Hola a todas…
Se que deben estar pensando "Que le pasa a esta que en lugar de actualiza Un ángel en la obscuridad se pone a subir otras cosas", pero déjenme decirle que el siguiente capitulo de ese UA ya casi esta listo, solo que me falta un poquito…
Pero mientras estoy en eso me gustaría compartir esta historia con ustedes de antemano quiero aclarar que no es mía si no de otra colega Magali Sauceda… ah y los personajes como ya saben son creación de Naoko T…
Ojala la disfruten tanto como yo lo hice, otra cosa no quise modificar nada más que los nombres así que si hayan incongruencias no son mi culpa…
.
.
INFIELMENTE MÍO
.
Me casé completamente enamorada, llena de ilusiones con proyectos a futuro… éramos jóvenes, con inexperiencia pero con todas las ganas de
formar una familia… juntos, nos sentíamos felices, más enamorados que nunca. Realmente cuando sabes que ese amor es verdadero, incondicional, hermoso, por el cual lo entregas todo.
Muchas veces los padres se oponen cuando les comunicas "¡Me quiero casar!", sobre todo cuando eres joven, y lo primero que te preguntan es "¿Por qué… ya metiste las patas verdad?", a veces no entienden que es porque amas… porque deseas compartir tu vida con la persona que tu has escogido, porque se entienden de maravilla, porque juntos se sienten, importantes, se sienten únicos. A veces nuestros padres se olvidan de que también fueron jóvenes… y que con el mismo ímpetu que tenemos ahora nosotros quizás ellos también empezaron…
Y bueno, ahora tengo diez años compartiéndome vida junto a Seiya, lo adoro, porque es el hombre más bueno y puro sobre la tierra, me encanta todo él, mis amigas me envidiaban porque era bueno es guapísimo, atento, caballeroso, educado, galante, y todas esas cosas que una sueña con su pareja… a lo que llamamos "el hombre ideal", además; de que no pueden creer que él era virgen cuando nos casamos…. Normalmente eso no se da en un hombre.
Bueno lo que pasa es que nos conocimos muy jóvenes él 16 y yo 15 años…. Así que no hubo tiempo de que el probara el sexo con otras mujeres como suelen hacer muchos hombres antes de casarse, que según esto para tener experiencia y enseñarle a su pareja o tienen oportunidad de tener muchas novias y con alguna de ellas sucede su primera vez… así que me sentí feliz de que pasara nuestra primera vez juntos, y aprender poco a poco la magia, la pasión, y la sensualidad del amor…
El comienzo fue muy difícil, pues indudablemente aprendimos que nuestros padres tenían razón cuando nos decían que éramos muy jóvenes para casarnos, pues… no te lo impiden porque no entiendan que se aman, sino porque tienen más experiencia y no te hablan claro… No te dicen lo que en realidad es que no tienes trabajo ni estudios suficientes para poder solventar las necesidades de una familia, ni si quiera las necesidades básicas…. Así que tuvimos que trabajar de noche y estudiar de día, y descansar como se podía… porque era difícil salir adelante.
Era de verdad muy difícil, a veces los sueños no llegaban a realizarse, se fracturaban y se hacían añicos como un vaso de cristal… Ahora lo recuerdo y mis lágrimas brotan de tristeza… porque quería seguir viviendo igual que como cuando estaba en casa con mis padres, y no me importaba si había dinero en casa para comer, no era consiente de ello, solo pedía y comía o abría la puerta del refrigerador para tomar mi postre favorito, o pedía dinero para comprar ropa, y todo eso no lo valoraba, cuando nos casamos era todo diferente… abría mi refrigerador en mi propia casa y solo había dos litros de leche y huevos, apenas lo esencial para sobrevivir….que tristeza no valorar lo que te dan tus padres, y querer hacer las cosas porque piensas que con amor todo estará bien… pero lamentablemente de amor no puedes sobrevivir, así que solo esperaba que en verdad el amor que sentía por Seiya tuviera raíces
fuertes y profundas para soportar lo que vendría…
Nunca dudé del amor que nos teníamos, pero si de la economía que compartíamos, y sentía miedo de enfrentarme a una situación que desconocía, como lo era vivir limitada… Luchábamos día a día porque nuestros padres no se dieran cuenta de las necesidades que teníamos y de alguna manera oír el bello cántico que es y seguirá siendo normal en mi familia de decir, "te lo dije"... Así que hacíamos lo inevitable para que no se dieran cuenta de la situación que vivíamos, pero fue en vano todo porque obviamente se daban cuenta de la situación… así que no nos quedó más remedio que recibir ayuda de nuestros padres y tragarnos nuestro orgullo… pero eso si, la condición era seguir estudiando y nada de embarazos… pero es ahí cuando surgió el verdadero drama, porque para lo que nuestros padres era un drama, para nosotros fue una grandísima bendición…
Empecé a sentir grandes molestias de ascos, mareos y mi estado de ánimo tan sensible… era evidente que estaba ¡¡embarazada!!... pero era lógico que como primeriza, ni la más mínima idea de que lo estaba... Así que con todo y malestares sin decirle a nadie, ni siquiera a Seiya porque no quería que se preocupara.
