Hola una vez más, para los que siguieron este fic, sabrán que han pasado muchos años desde que subí algo de esto. como verán trato de continuarlo pero tiene un inicio diferente así que si todo salio bien este capitulo reemplazara al único capitulo de A new beggining R. espero no estancarme esta vez y continuar la historia como quiero. por cierto dudo que pueda subir tantos capitulos tan seguido como lo hice con el fic original, pues pasa el tiempo y muchas cosas cambia. pues para acabar este discurso que tal vez no les interese. solo diré que nos veremos en el capitulo 2


Un fuerte viento sopló haciendo que Sawako se abrazara a si misma mientras que su bufanda se elevaba ligeramente.

Mientras se acomodaba su abrigo liberó unos murmullos, quejándose de su auto encontrándose en un taller durante la semana antes de seguir caminando con ligeros temblores.

A pesar de no haber nevado el clima se mostraba inclemente esa tarde de sábado. En un día normal ella habría regresado sin desvíos a su departamento, pero un mensaje repentino aquella mañana, cambio sus planes.

Sawako sacó su celular del bolso y revisó el mensaje una vez más.

YAMADA :

Sé que es repentino, pero necesito tu ayuda. Te veré en Jonathan´s , ya sabes a cual me refiero.

Se detuvo enfrente a un semáforo en rojo y mientras esperaba a que la luz cambiara, decidió inspeccionar una vez más el contenido de su bolso.

El primer objeto que tomó era una carta rectangular, que era más grande que cualquier naipe común, de bordes azules con el numero 5 en romanos en su extremo inferior, así como dibujos que parecían representar el sombrero de un pontífice.

"te viene como anillo al dedo, ¿no crees?"

La voz de una chica resonaba en su cabeza haciendo que ella solo suspirara. Guardó la carta y sacó una fotografía.

En el centro de ella había una Sawako un par de años más joven y con su cabello más corto. Estaba rodeada por varios chicos usando gakuran y chicas con uniformes de marinera. Su mirada se centro en el par de chicos más cercanos a ella.

La chica a su derecha usaba un suéter rojo holgado que solo dejaba ver la falda de pliegues así como el cuello de su uniforme. El cabello de la misma era de un rojo más intenso, entre un vino y un rojo sangre, este era tan largo que pasaba la mitad de su espalda. Se encontraba suelto con excepción de una trenza que caía con delicadeza sobre su pecho.

El color intenso de su cabellera hacía resaltar sus peculiares ojos ámbar así como su piel blanca cercana a la nieve. La uñas pintadas de un delicado rosado completaban el cuadro de una modelo adolecente. Con su brazo izquierdo entrelazado con el suyo parecía jalar a Sawako hacia ella mientras que con el derecho jalaba un chico hacia ella, todo esto mientras esbozaba una sonrisa inocente.

Su mirada se pozo inmediatamente en el chico que por su amarga expresión parecía ser forzado a estar en la foto. De cabellera negra algo larga para ser un chico aunque sin serlo demasiado como para llamar la atención. Ojos rojos sangre muy notorios y un rostro que reflejaba estar entre la pubertad y la adolescencia. Vestía con un simple gakuran negro que mostraba signos de haber sido remendado muchas veces.

—Esos dos, ¿se encontraran bien? — ella no pudo evitar sonreír con nostalgia al pensar en el último mes de su época como practicante de profesora. Sin dudas el mes más bizarro de su vida.

El semáforo dio la luz verde, permitiendo continuar su camino. No pasaron más que un par de minutos hasta que logro ver el letrero de su destino en letras romanas.

El restaurante era de una solo piso pero se expandía hacia los extremos. La fachada estaba pintada con colores brillantes resaltando el naranja, se encontraba rodeado por el espacio para estacionamiento.

Sawako se encontraba a unos pasos de la escalera que llevaba a la entrada principal cuando…

—Gracias por venir, Sawacchi. —

Ella volteó al ser llamada por aquel vergonzoso sobrenombre. Solo conocía a dos personas que la llamaban de esa forma, pero por el tono masculino de la voz pudo deducir quien era.

— ¿Cómo has estado Yamada-kun?—

Un silencio incomodo se interpuso entre los dos. El joven inclino ligeramente la cabeza mientras rascaba su mejilla al ver que Sawako no decía nada.

— ¿Sucede algo?— Preguntó Yamada con curiosidad en los ojos.

—No es nada…

La actitud de Sawako no era para estar extraña en aquella situación. El chico que recordaba en la foto y el que se encontraba frente a ella mostraba grandes diferencias.

