Disclaimer: los personajes y el Universo Panem son propiedad de Suzanne Collins. Esta historia participa en el foro "El diente de león", en el reto "80 historias".

Personaje e historia creados por Alphabetta. Retador: Elenear28.


El sabor de la derrota

Nicholl Barbicane, 14 años.

Distrito 6.

"No va a servir de nada" pienso mientras empujo el enorme neumático que Karren me obliga a transportar. No lo digo, para evitar otra lluvia de críticas por parte de mi hermana mayor, con la cual no estoy en muy buenos términos últimamente.

Un par de metros por delante de mí, ella hace rodar su propio neumático, alternando sus manos al empujarlo. Camina en silencio y aunque no puedo ver su cara, sé que tiene el ceño fruncido.

Ya hace casi una semana desde que nos rendimos. Era cuestión de tiempo que esto pasase. Nuestro distrito proveía a los otros con tanques y aeronaves, cada uno era complementario a los demás y al principio todo fue bien. Pero conforme fueron cayendo, la escasez comenzó. Las fuerzas capitolinas estaban cada vez más concentradas en los distritos restantes...

Y caímos.

Después de todo este tiempo, de perder nuestras casas, nuestra salud, nuestro trabajo y seres queridos, caímos.

Como yo ya predije, todo fue para nada. Trabajábamos demasiado, pero al menos lo hacíamos. Las reglas eran demasiado duras, pero si las cumplías no tenía por qué pasarte nada. Tan sólo teníamos que haber sido mejores ciudadanos.

Teníamos poco pero ahora tenemos menos aún.

Deberíamos... haber estado agradecidos.

Ahora ya es tarde.

Mi neumático se atasca en un bache y se detiene, haciendo que tropiece con él y acabemos ambos en el suelo. Inmediatamente oigo a Karren chasquear la lengua.

— Estoy empezando a pensar que lo haces a posta —dice.

Siento dolor en el muslo, a la altura de donde me he golpeado con el filo del neumático.

— Ha sido un accidente —me defiendo— ¿Me ayudas a levantarme? Me he hecho daño.

Ella deja escapar un bufido.

—Ya va siendo hora de que aprendas a valerte por ti mismo. ¿No crees? Las cosas se van a poner difíciles a partir de ahora ¿No era eso lo que tú querías?

Sigue andando más rápido que antes dejándome atrás. Con esfuerzo me incorporo y levanto el neumático.

Yo nunca quise que llegáramos a esto. Pero tampoco sé qué hacer cuando estoy enmedio de ésta modesta revuelta avivada hace dos días por el asesinato de tres Agentes de la Paz.

Si ya iba a haber consecuencias, ahora va a ser peor aún. Hay que saber cuándo rendirse.

—Déjala en la pila con las demás —grita mi hermano Calder desde lo alto de la barricada de madera y neumáticos.

Como todos los demás, lleva un pasamontañas.

Un tipo gordo me ayuda a colocar mi carga en la barricada y luego, nos hacen trepar hasta el otro lado antes de que rocíen todo con gasolina y le prendan fuego.

El calor de las llamas hace que me eche para atrás. Más allá de la barricada ya no se ve absolutamente nada. Pronto vendrán los refuerzos en el tren de las seis, sé que han cortado las vías, pero eso sólo los retrasará, no los detendrá.

Es posible que en unas horas esté muerto... que todos lo estemos.

—Nuestro último bastión. Hay que defenderlo —dice mi hermana mirando las llamas.

—No va a servir de nada... —murmuro.

—¿Qué dijiste? —Me reta Calder levantando la vista de las botellas de cerveza vacías que está llenando con gasolina.

No debería haber dicho nada.

—Ha dicho que no va a servir de nada —contesta mi hermana— está deseando vernos a todos ejecutados, sólo porque él no tiene lo que hay que tener para luchar por sus derechos.

—No es verdad.

Calder no me cree.

—Es por gente como tú que todo ha fracasado, que tantas vidas se han malgastado en vano.

—Sólo quiero vivir en paz, recuperar la seguridad que antes teníamos. ¿En serio... crees que rebelarse una vez más va a mejorar las cosas? El alcalde se rindió, nos van a arrasar igual que han hecho con el trece.

—Prefiero morir de pie que vivir de rodillas —sentencia antes de volver a su labor.

"Pues yo prefiero vivir. Aunque tenga que hacerlo arrodillado" pienso.

—Si no vas a ayudar será mejor que te vayas de aquí. Estás estorbando —dice Karren mientras afila una pila de cuchillos y los reparte—. Haz algo útil y ve con papá.

Yo la obedezco sin rechistar.

Desde que la mayor parte de las casas fueron destruidas en el bombardeo, vivimos junto con muchos otros supervivientes en uno de los hangares del distrito. Mi padre, que debería estar en el hospital curando el muñon de su antebrazo, descansa en una cama desvencijada que encontramos en los escombros.