Pensé que quizás podría ser la falta de alimento, o el estrés de tantas carencias que teníamos, los exámenes finales de la escuela para graduarme, el trabajo, mis padres, la casa, la comida, el dinero, la limpieza, etc. Pensé todo será más tranquilo en 30 días, en un mes me habré titulado y podré estar más tranquila, solo trabajaré por las tardes y Seiya y yo tendremos más tiempo para poder estar juntos, pues teníamos meses de solo casi saludarnos como dos desconocidos, y apenas teníamos tiempo por las noches para hacer el amor y decirnos cuanto nos amábamos, nos extrañábamos y decirnos que pronto pasaría el tiempo y que disfrutaríamos más de nuestro matrimonio, pues llegábamos rendidos de cansancio... anhelaba tener un momentito de descanso de dormir plácidamente como un domingo en casa de mis padres con mi almohada de plumas de ganso, y solo apretar el interphone para que me subieran tu juguito de naranja recién hechicito... Pero no, ya no estaba con mis padres y ese anhelo era demasiado para mi, pero me sentía contenta de estar al hombre amado y no me arrepentía de haber cambiado lujos viajes, carro, alhajas, por estar al lado de mi querido Seiya…
Pero él día que imaginaba estar tan plácidamente me sentí terriblemente mal, fui a la cocina a beber un vaso de leche exquisitamente fría, cuando el estómago se me revolvió terriblemente y devolví todo, completamente todo, en el instante, ¿que me pasaba? Me sentía tan mal… Ese día me titulaba, no podía faltar, así que hice un esfuerzo me arreglé y fui a mi graduación, ya estaba mi querido Seiya, siempre tan puntual, junto a sus padres, y los míos… todos salió de maravilla, bueno casi todo, porque después del desayuno me sucedió lo mismo, me sentía terriblemente mal, y sentía que podía ser descubierta pues ya no podría disimular más…
Finalmente todo terminó, me titulé con excelentes calificaciones y mis padres lloraron al escuchar mi nombre en la mención honorífica, era una
gran sorpresa para ellos, pues quizás pensaron que con otras obligaciones quizás había terminado mi carrera por casualidad, pero no era así, realmente me esforcé porque sabía que ellos ya no tenían obligación de pagarme una escuela tan cara, al haberme casado, ahora el responsable era Seiya, pero no alcanzaba ¡ni hablar!... Creo que mis padres se sintieron muy satisfechos, finalmente había terminado mi carrera.
Nos fuimos a casa y Seiya me pregunto que me pasaba, pues a pesar de que todo había salido de maravilla el notaba que no estaba contenta, pero no era así, lo que pasa es que me sentía terriblemente mal...
– Nada, nada amor, solo que pensé que no llegaría este día, ¡pero claro que estoy feliz! –
Nuevamente me cuestionaba... – ¿En verdad Serena… estás feliz? –
– Si amor, lo que pasa es que estos últimos días me he sentido muy cansada, es todo... Tu sabes, la tesis, los exámenes finales, la casa, en verdad me siento cansada... y quizás deba tener una infección en el estómago pues desde hace un para de días he sentido náuseas y malestares... –
– Bombón, ¿porque no me lo habías dicho? Mañana iremos al doctor no me gustaría que te pasara nada –
Al día siguiente me levanté con mejor ánimo, así que hice algunas actividades, por la tarde me fui como siempre a trabajar pero no pude
terminar el día porque realmente me sentía fatal, náuseas, mareos, vómito... así que terminé por hablarle a Seiya por teléfono...
– ¿Amor? –
– Si mi nena, cómo te has sentido cariño, que bueno que me llamas, en este momento te iba a llamar, ¿cómo sigues? –
– Fatal, en verdad me siento mal... ya pedí permiso de salir, ¿puedes venir por mí? –
– Serena, entonces no son simples malestares ¿verdad? –
– No, mi amor, no quería preocuparte pero… –
– Está bien, salgo en este momento para allá –
Finalmente llegamos al doctor y Seiya me abrazaba y me hacía cariños como si fuera una niña desvalida... mientras el doctor me hacía las preguntas de rutina.
– Señora Kou dígame usted, ¿Qué molestias ha sentido? –
– Pues verá doctor hace un par de días he sentido malestar estomacal, náuseas, vómito –
– ¿Alguna otra cosa? –
Antes de contestarle me dieron ganas de darle un coscorrón, como me preguntaba si alguna otra cosas, si con eso me sentía fatal.
