DISCLAIMER: Hellsing no me pertenece (por desgracia ¬¬), es propiedad de Kouta Hirano – sensei (que envidia ¬¬) simplemente soy una fan más perdida en el infinito (pero muy feliz de serlo n.n) pero eso no me quita la oportunidad de jugar un poco con mis personajes favoritos (y ponerlos en las situaciones más extrañas que puedan imaginar X3). Para aumentar mi desgracia tampoco poseo los derechos de las canciones que uso en mis fics (pero me gustaría T.T), le pertenecen a los cantantes.


Seras estaba más que nerviosa

¿Cómo iba a pedirle ese favor a Sir Integra?

¿Y si le negaban el permiso?

¿Qué le diría a Dyane?

La verdad, que no le habían permitido hacerlo en su trabajo… pero Dyane era su mejor amiga, la necesitaba.

Golpeó la puerta del estudio un par de veces esperando que Sir Integra estuviera en cualquier otra parte de la casa

–Entre –dijo la voz de la rubia desde detrás de las puertas y Seras sintió que se desmayaba

–Buenas noches Sir Integra –dijo Seras entrando al estudio

–buenas noches Seras ¿Qué necesitas? –le dijo Integra fríamente

–bueno, es que… pues… yo… –comenzó a tartamudear la vampiresa

–Habla, niña, habla… no tengo toda la noche –dijo Integra desesperada

–sí, Sir Integra… mepreguntabasipodríadarmelanochedelvierneslibre –dijo Seras a toda velocidad,

Integra la miró sorprendida – ¿Qué? –Preguntó con la boca abierta

–yo, bueno, es que quería saber si podría darme la noche del viernes libre… no es para mí… es que alguien que conozco… hace mucho, desde que era niña… me ha pedido un favor –dijo Seras

–y ¿Qué favor es ese¿Tiene que ver con viejos amores? –preguntó Integra levantando una ceja

–No, para nada, bueno, sí es un amor de la persona que me pidió el favor, pero no se trata de un romance mío –dijo Seras sonrojándose

–Los humanos llaman viejos amores a cualquier cosa que haya terminado hace cinco años o más –dijo un voz en una esquina del estudio y Alucard se materializó

–Viniendo de ti, ese comentario es perfectamente nulo –le dijo Integra fríamente

–entonces ¿de qué se trata? –continuó Integra

–pues es que se trata de una amiga, y me pidió que cuidara a sus hijos por esa noche… su marido tiene una cena del trabajo y van a ir con las esposas –contestó Seras

–no tiene a nadie más que lo haga ¿o sí? –preguntó Integra

–bueno, ella me dijo que no me lo pediría si no fuera muy necesario… y que soy a la única persona a la que se los dejaría –dijo Seras intentando no sonar muy infantil

– ¿de qué edades son los niños? –preguntó Integra

–De cinco y siete, Sir Integra –contestó Seras

–no veo el mayor problema, sólo regresa lo antes posible… cuéntales un cuento y mándalos a la cama, como hacen todos –dijo Integra prendiendo un cigarro

–sí, gracias, eso pensaba hacer… leerles "Cenicienta" y a la cama –dijo Seras sonriendo

–Yo conocí a Cenicienta –dijo Alucard sonriendo burlonamente

– ¡es un cuento infantil! –dijo Integra entre molesta y sorprendida

–Amo, eso es imposible… sólo es un cuento de hadas –dijo Seras sorprendida

–bueno, lo que les vas a contar esos niños sí es un cuento de hadas… lo que no dicen en los cuentos es que se trataba de una vampiresa –dijo Alucard

–la que fuma aquí soy yo… estás desvariando –dijo Integra mirándolo

–Eso tengo que escucharlo –dijo Seras sonriendo

–La recuerdo muy bien, hace casi mil años que la conozco –dijo Alucard cercándose al escritorio

–wow! Es mucho tiempo –dijo Seras con los ojos como platos

– ¿me estás llamando viejo? –Preguntó Alucard sobre sus lentes naranjas

–no Amo, es que… pues yo… bueno… –comenzó Seras pero se detuvo y bajó la cabeza

–entonces… ¿era tu viejo amor? –preguntó Integra, que muy a su pesar se había interesado

