Capítulo I: La venganza

Capítulo I: La venganza
2 de septiembre de 1977

Eran las 6 y media de la tarde y Lily Evans corría por los pasillos de Hogwarts de vuelta de la biblioteca. Era su último año en el castillo y definitivamente no se iba a dejar amargar por JAMES POTTER. Su rostro se contrajo en una mueca de ira. La humillación de haberla hechizado en mitad de la sala común haciendo que se ruborizara cuando Potter le pidió salir sencillamente era imperdonable. Pero ella no se iba a dejar vencer tan fácilmente, le demostraría a esos malditos engreídos que ella sabía hacer más que gritar y enojarse. Sí. Esta vez Lily había decidido pasar por alto las normas del colegio y hechizarles. A los cuatro. Había estado reflexionando un tiempo si incluir o no a Remus y Petigrew, pero, ya que ninguno de los dos había hecho nada para impedir su humillación, decidió castitgarles también a ellos. Lo siento, Remus, pensó.

El hechizo consistía en hacerles parecer ancianos durante unos días. Probablemente se las arreglarían para pasarlos en la enfermería, pero alguien los podría ver y ella se encargaría de contar la historia por todo Hogwarts (omitiendo que era su culpa, ya que entonces las fans de los merodeadores se le echarían encima...).

Interceptaría a los chicos en un corredor del tercer piso de camino a la cena. Se dirigía hacia allí.

Y efectivamente, al doblar la esquina y esconderse detrás de una armadura pudo escuchar la voz de Sirius Black riendo:

En serio, Cornamenta, tenemos que hacer eso más amenudo, aunque sea sólo para volver a ver la cara que se te quedó a ti. – rió estrepitosamente. Lily oyó como la chirriante risa de Pettigrew le acompañaba.

Canuto, entiendeme, es raro ver a Evans roja por algo que no sea ira... – Lily cerró los puños. Maldito egocéntrico Potter. – Pero no será necesario hechizarla, lo hará por si sola...- continuó James. Lily casi pudo ver como sonreía. Lívida de ira, sacó la varita de la manga de su túnica y murmuró unas palabras en voz baja.

Entonces, varias cosas sucedieron a la vez. Una explosión, un grito, un golpe, mucho polvo y Lily sintió como se desmayaba.

()()()

Cuando Lily abrió los ojos estaba contemplando el techo del mismo pasillo donde se había desmayado. Por cómo se sentía podría decir que había estado días en aquel estado, pero cuando miró su reloj vio que apenas había transcurrido un minuto. Lentamente se incorporó. La moqueta del suelo parecía algo más gastada que antes. Tal vez había sido un efecto del hechizo. Frunció en ceño. En la biblioteca no ponía nada de que el hechizo causara daño alguno, y menos que hubiera una explosión. Miró a su alrededor. A sólo unos metros de ella estaban los cuatro merodeadores, todos inconsientes. Lily sacudió la cabeza, perpleja. En sus caras no había ni una arruga. De hecho, estaban exactamente igual, quitando el hecho de que estaban inconsientes. En ese preciso instante, James Potter levantó la cabeza.

¿D-Dónde estoy? – preguntó con voz débil. Lily lo miró con odio retenido.

En exactamente el mismo lugar que hace tres segundos, Potter. Parece que te desmayaste. – sonrió – Vaya, vaya, el famoso James Potter se desmaya en mitad del pasillo – añadió con desdén.

Pues como veo tu no estás en mejores condiciones, Evans.

En aquel momento Lily se dio cuenta de que seguía tendida en el suelo. Hizo una mueca y se levantó de un salto.

Al menos yo si recordaba dónde estaba – escupió y se dio la vuelta para irse. Pero James la detuvo.

¡Evans!

¿Qué quieres? – James sonrió

Vuelve a sonrojarte para mí.

Lily le dio una bofetada. Entonces escuchó unas risas a su espalda, los demás mereodeadores habían despertado.

Bueno, ya que tienes a tus amigos para que te cuiden me puedo ir – dijo Lily en todo mordaz.

¿Es que te preocupo, Evans? – preguntó James con burla.

¡NO!

Pero te encantaría salir conmigo...

POTTER

¿A que sí?

¡NO! – James se acercó a ella

Vamos, admítelo Evans.

Cualquiera, menos tu, Potter, cualquiera. Por ejemplo... – Se dio la vuelta en busca de inspiración para el insulto – por ejemplo... – se topó con la mirada de los otros merodeadores. Sonrió. – Peter, por ejemplo. – Golpe bajo.

¿Ah si? – James se apartó y se dió la vuelta para marcharse. Lily creyó ver una lágrima. Se sorprendió a si misma arrepintiendose de lo que había dicho.

Potter – James se dio la vuelta. - ...piérdete – se arrepintió en el último instante.