– Pues mucho cansancio –
– Bueno Señora Kou, recuéstese por favor –
Comenzó a auscultarme el vientre, escuchaba mi corazón. Me tomaba el pulso, me veía los ojos en fin. Mientras que Seiya solo observaba; de repente su pregunta hizo que el corazón me diera un gran vuelco.
– Señora Kou, ¿cual es la última fecha de su menstruación? –
Y hubo un gran silencio…
– Bueno este me parece que hace casi dos meses –
Y Seiya me volteó a ver con unos grandes ojos de sorpresa.
– ¿A estado usted últimamente bajo presión o estrés? –
– Sí, doctor mucha, es que me acabo de graduar, y el trabajo, la tesis en fin, creo que si he estado muy estresada, y en otras ocasiones se me ha retrasado mi periodo por lo mismo, sabes soy muy aprensiva –
– Señora debe aprender a mantener la calma, hágase estos análisis, y ya mañana veremos que es lo que pasa –
– Doctor pero no es grave lo que tiene mi esposa ¿verdad? –
Pregunto Seiya
– No Licenciado pero… debo hacerle algunos estudios antes de darles mi diagnostico por ahora es precipitado decirles no me gustaría dar un mal diagnóstico –
Al día siguiente fuimos muy temprano por el resultado de los análisis, los llevamos al doctor.
– Pasen... adelante – dijo el doctor – Tomen asiento –
Los dos, tomados de la mano viendo fijamente el sobre de los resultados y un silencio absoluto... Hasta que el doctor después de observarlo dijo.
– Pues bien hay un detalle aquí que me inquieta, tiene usted un segundo grado de anemia, así que vamos a darle algunas vitaminas para que este fuerte y sana pues el bebe que viene en camino lo necesita –
Seiya y yo nos miramos, nos abrazamos, y con lágrimas en los ojos nos dimos un beso... ¡Vaya noticia! Finalmente salimos del consultorio nos sentíamos felices, aunque un poco temerosos, pues la situación económica no estaba muy bien que digamos y bueno las mal pasadas que me deba al no comer sanamente había sido clave para desarrollar la anemia, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera por ayudar a Seiya.
Fue difícil comunicarles a mis padres que estaba embarazada, pues sabía que no les daría mucho gusto y no por el bebe en si, sino porque estaba segura de que me dirían que era una inconsciente, pues la situación económica que vivíamos no era lo suficientemente buena como para tener un bebe ahora... me sentía mal por ello, pues teniendo ya una carrera, mención honorífica y un título, a veces de que te sirve si la gente no te da una oportunidad de salir adelante con los conocimientos que tienes... no entiendo como siempre en los periódicos sale un anuncio pidiendo gente con experiencia, de donde diablos quieren que uno saque experiencia ¡si no lo dejan trabajar!.... pero en fin tenía que estar preparada para la letanía.
Así que pues por más que evitaba lo inevitable sucedió mis padres se dieron cuenta del embarazo y efectivamente la regañada que nos dieron aún más nos frustro... Seiya siempre me decía que todo estaría bien, día a día y mes a mes todos los días él, llegaba tardísimo, pues doblaba turnos en el hotel donde trabajaba para poder sostener nuestro hogar, pues los planes que tenía yo de trabajar se vinieron abajo tras la noticia de que mi embarazo era de alto riesgo así que después de 5 meses de trabajo tuve que renunciar y quedarme en casa... así que me dediqué ha hacerle toda su ropa a mi bebe y a tratar de pasar el término de mi embarazo lo más tranquila posible...
La relación entre Seiya y yo era realmente hermosa, él era una amor conmigo, y nos llevábamos excelentemente bien, la comunicación era extraordinaria, siempre preocupado por mi.... demostrándome día a día su cariño, su amor, y bueno a veces pienso que también de alguna manera me agradecía el que estuviéramos juntos porque lo poco que me podía dar era con gran sacrificio, cuando yo estaba acostumbrada a otras cosas, y eso se lo reconozco siempre desviviéndose por mi.
Pasaba el tiempo y mi pancita cada vez crecía más, Seiya le cantaba al bebe cerca del ombligo, le hablaba constantemente, día a día le ponía los audífonos a mi gran panza con música relajante, o clásica, le contaba cuentos al bebe, en fin, era todo ¡maravilloso!... era un bebe tan esperado... tan deseado... siempre le decía mi pequeña... "estoy seguro de que eres mi pequeña".
Finalmente llegó el día esperado...
Comencé con malestares por la noche así que le llamamos al doctor. Y nos fuimos al hospital, pasaron las horas, yo solo miraba en el reloj el transcurrir una y otra ora más y los dolores que sentía cada vez eran más fuertes... llegó un momento que pensé que no soportaría más, pero trataba de tranquilizarme, demás mi querido Seiya, siempre a mi lado, me tomaba de la mano, me acariciaba el cabello, me decía que me amaba, que era todo para él, que me agradecía todos los momentos bellos que había pasado a su lado que era su empuje, el motor de su vida, y que ahora el bebe que ya estaba por nacer que sería todo para nosotros, que lucharíamos juntos por el... lo último que me dijo antes de entrar a la sala de partos fue.