Si bien las pupilas rojo carmesí seguían ahí; su rostro había madurado, aunque se podía apreciar algunos rasgos delicados que lo hacían ver algo femenino. Su cabello había crecido hasta, en su opinión, el borde de lo ridículo; este llegaba a pasar su cintura sin ningún problema, sin embargo era notorio que no se le había dado el mantenimiento adecuado. Pero sin lugar a duda el cambio más significativo radicaba en el hecho de pasar de 1.50 a 1.70.

— ¿No esperabas que hubiera cambiado tanto?— el chico se encogió perdiéndose en su bufanda y abrigo mostrando un ligero rubor en sus mejillas.

Ante esa acción Sawako notó el pequeño arete plateado en el lóbulo izquierdo de Yamada. Ella frunció el ceño pero relajo su expresión tan rápido como pudo.

—Sera mejor ingresar ahora, está haciendo mucho frio. —

Ambos pasaron por la puerta principal, tras recibir la bienvenida por parte de una de las camareras, tomaron una mesa alejada de la entrada en la sección de no fumadores. Sentándose uno enfrente del otro.

Mientras se ponían cómodos, el chico de cabello largo se quitó el abrigo y la bufanda revelando una gakuran negro que mostraban marcas de haber pasado por el tratamiento de la aguja y el hilo en varias ocasiones.

— ¿Por casualidad es con esto que necesitas mi ayuda? — tras quitarse la bufanda y su abrigo, Sawako colocó la carta con el 5 en romanos sobre la mesa

—ah… Hierophant…— el joven esbozó una melancólica sonrisa que cambio rápidamente a una más natural. — no… es de hecho algo más común. — decía mientras parecía buscar algo en los bolsillos de su uniforme.

—Esto es…— Sawako tomo el papel con marcas de dobles y leyó el titulo en él.

Prueba de transición: solicitud abierta para todos los estudiantes masculinos del área de Tokyo

—El volante de Sakuragaoka en donde anuncia su año de prueba para estudiantes masculinos. —

—Entonces el favor que quieres es…— con su índice debajo del mentón, Sawako parecía entender lo que quería decir. — ¡Espera un minuto el hecho de que sea profesora ahí, no implica que pueda ayudarte a…!

— ¿lo eres?...—

— ¿ah?

Ambos se miraron por unos instantes en un interrogante silencio, antes que Yamada continuara la conversación.

—Oh, no sabía que enseñabas ahí. — comento para luego apoyar sus manos sobre la mesa y agachar su cabeza tanto como le era posible. — ¡Por favor Sawacchi ayúdame a estudiar!

La voz alzada de Yamada atrajo la vista de muchos de los clientes, quienes miraban a la extraña pareja soltando uno que otro murmuro.

— ¡Muy bien, muy bien! ¡Solo detente de una vez! — Sawako respondió alarmada al sentir clavarse las miradas en ella.

—ah… ¿Están listos para ordenar?— ambos voltearon para prestarle atención a la camarera que los miraba con nerviosismo.

—Té con leche para mí. — la joven profesora respondió con cansancio.

—Café negro— respondió el joven de los ojos carmesí.

La camarera registró la orden y tras una pequeña reverencia se retiró, por lo cual pudo continuar con la conversación

— ¿Pero porque Sakuragaoka? No va a ser una de las más fáciles de ingresar, al menos para ti. —

—No… no tenias porque decirlo así, soy consciente de ello. — Respondió Yamada sintiendo que le caía una pesada piedra por aquel último comentario.

Como profesora y antigua estudiante sabía que Sakuragaoka no era una de las preparatorias más exigentes pero tampoco era sencillo pasar por sus puertas; y conociendo el nivel académico de Yamada, el chico lo tendría difícil.

Si ese fuere el único problema, no tendría por qué dudar en ayudarlo. Suspiró con una cansada expresión.

—Uhmm… no sería mejor que postularas a la misma preparatoria que Kita-kun y Ijichi-kun— Sawako trató de disuadirlo.

—No, no puedo hacer eso…— Comenzó a decir con una fuerte convicción. — Touma está postulando a una escuela de alto prestigio, no podría entrar ahí ni aunque quisiera; además Tetsuya está de acuerdo conmigo que cada uno trate de hacerlo lo mejor que pueda por su parte.

— ¿A qué te refieres con eso? —

—Yo… quiero intentarlo, ya sabes un nuevo comienzo. —

En cualquier otra situación ella se estaría riendo al ver un niño hablar como un aciano, pero la seria expresión del chico frente suyo hacía imposible siquiera sonreír.

