I
¿Sabes en lo primero que pensé cuando esa garra de dragón atravesaba mi pecho? Libros, muchos libros apilados los unos con los otros en un lote de la biblioteca. Hojas, diario y papel. Luego edición y compilado. Si alguna falta ortográfica existe, queda un registro de aquella y de nuevo a la edición.
Soy un libro más de la estantería de fairy tail.
¿Sabes en lo segundo que pensé cuando perdía la conciencia?
En ti.
Ya nos conocíamos a fondo. Cada uno por su cuenta, siempre atentos a nuestras propias pisadas. Cada trabajo era de los dos. Éramos un gran equipo y nunca se me paso por la cabeza enamorarme de un renacuajo como tú. Las luces siempre te rodeaban, siempre iluminabas el dolor, tus abrazos eran una vil copia del amor que perdí de mi padre. Todo estaba en ti tan dulce, como huir de los recuerdos malignos del daño que te causé.
Llego un momento en nuestras vidas en que debíamos saber del amor. Ese día llovió. Me ofrecí como de costumbre acompañarte en la biblioteca. El frío de tus manos siempre revoloteaban mi cabello y el sin fin de juegos que por ridículos e ingenuos ahí yo te los seguía. No tuve tiempo de planear enamorarte como lo haría un tipo normal, con una vida y billetera normal. Simplemente esa tarde de lluvia quise acomodar tu mano junto a la mía. Luego abrazarte fuerte. Me veía realmente patético. Pero resulto ser el confort de una vida buscando algo así.
Volé con ese abrazo interminable.
Tu barbilla se resbalaba entre mi enredado cabello. El rubor de tus mejillas no me hizo dudar de nada. Era tan agradable abrazarte, tanto como besarte. Igual lo logré esa noche, después de que oímos la historia de un libro que parecía interesante. Después de ese día fuimos sólo uno los dos. Como cuando dos almas se alinean en plenitud. Quién lo vería, unirme a un patético gremio y de remate enamorarme en él.
Avanzamos, me convertí en mago clase S y la gran oportunidad de encontrar a Metalicana se nos hacía cada vez más posible. Viste mis logros, los trabajos en los que en ayuda de tu magia se hacían menos pesados. Me viste subir, crecer varios años, realizar trabajos SS, derrotar grandes obstáculos, no volver más a la obscuridad.
Te amo Gajeel- aun recuerdo tu voz cuando me lo dijiste mientras caíamos por los aires en una estupida misión. Recuerdo tu rostro, tus manos, tu cabello. El besarte. Todo lo recuerdo muy bien. Desde ese día también prometí cuidarte más de cómo lo hacía. Nadie nunca me había dicho algo así, nadie menos nunca lo haría. Que niña más arriesgada me lo pase pensado, después de que por un pelo no te mate.
Prefería tomar uno de tus raros lápices y escribirte en tus libros que igual te amaba. Como un secreto, algo que harías si o si. Leerme. Anotarme, descifrarme y recordarme como yo a ti. Si invierno, chocolate caliente por las mañanas al levantarte, licor fuerte al acostarnos. Si verano, playa y tu en bikini sólo para mi.
También recuerdo tu rostro cuando te pedí (por todos los mil demonios que eso me costó) que no te enfades al ver que había tomado un trabajo de diez años. Debía hacerlo yo, y sólo yo. Metalicana estaba realmente cerca, lo intuía. Pero no te enfadaste. Sólo tus manos me recorrieron las mejillas y me sonrieron. Tan débil Levy Mcgarden, pero me haces tan fuerte el corazón. Se me trizó el alma cuando lloraste con esa sonrisa mirándome despampanante. Tu fe ciega ahí era la prueba más grande puesta en mí, que no podría fallar ni demorarme los diez años que supone.
Partí junto a Lily al día siguiente, sin antes dejar en tu habitación una lácrima lector, en donde podríamos comunicarnos mediante cortas y escritas cartas que se verían flotantes para los dos.
Tus ojos me esperarían. En la puerta del gremio fue la primera vez que nos besamos en frente de todos, arreglaste mi bolso, apretaste con amor al gato y te besé la frente antes, justo antes de darme la vuelta y partir. Si miraba atrás ese trabajo se habría ido al demonio. Caminé, Lily guardo silencio mientras el gremio desapareció tras mi espalda. Volveré antes de lo previsto, ese trabajo estaba hecho para mí.
Al anochecer llegué a una aldea cercana. Aún me quedaba camino, aguardamos el frío ahí junto a Lily. Tomé un ridículo cuaderno rosa vacío que saque de tu escritorio y comencé a escribir.
Levy; las cosas se ponen buenas, en la aldea Lily se gano varios kiwis por trabajar durante el día en la misma frutería. Apenas vuelva pasó por este mismo lugar y llevo para ti. Hace frío. Mientras duermas recuerda que igual estaré durmiendo ahí.
Gajeel
Era un trabajo difícil. Al otro día seguimos el camino, mientras comentábamos con Lily sobre esa magia extraña que abrumaba unas cuevas altas en la montaña. Magia de hierro, y los animales raros que se acercaban a él.
Continua :D
¡Gracias por leer!
Tengo un serio problema, amo a esta pareja. Nuevo fic, nueva historia sólo de ellos dos :3
El anterior (mi sangre Dragón) esta estancado por razones meramente técnicas :-c le debo una disculpa a los lectores de ese fic, pero pronto volverá :D espero sus reviews