– Serena, quiero que sepas que te adoro. Y que siempre estaré a tu lado, pase lo que pase... –
Mientras yo derramaba una lágrima, que el suavemente limpio... En lo que me preparaban en la sala de partos, Seiya se vestiría con ropa esterilizada para apoyarme durante el parto... así que mientras recorría mi camilla por algunos pasillos pensaba "¡Oh Dios mío! te pido que me des la fuerza necesaria para poder traer a mi hijo a este mundo con bien... no permitas que decaiga, gracias por todo lo bueno que me has dado, gracias por permitir que mi embarazo llegar a un buen término, permíteme despedirme ahora de mi embarazo y sentir dentro de mi por última vez a mi bebe que con gusto lo he cargado en mi vientre donde se ha encontrado protegido y lleno amor, cuídame y protégeme, permíteme ser una buena madre guíame para poder lograrlo".
El apoyo que me dio Seiya durante el momento de dar a luz, realmente es indescriptible, me dio ánimos minuto a minuto hasta que nació nuestro bebe... cuando escuché una voz que dijo: ¡Es una niña! Seiya tomo a la bebe entre sus brazos y me la puso en mi regazo para poder besarla, nos abrazamos los tres y lloramos de alegría, fue un momento tan especial, pero después de ese momento todo se me oscureció... y comencé a sentir falta de oxígeno, a lo lejos solo escuchaba decir al doctor
– ¡Que salga el señor Kou...! –
Sentía que me iba por un túnel largo, pero mientras caía por ese túnel recordé a mi bebe, no podía dejarme vencer así y Seiya… ¡el gran amor de mi vida! ¿Cómo dejarlos ahora?, ¡no...! ¡Por favor Dios mío! ¡Se que estás ahí...! ¡Permíteme vivir! ¡Por favor, quiero vivir!
Escuchaba a lo lejos decir a Seiya.
– ¡No saldré déjeme estar aquí...! ¡¡Serena!!, Serena, no me hagas esto por favor –
Mientras lloraba desesperadamente... de pronto una luz enorme sentía en mis ojos, cálida y que me rodeaba todo el cuerpo después de unos instantes, la voz de Seiya me hizo respirar nuevamente con una gran exhalación...
Quedé desmayada, no se cuánto tiempo pasó, pero cuando reaccioné ya estaba en mi habitación; exhausta con un intenso frío que recorría todo mi cuerpo haciéndome tiritar los dientes, pero Seiya estaba junto a mi, acariciándome los cabellos… y cuándo lo miré me dijo.
– ¡Que gran susto me has dado! Mi vida… no se que haría sin ti –
Le sonreí y le dije.
– Mi amor, no permitiré que la vida me separe de ti, no ahora! Pero dime ¿Cómo esta el bebe? –
– ¡En perfectas condiciones! ¡Linda y preciosa como tú! –
Me sentía feliz, inmensamente feliz, tanto, que tenía miedo. Tanto sufrimos y tantas cosas pasamos para llegar a este punto… tener un hijo es parte de un sueño dorado, parte de la culminación de la mujer, dar vida… Y ver en carne viva la prolongación de tu amor en un hijo, era maravilloso.
Era realmente hermoso ver a nuestra hija crecer, sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primera sonrisa, en fin todo era perfecto. Poco a poco Seiya iba destacando en el trabajo, pareciera que Hikari, nuestra hija, le hubiera dado cuerda para no parar y sobresalir con todo ímpetu. Pero lo más importante era que cada vez nos sentíamos más enamorados…
Bueno eso creía.
No me di cuenta de que cada día que había pasado me dedique a ser madre, y casi por completo me olvidé de mi adorado Seiya, era cariñosa, siempre buscando cocinarle lo que a él le agradaba… tenía sus ropa limpia, impecablemente planchada, la casa era un espejo, todo parecía estar bien…
Pero no era así, porque me olvidé de ser su amante, su confidente, su amiga, su mujer. Y sólo era su esposa y la madre de su hija… Me olvidé de mi aspecto personal, de que él me encontrara ¡¡¡perfumada, arreglada, esplendorosa!!! Cómo antes de que llegara Hikari…
Habían pasado casi siete años, y no había querido tener más hijos porque mi niña llenaba todas mis esperanzas, porque la economía hasta ese momento no lo había permitido…
Pero cuando festejamos nuestro séptimo aniversario todo cambió drásticamente… pues Seiya se convirtió en Gerente general de un grandioso hotel, el mejor de Japón, así que tuvimos que dejar nuestra ciudad natal, y cambiarnos de residencia, fue muy difícil dejar a la familia, a los amigos, a la gente, tantas cosas. Partir fue unos de los momentos más triste de toda mi vida, porque nunca sabes si ese nuevo inicio tendrá regreso a tu ciudad… así que tuve que acostumbrarme a mi nueva vida…
Seiya trabajaba incansablemente y parecía que nuestra relación poco a poco comenzaba a distanciarse… No me quería dar cuenta de ello y pensaba que era porque tenía demasiado trabajo, la casa comenzó a estar distinta, podía comprarme prácticamente lo que me gustaba, no había más escasez económica, pero yo había cambiado… Deje de ser jovial… ya no era aquella jovencita coqueta y sensual con la que Seiya se había casado… al ser madre me olvidé de todo eso… pensé que nada nos separaría pues ya estábamos casados…
Hasta que después de meses de mi nueva vida comencé a darme cuenta que Seiya no era el mismo… Cada día que pasaba me daba cuenta de que hablábamos menos, de que ya no me decía que lucía hermosa, se enojaba con frecuencia cuando estaba en casa, o salíamos… No era tolerante con Hikari.