—muy bien, te ayudare en lo que pueda… —

— ¡¿En serio?!— La melancólica expresión desapareció para dar paso a una brillante sonrisa.

¿Es en serio el mismo Yamada-kun de hace 2 años? No pudo evitar pensar al verlo.

—…Eso me gustaría decir, pero hay muchas cosas que podían impedirte entrar.

— ¿Qué clase de cosas?

En lo que Sawako pensaba que hacer, la camarera llegó con sus órdenes, dejó las tazas frente a ellos y se retiró al sentir la tensión en el ambiente

La joven profesora dudó un momento antes de hablar, pero si en verdad quería entrar era mejor si era advertido antes.

—Como sabes, Sakuragaoka está admitiendo a hombres como una muestra para evaluar la posibilidad de volverla mixta. No fue sorpresa que algunos miembros de la asociación de padres de familia, así como los profesores más antiguos se opusieran alegando proteger los "valores de los fundadores " y dejar que fuera una escuela exclusiva de mujeres. No entiendo que tienen en la cabeza esas personas…— Sawako suspiró para luego tomar su taza y tomar un sorbo de té.— No tengo duda de que hay una guerra de intereses, pero no tengo intención en meterme en eso…— comentó mientras masajeaba su frente con sus dedos.

— ¿Eh…incluso cuando solo se trata de una escuela los adultos a cargo solo piensa en sí mismos?

—Bueno, como recordaras las cosas son así… ¿uhmm?— Sawako dejó la taza a medio camino de sus labios cuando notó un cambio en el joven frente a ella.

El chico perdió el aura amistosa que hasta ahora emitía, apoyó su barbilla sobre el puño y miró a la joven profesora con ojos fríos.

—Ya veo, las cosas siguen como siempre… eh.

—Parece que sigues ahí… — comentó en voz baja mientras continuaba el recorrido de la taza a sus labios.

El joven carraspeo logrando que el ambiente volviera a la normalidad.

—Entonces que han hecho, ¿aumentaron la dificultad del examen de ingreso o algo así?—

—Ya que es una muestra quieren que los estudiantes masculinos que ingresen ofrezcan más que solo un promedio elevado, eso es algo que ambos bando estuvieron de acuerdo. — comentó Sawako con una sonrisa en el rostro.

— ¿eh?, ¿cómo qué?

—Una demostración de habilidades atléticas o artísticas.

— ¿uhmm?—

—ah…—La joven maestra suspiró con ligera exasperación —Es similar a como algunos estudiantes consiguen una beca por sus resultados en equipos deportivos, solo que ahora lo único que obtendrás es el derecho de ingresar. —Terminó de explicar para luego acabar el resto de su té.

—Sé a lo que te referías, solo estoy pensando en que podría hacer. — Yamada tomó su taza y le dio un sorbo a su café con el ceño fruncido, sumergido en una profunda meditación.

—Oye, Sawacchi…. ¿Aun existe el club de música ligera en el que pertenecías?

—Pues de hecho sí.

—Si existe el club entonces la escuela no tiene problema con la música que este fuera de una banda escolar o música clásica… creo que ya sé que mostrarles.

— ¿Sabes tocar algún instrumento?— Preguntó Sawako con curiosidad.

—Por supuesto que si. — Infló el pecho y mostró una orgullosa sonrisa. —No me iba a quedar solo con lo básico que me enseñaste. De hecho junto con Touma y Tetsuya formamos una banda.

—Tocar un par de canciones… sí, eso podría funcionar…— Sawako decía pensativa con su mano en la barbilla. —Pero ¿hace un rato no dijiste que ambos están ocupados?

—Ah… tienes razón…—Yamada pasó del entusiasmo a la desesperación en cuestión de segundos para luego dejar caer su cabeza en la mesa con un fuerte estruendo. — ¿Y ahora qué?

La joven profesora tomó el volante de Sakuragaoka una vez más y releyó el contenido.

—Esto podría funcionar…—

— ¿Qué cosa? — respondió con su rostro aun sobre la mesa.

—Aparte de Ijichi-san y Kita-san, ¿no conoces a nadie más que pueda apoyarte?

El joven de los ojos carmesí levanto ligeramente la cabeza mirándola con una mirada desenfocada. Pasaron unos segundos hasta que finalmente dijo.

—No, nadie…— Suspiró y dejó caer una vez más su cabeza sobre la mesa.

