Todos los personajes le pertenecen a la maravillosa Suzanne Collins
Abre los ojos asustada, está sudada, pero siente la calidez de los brazos de su esposo, quien duerme tranquilamente.
Se acurruca más en su pecho, buscando entrar más en calor y dejar atrás la terrible pesadilla que la acechaba.
Peeta se remueve al sentirla que se acomoda.
—¿Pesadilla? -Katniss asiento — ¿Quieren hablar de ello?
Katniss mueve la cabeza negando, no quiere hablar de ello, mientras que Peeta hace que Katniss se acomode en sus brazos, para quedar frente a frente.
—Todo está bien —Le susurra con dulzura. —Nadie te hará daño.
El amanecer está por llegar, los dos ya no volvieron a dormirse, y observan juntos como el sol llega.
—¿No abrirás hoy? —Le pregunta Katniss.
—No —Contesta suavemente —. Dejare que Jake se encargue de abrir.
—Gracias por estar todo este tiempo conmigo —Katniss le susurra con dulzura, mientras junta su frente con la de él.
—Siempre lo estaré —Le rodea la cintura con sus brazos. —. Siempre.
Cuando es hora de levantarse; Peeta se va a la cocina a preparar pan, mientras llama a su amigo para que se encargue de la panadería.
Katniss se va al baño, mientras trata de relajarse, para que todo lo que soñó se vaya borrando poco a poco.
Después de un buen tiempo en el baño, sale y se viste sencillamente, mientras que el olor a panecillos de queso, hace acto de presencia.
—Huele delicioso —Dice cuando entra a la cocina.
—Lo sé —Contesta Peeta —Es la costumbre de tantos años.
—Bueno, podre morirme, siempre y cuando huela a pan recién horneado —Le dice mientras toma un lugar en la mesa.
—Te prohíbo que te mueras y me dejes solo —Peeta acomoda los bollos de queso en el plato.
—Yo soy la que te prohíbe a ti, que algún día me dejes —Le contesta mientras que toma un bollo de queso y se lo lleva a la boca.
—Sabes que jamás te dejare —Le da un suave beso en los labios.
—Lo sé.
Ambos desayunan en silencio. Pero disfrutan del gran sabor del pan de Peeta.
Peeta y Katniss salen de la casa, mientras que Peeta cierra la puerta de la casa, Katniss observa el jardín. Mientras que ve, como las Primroses han florecido demasiado.
El sol cuela en las flores, y Katniss sonríe.
Aun extrañando a su hermana, quien lleva más de diez años de muerta.
—¿Estás bien? —Le susurra Peeta.
—Sí —Katniss se hinca y toma arranca una Primroses y exhala su olor. —La extraño demasiado.
—Lo sé, mi amor, lo sé. — Peeta pasa un brazo alrededor de sus hombros.
—¿Vamos a ir al Quemador? —Pregunta Katniss.
—Vamos al quemador y damos una vuelta por la panadería.
Los comienzan a caminar en dirección a la panadería.
Katniss se queda afuera, mientras que Peeta entra a la panadería.
Katniss mira como todo ha cambiado, hay muchos más locales de los que antes solían ver, hay más puestos de comida, por fin hay un hospital en donde va la gente más necesitada y muchas cosas más.
La gente le sonríe y ella por no ser grosera les regresa la sonrisa.
—Listo —Peeta vuelve a tomar la mano de Katniss y salen al quemador.
Katniss abraza a Peeta, antes de llegar a la puerta del nuevo quemador.
—Te amo Peeta —Katniss le susurra y le da un beso en el cuello.
—Yo también te amo —Le contesta Peeta, mientras que dibuja círculos imaginarios sobre la espalda de ella.
Después de comprar las cosas necesarias en el quemador, van de regresó a la casa, mientras.
—Me voy a ir acostar —Avisa Katniss, mientras le da un beso a Peeta y comienza a subir las escaleras.
—Ahorita te alcanzo —Le comenta Peeta.
—Te espero —Katniss le dedica una gran sonrisa a Peeta.
Peeta término de acomodar toda la despensa que compraron.
Sube hasta su habitación y observa que Katniss se ha quedado dormida, cosa que le sorprende, porque Katniss nunca duerme si no está en sus brazos, parece tranquila por lo que mejor la deja descansar.