–algo parecido… fue una relación muy compleja, su nombre era Claudia D'Renoir, debe de tener mil doscientos años, si no me equivoco –dijo Alucard y se sentó frente a Integra

– ¡wow! Definitivamente es mucho tiempo… ¿Cómo ha sobrevivido? –preguntó Integra sorprendida

–ella ha estado escapando toda su vida… aunque me mandaras a buscarla y destruirla no podría encontrarla… ella es un verdadero fantasma… escapó a la inquisición, y lleva casi mil años escapando a la sección trece… cuando la conocí su mayor placer era reírse de ellos escapando en sus narices –dijo Alucard ensanchando su sonrisa

–Eso no suena muy infantil Amo –dijo Seras

–no lo es, ella era una excelente criminal… amasó una enorme fortuna durante las cruzadas –dijo Alucard complacido ante la cara de su sorpresa de su aprendiz y su amo

–Y como buena patriota, intentó liberar a su pueblo, con un nombre diferente, hm, la doncella de Orleáns, ni era doncella ni era de Orleáns, tendía a alucinar entonces –dijo Alucard mirando a Integra

–eso es imposible… ella ¿Era Juana de Arco? –preguntó Integra sin darse cuenta de que la ceniza pendía peligrosamente del cigarro

–Amo… –le dijo Alucard señalándole la ceniza,

Integra dejó el cigarro en el cenicero sonrojándose

–sí, entre muchas otras identidades fue Mata Hari, Juana de Arco… y Mona Lisa –dijo Alucard

–eres un genio… no me habían cortado la inspiración de esa manera en años –dijo Integra

–Lo mismo digo –dijo Seras

–bueno… siempre hubo algo de magia en ella, se convirtió en Cenicienta al mismo tiempo que conoció a Da Vinci… era un peligro andante, la mujer más buscada de toda Francia, una bandolera que se coló en un baile real a robar algunas joyas y consiguió la corona –dijo Alucard

–Amo, no se lo tome a mal… pero todo eso me resulta un poco difícil de creer –dijo Seras

–Bueno es difícil si no la conoces personalmente –dijo Alucard maliciosamente

–Me imagino, debe de ser una persona interesante –dijo Integra

–más de lo que te imaginas Amo… ahora, pasé a decirle buenas noches y a llevarme a mi aprendiza, con permiso –dijo Alucard levantándose, tomó la mano de Seras y se desvaneció.


Aparecieron de nuevo en el sótano

–necesito que te prepares, mujer policía, la próxima semana te voy a llevar a un lugar muy especial… te aconsejo que empaques algo de ropa –le dijo Alucard sonriendo maliciosamente

–Sí, Amo –dijo Seras

–creo que es hora de que empieces a comportarte como una verdadera vampiresa… no como una niña de escuela –le dijo Alucard sentándose en su silla,

Seras bajó la cabeza y se sonrojó completamente

– ¿Sir Integra sabe que me va a sacar de aquí? –Preguntó ella nerviosa

– ¿Sir Integra es tu amo? –Preguntó Alucard fríamente

–No, es usted –dijo Seras sonrojándose aun más

–entonces, haz lo que te dije… podría convenirte –le dijo él recuperando su sonrisa burlona,

Seras asintió y fue a su recámara.


Llegó la noche del viernes y Seras fue a casa de su amiga Dyane, de cabello negro y ojos cafés

–Tía Seras –gritaron los niños lanzándose sobre ella en cuanto la vampiresa abrió la puerta

–hola chicos… hola Dyane, Bobby –saludó Seras, Dyane la saludó bastante alegre, pero su marido la miró con desconfianza

–Déjalo, está loco –le dijo Dyane y la llevó a la cocina

–Mira, trabajar en el hospital tiene sus ventajas –le dijo tomando un frasco con un líquido rojo

–Por si te da hambre más al rato amiga –le dijo y guardó la botella en el cajón de las verduras

–Necesito que hablemos cuando regreses, es urgente –le dijo Seras

–Por su puesto, te debes estar volviendo loca si la mitad de lo que me cuentas es verdad –le dijo Dyane con una sonrisa cómplice.

Ella y su esposo se fueron, Seras estuvo jugando un rato con los chicos y luego los mandó a la cama, les leyó una historia hasta que se durmieron, bajó a la cocina, tomó el frasco mientras esperaba a Dyane.

