¿Como estan todos?

Yo los he extrañado muchisimo... me alegra haber vuelto otra vez , no saben cuan feliz me siento de compartir nuevamente mis historias con ustedes!

Ya ha pasado casi un mes desde que termine Sobre ruedas! y les agradezco demasiado su apoyo! saben que aún pueden darle una miradita y dejar ultimas opiniones...

Ya saben como son mis fics! espero que este les guste... no es tan interesante al comienzo pero siempre hay nuevas sorpresas! XD

espero que me apoyen... muxas gracias


"Inexplicable atracción"

1.- Una llegada inesperada

La música se escuchaba en toda la gigantesca casona que estaba dividida en más de veinte pasadizos y salones, resonaba contra las paredes y ventanas de cristal, haciendo que los adornos bailaran al compás de las ondas sonoras.

Era una noche preciosa, adornada por las pequeñas estrellas que brillaban sin parar, las luces de aquella casona rodeada de hermosos jardines japoneses y piletas elaboradas de piedra. Todo en aquel lugar era glamoroso con las luces fijadas al cielo, los techos altos y adornados por colores calidos que resaltaban el clima veraniego.

Soplaba la brisa fresca de sueños envueltos de dulzura y esperanza, el ambiente estaba impregnado del olor de las rosas que crecían en los rosales de zonas específicas de jardín, las pequeñas orquídeas de diversos colores abrían sus delicados pétalos al cielo demostrando la belleza que envolvían con ardor.

La casona estaba llena de algarabía, bullicio de jolgorio, de risas amenas y emocionadas, que contrastaban con las tonalidades musicales, produciendo un matiz tranquilizador.

Dentro de la casa, todo el mundo bailaba o conversaban sentados en los elegantes sofás de cuero, en las sillas de madera siendo alumbrados por luces tenues y resplandecientes.

Todos los invitados eran cordialmente servidos por los empleados y sirvientes que con pericia llevaban la bandeja de un lado a otro, sirviendo las exquisitas creaciones del chef.

La gente vestía de elegantes trajes, las mujeres con vestidos de seda, encajes y sandalias abiertas, los hombres con elegantes pantalones, y camisas entreabiertas.

El calor era sofocante afuera, no obstante la temperatura era adecuada dentro, la gente disfrutaba sentir algo de frescura en sus estrechos cuerpos.

Este verano ha sido el más caluroso de todos ¿No lo creen?- dijo riendo un hombre alto y corpulento, su rostro parecía juguetón pero algo brusco en su comportamiento, se reía como si perteneciese completamente a esa clase de mundo.

Efectivamente Momoshiro- dijo otro tomando un sorbo de su cóctel- La temperatura se ha elevado como era de esperarse, la gente últimamente esta pidiendo lluvias como nunca antes- expresó conversando hacia los demás, su postura alegaba confianza, con las piernas largas cruzadas y los hombros delgados y estilizados, talvez era algo femenino no obstante tenía algo que llamaba mucho la atención. Talvez era su cabello rojizo el que le daba aquel toque de alegría y eterna amistad

Todo el pequeño grupo se diferenciaba de los demás, estaba constituido de los hijos de los famosos empresarios del pueblo.

Yo disfruto mucho de este clima- dijo la pelirroja que se encontraba al lado derecho de Momoshiro, se veía saludable, con un hermoso bronceado que hacía resaltar sus sorprendentes ojos, llevaba un vestido rojo de tiras largo, pero abierto al lado derecho de sus piernas, demostrándolas estilizadas y bronceadas

No es noticia Ann que a ti te encanta broncearte- dijeron riendo todos viendo a la despampanante mujer fruncir sus delicados labios que acababan de ser besados por Momoshiro que la sujetaba de la cintura

Creo que es saludable, eso es todo- dijo sonriendo- Creo que Fuji disfruta esto tanto como yo ¿no es así señor? – dijo divertida, hacía unas cuantas semanas que no estaban todos reunidos, disfrutaban pasar en tiempo juntos, ya que era más ameno pasar las vacaciones con gente como ella

Fuji parece que el gato se comió tu lengua- habló alguien detrás de ellos

Ryoma – exclamó una joven que hasta el momento solo se había dedicado a mirar alrededor- que inesperado es verte salir tan temprano creía que esperarías para salir cuando tu madre lo hiciese- dijo moviendo sus labios con delicadeza y hasta cierto punto seductor.