– ¿Por qué eres así? – le dije en una ocasión – ¿Te pasa algo? –
– ¿Así cómo? –
Me respondió gritando.
– Seiya, que pasa contigo, tenemos casi un año que llegamos a esta ciudad y has cambiado –
– Tú también has cambiado contestó, al mismo tiempo que sacaba un cigarrillo –
– ¿Porqué no me lo habías dicho? – le dije mirándolo a los ojos,
– No se, no lo se –
Me pregunté ¿Qué pasaba por su cabeza? tenía un terrible presentimiento, sentía un gran nudo en la garganta, y un inmenso hueco en el estómago... esa actitud… esa actitud jamás la había visto en Seiya… dejé esa plática inconclusa pues debía acostar Hikari, finalmente en ese momento creo que fue lo mejor para no hacer una discusión de ese momento, pues los ánimos estaban bastante subidos, creo que a veces, es mejor callar. Además pensaba tantas cosas…
Llevé a su recamara a Hikari y se durmió. Al entrar a nuestra habitación Seiya se estaba arreglando, entonces le pregunte.
– ¿Vamos a salir amor? –
– ¿Salir? No... Saldré solo yo... – fue su respuesta.
– ¡Ah! Ok, ¿a dónde irás? –
– Con mi jefe saldremos a tomar una copa –
No se porque sentí que no me decía la verdad… Oh Dios, no quería pensar mal ¿Por qué presentía algo malo?... cuando se fue inmediatamente hice una llamada a la esposa de su jefe, con la que afortunadamente llevaba una excelente relación… Sin preguntarle nada me dijo.
-¿Cómo ves Serena? que ahora se fueron sin nosotras otra vez –
– Pues si – le dije – Ya ves, quizás hablarán de algunos proyectos –
– ¿Crees? –
– Pues si supongo… o ¿no? –
– Pues eso espero porque Yaten es un infeliz –
– ¿Cómo? Ay no me digas eso, si se ve que se llevan muy bien –
– No es así Serena, las apariencias a veces engañan, pero mira ya tenemos un tiempo de conocernos y quisiera contarte algunas cosas, yo tengo 5 años viajando con Yaten, casi desde que nos casamos es por eso que no tengo muchas amigas, no frecuento a nadie, pero si quisiera platicar contigo para que no te pase lo que a mi. Dime, ¿puedes mañana? –
– ¡Claro! – Lecontesté
– Bueno, nos vemos para desayunar está bien… paso por ti
– Si te espero, bye –
Colgué el teléfono y me quede aún más angustiada que antes, que referencias me daba de su marido… Era el jefe de mi esposo, ¿Qué me querría decir?... me quedé dormida pensando.
Cuando desperté eran la 3:00 de la mañana… y Seiya no había llegado, se había ido a las 9:00 de la noche. Le hablé al celular y no contestaba. Oh Dios espero que no le pasé nada, casi después de que colgué el teléfono llegó.
– ¡mi amor!, que bueno que llegaste, estaba preocupada, ¿cómo te fue? –
– Bien, amor bien… Se nos fue el tiempo rapidísimo pero ya mañana platicaremos –
– Por supuesto –
Yo no le dije nada de lo que Minako me había dicho acerca de Yaten, me tomó de la mano y me dijo.
– Ven… acércate –
Me beso tan apasionadamente como hacía años que no me besaba y me hizo el amor con tal desesperación, que me hizo estremecer disipando todas mis dudas. En ese momento pensé "no pueden estar las cosas mal… ¡Estoy equivocada!
Al día siguiente se fue muy temprano, y me dijo.
