Santana se levantó como lo hacía rutinariamente. Se sentaba al borde de su cama buscando sus pantuflas, una vez que las tenía, se dirigía al baño para darse su ducha diaria, se miraba al espejo y cepillaba sus dientes. Nada fuera de lo común.
Una habitación a lado de la de la morena, se encontraba Brittany. Haciendo también, su rutina de la mañana. Se levantaba, hacía un poco de yoga, se duchaba, cepillaba sus dientes, buscaba en su armario su uniforme de porrista y se dirigía al comedor para iniciar con su desayuno.
Brittany bajaba por las escaleras tranquilamente cuando notó que ya su familia estaba sentada y lista para iniciar con el desayuno.
Se sentó a lado de otra chica con traje de porrista al igual que ella.
Brittany: Hola San – saludó para después sacar un suspiro largo y cansado-
Santana: Buenos días Britt – le sonrió a la otra chica-
-: Qué pasa Britt? Por qué ese suspiro tan largo? – preguntó con curiosidad-
Brittany: Hoy comienzan los exámenes y creo que no estudié lo suficiente – dijo mientras fruncía el ceño-
Santana: QUÉ?! HOY COMIENZAN LOS EXAMENES?! - preguntó exaltada casi derramando su desayuno-
-: No me digas…. No estudiaste. – Dijo con una mirada firme hacia la morena-
Santana: Pues… si lo dices así.. suena feo, mejor digamos que olvidé repasar – tratando de hacer sonreír a su madre, cosa que no funcionó-
-: Eso pasa porque tu madre las consiente demasiado, si tuviera un poco más de mano dura con ustedes, jamás olvidarían estudiar y seguramente serían las mejores de su clase.
Brittany: Yo soy la mejor de la clase – interrumpiendo-
-: Si, pero tu hermana no – dirigiendo su mirada a Santana-
-: Porfavor, no es para tanto, y qué si olvidó estudiar para un examen? Son de diagnostico, no son tan importantes. – dijo en tono suave, ganándose una sonrisa por parte de la morena-
-: Ves?! Es por eso que son así! Insisto en que las consientes demasiado! - subiendo la voz-
-: No es para que grites, ya después arreglamos esto, se les hace tarde para la escuela – mirando con reproche a la persona a su lado –
Santana: bieeeeen… me voy! – dijo levantándose rápidamente para dirigirse a la puerta-
Brittany: También me voy, nos vemos en la tarde –se despidió de ahí dejándole un beso en cada mejilla a las personas aún sentadas en la mesa-
-: Santana! Ten cuidado al manejar! – le gritó tratando de que la latina aún la escuchara-
Las chicas salieron de la casa para subirse cada quien a su coche y retirarse directo a la escuela.
Mientras, adentro una mujer pequeña y morena, veía a su acompañante en la mesa con reproche
-: Qué ocurre? – dijo sin entender la mirada de la morena-
-: Lo que ocurre, Quinn, esque creo que eres demasiado estricta con Santana – cruzó sus brazos a la altura de su pecho-
Quinn: Vamos Rach, no me vallas a decir que merece todas las cosas que tú y tus padres le compran, no hace más que causar problemas en el colegio y volverse más malcriada de lo que es. – Dijo reprochándole a la morena-
Rachel: De cuando acá es problema que consienta a mis hijas? – dijo con tono desafiante –
Quinn sólo la miro y bajo la guardia para acercarse a Rachel y tomarla de las manos.
Quinn: Bien, lo siento. Es sólo que…- suspiró- me preocupan, es todo. Santana se ha vuelto un caos en la escuela, y no es muy normal que te hablen cada 3 días de que tu hija hizo algo malo y es necesario que la retires de las instalaciones. –dijo tranquilamente-
Rachel: -suspiró- si, lo sé. Quizás podamos hacer algo. Te parece? – le sonrió a la rubia-
Quinn: Me parece perfecto – sonrió de vuelta-
Una vez dada por terminada la charla entre la morena y la rubia, se dieron un tierno beso que no duró mucho, ya que la rubia tenía que ir a trabajar.
Por raro que parezca, así eran todas las mañanas. Halagos para Brittany por sus avances en la escuela, y regaños para Santana porque no hacía nada más que causar problemas en el instituto.
