Hola chicos! Bueno, primero antes que nada, ¡bienvenidos a este nuevo fic!
Verán, no creí que escribiría otra historia tan rápido (como algunos sabrás, trabajo en el proyecto titulado Big Time Revenge) Pero, aquí estamos, ¿no?
Este fic surgió como una idea vaga ya que uno de mis juegos favoritos se llama The Sims 2: Castaway y entonces pensé: ¡Wow, es una idea asombrosa. Escribe el fic! Y tan tan, aquí está el primer capítulo. ¡Yey!
Hago una aclaración: será KOGAN y posiblemente anexe JARLOS.
Quiero dedicar este fic a mi muy querido amigo Feurs (I Love KL) a quien le pregunté varios detalles para hacer una historia más jugosa y que también compartió ideas y sugerencias conmigo.
Sin más preámbulos, ¡disfruten la historia!
1. BON VOYAGE!
Era el último día del semestre, y los alumnos estaban vueltos locos conforme caminaban de un lado a otro pidiendo firmas para su anuario. Había un grupo de estudiantes que firmaban y firmaban autógrafos puesto que eran los más hot, y eso quería decir que los más populares de toda la Preparatoria de Minnesota. El grupo estaba conformado por Jo Taylor, Jett Stetson, Camille Roberts, Mercedes Griffin, Dak Zevon, James Diamond, Carlos García, Lucy Stone; y por supuesto, el chico más deseable de toda la preparatoria, Kendall Knight.
Los alumnos hacían firma para conseguir los autógrafos de cada uno de ellos. Todos querían sentirse de una forma especial al tener un garabato en su anuario, todos excepto un alumno: Hortense Mitchell. Era un chico tímido que no tenía amigos, era inteligente, el primero de su clase, y lindo. Su cabello era oscuro, sus ojos eran como el chocolate, y su piel era tan blanca como la leche. El chico camino por la serie de pasillos, mientras recibía empujones accidentales e incluso a propósito. Mantenía la cabeza gacha, viendo siempre el piso. Iba a tropezar por culpa de un alumno, pero su hermanastro, James Diamond, lo atrapó en el aire.
Era su hermanastro desde que eran niños, ya que la madre de Logan y el padre de James se casaron y unieron sus vidas. Desde entonces, ambos se habían llevado muy bien, incluso cuando James comenzó a juntarse con los chicos populares de toda Minnesota.
–Tranquilo, Logan –por alguna extraña razón, a Hortense siempre lo llamaban Logan, ya que su padrastro no gustaba mucho de su nombre verdadero. James lo obligó a levantar el rostro, y descubrió que esbozaba una sonrisa–. ¿Te vas a casa?
Logan asintió con la cabeza y trató de sonreír.
–No quiero estar aquí, además es tu último día como alumno de esta preparatoria. Ve a divertirte –James miró a Logan un par de segundos–. Anda. Estaré bien –Logan no estaría bien. Ya había sido víctima del bullying psicológico y físico por parte de sus compañeros, como aquella vez en gimnasia que le quitaron la toalla al salir de la ducha. Se sentía muy nervioso, ya que a partir del siguiente ciclo escolar, no estaría su hermano mayor para protegerlo.
–Bien, pero quiero que vayas directamente a casa, ¿de acuerdo? –James le alborotó el cabello y regresó al interior de la escuela.
Logan caminó cuidadosamente hasta su automóvil, ya que el piso estaba resbaladizo a causa de la nieve y el hielo. Un grupo de muchachos del equipo de fútbol americano le gritaron cosas o señas a Logan, que el intentó ignorar. La mayoría en la escuela sabía que el muchacho era homosexual, y esa era una de las razones por las que le hacían bullying. Entró rápidamente a su automóvil cuando divisó que el capitán se acercaba.
Condujo a casa a toda velocidad y entró por la puerta principal. La casa era enorme, pero estaba claro que su familia no era la más rica de Minnesota, ya que la familia Knight lo era. La casa constaba de dos plantas, con cuatro habitaciones y una de servicio con baño incluido, una gran sala, un comedor, una amplia cocina, una terraza y por supuesto un cuarto con juegos y una enorme pantalla plana.
Al entrar a su casa fue recibido por los brazos de su madre. La mujer le plantó un beso en su mejilla y lo obligó a que limpiase sus zapatos sobre la alfombra antes de entrar y ensuciar el piso con nieve y barro.
–¿Dónde está James? –preguntó Joanna.
–En la escuela. Es su último día en la preparatoria, necesitaba despedirse de sus amigos… –comenzó Logan, pero no pudo terminar su frase puesto que su voz se había quebrado.
–¿Te despediste de los tuyos? –preguntó Joanna.
–No tengo –respondió Logan y se dirigió a la escaleras sin mirar atrás.
De pronto, James arribó a la casa sin importarle ensuciar el piso. Joanna lo reprendió y las mejillas del muchacho se tornaron rojas.
–Perdón, perdón. ¡Es que estoy tan feliz de dejar un mes el frío e ir a Hawái! –exclamó James. Logan sonrió por la felicidad de su hermano mientras se dirigía a su habitación.
