiente.

En serio, lo bueno empiesa despues y no me gustaria que jusgasen la historia por el primero.

Y Rock Lee y Shikamaru entran a ecena en el segundo XD.

En cerio, este capitulo lo hise a la carrera y queriendo acavar rapido para ir con lo que sigue.

1

Concepción

La luz del sol le daba de lleno en el rostro, sentía la arena debajo y las olas del mar que arremetían contra él. No tenia idea de dónde había naufragado, tal vez en algún sitio de Japón.

Semanas atrás, mientras él y su barco navegaban por el este de la India, una gigantesca flota de cuanto menos trescientos galeones británicos comenzaron a perseguirle durante dos meses hasta el sur de Japón. Ahí entraron en una fuerte tormenta y el resto es historia. No sabía que había sido de su barco, de sus hombres o de sus enemigos, pero él, el Capitán Jack Sparrow, seguía vivo, perdido, hambriento y con un pez en los pantalones que amenazaba con morder las joyas de la familia….pero vivo.

Se incorporó y miró a los lados examinando el terreno. Una silueta verde se acercó corriendo hacia él.

−¡Hola!- gritó Gai con su tono efusivo de siempre – ¿Estás perdido?

− Sí...

−¡Pues no te preocupes, extraño! Estás en la costa de Konoha, y yo soy Maito Gai, la bestia verde de Konoha –se presentó con un pulgar en alto- ¿Y tú quién eres? ¿De dónde vienes?

−Jack Sparrow, capitán Jack Sparrow, ¿Y doónde diablos queda "Konoha"?

−En el gran país del fuego, mi amigo.

- ¿Estoy lejos del Mar Caribe?

- ¿ Mar qué? No sé de que me hablas –contestó la Bestia Verde rascándose la cabeza- te llevaré con la Hokage, tal vez ella sepa dónde está ese mar, pues sabe muchas cosas - Gai rió, mientras cargaba al pirata como si fuera un caballito y emprendió el camino a la aldea.

Durante todo el camino, Gai estuvo hablándole de algo sobre la juventud, que su pasajero no lograba entender completamente; Jack por su parte, se dedicó a ignorar al ninja mientras intentaba fraguar un brillante plan para recuperar su nave, y regresar al Caribe, lejos de aquella flota Británica. Lo difícil de ésto era que no sabía dónde demonios estaba ni qué había pasado con su tripulación. Bueno, las complicaciones surgen, se consideran y superan; ya se le ocurriría algo.

−¡Hemos llegado! –anunció Gai.

Frente ellos una enorme muralla se erigía imponente. Un par de puertas metálicas igual de enormes que la muralla, con un símbolo pintado en rojo, se abrieron y entraron al complejo. Unas vez dentro, a su izquierda, un par de guardias con el mismo chaleco de Gai se acercaron.

−Gai, ¿dónde estuviste todo el día? La Hokage te está buscando para una misión, espe… - se interrumpió al ver la carga- ¿Qué traes ahí? No me digas que fuiste otra vez a recoger trapos viejos para teñirlos de verde, entiéndelo, no se venden.

−No soy un trapo sucio y viejo –contestó Jack mientras alzaba la cabeza un tanto molesto por el comentario. El segundo guardia se partió de la risa.

Él y Gai siguieron caminando por una calle que iba derecho a la torre Hokage. El pirata casi se había asombrado por la imponencia de los muros de la aldea y encontrarse con una ciudad en ruinas. A su alrededor, la gran mayoría de lo que solían ser casas y edificios estaban completamente destruidos, y otros estban cerca de estarlo.

−Disculpe, Gai, ¿Qué paso aquí?

−¿A qué te refieres?

− A que todo está en ruinas.

Gai se paró en seco y puso una cara seria.

−Hace poco el Nanadaime murió en batalla

−¿Nanadaime?

−El líder de la aldea-contestó Gai

−¿Un sólo hombre se enfrentó contra un ejército?

− ¿Ejército? No, es que se emborrachó y empezó a perseguir un mapache por toda la aldea pensando que era el Shukaku; al final selló al mapache en su cuerpo con una técnica de auto sacrificio y murió- contestó Gai con la naturalidad de quién oye hablar de eso todos los días.

Finalmente llegaron a la torre Hokage; confiaré en que ustedes son buenos fans de Naruto y no me molestaré en describirla. Subieron por la escalera hasta la oficina, Jack ya podía caminar él mismo.

- ¿Qué me traes Gai?-pregunto la Hokage

− Encontré a este amigo en la playa.

