¡Hola! Bueno, antes de nada, decir que soy nueva por aquí. :)

Llevaba ya tiempo pensando en escribir algo sobre Harry Potter, y el otro día me vino la inspiración escuchando la BSO de la sexta película y aquí lo tenéis.

Querría hacer unas cuantas aclaraciones...

Aresto Momentum es el hechizo que se realiza para ralentizar el tiempo. Más adelante comprenderéis por qué he llamado así al fic. He escogido como uno de los protagonistas a Draco Malfoy, simplemente porque es el personaje que más me intriga de la serie.

Disclaimer: los personajes (menos algunos que son de mi propia cosecha, como la protagonista y su familia), escenarios, hechizos, etc. pertenecen en su totalidad a J.K. Rowling.


Introducción.

En un enorme salón, iluminado por grandes ventanales, se podía ver el soleado día que hacía en Livadi, un pueblo costero situado en la isla griega Serifos. Una chica rubia con el pelo bastante largo y de ojos grisáceos, sentada en el sillón, miraba a través de la ventana con una sonrisa en la cara. Estuvo así durante unos instantes, contemplando el mar desde esa posición. La playa estaba llena aquel día, a pesar de que hacía demasiado viento, lo que a Fleur no le gustaba nada.

Suspiró, y volvió a sumergirse en el libro que tenía sobre sus piernas. No le quedaba mucho tiempo para poder relajarse y leer, por lo que quería aprovechar hasta el último minuto. Literalmente.

Sin embargo, su padre no tardó en entrar al salón de la casa y anunciarle a su hija que cogiera sus cosas, ya que no iban a tardar mucho en aparecerse en su casa, a las afueras de Londres. Fleur no tardó mucho en cerrar el libro, marcando antes la página donde se había quedado leyendo. Se colgó el bolso del hombro, y se levantó con una sonrisa del sillón.

Cuando salió al hall, sus padres y su hermana mayor Gabrielle la esperaban allí. Tenían algunas bolsas de mano, ya que sus maletas se las habían llevado unas horas antes los elfos domésticos. Sin pensárselo, les dio la mano, y a los pocos segundos ya estaban en el hall de la mansión londinense.

Fleur miró todo con una sonrisa dibujada en la cara, no se podía decir que no estuviera ilusionada. Aunque, al ver las miradas que se dirigieron sus padres, su expresión se tornó seria. Había algo que tenían que contarle. Lo sabía.

–Podéis decirlo ya –dijo.

La familia se soltó de las manos y sus padres volvieron a mirarse, para después asentir.

–Id a preparar vuestras cosas, que mañana empezáis el curso. A la hora de cenar lo hablaremos –concluyó su padre.

Fleur y Gabrielle se miraron, dejando entrever su preocupación, y subieron obedientes a sus habitaciones, no sin antes comentar el tema entre ellas.

–¿Crees que será por lo que pasó en julio? –le preguntó Fleur.

–Si no es por eso, no sé por qué puede ser. Esta mañana no hacían más que repetir que tenían que volver a hablar con los Malfoy.

Fleur miró a su hermana con sorpresa, pero la morena simplemente se encogió de hombros y entró en su habitación. Fleur procedió a hacer lo mismo, y se metió en su habitación forrada con pósters de grupos de música muggles, y se tumbó en la cama.

No era por ser pesimista, ni mucho menos, pero si sus padres habían tenido que contactar con los Malfoy en algún momento, algo no iba bien. Para nada bien. En esos casos, tenía que ser realista. Nunca se había llevado especialmente mal con Draco, pero ello no quería decir que fuera su amigo. Sabía que tanto él como su familia estaban de parte de Lord Voldemort, y que no era lo mejor en su caso juntarse con él.

Sin embargo, no sabía lo diferentes que iban a ser las cosas aquel curso en Hogwarts.