Pensé que sería mejor salir en este momento, me aburrí esperando a aquella mujer – sido desarreglándose un poco el cabello, ya que no le gustaba tenerlo peinado ni hacia la derecha ni hacia la izquierda- Este clima…

Parece que Tomoka te esperaba como loca- dijo Fuji a Ryoma, Oishi que se encontraba cerrando el circulo de amigos afirmó, Ryoma no se inmutó

No es cierto ya- dijo al mismo tiempo en que toda su tez se ponía roja, por suerte las luces marrones y tenues de la mesa hicieron que se notara mas suave.

Todos rieron hasta Tezuka Kunimitsu que había permanecido callado con Inui observando los acontecimientos, viendo en especial como la gente fijaba su mirada en ellos.

No deberías estar vigilando Inui- dijo Ryoma – Mi madre ha invitado a un grupo reservado, no hay nadie aquí que pueda atentar contra tu vida- dijo riendo, Ryoma Echizen nunca fue gracioso, pero su sentido de humor sarcástico hacía reír a la gente que lo conocía, por ser reservado no se ganaba las amistades rápidamente, no obstante había gente que lo apreciaba por lo que era

Tomoka respiro aliviada, aunque Ryoma no se hubiera dado cuenta, ella se había arreglado para el, llevaba el cabello castaño recogido en una coleta ordenada, tenía un vestido verde oliva corto que le llegaba poco más abajo de las rodillas.

Por cierto Ryoma ¿Tu madre cuantos años esta cumpliendo?- preguntó Kawamura dejando su cigarrillo sobre el cenicero.

Si es que mis cálculos son correctos- susurró imitando a Sadaharu, sus ojos ámbar brillaban de alegría, aunque no lo dijera disfrutaba volver a ver a todos reunidos- Puede que sea cuarenta y ocho años

Wow!- dijeron todos asombrados -si que es joven – dijeron todos al unísono, en especial las chicas

Eso quiere decir que restando tu edad ella te tuvo a los veintitrés años – dijo Tomoka tapándose la boca

¿Qué hay de raro con eso?- preguntó Echizen defendiendo a su madre

Es la edad que tenemos nosotras- dijo Ann refiriéndose a Tomoka y a ella – y hasta el momento no ha pasado por mi cabeza casarme ni tener hijos

Exactamente, y tu tienes un dos más que tu mamá cuando te tuvo- dijo riendo Eiji dándole una palmada en los hombros a Kaoru que casi lo mata con la mirada

Eso ya no importa, la cosa es que tu mama se mantiene- dijo Tezuka

Todos se volvieron asombrados hacia el mayor de todos, este se había quedado estático no había pensado en las consecuencias de haber dicho aquella frase.

Se arregló los lentes con sumo cuidado como si nunca hubiera dicho algo.

¿Qué miran? – preguntó del todo serio

Oh, nada nada tezuka- exclamaron todos alejándose un poco de él.

Mi madre no tardará en salir- dijo Echizen cambiando de tema, sentándose en el sofá junto a Tomoka ya que ella le había guardado el puesto.

A muchos hombres les gustaba Osakada, ya sea por su presencia un tanto opulenta, o su admirable belleza.

Era algo tosca, no obstante era alegre y excesivamente expresiva.

Ryoma se sentó a su lado llamando al mozo para que le diera champagne para brindar.

Tomoka sonreía embelezada a su acompañante que a las justas se daba cuenta de su presencia, hasta que esta le colocó la palma de la mano sobre los fuertes músculos de su rodilla.

Esta muestra de afecto no pasó desapercibida, no obstante nadie dijo nada, todos sabían como se ponía Ryoma cada vez que tocaban el tema de que Tomoka podría estar ilusionada por un amor inexistente.

Ryoma que se había dado cuenta de ese gesto no hizo nada, trataba de guardar la compostura, tomoka siempre había sido como una hermana pequeña para él, la había cuidado como tal y hasta ahora no sabía como expresarle lo que sentía.

No quería dañar las ilusiones de adolescente que aún perduraban en su mente.

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Miró a través de la ventana, asombrada por lo que veían sus ojos, ese sitio si que era hermoso, más de lo que alguna vez pensó al escuchar a su madre hablar de él.

Nunca había visto las estrellas tan brillantes en la ciudad, y el cielo tan amplio y resplandeciente como en aquel lugar.

Aquel sitio olía a naturaleza y a flores mágicas, para ella el atardecer que acababa de pasar era uno de los mejores momentos que había guardado en su memoria.

Siempre había escuchado a su madre por teléfono hablándole de lo impresionante de aquel lugar, de las maravillosas vistas, de la sensación que desembocaba en su interior ver el cielo y la tierra.