Sawako suspiró mientras ajustaba sus lentes.

—Yamada-kun…

Levantó ligeramente la cabeza al escuchar ser llamado.

—Ya que tampoco lo prohíbe podrías pedir ayuda a los miembros del club de música ligera. Soy la supervisora del club así que al menos puedo sugerir que te ayuden, claro que acepten dependerá de ellas y de ti.

— ¡Es en serio! ¡Si es una oportunidad voy a tomarla!, ¡solo dime lo que tengo que hacer! — Yamada volvió a la vida con unos ojos brillantes mientras tomaba las manos de la joven maestra y lo acercaba a él.

Una vez más los clientes voltearon al ver a la mesa por el nuevo escándalo.

— ¡Tranquilízate!, ¡tranquilízate! Estamos atrayendo la atención.

—Ah, sí lo siento. —

Sawako esperó hasta que las personas que los rodaban perdieran el interés antes de volver a hablar.

—Como dije antes, te ayudaré en lo que pueda. Pero espero que seas serio en esto. No quiero que tenga nada que ver con esto. — Dijo mientras volvía colocar la carta con el 5 en romanos en su cartera.

—Descuida Sawako, lo único que quiero es comenzar desde cero — Yamada se refirió a ella sin el apodo y hablo con un tono serio.

Se quedaron callados mirándose el uno al otro, como tratando de encontrar una abertura, llenando de tensión el ambiente.

—Muy bien, supongo que eso es todo. — el joven de la oreja perforada, dejo unas monedas sobre la mesa y se tomó el resto de su café de una sentada.

—Espera unos días y te contactare, aun hay algunas cosas que debemos discutir… sobre todo tu desempeño académico.

A la sola mención de sus notas el joven se congeló y agacho la cabeza con depresión.

—Descuida, aun tienes algo de tiempo. —La joven maestra le sonrió

El joven suspiró y trató de devolverle el gesto antes de marcharse.


Me encontraba esperando en el portón principal de la aun "preparatoria solo para mujeres" Sakuragaoka.

Me encontraría aquí con Sawacchi a las 3:40 pm, pero debido a mí nerviosismo llegué unos 10 minutos antes. Debido a eso he sentido la mirada de cada una de las estudiantes, que se dirigen a casa, clavarse en mi espalada ¿Acaso me veo tan extraño?

Llevó mi gakuran normal bajo mi abrigo, tal vez sea el estuche de mi bajo en mi hombro o… porque me engaño a mí mismo, tengo la apariencia de un delincuente por donde quieras que mires.

—Oh, llegaste antes. Está bien que muestres tu entusiasmo.

Sawacchi tocó mi hombro para llamar mi atención y me sacó de mis lamentaciones.

— ¿Y qué dicen los miembros del club?

Esta pregunta es más importante de lo que pueda sonar a simple vista. Después de una breve investigación, me di cuenta que solo tengo cerca de un mes para presentar el número que planeo hacer y tan solo 15 días más para presentar el examen escrito. Si me rechazan ahora… ah… ahora entiendo por qué Sawacchi quería que me rindiera.

—Algunas estuvieron de acuerdo en ayudarte…

— ¿En serio?— sentí como un peso enorme se levantaban de mis hombros.

—Pero Akiyama-san, quiere saber si tienes algún tipo de experiencia. Ya sabes, con el poco tiempo que tienes para preparar todo.

Ah… sentí como el peso regresaba a mí con unas toneladas más. No se quien será esta Akiyama-san, pero estoy de acuerdo. A mí tampoco me gustaría perder mi tiempo en una tarea inútil.

— ¿Estás bien?

—Sí, sí, estoy bien.

—Toma, no te olvides de usarlo mientras este dentro.

Me dio un carnet, que podía usar como colgante, con las palabras visitante escrito en el. Caminamos por unos minutos mientras era apuñalado por más miradas. Algunas eran de curiosidad y otras tantas eran despectivas.

—Muy bien. Ya llegamos.

—Al fin acabo la exhibición del animal extraño.

Ella solo sonrió a mi comentario, perecía contener las ganas de reír.

Podía escuchar una alegre conversación detrás de la puerta doble de madera. Leí el pequeño letrero sobre la puerta. "sala de música" estaba escrito.

Di unas cuantas respiraciones para tranquilizarme y abrí la puerta. Los ojos de las 4 chicas se voltearon a mí y antes que pudiera decir algo, me presenté.

—Mi nombre es Yamada Akihito, es un placer conocerlas.