Al entrar, cerró la puerta y se recostó sobre su cama. No tenía ánimos para hacer nada, se sentía perdido. Se tocó las finas cicatrices de su muñeca y se mordió el labio inferior al reprimir todos los horripilantes recuerdos. Escuchó a James hablar alto a través de su móvil, quejándose al parecer. Retiró sus dedos de la piel dañada y se sentó sobre su cama, mientras abría su libro favorito titulado El Conde de Montecristo. Ya lo había leído cinco veces y esta era su sexta vez.
Los quejidos de su hermanastro no lo dejaron concentrarse, así que cerró su libro y se colocó los auriculares. La puerta de su habitación se abrió rápidamente, y James cruzaba la habitación a grandes zancadas. Se sentó en el borde de la cama de su hermano y le sonrió. Logan se quitó los auriculares.
–Bueno, Logan –comenzó James aclarando su garganta–. Suponiendo que alguien no pueda ir al viaje y un lugar este vacío en el avión privado de la familia Knight, y que este todo pagado…
James comenzó a decir muchas suposiciones, por lo que a Logan le exasperó un poco y le pidió que fuese al grano.
–¿Te gustaría acompañarme a mi viaje de fin de año? –soltó James. Logan abrió mucho la boca, sin creer la petición que le había hecho su hermano.
–James… ehm. Nuestra madre, n-no me lo permitiría –tartamudeó Logan, mientras el sudor frío recorría su espalda.
–Si te lo permitiría –Joanna estaba de pie sobre el marco de la puerta, con una sonrisa dibujada en su rostro.
–P-Pero tus amigos no les gustaría estar al lado de un n-nerd como yo.
–Cállate, Hortense Mitchell –exclamó su madre. Logan cerró la boca de inmediato ante ello y miró a ambos con ira pero con tristeza en sus ojos.
–Es verdad, nadie me quiere. Soy… s-soy…
Logan comenzó a llorar, obligando a que su hermano lo envolviese en un abrazo. Logan ocultó su cara en el hombro de su hermano.
–Nadie me quiere… –susurró Logan. James estaba consolando al menor y le dijo a su madre que se respirará para que pudiese animarlo.
–Logan –James lo tomó por los hombros y lo obligó a mirarlo directamente a los ojos–. Te juro que disfrutaras este viaje, y lograrás hacer que mis amigos te quieran. Entonces, ¿qué dices? ¿Quieres quitarte la nieve de tu cabello?
James consiguió que Logan esbozara una sonrisa.
–Y-Y, ¿qué hay de tus amigos? ¿No les molesta que los acompañe? Voy en primer año y todos ustedes en ultimo...
–En absoluto. Le pregunté a Carlos si podías acompañarnos, y accedió totalmente. Incluso se alegró.
Logan sonrió más y James se puso de pie, caminó hasta el armario de Logan y sacó una maleta. La abrió y la depositó en la cama.
–Andando, debemos llenar tu maleta. Nuestro vuelo sale en dos horas.
Logan se despidió de sus padres, y le desearon suerte.
–¡Buen viaje! –exclamaron sus padres. Su madre sintió una felicidad incontenible al presenciar como su hermano lo llevaba a su viaje de graduación. Estaba orgullosa de ambos, y no pudo evitar llorar. Durante el trayecto en el taxi, Logan ya estaba nervioso. Y lo estuvo aún más cuando bajaron hacia el aeropuerto.
Por supuesto, el avión era pequeño y privado. Cuando abordaron el avión, cada uno de los amigos de James saludaron a Logan, y el moreno sintió una gran felicidad por el acto amable. James guardó el equipaje de ambos en el maletero, y divisó a su hermano sentado más allá de donde se encontraban sus amigos. Se había puesto los auriculares y la música había empezado a sonar.
Logan observaba a cada uno de los chicos que estaban sentados adelante de él. Todos eran sumamente atractivos, se dijo. Pero lo era más el chico que acababa de abordar. Kendall Knight, el chico más sexy de toda la preparatoria, mejor amigo de James y el que había hecho este viaje posible. Llevaba unos jeans rasgados, con una playera de cuello en v color negra, y gafas solares. Su cabello rubio estaba alborotado y recién recortado. Su sonrisa hechizaba. Se quitó las fogatas y mostró sus hermosos ojos verdes esmeraldas.
Era sumamente atractivo, y Logan no pudo evitar morderse el labio inferior y bajar el rostro para ocultar sus rojas mejillas. Se quitó un auricular ya que Kendall estaba a punto de hablar para todos.
–Chicos, quiero que todos ustedes disfruten este viaje, ¿de acuerdo? Por fin somos libres de la preparatoria, y debemos pasarla en lo grande. Así que… ¡allí vamos Hawái!
Todos gritaron de emoción y Kendall sonrió ante ello. Recorrió con su vista a todos sus amigos y se sorprendió al divisar al pequeño. Caminó hasta Logan con mucha seguridad y se sentó en el asiento continuo. El moreno se sobresaltó y elevó su mirada. Kendall sonreía y sus ojos parecían brillar.
«Oh Dios. ¿Por qué me haces esto?» se quejó Logan, luchando consigo mismo para esbozar una sonrisa a su anfitrión.
