PROLOGO:

Hace ocho años había accedido a seguir las órdenes de personas y criminales más buscados en todo el mundo. He servido a asesinos con el simple propósito de ser uno de ellos. Todo por un objetivo distinto. Un objetivo el cual antes de conseguirlo me llevó a esta celda con un panel de cristal rodeado de un chakra completamente extraño para que no pueda escapar. Cinco de esos ocho años me la pase experimentando con jutsus de otros clanes, averiguando que la dominación de los clones también puede hacerse con sangre, siempre y cuando agregando una parte de tu ser o para ser más especificos, tu alma.

Pude descubrir que las técnicas del clan Nara pueden aplicarse usando no solo tú propia sombra, sino también con las ajenas.

Había descubierto que incluso sin necesidad de concentrar chakra en una parte de tu cuerpo, ésta se puede regenerar por si sola si te empeñas a obligar a todo tu sistema de chakra en estar alerta por alguna alteración en el organismo, volviéndola una maquina regeneradora.

También he aprendido técnicas del la aldea de las nubes, donde su tercer Raikague podía tener una velocidad mucho mayor aumentando la vibración de las moléculas. Pero si se le aplica más chakra, puedes llegar a teletransportarte como el cuarto Hokague.
Toda esa investigación es solo algo resumido acerca de lo que he aprendido. También he aprendido con el paso del tiempo que no se puede confiar en nadie. Y que es un reto confiar en sí mismo.

Yo fui elegida para evitar guerras innecesarias en el mundo ninja. Fui elegida para deshacerme de aquellos criminales que podrían causar un gran peligro para la humanidad. Intente ser amiga de los criminales para eliminar uno por uno a su debido tiempo. Pero no puedo cambiar los hechos que están destinados a ocurrir. Unir fuerzas con Orochimaru fue solo el primer paso, infiltrarme en la aldea solo fue el comienzo. Esperar cinco años y encontrar algún modo que los hechos importantes como la muerte del tercer Hokague dieran frutos fue solo un pequeño avance. Utilizar como cebo a Sasuke Uchiha para así conseguir información acerca de lo que quiero fue solo la mitad. Huir con aquel objeto que me permitiría entrar en aquella organización, ese era el penúltimo paso.

Y ¿qué hay del ultimo? ese ultimo objetivo es la razón por la que me tienen encerrada. Tienen miedo, me temen a mi.

–¿Mi misión? –pregunto mientras me pongo el traje de batalla que me han preparado

–Primer paso, ir tras Sasuke Uchiha–dijo el hombre líder del clan Nara con una mueca –segundo paso, salvar al Kazekague

–Y ¿el tercer paso?

–Tu infiltración en Akatsuki –me pongo mis guantes negros que solo cubren las palmas de mis manos, dejando mis dedos al descubierto

–Tal como lo planeado –digo con voz satisfecha –espero que el haber esperado tres años haya valido la pena

–Traicionar a la nación que te dio una oportunidad dos veces no te llevó a un mejor destino que este –dijo el hombre señalando la celda donde me encuentro encerrada –aunque, la Hokague pudo haberte mandando con los Ambus.

–Oh –digo con una sonrisa picara –ni de loca vuelvo a esa organización.

–Bueno, pero ellos no te tendrían en un lugar tan cómodo como este.

Sonrío porque tiene razón, ellos me hubieran mantenido atada de pies a cabeza.

Mi nombre es Alexandra (apellido indefinido) tengo 16 años y me han mantenido en vigilancia constante desde que me infiltré en Konoha, me capturaron por mis crimines, pero más que nada por lo que soy y por lo que podría ser ya que resulto ser como alguna especie de amenaza que ni ellos saben definir. Yo no estoy aquí para hacer amigos, no estoy aquí para beneficio propio, soy de la idea de que realmente nadie me necesita. Pero sin mi ayuda, todos pueden estar perdidos.

Mi misión es no intervenir con el transcurso de la historia, pero también mi misión es salvar vidas y si se puede, las de todos.

Pero un dato curioso.

No se quien soy.