Siempre, desde niña, había imaginado aquel lugar de donde provenía su madre, y donde ella se encontraba, pero nunca había estado cerca de comprender semejante pueblo.

Admiraba lo que sus ojos percibían y reservaba solamente para ella esas horas en las que se detenía para ver el esplendor de aquel territorio.

Tan solo había estado ahí dos días, estos los había pasado arreglando su recamara para su estadía prolongada.

Había deseado mucho conocer a su madre, que había viajado cuando ella aún era niña, y nunca tuvo la oportunidad de conversar con ella en persona.

Había sido criada por su padre, que se había preocupado por su educación y por mantenerla de buena manera talvez ostentosa pero admirable condición.

Ella amaba a su padre, hubiera dado todo por él, pero sentía su vida vacía al tener un hueco en su interior, no conocía a su madre que se había divorciado de su papá cuando ella solo tenía cuatro años.

Mantenían conversaciones cada semana, pero con el paso del tiempo eso se volvió cada mes.

Ella sabía que no podría completarse como persona si no se encontraba con su madre, por lo que decidió mudarse con ella.

Su mamá tenía un parentesco impresionante con ella, Sakuno no lo había podido entender hasta aquel momento, no obstante su madre tenía aquel estilo juvenil y un espíritu libre que las diferenciaba.

Entendía perfectamente la razón por la cual su padre y su madre no habían estado más tiempo juntos.

Su padre era como ella, tenían fijación por el orden, por la madurez y por los deberes, así la había educado y estaba agradecida, no obstante su madre era lo contrario.

Ella era libre en su propio mundo, y espera entenderla algún día, por eso había llegado a aquella hermosa ciudad para hallar los secretos de la separación.

Su padre le había concedido el permiso de ausentarse de su hogar por tres meses, aunque le hizo ver a su hija que en realidad no había nada en especial en aquella mujer.

Sakuno no lo dudo y llamó a su madre para decirle que compraría un boleto de avión y que estaría ahí en horas, ella aceptó luego de haberlo pensado y fue así como llegó hasta aquella pequeña ciudad encantada.

Ya tenía veintiún años, edad suficiente para tomar sus propias decisiones por lo que dejó la universidad por tres meses para lograr su objetivo.

Sakuno¿ya estas lista? – preguntó la melodiosa voz de su madre que tocaba la puerta

Casi, dentro de cinco minutos salgo- gritó Sakuno para que la escucharan

Llevas horas alistándote – se quejó caminando hacía su propio cuarto.

Sakuno no había estado alistándose hasta el momento, se había quedado contemplando el cielo nocturno, que era iluminado por diversas luces que salían del mismo punto.

Suspiró hondo, según su madre aquella noche iba a se muy larga y por lo que veía tenía razón, en la tarde cuando le dio hambre a una hora inesperada salió a comprar algo que comer ya que todavía no se acostumbraba a la comida de la casona.

Todo el mundo hablaba del cumpleaños de una mujer, por lo que noto era bastante conocida en aquel pueblo y sobretodo muy querida.

Se decía que pocas personas habían sido invitadas, pero todo el mundo quería ir.

Su madre le había contado que ella era una amiga muy cercana a aquella señora, por lo que irían aquella noche, y por lo que podía ver, aquella mujer no estaba muy lejos de ser muy importante.

Sakuno se había puesto un vestido color melón, dejando su cabello ondulado caer por su espalda, su vestido le quedaba hasta las pantorrillas y caía en un bonito detalle.

Le alegró saber que su padre le había llenado la maleta con vestidos lujosos y sobretodo cosas que puede usarlas a diario.

Se maquilló con tonos suaves que reflejaban el verano.

Se dió una última mirada en el espejo y salió alegre ya que ese clima le motivaba, no le molestaba para nada, más bien la inspiraba para permanecer activa.

Ya estoy lista Shiba- le dijo a su madre luego de haber estado tocando la puerta por más de cinco minutos, no se imaginaba un cuarto tan grande como para que se demorase en contestar

Ya salgo- exclamó al fin, dile a alguien que aliste el carro y que nos lleve a la casona Echizen- le ordenó a Sakuno

Sakuno se preguntaba por qué en su sano juicio la obedecía con tanta dedicación, ni siquiera había sido capaz de llamarla mamá.

Ella era prácticamente una extraña.

Camino por los gigantescos pasillos llenos de pinturas de su madre o adornos impresionantes, desde que llegó había notado que su madre había llevado una vida plena en ese lugar, si nada que la atase.