– No me esperes me iré a comer con Yaten –
– Con ¿Yeten? – pregunté
– Si, ¿por que te extrañas? –
– Pues es que siempre le dices jefe… y bueno se me hizo raro que le llamaras por su nombre… –
–Si, lo que pasa es que ayer hablamos mucho, tú sabes hemos salido muchas veces ya, y bueno rompimos el hielo –
Sonrió un poco nervios mientras y yo sólo me quedé viendo sin decir nada más…
Más tarde Minako pasó por mi, mientras desayunábamos me decía cuan infeliz había sido a partir de que llegaron a esta ciudad, pues las constantes salidas de Yaten con Zafiro habían hecho que el peliplateado cambiara y comenzara deteriorarse su relación
– Te digo todo esto Serena porque no quiero que pases por lo mismo pues te aprecio, te estoy alertando para que no te suceda lo mismo que a nosotros pues en tu caso está Hikari de por medio –
Me decía con lágrimas en los ojos
– Yo he soportado esa situación porque me siento sola, y no tengo a nadie en este país… ¡pero pronto dejaré a Yaten! –
– ¿No te entiendo Minako, que es lo que te ha hecho, porque te expresas así de él? –
– ¿Aún no lo entiendes?
Me preguntó
– Pues, no solo me dices que es un infeliz, pero no me dices la razón –
Fue ahí cuando comenzó a llorar.
– Es que el está con otra mujer, ¿sabes cuanto tiempo ha pasado sin que hagamos el amor?, ¡tres meses, tres, y no me toca! ¿Tú crees que eso es normal, lo crees? –
Me quedé sin habla.
– Y ese Zafiro lo odio porque el fue quien lo motivo a esto, él... –
No sabía que decirle, la veía tan desesperada… Hasta que se calmó pude decirle lo que pensaba.
– Bueno pero yo creo que Yaten está bastante grandecito como para tomar sus propias decisiones –
– Ay Serena como se ve que no conoces a los hombres, ellos por no quedar mal, se dejan envolver en una situación de la que luego no pueden salir... Como le pasa a Yaten, lo he visto con ella y se hace el desentendido… Se vuelven cínicos, y no les importa el tiempo que pasamos junto a ellos, lo que les damos… lo que dejamos por estar a su lado –
No sabía que decir, me sentía apenada y confundida porque Seiya salía constantemente con Yaten y con Zafiro… y cada vez mis sospechas crecían más… y después de tres meses más… ¡confirmé mis sospechas!
Pues las salidas de Seiya ya no eran solo por las noches entre semana, se prolongaban también sábados y domingos. Ya no había tiempo para mí y para nuestra hija… Que triste era ver el cambio tan drástico que había dado mi vida… me sentía más sola que nunca…
Pero a partir de que había hablado con Minako, fui mucho más observadora con Seiya. Y poco a poco iba descubriendo pequeños detalles que empezarían a disipar mis dudas… era obvio que salía con alguien. Se esmeraba demasiado en su arreglo personal, y sus actitudes al salir en familia, eran nerviosas… Ya no me hablaba con cariño como solía hacerlo, sus llamadas por teléfono eran tan misteriosas… Cuando lo buscaba en su trabajo la mayor parte de veces estaba fuera… Sus negativas a que fuera al hotel a buscarlo cada vez eran más impulsivas… y por supuesto, el estado de cuenta de la tarjeta era más evidente cada mes de lugares como de ropa, perfumes, accesorios, joyas, etc.; que por supuesto no habían sido para mí.
Pero había algo que me hacía dudar de mis sospechas. Muy a menudo, y aunque a veces estuviéramos disgustados, Seiya me buscaba para hacerme el amor… Hasta que hubo dos detalles que me hicieron confirmar que… Seiya me era infiel…
Uno de esos días que iba a salir, mientras él se duchaba, pensé en darle una sorpresa había preparado una exquisita cena… Tomé la botella predilecta de vino tinto de Seiya, y en nuestra recámara, a la luz de unas velas… Un camisón muy seductor… perfume… y música, tenía todo listo para una excelente velada, cuando sonó su celular, y contesté.
– ¿Si?... ¿Bueno?... ¡bueno! – Solo escuchaban… nadie había respondido…
Seiya con la música que tenía en la ducha y el baño tan relajante del jacuzzi no había escuchado nada… Y nuevamente sonó el teléfono… Pero al contestar nada… No había quien respondiera, miré el número del cual llamaban… y el registro de teléfono decía, contador Hino. ¿Mi pregunta era, porque llamarle el contador Hino a las 9.00 de la noche?... Me apresuré a buscar en el registro las llamadas… Y había 17 del contador Hino, Oh Dios… No quería pensar mal… De pronto iba a anotar el número cuando Seiya salió del baño, justo a tiempo puede dejar el teléfono en su lugar… Un poco nerviosa, y tratando de ocultarlo pregunté.
– ¿Estuvo relajante el baño? –
– Si… estaba muy estresado – contestó Seiya.
Cuando volteó la cabeza y miro la cena y las velas, me dijo.
– ¿Y esto? –
– Mi vida, hace tanto tiempo que no salimos a cenar juntos y solos, como cuando éramos novios… que quería darte la sorpresa –
– Mmmm – su expresión fue de disgusto.