()()()

James, Remus, Sirius y Peter anduvieron en dirección al Gran Comedor en silencio, al parecer sin percatarse de que más miradas de lo normal se posaban en ellos hasta que se toparon con un chico al parecer de cuarto o quinto año al que no conocían.

Hola, James – saludó – Eh... espera, ¿eres James Potter, verdad? – parecía dudar.

Eh, sí claro – respondió James confuso

Ah, bien, Al me ha dicho que te tiene que decir algo importante, creo que tiene algo que ver con vuestra familia. Dice que te ve en los terrenos. – sonrió y el chico se marchó apresuradamente.

¿Quién es Al? – preguntó Sirius perplejo.

Ni idea – respondió James igual de confuso.

Bueno, vamos a los terrenos a ver qué quiere y quién es – sugirió Remus. Los demás asintieron.

Dijo "creo que tiene algo que ver con vuestra familia"... ¿Desde cuándo hay alguien en mi familia que estudia en Hogwarts y se llama Al?

()()()

Albus Severus Potter estaba sentado al lado del lago contemplando los terrenos. Acababa de recibir una lechuza de sus padres diciendo que volvieran a casa por navidad. Había llamado a su hermano de forma tan urgente porque le sorprendía el repentino cambio de planes de sus padres. Oyó que alguien se acercaba y en cuanto alzó la vista y vio quiénes se le acercaban no pudo evitar que el sandwich que comía se le cayera de las manos. Conocía a aquellos cuatro chicos. Eran exactamente igual que los de la foto pegada en la habitación del cuarto de su hermano en Grimmauld Place.

James Potter, alto, pelo revuelto, gafas... exactamente igual que su hermano. Aunque si te fijabas bien podías ver pequeñas diferencias como la nariz algo más recta y los ojos un poco más oscuros de su abuelo.

Sirius Black, igual de alto que su mejor amigo y muy apuesto, con el pelo negro que le caía sobre la frente.

Remus Lupin, cabello castaño claro, ojos color miel y tez muy pálida. Albus reconoció en el algo de Teddy.

Peter Pettigrew, bajito, con algo de sobrepeso, ojos acuosos y muy pequeños. Albus no pudo describir con palabras lo que sentía en aquel momento, observandolos. Los ídolos de su hermano, y tal vez también suyos, muy en el fondo.

No podía ser. Estaban muertos.

()()()

James caminaba hacia el lago seguido muy de cerca por Sirius, Remus y Peter. Sentado junto al lago había un chico que parecía estar en sexto año. Tenía el pelo negro muy despeinado, parecía ser alto y llevaba gafas. Era casi una copia de él mismo, excepto por el hecho de que tenía los ojos verdes. Se sorprendió de no haberse fijado en él antes.

Cuando el chico se levantó apresuradamente, James le tendió una mano y dijo:

Hola, supongo que eres Al,verdad?

Así es – respondió Al – Albus – le tendió la mano – Albus Severus Potter.

James se quedó mirándolo perplejo. Él era el único Potter en el castillo y estaba seguro de no haber visto a Albus antes. ¿Y ese nombre? Frunció en ceño, ya lo pensaría luego.

Encantado – James intentó forzar una sonrisa – Pero, ¿quién eres exactamente? – Albus sonrió.

Eso puede esperar, creo que ustedes deberían ir inmediatamente al despacho de la directora, vamos, os acompaño.

Mientras Albus se encaminaba hacia el despacho de la directora (profesora McGonnagall) detrás de él James, Remus y Sirius discutían en voz baja.

Pues yo creo que esto es una broma pesada, sabéis? – decía Sirius – De los Slytherins, ¿si no por qué se llama Severus?

Canuto, no sé lo que está pasando aquí, pero ahora mismo lo más inofensivo que se me ocurre es que sea una broma – respondió James en tono serio. – Eso, o nos hemos vuelto locos del todo. ¿Por cierto, dónde estará Evans?

Remus, ¿tú qué opinas? – preguntó Sirius omitiendo por completo la último pregunta de James. Remus parecía pensativo:

Pues... la verdad es que no lo sé...

Qué gran ayuda... ¿Colagusano?

¡¡Te apoyo!! – Peter ni siquiera parecía haberse enterado del resto de la conversación. Sirius echó a reir, ajeno a los pensamientos de los otros dos (Remus ocupado intentando resolver el misterio y James pensando dónde podría estar Lily)

Bueno, eso siempre es un buen comienzo, Colag... – pero Sirius fue bruscamente interrumpido

¡¡YA LO TENGO!! – gritó Remus y se acercó a Albus corriendo, que los seguía guiando hasta el despacho de la directora.

¿Albus? – preguntó dudoso

¿Sí?

¿A qué día estamos? – Remus cada vez estaba más nervioso, y Albus por lo visto también

A 2 de septiembre...

¿De qué año?

2023