Después del divorcio de sus padres, su mamá había logrado ganar el juicio para quedarse con la mitad de la inmensa fortuna de su padre, ya que no había hecho ningún trato premarital. Su padre quedó devastado no por el dinero, que al cabo de unos meses ya tenía más de lo que había perdido, sino por el hecho de perder a la única mujer que alguna vez había amado. Poco a poco se fue dando cuenta de que en realidad no hubiera podido sostenerla por más tiempo.

Sakuno se despertó de sus cavilaciones al ver pasar una sirvienta con su vestido negro y binchas blancas frente a ella, cruzando el pasillo adverso al de ella.

He… disculpe- exclamó antes que la sirvienta desapareciera de la vista.

Dígame señorita- expresó tras una reverencia retrocediendo para acatar ordenes

Shiba me ha dicho si podía pedirle que alisten el auto para ir a la casona Echizen- le pidió lo mejor que pudo, en la ciudad, en la casa de su padre, Sakuno se llevaba bien con los sirvientes eran parte de la familia, y le dolía ver como otras personas los esclavizaban

Claro señorita, avisaré al chofer- concluyó con otra reverencia y desapareció por alguno de los pasillos.

Gracias- gritó Sakuno.

Tras unos minutos de espera, Sakuno se encontraba sentada en la parte trasera de una elegante limusina con su extremadamente arreglada madre al lado, sentada de una manera extraña y algo perturbada.

Gracias a Dios que su madre aún conservaba la belleza de una adolescente sino nunca hubiera podido vestir de aquella manera, aunque por lo visto Shiba había notado que su hija le ganaba por mucho más.

Sakuno poseía aquella belleza de antaño, pestañas inmensamente oscuras y pobladas, ojos claros casi rojizos, mejillas sonrojadas, piel clara como la nieve, y por lo más resaltante aquellos labios carnosos y rojos que por algún motivo le daban un toque romántico a su apariencia.

Shiba no tenía nada de eso, recordaba que su ex-esposo tenía una belleza muy masculina, pero hasta aquel momento no se había dado cuenta de su hija.

El cabello de Sakuno era ondulado, de color entre el castaño y el rojo.

Sakuno sintió la mirada de Shiba sobre ella, poniéndola un poco incomoda por lo que no volteó para sorprenderla.

El auto se estacionó en la puerta de la casona, bajando el chofer para abrir la puerta a sus señoras.

Gracias- susurró Sakuno al bajar

No deberías agradecer- le dijo su madre- trabaja, para algo le pago

Aquel muchacho parecía un poco mayor a Sakuno, era buen mozo, con hermosos ojos y un porte elegante, Sakuno al darle las gracias había recibido una blanca sonrisa pero tras las palabras de Shiba su porte se volvió frío y rígido.

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Ryoma, mi madre me mando a informarte que ya esta a punto de salir – exclamó Ryoga sujetando a dos chicas en ambos brazos – Si me disculpas…

¿Quieres que avise por ti?- preguntó Tezuka parándose

Si no es molestia- suspiró Ryoma cambiando se asiento, le estaba molestando las caricias de Tomoka.

Tezuka mando a encender las luces y apagar la música e hizo sonar las copas para que toda la atención se concentrara en él.

Como sabemos, hoy nos hemos presentado en la casona Echizen por un gran motivo, el cumpleaños de nuestra querida mentora Rinko Echizen, aquí la presenta su hijo- dijo refiriéndose a Ryoma que saludó con la cabeza, Ryoga no estaba por ahí, había desaparecido por completo- Demos la bienvenida a nuestra querida

Todos se asombraban del gran orador en el que se había vuelto Tezuka.

Los aplausos poco a poco fueron expandiéndose por toda la casona, los invitados, los hijos y los sirvientes aplaudían felices.

La señora Echizen aparecía con un hermoso vestido largo, color turquesa con retoques plateados por todos lados.

Nanjirou estaba parado al frente esperando a su bella esposa.

Ella reía conmovida por las muestras de afecto.

Gracias, muchas gracias a todos – dijo riendo entre lágrimas – Habíamos decidido celebrar mis cumpleaños antes de cumplir los cincuentas – dijo avergonzada.

Las luces se apagaron y la música volvió a tomar el ritmo de antes. Rinko hablaba con los más allegados y hasta con los amigos de sus hijos.

