Sydrian.

Bloodlines es propiedad de Richelle Mead.


Acarició mi rostro mientras sus labios hacían lo mismo con los míos. En cuanto lo vi, mi mente no pudo recordar nada, más que la urgencia de tocarlo, olerlo y besarlo. Y eso mismo era lo que estaba haciendo en este momento, tenía la intuición de que en cualquier momento algo o alguien interrumpiría y tendríamos que alejarnos. Así que no perdí tiempo, y sin vergüenza alguna, fui hacia él enseguida

Adrian gimió en cuanto lo toque, y no pude evitar abrazarlo como esperando a decirle algo urgente, y es que no quería que nos separaran tan pronto. Casi no teníamos tiempo a solas y yo no podía hablarle de ciertos temas por el pudor que me provocaba que Jill estuviera escuchando.

Así que se lo dije todo con un beso…y el entendió enseguida.

Sentí sus manos en mi cuerpo y mis mejillas se encendieron al instante. Agradecí que él tuviera los ojos cerrados y no viera el rubor que me estaba provocando. Levantó mi blusa gris que me había puesto con la intención de pasar desapercibida ante los ojos de los demás. Dejé que me la quitara y bajé la mirada escondiéndola un poco de él, no sin antes observar como sonreía al darse cuenta.

Besó mi frente y percibí como su sonrisa se esfumaba, levanté la cabeza notando su inspección por mi cuerpo y deteniéndose justamente en mi sostén.

No habló, solo me volvió a besar. Él estaba hambriento y yo era su alimento.

Sus dedos palparon la orilla superior de la tela y me rodearon con la intención de quitarme la prenda. Me examiné mentalmente y me sorprendí deseando despojarme de ella y de todo lo demás para que por fin pudiera conocerme totalmente.

Mi parte racional me decía que lo detuviera, pero ya era demasiado tarde, la prenda se había deslizado y se desplomaba junto a mis pies, dejándome desnuda de la cintura para arriba.

Su rostro fue un poema en ese momento, inexplicable, hasta que por fin vi amor en él.

Entonces sus dedos rozaron una parte de mí que jamás llegue a imaginar que tocaría. Mi cuerpo se estremeció y me extrañó que estuviera sintiendo fuertes sacudidas.

Entonces lo comprendí, nuestro tiempo se había acabado.

-Sydney, alguien te busca abajo

Mis ojos se abrieron trayéndome de vuelta a la habitación del instituto, traté de localizar la fuente de aquella voz y vi a Angeline frente a mí estudiándome minuciosamente.

De nuevo había estado soñando.


Nota: Estaba buscando un nombre para el fic pero no encontré ninguno, así que simplemente lo dejé con ese.

Gracias por leer!