Dos horas más tarde Dyane y su marido regresaron, Bobby subió corriendo a ver a sus hijos sin saludar siquiera a Seras mientras las amigas se quedaron abajo, Dyane salió con Seras a la terraza y se sentaron en el columpio de madera blanco

–A ver, confiesa –le dijo Dyane a Seras

–es que hay algo que me pone nerviosa –dijo la rubia

–Pues cuéntame, tal vez te puedo ayudar –contestó la morena

–es que me da un poco de miedo –dijo Seras bajando la mirada

–tiene que ver con tu famoso "Amo" ¿cierto? –preguntó Dyane sonriendo con complicidad

–Sí, pero no como crees –dijo Seras sonrojándose

–entonces ¿Qué¿Cómo? –preguntó la morena

–Pues es que me dijo que me quería llevar a un lugar dentro de una semana, pero no sé a donde… y conociéndolo me asustan un poco las posibilidades –dijo Seras

– ¿crees que te vaya a llevar de "cacería"? –Preguntó Dyane y las dos se estremecieron

–Si es eso, no puedo, apenas y estoy superando mi problema con lo de la sangre… si me pide que muerda a alguien me voy a desmayar –dijo Seras asustada

–Tranquila, tal vez no es eso –dijo Dyane

–entonces ¿Qué? –Preguntó Seras desesperada

–no sé… lo que sea, probablemente no vayan a ser rosas bajo la luna, pero… no sé que les enseñen los vampiros a sus aprendices, si supiera te lo diría, pero no lo sé –dijo Dyane

–Estoy frita –dijo Seras deprimida

– ¿Qué pasaría si le preguntaras? –Sugirió Dyane

–no lo sé, probablemente no me diría nada… además el hombre me asusta demasiado como para preguntarle la hora –dijo Seras pensando en Alucard

– ¿no hay nadie normal en esa casa con quien puedas hablar¿Alguien que sepa de esas cosas? –Preguntó Dyane

–Define normal –dijo Seras y las amigas comenzaron a reír

– ¡ay! Niña ¿Cómo te ayudo¿Cómo te ayudo? –dijo Dyane abrazando a Seras

–hay veces en que me gustaría despertar y ver que todo esto fue en sueño, despertar en mi casa, ponerme mi uniforme de policía, comerme cualquier tostada y salir a caminando al trabajo, bajo el sol, sin temer achicharrarme como hormiga bajo una lupa –dijo Seras deprimida

–Debe ser difícil –dijo Dyane acariciando el cabello de Seras con aire maternal

–amiga, lo es, es demasiado difícil para mí… y ahora mi Amo me dijo que debo empezar a comportarme como una verdadera vampiresa, y que me comporto como una colegiala –dijo Seras recordando las palabras de Alucard

– ¡¿pero es que ese hombre tiene atole en las venas o qué demonios?!… ¡¿Qué le pasa¡No inventes! No amiguita, tu siempre fuiste muy complaciente con todos… tienes que decirle la verdad, tienes que decirle como te sientes y lo que piensas, oye ¡no es justo! –Le dijo Dyane

–te entiendo, pero yo no puedo… no es por que le tenga miedo, que de hecho le tengo, pero es que de no ser por él estaría muerta… bueno más de lo que ya estoy –dijo Seras riendo junto con Dyane

–Bueno en ese punto tienes razón –dijo Dyane

–Técnicamente es el dueño de mi vida, hasta que yo beba su sangre, pero me estremece la sola idea de hacerlo –dijo Seras deprimida

–Bueno, eso ya pasará… tu tranquila –le dijo Dyane tomando su mano

–ya verás que todo pasará, tu tranquila –repitió Dyane sonriendo

–gracias, necesitaba tanto hablar con alguien –dijo Seras levantándose

–cuando quieras amiguita –le dijo Dyane, Seras sonrió y se fue.