Ya dejé el agua preparada en la mañana, la recogí del río pues no tenemos agua corriente. Con un poco de madera y gasolina, enciendo un pequeño fuego y la pongo a hervir para purificarla.

—Nicholl... —murmura papá— ¿Cómo va todo?

Él sabe perfectamente que todo es inútil, pero prefiere tener esperanza en lo imposible.

—Todos se están esforzando mucho.

Mi padre sonríe.

—Cuando tu madre vuelva estará orgullosa de saber que luchamos hasta el final.

Papá se lleva a su pecho el retrato de mamá que tiene en su mano buena. Por el que perdió el brazo al tratar de recuperarlo de nuestra casa en ruinas.

Mis hermanos no lo dejaron ir, así que se escapó en mitad de la noche dos días después, cojo como iba pues perdió la pierna en una explosión semanas atrás. El suelo cedió bajo su peso y acabó en el piso de abajo, con el brazo atrapado en los escombros y una herida en la cabeza.

Así lo encontramos.

Ahora, sin hospital al que ir y sin recursos, soy yo quien se encarga de curar el muñón para evitar que se infecte.

—¿Aún crees que mamá volverá? Ya han pasado dos meses —digo, mientras mojo el paño en el agua que hierve.

—¡Por supuesto que lo hará! —exclama ofendido— estamos en guerra, ha debido de haber complicaciones en su regreso. Eso es todo.

Yo no estoy tan seguro. No se sabe qué pasó con ella. Se rumorea que la secuestraron los Agentes de la Paz para hacerla reparar las averías de sus naves, pero como buena Barbicane seguro que se ha negado, y si lo hizo...

Siento una punzada de dolor cuando me fijo en el retrato de mamá, con su uniforme de trabajo, verde y sucio. Su pelo rubio recogido en una trenza, la mancha de aceite en su mejilla y la llave inglesa de su mano. Quiero verla, quiero verla sana y salva más que cualquier otra cosa en el mundo.

En ese momento y sólo para torturarme, el reloj da las seis. Se siente como sal en una herida, y comienzo a llorar mientras mi padre se queda ahí, mirando a la nada sin hacer comentarios. Pronto moriremos. Y lo que más me frustra de todo es sentir que no lo merezco.


¡Hola a todos! Soy Alphabetta y me complace traerles éste primer capítulo de éste nuevo proyecto por cortesía del foro "El diente de león". El reto me llegó por parte de Elenear28. La ficha que inspiró a Nicholl es la siguiente:

Tipo de personaje: hijo de rebelde de cualquier distrito. En desacuerdo con la revolución porque no le gustan los enfrentamientos.

- Edad: 14 años

- Personalidad: temeroso, sumiso, evita los conflictos siempre. Es maltratado verbalmente por sus hermanos mayores (un hermano y una hermana) que creen que es débil por su forma de pensar.

- Historia: el menor de tres hermanos. Su hermano y hermana mayor fueron soldados en los levantamientos de los distritos y trabajaron por la fuerza rebelde. Su madre está desaparecida desde hace un par de meses y su padre perdió una pierna a la altura de la rodilla y una de sus manos. Viven en condiciones deplorables. Sus hermanos tienen la costumbre de decir "primero muertos antes que siervos", él no siente que encaje en ninguna parte y, en secreto, cree que el gobierno antes de los levantamientos no estaba tan mal.

- Frase random que pueda ser incluida en la historia: "sólo para torturarme, el reloj da las seis"

Decidí usar las cinco premisas porque no me ponía de acuerdo en cuales escoger, y me gustaba la idea de incluirlas todas.


Para el capítulo número dos:

Tipo de personaje: habitante del Capitolio.

-Edad: 19 años

-Personalidad: Sensible, soñadora, lo vive todo de forma muy intensa, cambios de humor gobernados por sus recuerdos, amable con quien cree que lo merece, no se corta con la crueldad con quien cree que la merece, amante de las flores.

-Historia: ella lo perdió casi todo en la revolución, en los diversos ataques al Capitolio que efectuaron los distritos sobre todoel 13. Primero perdió a su hermana mayor y luego a sus padres. Más tarde encontraron a su madre con vida pero había perdido la razón. Ella va de camino a una entrevista de trabajo. El puesto es escolta en los JdH que aún falta un año para que se lleven a cabo pero ella aún no lo sabe. Ha estrenado su primera barra de labios y perfume en años. Ahí el entrevistador le enseña el video y le especifica detalles.

-Frase random: Violeta. También es violeta. Parece una señal del destino.


Si te interesa escribir este capítulo o alguno de los que están por venir, lo único que tienes que hacer es pasar a presentarte en el Foro "El diente de león" y entrar ahí al topic del reto. El link del foro está en el perfil de esta cuenta.

Saludos, las moderadoras.