Disclaimer: Maria Holic pertenece a su respectiva autora.

Título: Testigo silencioso

Rating: T

Personajes: Shizu (Mariya) Shidou, Kanako Miyamae, Kiri Nanami.

Soundtrack: Justice for Saint Mary- Diablo Swing Orchestra.


El pecado no se disfruta sino sabes que es pecado

Charles Baudelaire


Mi nombre es Kiri Nanami, tengo 16 años y asisto a la prestigiosa escuela, exclusiva para mujeres, Ame no Kisaki. Curso el segundo año del bachillerato.

La escuela, sin lugar a duda, es hermosa y presenta un excelente plan de estudios –a pesar de que me va pésimo en física, química y matemática–. Sin embargo, tiene un gran defecto: Es aburrida.

Mis padres decidieron que permanezca en el internado de la escuela, para que me centre mejor en los estudios. Así que técnicamente ya estoy viviendo un año en Ame no Kisaki. Pero, para ser honesta, vivir en tu escuela es algo aburrido, nada interesante pasa, todo es muy rutinario y monótono. Mi primer año pasó volando, sin ninguna novedad.

Bueno, eso era hasta ahora. Resulta que mi antigua compañera de habitación se mudo al extranjero. Era una muchacha bastante normal, no hablábamos mucho, ni si quiera la podría considerar mi amiga, solo éramos compañeras de cuarto. Como ningún lazo de amistad me ataba a ella, no me afecto ni un poco su partida. No hubo despedidas sentimentales, ni siquiera un adiós. Simplemente se fue.

Por mi eso está bien, no soporto los teatros cursis.

Cuando regrese de las vacaciones, para reacomodar mis cosas en mi cuarto antes de que empiece las clases, la encargada de los dormitorios me dijo que tendría una nueva compañera de habitación, una muchacha transferida. La noticia se podría decir que me emociono, tal vez la nueva alumna sea alguien interesante capaz de romper mi monotonía diaria.

Cuando la conocí se podría decir que mis expectativas se vieron cumplidas. Mi nueva compañera, se llamaba Kanako-san, era una muchacha con mucha energía, muy vivaz y algo tonta. Ella resaltaba mucho, no solo por su impresionante altura, sino porque era muy distinta a las niñas remilgadas que comúnmente asisten a la escuela. Sin lugar a dudas era un espécimen muy interesante, tenía el presentimiento de que ella rompería no solo mi rutina, sino de toda la escuela.

El primer día, cuando el plantel docente inauguró el nuevo año escolar, el director, llamado Shizu Shidou, dio el típico discurso de bienvenida a las nuevas alumnas. Cabe mencionar que el director Shizu era un hombre muy atractivo, puesto que tenía ascendencia italiana, media escuela suspiraba por él. Durante la bienvenida reparé en un detalle que en su momento no me pareció llamativo, el director no paraba de lanzarle miradas discretas a Kanako-san, pero parecía que mi compañera no se daba cuenta pues estaba más ocupada admirando el establecimiento –o a las estudiantes–.

Esa misma noche Kanako-san me contó que sus padres se conocieron y enamoraron precisamente en esta escuela, su sueño era encontrar al amor de su vida en Ame no Kisaki. La historia de sus padres me pareció conmovedora pero el sueño de Kanako-san era muy utópico, en esta escuela no había nadie que valiera la pena.

Al día siguiente mientras estábamos en clases, Kanako-san resultó ser también mi compañera de curso, el director mandó a llamar a mi compañera para que fuera a verlo en su oficina. En completo silencio y temblando de miedo, Kanako-san salió de clases, sentí lástima por ella.

Kanako-san no regresó durante las clases, tampoco cuando se terminó el día escolar. Me encontraba en mi dormitorio leyendo, el sol se había escondido dando paso a la implacable noche, cuando Kanako-san regresó. La noté extraña, se encontraba sonrojada y respiraba agitadamente, como si hubiese corrido una maratón, además, llevaba la ropa algo desarreglada con los primeros botones de su camisa abiertos y su moño desecho. Silenciosamente, sin dirigirme la palabra, se puso su piyama y se fue a dormir. Empecé a imaginar que es lo podría haberle pasado, tuve una idea pero la descarté de inmediato, era imposible. Durante la noche la escuche moverse –o retorcerse– mucho en su cama, como si algún pensamiento la atormentara y no le permitiese dormir.

En la mañana del día siguiente, tuve que despertar a Kanako-san, naturalmente a ella le costó levantarse –debido a la desvelada de aquella noche–. Cuando mi compañera despertó por completo, actuó como si nada le hubiese pasado, mostrando una brillante sonrisa, era una situación muy extraña. Mientras ella se alistaba para asistir a clases, noté algunos atípicos comportamientos: Primero, su manera de caminar, movía sus piernas con extremo cuidado y procuraba mantenerlas separadas, como si juntarlas le ocasionase dolor, por ello caminaba como uno de esos vaqueros que eran populares en las películas del siglo pasado. Segundo, ella evitaba mirarme a los ojos como si hubiese hecho algo que le avergonzara mucho y no quisiese que lo descubriera.

