Disclaimer: los personajes de Inuyasha no me pertenecen. Son de la magnífica Rumiko Takahashi. Sin embargo la trama es completamente mía y está hecha sin fines de lucro.
Capítulo corregido por Bren Jaeger.
Dulce contrato
Prólogo
El verano que conocí a Sesshōmaru Taishō descubrí que aparte de ser la niña heredera de los Fuurinji, yo era la alianza familiar más beneficiosa de entre el círculo social de mis padres. Era consciente de que ellos no eran los más cariñosos, pero jamás imaginé que fueran capaces de darme como un producto de intercambio.
No lo pensé, juro que no lo quería de ese modo. Siempre creí que mi vida sería simplona y que conocería a un buen chico con el cual pasear los fines de semana, comer helado, ir al cine y hasta darme mi primer beso, con la perversión de unos chicos de apenas dieciocho años y después de unos meses (o quizá años) llegar a casarme, pero por amor. La idea de vivir con un hombre que apenas y conocía me daba una grima, pero simplemente mi padre decidió mi futuro sin tomar en cuenta mi opinión.
—Firma de una buena vez, Rin —la voz de mi madre me llegó quedita desde un lado. Me tomó del codo y jaló discretamente de él para hacerme entrar en razón. Llevaba rato mirando el papel en el que estaba estipulado el acuerdo de conveniencia para las empresas. Yo tendría que ser la esposa perfecta y a cambio mi padre recibiría el dinero necesario para nuevas inversiones en la compañía. Era como un contrato en el cual sería el producto de intercambio.
Levanté la mirada hacia el hombre de ojos color ámbar que estaba sentado frente a mí. Tenía el semblante rígido y serio. La mirada imperturbable me recorría de pies a cabeza esperando a que mi firma se estampara sobre el papel.
La voz de mi madre susurrando en mi oído me causó una jaqueca que en cualquier otro momento me estaría tirando en cama, pero en ese momento, sólo necesitaba un poco de aire y salir al jardín para aclarar las ideas que me tamborileaban en el cerebro.
¿Cómo pretendían que me casara con un tipo que apenas y conocía?
—Vaya señora Fuurinji, parece que estaremos aquí un par de minutos más —el hombre miró su reloj y arrugó el entrecejo para luego volver a mirarme. Sus cejas enarcadas me causaron escalofrío en las zonas más sensibles de mi cuerpo. Acomodó las solapas de su traje y respiró profundo, como si con eso, el tiempo fuese a ir más lento—, tengo un par de juntas dentro de quince minutos.
—Rin, hazme el favor de firmar ese papel de una buena vez —estuve a punto de replicar, pero cuando vi la silueta de mi padre saliendo del despacho, supe que debía hacerlo en ese momento.
Con la mano temblorosa recargué la punta del bolígrafo sobre la hoja y entre garabatos y el movimiento inerte de mi mano, la firma fue tomando forma hasta que alejé el bolígrafo y el papel.
En ese instante la mirada del hombre prepotente sentado frente a mí, se clavó en cada una de las partes de mi cuerpo. Como si fuese a grabarse la imagen de un pequeño cordero, acorralado y temeroso a punto de ser devorado por un león.
En ese entonces debí haber sabido por dónde iban las cosas. Pero creí que un matrimonio arreglado era lo peor que podía haberme pasado. No, por supuesto que no, lo peor que pudo haberme pasado fue poner mis ojos en aquel mar de oro derretido y detenerme a pensar qué sería de mí si esos ojos en vez de mirarme con aquella frialdad, me miraran con calidez.
Ponerme a pensar en lo hermoso que era y en lo especialmente inteligente que llegaba a ser. Debí de haber sabido que todo era parte de aquella farsa en la que estaba inmiscuida en medio.
Tenía la ilusión de una adolescente de dieciocho años, y mi mayor error fue albergar esperanzas efímeras que cayeron el día que dije sí frente al altar. Y poco después cuando aquellos labios tan firmes como el acero, se volcaron sobre mis labios y me enseñaron que no eran tan fríos como pensé…
…eran peor.
Un verano como aquel fue difícil de olvidar. Ni los siguientes a ese fueron tan brillantes como ese primer. Y no por la ausencia de aquel hombre, no, su presencia fue lo que quizá marchitó la poca inocencia de mi interior.
Continuará…
Vale como se pueden dar cuenta, decidí volver a publicar el fic aquí. Lo hago por el respeto a mis lectores y porque no puedo dejarles el fic sin terminar. Como muchos ya sabrán, me molesté bastante con que me hubiesen borrado el fic de esa manera. Y bueno, estuve tentada a dejar de publicar y retirarme, pero como ya dije, ustedes no se lo merecen, así que aquí me tienen de nuevo a la carga y lista para terminar el fic.
Trataré de dejarles al menos tres capítulos por día hasta que volvamos en el capítulo que había quedado el fic. Anuncio que Dulce contrato esta terminado y la demora será menos. Gracias por su paciencia y la entrega que le dieron al fic. Tal vez no alcance los mismos comentarios de antes, pero sè quienes me apoyaron. Mil gracias.
Danperjaz L. J.