Seras pasó la semana entera pensando en lo que le había dicho su amo, sus palabras habían estado rondando por su cabeza

"es hora de que empieces a comportarte como una verdadera vampiresa… no como una niña de escuela"

"¿te doy vergüenza, Amo? Yo no quiero avergonzarte" pensó Seras tumbada en su ataúd,

Había guardado algunas cosas en una mochila, al siguiente día Alucard la llevaría a no sabía donde

"tienes que crecer, si no maduras sí me voy a avergonzar de ti, chica policía" dijo la voz de Alucard dentro de la cabeza de Seras

"no, Amo. Daré mi mejor esfuerzo" pensó Seras levantándose, revisó sus cosas de nuevo y vio la hora.

Las seis de la mañana, Seras bostezó y se metió en su ataúd para dormir.


A la siguiente noche se despertó muy nerviosa, se arregló muy bien y se sentó a esperar a que su maestro la buscara o la llamara.

A eso de las nueve Alucard se apareció en su cuarto

–Estás lista, espero –le dijo a Seras por encima de sus gafas

–Sí Amo –contestó Seras con firmeza

–Bien, vámonos –le dijo, tomó su mano y se desvaneció, aparecieron en un pequeña calle de Londres que no tenía otra iluminación más que la luz de la luna

–Amo ¿a dónde me llevas? –preguntó Seras nerviosa mirando a su alrededor,

En ese momento una gran rata gorda pasó corriendo sobre sus pies, Seras dio el grito más grande de su vida, Alucard la miró impaciente

–Sólo es una rata, mujer policía, no va a hacerte nada –le dijo mientras continuaba avanzando

–Eso no le quita lo asqueroso –dijo Seras sin pensar.

Alucard ignoró su comentario y siguió avanzando hasta que llegaron frente a lo que habría sido un prostíbulo hacía por lo menos cien años

–Amo ¿Qué planea hacer conmigo¿Me va a dejar aquí? –Preguntó Seras nerviosa

–Tus reflejos siguen igual que siempre, Claudia –dijo Alucard aparentemente a nadie, pero en ese momento Seras notó que una filosa espada amenazaba el cuello de Alucard,

Seras siguió el acero con la mirada hasta que sus ojos mostraron a una mujer alta, de piel morena y cabello castaño, de ojos verdes, con un aire bastante imponente y misterioso

–un poco más y te rebano la garganta –le dijo sin mover la espada,

Seras sacó su pistola, pero cuando se fijó bien, notó que ambos sonreían, y ambos eran puro diente en la sonrisa

–Te tardaste en traerla –le dijo mirando a Seras

–tu te tardaste en aparecer –contestó Alucard,

Claudia guardó la espada en su cinturón, Seras miró las ropas de la vampiresa, era un pantalón de cuero negro con unas botas altas, y una blusa de cuero café que tenía volados de tela blanca en el cuello y los puños

–es hermosa y de cara tierna ¿Por qué siempre has buscado chicas que necesiten de tu protección? Parece que tienes un complejo con las rubias –preguntó Claudia tomando delicadamente el rostro de Seras y acercándose,

Seras sentía a Claudia tan cerca que hubiera podido besarla sin ningún problema, así que comenzó a ponerse nerviosa, Claudia se puso a espaldas de Seras

– ¡AY! –Gritó la rubia cuando Claudia inesperadamente le agarró el pecho con fuerza

– ¡santa madre¡Estás enorme y eres natural! –Dijo Claudia soltándola

–Bueno, entren –les dijo Claudia entrando al lugar con paso de gata, Alucard la siguió,

Seras miró alrededor nerviosa, no sabía si quería entrar o no, pero otra rata que pasó junto a su zapato la hizo correr hacia el lugar.

Entraron a un lugar bastante acogedor, una especie de salita donde colgaban algunas sedas del techo a las paredes y todos los sillones eran diferentes, parecía el interior de una carroza gitana. Claudia se sentó en un sillón y los miró,

Alucard se sentó frente a Claudia, Seras se sentó junto a Alucard y pegó su cuerpo lo más que pudo al del vampiro y lo tomó del brazo

–y bien ¿Cómo te llamas, chérie? –preguntó Claudia

–Seras Victoria –murmuró la rubia nerviosa

–no ta había visto desde Venecia –dijo Claudia

–cierto, ha pasado un tiempo desde eso –contestó Alucard sonriendo burlonamente

–y no has cambiado en nada… sigues siendo el mismo hombre que conocí –dijo Claudia sonriendo seductoramente