Ese comportamiento me pareció muy intrigante, de hecho ocasionó que mi mente divagara durante las horas de clases, tratando de armar un rompecabezas que, a mi parecer, era absurdo.

Durante las horas de clase se escogió a un representante de aula, por azares del destino –o porque nadie quería el cargo– Kanako-san fue escogida, ella no parecía feliz de tener ese cargo. Fumi-sensei le explicó los deberes que tendría como nueva representante, uno de ellos era que tendría que constantemente reunirse con el director para informarse de las actividades que tendría que realizar la clase o para detallar sobre cómo está la clase en cuanto a notas escolares. Cuando Kanako-san se enteró de esos deberes, pude ver como su cuerpo se estremeció levemente y su rostro se tornó rojo como las amapolas. Pero parecía que a nadie le extrañó esa reacción, supongo que pensaron que era causada por los nervios.

Luego de la explicación, Fumi-sensei le encomendó a Kanako-san la primera tarea que tenía como representante: Entregar un informe al director. Con el rostro todavía sonrojado y con pasos inseguros, Kanako-san se dirigió a la oficina del director.

Regresó unas horas después, se tardó más de lo debido. Cuando la profesora le preguntó el motivo de su demora Kanako-san simplemente respondió que el director la había retrasado con unas preguntas sobre la clase. Fumi-sensei parecía satisfecha con la respuesta, así que continuó con la clase, pero a mí esa respuesta me pareció muy sospechosa.

En los siguientes días el comportamiento de Kanako-san se tornó aún más extraño de lo que normalmente era. Durante las clases, sus ojos se perdían en la ventana observándola por horas. Cuando las chicas hablaban del director –lo cual era usual ya que, como había mencionado antes, dicho director gozaba de una gran popularidad en la escuela, se podría decir que sus fans besaban el piso donde él caminaba–, Kanako-san repentinamente se ponía nerviosa y cambiaba de tema rápidamente. Los domingos, ella solía perderse todo el día, nadie sabía en donde estaba, regresaba de noche, muy tarde. Nunca le pregunté a donde iba, no era mi asunto. Pero me parecía anormal que Ryōchō-sensei –la encargada de los dormitorios– pasara por alto las tardanzas de Kanako-san, teniendo en cuenta que es una persona muy estricta. Más de una vez la he visto castigar a Kanako-san por su comportamiento inapropiado, tenía la sensación de que Ryōchō-sensei sabía algo.

En una ocasión, Kanako-san regresó de una reunión con el director –no recuerdo el motivo de dicha reunión, pero ese detalle de todas maneras no tiene importancia–, ella entró a la habitación con suma tranquilidad. Toda la situación era normal, hasta que reparé en un pequeño detalle en su cuello: un chupón. Era verde, casi morado, y en él se podía ver pequeñas marcas de mordidas, eso me demostraba que la persona que lo hizo era muy apasionada… o salvaje. Kanako-san debió notar mi mirada pues cubrió el chupón con su mano y tartamudeó una tonta excusa que no vale la pena mencionar, no le dije nada.

Con todos esos eventos mis sospechas estaban más que confirmadas pero aún así me negaba a creerlo, era demasiado extraño. Pero no los veía como algo malo ya que estos eventos si habían logrado romper mi rutina, por eso no me molestaban.

Otro hecho llamativo sucedió en una reunión de representantes de clases, era una reunión rutinaria, nada novedoso. Olvide mencionar que me convertí en la ayudante de Kanako-san, esto era para evitar que ella se metiera en problemas, así que también me encontraba en esa reunión. Todos los representantes, y ayudantes, nos encontrábamos sentados en una mesa circular. Kanako-san estaba sentada al lado del director, tenía una curiosa expresión en el rostro, como de nerviosismo. Además siempre miraba a la pared, evitando posar sus ojos en el director. Mientras la presidenta Shiki-san informaba sobre la situación de algunas estudiantes, sentí a Kanako-san dar un pequeño brinco en su asiento. Muy disimuladamente la vi por el rabillo del ojo, su rostro estaba muy sonrojado y su mirada se clavó en la mesa, tenía los ojos muy abiertos. Con cautela, miré al director, el tenía el semblante serio de siempre pero algo me llamó la atención, uno de sus brazos se encontraban bajo la mesa, con disimulo seguí la trayectoria del brazo, ¡oh casualidad! Terminaba en las piernas de Kanako-san, ahora todo tenía sentido. Lo más curioso es que a nadie le extraño los gestos de Kanako-san, no sospecharon nada o tal vez fingieron no ver nada. Durante el resto de la reunión pude ver como mi compañera se mordía insistentemente los labios, como queriendo contener algo que luchaba por salir de su boca, también noté que la mano del director no se despegó de las piernas de mi compañera. Cuando finalizó dicha reunión, me disponía a salir y con una mirada invité a Kanako-san a que me siguiera pero el director me dijo amablemente que requería la ayuda de mi compañera. Entonces, miré a Kanako-san, podía ver la suplica en sus ojos, suspirando acepté, le dije a mi compañera que la esperaría en la habitación. Kanako-san me sonrío débilmente.