Shiba, ella es hermosa- susurró Sakuno que con su madre estaban a un lado esperando a que la cumpleañera se acercara

Y elegante querida, ella es el trampolín de la vida social al igual que sus dos encantadores hijos- susurró con una extraña sonrisa en el rostro

Sakuno la observó sin comprender.

¡Shiba! – Exclamó de los más alegre Rinko – Mi querida amiga, no te había visto – dijo casi gritando por el sonido de la música- Debe ser que estas luces oscuras me han dejado sin un buen perímetro de visión – bromeó acercándose para abrazar a su amiga, Sakuno se dio cuenta que al instante todas las miradas se posaron en las dos mujeres y sobre todo en ella.

Te deseo lo mejor Shiba, hoy estas hermosísima – le dijo al oído produciendo pequeñas risitas en la mujer, ella sonrió viendo a su madre.

¿Y quien es esta hermosa señorita? – preguntó Rinko viendo a Sakuno asombrada – Niña si que eres hermosa - le dijo palmeando su espalda

Ella es mi hija Sakuno- dijo Shiba como si se hubiera aprendido aquella frase de memoria

¿Tu hija? Oh por Dios- dijo viendo a Sakuno- Es impresionante, no vemos bellezas así muy a menudo

Shiba frunció el ceño

Muchas Gracias- dijo Sakuno avergonzada abanicándose con la palma de su mano

No es nada querida – la hizo reír Rinko – Sakuno quiero presentarte a mi hijo… No conoces el pueblo aún ¿verdad?

No he tenido la oportunidad, recién llegué hace dos días- respondió siguiendo a Rinko quien se paseaba por el salón con toda tranquilidad, mientras ella con todas las miradas puestas en su persona a las justas podía respirar, ignoró la mirada de su madre que mostraba celos e indignación y siguió a la señora hacia el lado derecho de la sala, donde increíblemente habías personas de su edad, pero sumamente elegantes como sus amigos en la ciudad, pero ellos tenían un aire de elegancia y juventud que se notaba a leguas de distancia.

Ven querida, te mostraré a tus nuevos amigos- dijo Rinko quien estaba ansiosa por hacerla conocer, y a la vez regresar a los brazos de su esposo

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Tomoka no crees que ya debes buscarte un novio- acertó en el blanco la pelirroja, quien acababa de dejar un cigarrillo en el cenicero, no le gustaba que Momoshiro fumara por lo que siempre le quitaba los cigarros

Muy graciosa Ann- se quejó Tomoka tomando un poco de agua- No tengo propósitos

¿Y por qué no?- preguntó- Pronto te van a ver como una solterona

Solo tengo veintitrés años – exclamó saliendo de sus casillas, asustándose por el porvenir

Jajajaj – se rió Ann- es una broma Tomo-chan ya deberías tenerlo entre tus brazos- dijo señalando a Ryoma

Eso es lo que intento – murmuró ella terminando su vaso de agua

Los hombres estaban a un lado hablando de Dios sabe qué, mientras Ann y Tomoka observaban a los hombres que pasaban frente a sus ojos, pero como siempre sus amigos eran los que más resaltaban en todo esto.

No veo nada bueno- dijo Ann recostándose mejor en el sillón de cuero negro

No se por qué buscas, si tienes algo mucho mejor que eso – dijo señalando a un chico que en ese momento se estaba moviendo – Mira Ann, es la señora Rinko- dijo jalando a su amiga que se chorreaba por el sofá

¿Qué tiene que este caminando por su casa?- preguntó con flojera – Total, este es su cumpleaños

Esta con una chica que nunca he visto por aquí, y se acerca… se acerca a Ryoma- dijo viendo a la joven con más detenimiento, por las luces bajitas y marrones no se podía ver con claridad su rostro, no obstante se notaba que era alta, y muy delgada, llamando así la atención de los demás

Wow, que noticia – dijo Ann que se acababa de levantar sumándose al sinfín de miradas que se posaban en la castaña.

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Sentía todas las miradas puestas en ella, sentía sus mejillas arder, y trataba de seguir los pasos de la señora lo mejor posible, pero sus pies daban pisadas en falso, viéndose algo torpe, al menos eso pensaba ella. No obstante frente a todos, ella caminaba de lo más normal, como si ya estuviera acostumbrada a esa clase de miradas.

Eso podía ser cierto, pero siempre había estado con las mismas personas, no con desconocidos, odiaba dar mala impresión, y casi siempre la daba por lo que la malinterpretaban.

La cumpleañera paró en seco, fijándose frente a un grupo de muchachos sumamente altos.