− Bienvenido a Konoha, ¿de dónde vienes y cuál es tu nombre?

−Soy el capitán Jack Sparrow, soy pir…soy marinero mercante – se apresuro a corregir-. Si fuera tan amable de proporcionarme un mapa y decirme dónde demonios estoy, se lo agradecería.

Tsunade busco en un cajón de su escritorio un mapa del continente, se lo mostró y señalo Konoha. Jack no tenia ni la menor idea de dónde estaba, nunca había visto ese mapa, ni oído hablar del País del Fuego, y eso que él había estado en muchos rincones del mundo.

−¿Esto es un archipiélago de Oceanía o del sureste de Asia?

−Parece que estás muy muy lejos de casa − comentó Gai

−Gai tiene razón, no conozco Asia u Oceanía – Tsunade hizo una pausa. ¿Gai tiene razón? La última vez que eso había pasado Pain ataco la aldea, algo terrible estaba por suceder.

−Oh..¿Y conocen el Mar Caribe?

− No.

−Ahora atrévanse a decirme que no conocen ninguna parte del Imperio Británico –dijo Jack exasperado.

De nuevo la respuesta fue negativa. Olío su propio aliento, no estaba ebrio, todo esto le planteaba una macabra posibilidad.

−¿Estoy en los dominios de David Jones?-preguntó asustado ante tal situación.

− No, somos parte del País del Fuego, y no sé quién es David Jones

Buena noticia: no estaba muerto; mala noticia: seguía perdido. Tsunade, por otra parte, tenia una idea de lo que podría estar sucediendo, el porqué ninguno de los dos sabía nada del mundo del otro.

−Gai, ¿dices que lo encontraste tirado en la playa?

−Sí, Tsunade-sama. Justo aquí- Gai señaló en el mapa el lugar donde había encontrado a Jack.

−Ya veo, Gai, ¿podrías dejarnos solos? –pregunto la godaime con toda seriedad

−¿Por qué?

−Porque yo lo digo

−¡¡Yosh!!

Gai salio de la oficina dejándolos solos, Tsunade se acercó a un librero y saco un libro muy grueso, tenía una pasta rojo sangre y con una M como titulo.

Se sentó y abrió el libro, "Capitulo 6: Los cuatro triángulos" y aparecía un planisferio.

−Mire Jack, el autor de este libro, un tal Maravillante, nos habla de la existencia de otras dimensiones, o universos paralelos además de este, y también describe distintas maneras de viajar de uno a otro. Una de ellas-Tsunade señaló una parte del mar en el mapa- son los triángulos dimensionales. Jack, ¿ha oído alguna leyenda sobre una zona en el mar donde desaparecen los barcos y no vuelven a saber de ellos, o dónde el tiempo es extraño y las brújulas se vuelven locas?

Jack de inmediato pensó en la famosa zona del triangulo de la Bermudas, entre Cuba y Florida, y su contraparte ubicada exactamente al otro lado del globo, el triángulo del Dragón, al sureste de Japón. Pensándolo bien, estaban navegando muy cerca de ahí antes de naufragar.

− Sí, y de hecho estaba navegando cerca de una de ellas antes de naufragar

− Pues Gai le encontró a usted muy cerca del triángulo de mi mundo, ¿todo esto es difícil de creer verdad?

Jack conocía y había comprobado la realidad de una leyenda parecida al entrar y salir de los dominios de David Jones, pero esta historia se ganaba el premio de los más fantástico que había oído.

−Un poco. Ahí dice cuatro triángulos, yo solo conozco dos.

−Los otros dos siempre están exactamente en los polos Norte y Sur

−Por lo que entiendo –dijo Jack más en confianza al conocer su situación-, sólo necesito regresar ahí para marcharme por dónde vine. Necesito un barco, al menos siete u ocho hombres y…

− No es tan simple- le interrumpió la Hokage- en cada portal se tiene acceso a todas las dimensiones, pero no son sólo dos o tres. Maravillante escribe en su libro que cada vez que alguien imagina algo o alguien, se crea una nueva dimensión. Ésto supone que existen miles de millones de dimensiones, y el barco tiene que pasar por el punto exacto, en el ángulo exacto, de no ser así caería en una dimensión desconocida sin posibilidades de regresar. Imagine que divide un transportador - instrumento de geometría- en lugar de 90 grados, en 999,999,999,999,999 grados y tenga que navegar en una dirección exacta.

Idea.