– ¿Qué? – pregunté…
– No nada, es que iba a salir –
Mientras le masajeaba la espalda le dije.
–Ah, no me habías dicho nada, últimamente no me dices cuando vas a salir –
– ¿Es reproche? –
– Pues no precisamente, pero me gustaría saberlo… Ven, siéntate, vamos a cenar, abre la botella –
Mientras destapaba el vino Seiya, le dije finalmente sobre las llamadas que había recibido en su celular.
– Te llamaron 2 veces por teléfono –
– Y nervioso preguntó: ¿Quién? –
– No se, no contestó nadie… –
De inmediato se molestó, y me reclamo casi gritando
– ¿Por qué no me pasaste el celular? –
– Mi amor, es que no pensé que fueran a llamar otra vez –
– ¿Y quién era? –
– Pues no se, el registro decía contador Hino –
Su expresión cambió por completo, demasiado nervioso diría yo…
– Ah es que… este… pues… con él iba a salir, quizás me habló para cambiar la hora de la cita… –
Terminamos de cenar… Y comenzaba a besar a Seiya cuando se escuchó.
– ¡Mamá! –
Era Hikari que se había despertado exaltada. Le guiñé el ojo a Seiya mientras salí a ver como estaba Hikari… cuándo regresé después de unos minutos me quedé tras la puerta de la recamara escuchando a Seiya que hablaba por teléfono con alguien, usando esa voz tan particular que hacía de coqueto cuando éramos novios.
– Si… Claro que si… No, no puedo ahora, si, sé que te dije que a las 9:30… te parece si nos vemos a las once, es que tengo un asunto… No, no tardo… –
Decidí entrar a la recámara y justo cuando me vio Seiya dijo.
– Si contador, no se preocupe, revisaremos esos gastos, si a las once no importa que sea tarde yo estaré ahí… –
Con un nudo en la garganta, casi a punto de llorar me di cuenta de todo… solo lo miré sin decir nada… y dijo.
– Era el contador. Necesita que vaya al hotel… es que han pasado algunas cosas que... – pero lo interrumpí.
– Si, Seiya ya veo… quiero preguntarte algo… Dime Seiya, si me dejaras de amar, si te dejara de gustar, o te llega a interesar alguien más… ¿me lo dirías? –
– A ¿que viene esto Serena? Por Dios, como dices esas cosas –
Me abrazaba apretándome contra su cuerpo, cómo queriéndome ocultar su expresión, me desprendí de él y le dije.
– Si pasara eso me lo dirías ¿verdad? –
– ¿A que viene todo esto? –
Lo enfrenté – ¿Andas con alguien más? –
A lo que me respondió muy nervioso.
– No, no claro que no, Serena, de donde sacas ¿eso? –
Y trataba de abrazarme, de besarme, de seducirme, pero yo estaba demasiado confusa, y renuente.
– No, ¡déjame! Seiya, si sales con alguien más dímelo… Lo hablaremos, vamos a discutirlo, si me lo dices ahora estoy dispuesta a perdonarte, a olvidarlo... –
Seiya se quedó callado… me miró a los ojos y mientras me abrazaba fuertemente hacía él me dijo.
– No Serena, no salgo con nadie más –
Me besó apasionadamente… mientras me decía te amo, eres todo para mi, se que he cambiado pero es el exceso de trabajo... Y mis lágrimas rodaban por mi rostro mientras las caricias llegaron hasta hacernos el amor de manera tal que parecía querer convencerse y convencerme de que todo estaba bien… Al terminar el momento, me dio un beso en la frente, se bañó nuevamente y en menos de 15 minutos estaba listo para irse… No podía creerlo, se iba con ella… ¡estaba segura!
– Regreso tarde, no me esperes –
¿Cómo descubrirlo? Sabía que mis sospechas no eran infundadas, hablé por teléfono con Minako y le pregunte si había algún contador Hino en el hotel. Al día siguiente eran las 7:00 de la mañana y Seiya no había llegado a dormir, así que estaba dispuesta a descubrirlo ¡todo!... Me apresuré a llevar a Hikari a la escuela y le dejé instrucciones al chofer de pasar a recogerla al colegio, ya que no sabía cuanto tardaría… Llegué al hotel y Seiya estaba saliendo de la recepción cuando topamos.
– ¿Qué haces aquí? –
Me dijo y cuando una chica morena tenía intención de hablarle, él se volteó y me tomó del brazo, ¡vámonos!