–Así que tú eres el hermano de James, ¿Lo…?
–L-Logan –completó el muchacho.
–Bueno, yo soy…
–Kendall –Logan mordió su lengua. «Maldita sea, Logan» se reprendió. El rubio arqueó una de sus cejas y esbozó una sonrisa divertida.
–Conque sabes mi nombre… fascinante.
–Todos conocen tu nombre en la escuela. A-Además eres el m-mejor amigo de mi hermano.
–Por supuesto –Kendall volvió a sonreír con esta estúpida sonrisa suya, con aquella sonrisa de súper modelo.
"Por favor, abrochen su cinturón" dijo el sobrecargo por el altavoz. Kendall sonrió y se abrochó el cinturón allí mismo. Logan estaba en aprietos, el chico peligroso, el que supuestamente se había acostado con un par de chicas… estaba sentado a un lado suyo y no podría irse hasta que estuviesen en completa seguridad.
El despegue fue brusco, y una vez en el aire, Kendall volvió su cabeza hacia Logan y se quitó su cinturón de seguridad. Puso su mano en el muslo del moreno, lo que provocó que sus mejillas enrojecieran.
–Iré a divertirme un rato, ¿sí? –Kendall se puso de pie y todos enloquecieron cuando sacó una botella de champagne. Logan mordió el interior de su mejilla, y se reprendió puesto que había sido completamente aburrido con Kendall.
Se puso nuevamente los auriculares y miró por la ventanilla. Estaban por cruzar una oscura nube. Cuanto más se acercaba, más nervioso estaba. Llegó al punto de tormenta, el avión experimentó turbulencia y eso no le impidió que los chicos siguiesen de pie mientras bailaban. Logan se quitó el cinturón de seguridad y se puso de pie para alertar a los chicos.
Un revolcón el en avión provocó que se tropezara. Logan se reincorporó sosteniéndose en los asientos. La música estaba muy alta y los gritos de alerta de Logan no se escuchaban.
–¡James! –gritó Logan, pero su voz no era audible–. ¡James! –repitió el moreno a todo pulmón.
Cuando por fin, uno de los muchachos le prestó atención, Jo cayó al piso, lastimándose la mandíbula. Camille se tropezó y se golpeó la cabeza contra uno de los asientos.
El rayo proveniente de la tormenta impactó en la cola del avión, y rápidamente este caía por el mar. Logan dio un traspié y fue impulsando hasta el fondo del avión. Se golpeó su costado contra un muro metálico. Gimió a causa del dolor. Kendall cayó sobre el piso, golpeándose la mitad de su cara.
Después de ello, Logan escuchó que gritaban su nombre, pero el mundo le daba vueltas. Otro rayo impacto sobre el avión, y esta vez lo que escuchó fueron gritos a todo pulmón de las chicas. Sus párpados pesaban, e intentaba no cerrarlos por el golpe.
Entonces un ruido metálico estruendoso lo aturdió. Abrió muchos los ojos y estos se adaptaron rápidamente para presenciar cómo se partía el avión en tres partes.
Sintió la arena contra su cara, y el agua salada golpeando su cuerpo. «¿Estoy muerto?» se dijo Kendall mientras agarraba arena con sus puños. «¿Estoy muerto?» se repetía Kendall, aturdido. No podía abrir los ojos, pero debía hacerlo. Algo lo impulsaba a abrirlos. El agua sala entró pos su boca, y escupió rápidamente por el sabor tan intenso a sal.
Abrió sus ojos, los párpados le dolían. Se reincorporó poco a poco, con fuerzas mininas restantes en su cuerpo. Con sus brazos, se apoyó para levantarse. Sus rodillas le temblaron y cayó nuevamente sobre la arena. Se humedeció sus labios y el sabor a sangre anunciaba que tenía el labio lastimado. El ponerse de pie, su vista tardó un par de segundos en adaptarse.
El agua era cristalina, la arena era tan blanca como la nieva, a sus espaldas, se extendía una selva oscura y espesa.
–¿Dónde estoy? –preguntó con voz ronca.
Dio varios giros sobre su propio eje, intentando acomodar las piezas del rompecabezas en su mente.
Se llevó su mano a la frente y rápidamente la quitó, se miró los dedos llenos de sangre. Se había hecho un corte. Corrió hasta las olas y apretó su mandíbula cuando limpió la herida con agua. Gritó fuerte, pero sabía que el agua de mar podía curar heridas menores. Miró su ropa, rasgada y sin zapatos, con varias heridas en sus piernas.
Entonces recordó que el avión había caído. Se había partido en tres partes. Sus amigos estaban allí. Parpadeó un par de veces mientras miraba la espesa selva sobre la montaña.
Tragó saliva. «Hemos naufragado» pensó.
Sus amigos… ¿muertos?
Sintió como sus ojos se humedecían. Tenía la boca seca, y el miedo lo invadió rápidamente.
–¡AYUDA!
¿Qué les pareció? Debo admitir que estoy sumamente nervioso por la recepción de este fic. Me gustaría ver sus comentarios.
Un beso!
–Josué