Jack metió inmediatamente la mano en su bolsillo y la encontró, su brújula que no apunta al norte seguía ahí. Este descubrimiento significaba libertad, que podía ir a donde sea, cuando sea, a cualquier dimensión y sin perderse gracias a su brújula, mas no tenia ninguna intención de decírselo a la mujer frente a él, si lo hacía intentaría quitársela y la oportunidad se iría.

− Insisto en que me dé la oportunidad de regresar a mi tierra, mar o lo que sea –dijo Jack en su primer intento de conseguir un barco "por la buenas".

−Si tiene familia lo lamento, pero ya no hay posibilidad de regresar.

Podría intentar robar el barco, podría, pero al ver los destrozos que una sola de estas personas había hecho en la aldea, intentó hacerlo una última vez diplomáticamente. Su experiencia le dejó varias lecciones, entre ellas "El alcohol es la segunda mejor arma de convencimiento". La primera era un mosquete cargado entre los ojos dispuesto a volarle los sesos, pero no tenia uno, así que busco algún licor con la mirada a su alrededor, pronto ubicó un par de botellas con unos kanjis sobre una mesa.

−Haré que se le busque un empleo aquí en Konoha o puede ir al País del Agua, ahí hay mucho comercio marítimo, o podría…

­¿Qué es esto?-Interrumpió jack acercándose y examinando una de las botellas.

− Se llama sake, es un licor.

Jack no lo pensó dos veces y empezó a beber una, a su vez se acercó a ofrecerle a Tsunade la otra……esta aceptó.

Cabe mencionar que había varias botellas escondidas en puntos estratégicos de la oficina de la Hokage para que Shizune no las encontrara, más tarde serian consumidas.

A la mañana siguiente...

−Tendrás tu barco, y 20 chunin para tripularlo, no, es más, ¡te los regalo! –gritó eufórica la Hokage como si no hubiera un mañana

La explicación sobra.

Misión cumplida, ahora eran las 8:00 a.m., mañana a las 7:00 a.m. zarparía su barco. Decidió ir a explorar la aldea, en otra dimensión tiene que haber cosas interesantes. Los konohenses se habían levantado desde muy temprano para empezar su jornada reparando los destrozos del Kyubi borracho. Jack se detuvo en una tienda de armas, ningún mosquete, pero encontró una bonita y en extremo afilada espada del lejano oriente, el hombre de la tienda la decía katana, la compró con algo de dinero local robado. Entre otras cosas, compró una brújula que SI apuntaba al norte, unos papeles que explotan, y, aunque tuvo que recorrer toda la aldea para encontrarla, halló una tienda que la vendía, la niña de sus ojos, la botella de ron.

Al final del día, se hospedó en un lujosos hotel -cortesía de las carteras robadas-. A la mañana siguiente, fue al puerto donde lo esperaban veinte tipos con chaleco verde y un barco cargado de provisiones. Zarparon con rumbo al triángulo dimensional, y luego, adónde apuntara su brújula.

Los veinte chunin aceptaron la orden de Tsunade de preparar el barco, las provisiones y obedecer ciegamente a Jack Sparrow con algo de recelo, pero hace pocas semanas que la Hokage había instituido en Konoha "La ley de Herodes" como una norma oficial, desde luego sin consultar antes al consejo, pero el punto es que sólo podían obedecer, y prestarse por completo a las exigencias del nuevo capitán (nada yaoi).

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Mientras la nave se alejaba y se perdía de vista, la Hokage despertaba en su escritorio con tremenda jaqueca.

−Ow…¿Qué fue lo que pasó? –se pregunto confundida.

Nueve meses después…

− Ya entendí lo que paso.

−¡Puje, puje!

−Estoy pujando, ¡¿Qué no me ves pujando, inútil de mierda?!− Tsunade estrecho la mano del médico a su lado, hasta el punto de triturar sus huesos en pequeñas astillas

−¡Suélteme vieja bruja.! ¡Ah, mi mano! - se quejó.

−Ésto va afectar al bebé − dijo Shizune para sus adentros−. Ésto y todo el sake que bebió Tsunade-sama durante el embarazo.

Tsunade sujetó al médico del brazo y lo lanzó fuera del hospital destruyendo la pared. El momento había llegado, el bebé del Capitán Jack Sparrow y la Hokage Tsunade Senju nació; un bebe rubio, ojos azules, aparentemente sano, y el único caso en todas las dimensiones existentes, de un recién nacido que salió positivo a la prueba del alcoholímetro. Esta es la historia de su vida. Lean y disfrútenlo…pero podrían no hacerlo.

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Dedicado a todo aquel que haya creado un OC.

Beteado por: Heros