Como era de esperarse Kanako-san llegó tarde esa noche, se le veía muy feliz. Su cuello estaba lleno de marcas rojizas, por ese detalle no quise indagar en las razones de su felicidad.

Al día siguiente, Kanako-san se puso una bufanda roja para asistir a clases, cualquiera hubiera pensado que era por el frío –después de todo estábamos en invierno– pero la realidad era otra. No le reproché nada, después de todo no era mi asunto.

Ese mismo día, ya cuando anochecía, me encontraba caminando por los pasillos desiertos de la escuela, las actividades de la escuela habían terminado. Me dirigía al salón de clases, por estar distraída olvidé mi libro de física. Esperaba encontrar a Kanako-san en el nombrado salón –ella tenía que preparar unos volantes para una actividad de la escuela–. Cuando llegué a la puerta del salón, algo en mi subconsciente me dijo que abriera la puerta lo más silenciosamente posible, así lo hice. Al parecer mis presentimientos no estaban infundados pues lo que vi en aquel salón esfumó cualquier duda que se asomara en el rompecabezas que había armado.

Sobre el escritorio del aula se encontraba Kanako-san, acostada. Encima de ella estaba el director Shizu. No se encontraban hablando de asuntos escolares, precisamente. Kanako-san tenía el uniforme completamente desordenado, la falda hasta las caderas y la camisa escolar completamente abierta. El director se encargaba de cubrir con sus labios toda la piel expuesta de mi compañera mientras una de sus manos se perdía en la entrepierna de Kanako-san. Ella tenía el rostro febrilmente sonrojado, una de las manos del director Shizu cubría la boca de mi compañera, supongo que para contener sus gemidos. Lo irónico es que ninguno notó mi presencia, estaban muy ocupados como para reparar en mí. En silencio, cerré la puerta del salón y me dirigí a mi habitación, mi libro de física podía esperar.

Estaba más que confirmado, mi compañera tenía una aventura con el director. Las razones las desconozco, ni siquiera sé cómo se inició todo, aunque debo admitir que me gustaría saberlo pero dudo mucho que Kanako-san quiera decirlo, parece que esa "aventura" la avergüenza mucho. Tampoco sé si se aman o es el deseo la base de su relación, no sé nada.

Un aspecto de esa relación que me impresionó bastante es el poder que tiene el director Shizu sobre Kanako-san, técnicamente ella lo buscaba a él, era increíble la dependencia que desarrolló hacía el director en cuestión de unos cuantos meses. Cuando él la llamaba a buscar, Kanako-san acudía rápidamente, sin pensarlo y sin mostrar oposición alguna, ella parecía una esclava.

También, con todas mis dudas aclaradas, empecé a atar cabos sobre el comportamiento de Kanako-san. Entendí que los domingos ella se dirigía a la mansión del director –la mansión no sé encontraba muy lejos de la escuela–, ya me imagino los motivos de sus visitas. También comprendí la razón del porqué Kanako-san renunció a las faldas largas: éstas provocaban al director lo cual ocasionaban encuentros violentos, ¿Cómo lo sé? Desde que Kanako-san se decidió por las faldas largas, ya no se tardaba tanto en las reuniones con el director.

No voy a juzgar a Kanako-san, ni tampoco condenar su accionar, después de todo no conozco toda la historia, tal vez esa relación sea más profunda de lo que aparenta o quizás es sólo un capricho, no lo sé.

Pero tengo que agradecer la presencia de Kanako-san, sin ella, mi estadía en Ame no Kisaki seguiría siendo aburrida, gracias a ella mi vida se volvió interesante. Estoy ansiosa por saber el final de aquella tóxica relación…


Notas finales: Bueno, con éste extraño one-shot doy inicio oficialmente a este fic, en este espacio publicaré todas mis ideas locas sobre Maria Holic XD Hay que aprovechar la obsesión que siento por este anime u.u No estoy segura cada cuanto actualizaré. Todo depende de mí creciente imaginación, de todas maneras si tienen alguna idea pueden mandarme un PM con sus sugerencias o ideas, las tomaré muy en cuenta a la hora de escribir :)

Apuesto que cuando leyeron el fic estaban con cara de ¡WTF! Tengo que admitir que la idea es un poco rara pero me gusta como quedó =)

En cuanto al soundtrack, es muy importante ya que cada historia siempre será inspirada por una canción, así que para que se ambienten con el fic lo mejor es escucharlas. Soy una persona que ama la música, ella siempre será mi inspiración.

Con todo aclarado, nos leemos en la próxima historia.

¡Saludos!