– Oye, espera, no me jales, ¿Qué te pasa Seiya? –
– ¡Te he dicho que no me vengas a buscar! ¡No has entendido! –
– No me hables así –
Sus comentarios en cuanto a mi vestimenta, eran despectivos y groseros…
– ¡Que vieja te ves! –
– No llegaste a dormir, pensé que te había sucedido algo –
– Pues ya vez que no, estoy bien, ahora vámonos, necesito regresar al hotel en una hora –
Cuando llegamos a casa, mientras él se duchaba, tomé su celular y revisé los mensajes que tenía no podía creer lo que leía. "Seiya, mi vida, déjate querer, ¡me encantas! Y se que no te soy indiferente", "Hola cariño, siempre estás en mi corazón y en mi mente" "Seiya, anoche estuviste genial". Miré nerviosamente el número de registro… Era el contador Hino, no podía creerlo, no podía… En ese momento fue cuando salió Seiya de la ducha, le dije, poniéndole los mensajes del teléfono a la vista.
– ¿Ahora pregúntame de donde saco esas cosas? ¿Cómo es posible que me hagas esto? ¿Por qué?, ¿Qué te he hecho yo? ¿En que te fallé? He sido buena esposa, te he impulsado en los momentos difíciles, tengo buena comunicación contigo, somos compatibles en el sexo, soy buena madre, dime, ¿en que te fallé? –
Estaba dispuesta a perdonarlo si me decía que era solo una aventura, pero no contestó lo que esperaba, mi corazón estaba destrozado.
– Seiya – le pregunté gritando – Solo dime una cosa… Aún ¿me amas? –
Seiya bajo la cabeza, y me dijo
– No lo se –
Me partió el corazón en mil pedazos... sollozando me quite la argolla de matrimonio y mi anillo de compromiso se los puse en la mano y le dije:
– Ya no hay más compromiso entre nosotros, me has herido en lo más profundo de mí ser –
Tomé las llaves de la camioneta y salí corriendo de aquella habitación… Mientras manejaba pasaron por mi mente tantas cosas, ¿Por qué me engañé a mi misma?, lo sabía desde el primer momento, lo sabia las mujeres tenemos un sexto sentido que no nos falla, y no podía creer que las cosas hubieran llegado hasta ahí porque así lo había permitido, quizás si no hubiera tardado tanto en enfrentarlas cosas, esa relación no se hubiera dado… Por Dios, ahora me culpaba yo de la infidelidad de Seiya, bajé de la camioneta y compré cigarrillos y bebidas embriagantes.
No se cuantas tomé, solo sé que fueron los suficientes para abrir más la herida para llorar amargamente, había perdido la noción del tiempo… No podía dejar de llorar, eran tantos recuerdos… Doce años juntos… Doce años tirados a la basura, nos conocimos desde la adolescencia, y antes de hacernos novios fuimos los mejores amigos durante dos años, conocía los gustos de Seiya, sus inquietudes, sus esfuerzos, tres años maravillosos de noviazgo y siete años de matrimonio, no podía creer que esto sucediera… Y mí adorada Hikari… que hacer… Dios mío, entre más trataba de aclarar mi mente menos podía, pues las imágenes una a una de los recuerdos felices y de las salidas de Seiya no me dejaban entender… No podía… gritaba y lloraba como una niña desvalida sin consuelo alguno… Me sentía tan denigrada, todo lo que habíamos pasado, había dejado todo por él, mi familia, amigos, gente, mi ciudad, todo… Hasta pasar grandes dificultades económicas cuando yo estaba acostumbrada a vivir bien y sin preocupaciones económicas, todo por el amor que le tenía… no me merecía esto…
Estuve a punto de morir al dar a luz… Pero quien era esa mujerzuela, que mujer era con la que se había atrevido a revolcarse, porque no se le puede dar otro nombre a aquella mujer que no tiene principios… más que de... quien era… porque cuando salimos del hotel me dijo "que vieja te ves". Como si en ese momento me comparara con alguien, ni al caso decirlo en ese momento…Solo había salido una persona del hotel… era… aquella chica Morena, que se quiso acercar a Seiya y se detuvo… ¡era ella!… lo se, no podía tener más de 20 años…¿Cómo se atrevió a enredarse con Seiya, en destruir mi hogar... a dónde pretendía llegar? que confundida me sentía, no podía dejar de llorar… todo me dolía tanto el alma, el engaño, la burla ¿Cómo pudo?...¿Por qué no pensó en los años maravillosos que hemos pasado juntos?, ¿Por qué decirme entonces que yo era única?, ¿Por qué mientras hacíamos el amar me decía que me amaba?, ¿Por qué cuando le pregunté si había alguien más negarlo?, ¿Por qué llegar a este momento?... de tanta amargura y desconsuelo que me hería mi alma como lanzas filosas y envenenadas... ¿Por qué?... y después de, meditarlo largamente… mi decisión estaba tomada, si Seiya no sabía que sentía por mi…
No tenía caso seguir a su lado…
.
.
Y bien que le pareció… Bueno pues esta historia solo constara de un capitulo más así que en un par de día publico el siguiente cap.
Cuídense mucho, bye… :)
PD.- nos vemos pronto en el siguiente capitulo de "Un ángel en la obscuridad"