–tu si haz cambiado… no he sabido de ningún escándalo tuyo desde la segunda guerra –dijo Alucard

–sí, pero me volví más loca… o más cuerda, no me gusta el anonimato, pero aun así adoro los lujos… soy, hm… ¿Cómo era? A sí, una "material girl" –dijo Claudia sonriendo

–Eso se nota –dijo Seras sin pensar, inmediatamente enrojeció y bajo la mirada,

Claudia soltó una carcajada, su risa era como el sonido de un cristal al romperse

–Es linda, y observadora… un poco impetuosa y demasiado asustadiza –dijo Claudia sonriendo

–entonces ¿creer poder cambiar eso? –preguntó Alucard entrelazando sus dedos en los de Seras y besando su mano sin alterarse

–en el nombre del cielo ¿Qué preguntas son esas? Si no lo consigo me comeré un pastel entero –dijo Claudia

–te morirías con sólo un bocado –dijo Alucard

–lo sé… por eso lo digo… entonces ¿me pides que convierta a tu princesa en una amazona? –Preguntó Claudia

–Ciertamente –dijo Alucard levantándose

–Vengan acá –les dijo Claudia levantándose.

Los llevó a unas escaleras y luego, un par de pisos más arriba a un largo pasillo con varias puertas,

En ese momento de una puerta salió una chica pelirroja de unos veinte años y ojos azules, sus grandes se fijaron de inmediato en Alucard. Se acercó y sin previo aviso le lanzó un bofetón que lo hizo voltear la cabeza.

Claudia lo miró y suspiró mientras la chica lo fulminaba con la mirada – ¡ARRUINASTE MI VIDA! –le gritó y regresó al cuarto.

–Siempre me gustó su carácter… lástima que me odie de esa manera –dijo el vampiro sonriendo burlonamente, Seras sintió una mezcla de celos y vergüenza, y se forzó a mirar hacia otro lado

–pero tiene razón… iba a casarse y echaste su vida al diablo por tu capricho… pobre Lucy –contestó Claudia y continuó avanzando

–Tengo este cuarto libre, creo que quedará bien –dijo abriendo el último cuarto,

Era un cuarto donde había un sarcófago de piedra en el centro con grabados muy finos, había un pequeño escritorio junto a una ventana, un tocador de los años veintes, y algunos cojines por todo el cuarto

–Este lindo –dijo Seras mirando todo

–que bueno que te guste… mira, tu ropa la puedes poner el ropero… válgame la rebusnancia… y tus otras cosas las puedes poner en el tocador… ahora te dejamos para que te organices… nosotros tenemos que hablar –dijo Claudia,

Cuando salió del cuarto sus pantalones de cuero se cambiaron por enorme y anticuado vestido dorado con blanco.

Seras miró alrededor y dejó su mochila sobre el sarcófago, se acercó a la ventana y miró hacia fuera, en un balcón un par de pisos más arriba vio a Claudia y Alucard.

Seras casi se cayó de cabeza cuando vio como Alucard besaba a Claudia mientras la estrechaba por la cintura.


Claudia y Alucard salieron a un pequeño balcón

–han pasado más de trescientos años –le dijo ella

–Sí, podría decirse que es mucho tiempo –le dijo él sonriendo maliciosamente

–El tiempo es relativo –dijo Claudia poniendo una mano en el balcón

–Sobre todo para nosotros –contestó Alucard poniendo su mano sobre la de Claudia

– ¿Qué pasó con nosotros¿Fue amor o amorío? –Dijo Claudia mirándolo a los ojos

–amorío… jamás nos volvimos a ver… y nunca nos buscamos –le contestó él

–todo fue por el placer –murmuró ella

–Ciertamente –dijo él estrechándola por la cintura

–y la lujuria… recuerdo que era muy lujuriosa por aquella época –murmuró ella en su oído

–y ¿Cómo eres ahora? –le preguntó él mientras sus labios rozaban

–Igual –contestó ella y se besaron con pasión.


OK las cosas estan raras, van a ponerse peor

Y Alucard va a quedar en medio de la tormenta

sobrevivirá el pobre vampirito bello dulce y hermoso a las tres mujeres más locas que han pasado por su no-vida?

n.n jajajajaja

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