Buenas noches chicos- saludó alegre besando las mejillas de cada uno de ellos.

Hola madre, como la estas pasando- preguntó besando la mejilla sonrosada de su madre

De maravilla hijo- dijo dándole unas palmaditas en el pecho- Mira a quien te he traído hoy

Lo dices como si siempre me trajeras a alguien- dijo Ryoma sarcástico

Todos a su alrededor rieron hasta su madre, que en ese momento se hizo a un lado para demostrar a su cordial invitada.

Tomoka y Ann se habían acercado en ese momento, y detrás de todos los chicos, que se quedaron atónitos con la mujer, comenzaron a opinar.

Esta si que es una linda sorpresa- susurró Fuji abriendo lentamente sus ojos

Mucho gusto – dijo Ryoma acercándose a Sakuno – Espero que estés disfrutando su estancia en este pueblo, mi nombre es Ryoma Echizen

Sakuno escuchó su nombre palpitando en sus oídos, nunca había visto un hombre tan seductor como aquel, tenía una voz melodiosamente masculina, una sonrisa traviesa y parte encantadora y parte intimidante. Por alguna razón Sakuno sintió que aquel hombre guardaba infinitos secretos y eso le fascinaba, nunca en su vida había visto alguien así, Ryoma Echizen, no olvidaría aquel nombre.

¿Cuál es tu nombre? – preguntó Ryoma al ver que Sakuno no se encontraba atenta

Sakuno Ryusaki, encantada – dijo haciendo una reverencia

Estos son mis amigos – Señaló a todos los chicos que habían a su alrededor, todos los que le miraban asombrados por alguna extraña razón.

Mi nombre es Syusuke Fuji – se presento uno de cabellos claros y expresión enigmática

Mucho gusto – susurró ella avergonzada nunca había visto personas como aquellas

Yo soy Momoshiro Takeshi, y ella es mi novia Ann Tachibana – se presentó Momo sujetando la mano de Ann

Encantada – sonrió Ann con alegría- es bueno ver a alguien nuevo por aquí.

Gracias- sonrió Sakuno mostrando su encantadora sonrisa, Ryoma la observaba a un lado, ese último mes Ryoma había logrado mejorar su humor y todos lo habían notado.

Mucho gusto señorita Sakuno, es un gusto tenerla aquí, mi nombre es Souchirou Oishi, el es Eiji Kikumaru, Tezuka Kunimitsu, Inui Sadaharu y Kaoru Kaidoh- todos hicieron una pequeña reverencia

Sakuno se sintió en un frasco de agua…

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Veo que lograste captar toda la atención – susurró Shiba viendo a su hija bajar del coche

No lo hice adrede – suspiró, su madre no había parado de hablar de su presentación, por alguna razón Sakuno sintió como si le doliera saber que ella fue la que capto las miradas.

A Sakuno nunca le había interesado llamar la atención, había aprendido a tener bajo perfil, sin embargo siempre llamaba la atención en algún lugar.

Desde pequeña siempre había asistido a reuniones sociales, cada paso que dio fue frente a miles de personas, y sobre todo frente a cámaras.

Ella era una gran heredera según los medios, por ello no le quitaban la vista de encima, sin embargo se dieron cuenta que ella no creaba noticias, siempre era de lo más servicial y tranquila, no obstante obviando sus características "aburridas", nadie se cansaba de admirar la belleza de la joven, que por aquel momento era valuada como la mejor de Japón.

Su padre estaba orgulloso de eso, y la cuidaba con recelo, quería que ella fuese un ejemplo y así fue.

Según su papá, la atención provenía de sus ojos grandes y alargados, él no se cansaba de repetir que eran los ojos de su abuela. A la cual no había visto hacía diez años.

Sakuno la recordaba vagamente, pero en todos sus recuerdos su abuela siempre fue una inspiración para ella, recordaba su sonrisa y sus reglas, Sumiré fue un ejemplo perfecto para su crecimiento.

Extrañaba a su padre, más que a nada, por ello al entrar y encerrarse en su habitación, deseo con todas sus fuerzas poder llamarlo.

Y así lo haría…

Padre esto no era lo que esperaba- dijo sentándose en el pie de la cama, mirando nuevamente la ventana con el cielo aclarándose.

Llamaría cuando amaneciera, su padre estaría descansando a esa hora...


Wolasss! espero que hayan disfrutado este primer capítulo!!necesito mucho de su apoyo! dejenme reviews!!!

gracias...

feliz navidad a toos!

:D

Reika Namino