Sabe de la noche que pasaron, que no pudo dormir bien.
Mientras tanto sale a casa de Haymitch, quien a pesar de todos esos años, sigue bebiendo y cada vez se nota que la vejez está en él.
—Haymitch —La costumbre de no tocar la puerta, sigue igual, solo que Haymitch ya no entra así a casa de Katniss.
—Aquí —Escucha la voz de su ex-mentor, quien le sorprende de que no esté dormido.
—¿Que haces despierto? —Le pregunta Peeta mientras que se sienta en una silla.
—Ya duermo como la gente normal —Dice, mientras que toma un vaso de agua.
—¿Agua? —Peeta lo mira extraño.
—Voy a dejar de beber —Le dice.
—¿Es enserio? —A Peeta le alegra la noticia.
—Sí, quiero estar con ustedes cuando Katniss al fin se digne a darme un nieto —Le contesta con ilusión y un brillo en los ojos.
—Sabes lo que ha dicho Katniss —Peeta suspiro derrotado.
—Esa chica, sabes que te ama y si le pides que te de un hijo, te lo dará. ¿Cuándo fue la última vez que se lo pediste?
—Hace como más del año, no volvimos a hablar del tema.
—¿Cuánto llevan de casados? ¿Doce o trece años?
—Doce —Contesta Peeta.
—¿Y la has aguantado todo este tiempo? —Toma otro vaso de agua, Peeta lo mira molesto —Ya, ya sé, la amas demasiado.
—Sí —Contesta Peeta —Y sí ella no quiere hijos, está bien.
—Estás mal chico, lo sabes.
No sé queda más a platicar, puesto que se despide y se va.
Pero antes de que cierra la puerta, escucho la voz de Haymitch:
—Habla con ella, quizás está vez tengas suerte.
Cuando abre la puerta, todo está en silencio y decide llamar a la mamá de Katniss.
—Hola Peeta —Escucha la alegría de la mujer —¿Todo bien?
—Sí, todo está bien.
—¿Y a que se debe tu llamada? —La curiosidad está en voz.
—Solo quería saludarla y saber que se encontraba bien. —Miente.
—Sí, muchas gracias por preocuparte y llamarme, pero todo está bien.
—Me alegra —Peeta sabe que haberla llamado fue un error.
Se despide y cuelga rápidamente.
Lo que realmente quería, era preguntarle sobre cómo convencer a Katniss de tener un hijo, pero solo son asuntos de dos, no debió haberla llamado.
Sube a su cuarto, Katniss aún sigue dormida, se quita los zapatos y se da un baño. Cuando termina de bañarse, se acurruca con su esposa.
—¿Qué hora es? —Pregunta soñolienta.
—Ya es de noche —Peeta le da un beso en su cuello. —¿Katniss estás bien?
Katniss lo mira sin entender.
—Sí... ¿Por qué?
—Como te quedaste dormida, y nunca te duermes sin estar en mis brazos —Le dice.
—Es que... —Se gira para verlo, cuando quedan frente a frente, Katniss le da un beso en la punta de la nariz —, no tienes de que preocuparte, solo que cuando vine a darme un baño y me acosté, el sueño me venció.
—Sí, estabas muy a gusto —Peeta le besa los labios tiernamente. —. Parecía que nadie te ponía nerviosa, no te removías ni nada.
—Tuve un sueño agradable —Ahora ella lo besa —. Muy agradable.
—¿Puedo saber sobre qué?
—Ahora no —Le dice —Abrázame.
Peeta no duda en abrazarla.
El silencio es cálido, mientras que Katniss suspira. No deja de pensar en todas las cosas que los llevaron a esos momentos de tranquilidad.
Katniss besa el cuello de Peeta, mientras que Peeta suspira.
Peeta no la hace esperar y pone sus manos sobre la cintura de ella, comienza a subir la playera de ella, y toca su suave piel.
La noche pasa entre caricias y besos, hasta que llegan al momento de su unión, ambos terminan sonrientes y cansados, mientras que se vuelven a acostar abrazados, y dejan que el sueño les venza.
¡Hola!
Pues esta es la primera vez que subo aquí una historia. Solo lo hago por diversión y ver si les gusta a ustedes.
Y puede que si haya errores en la redacción, creo que en algunas hable en tercera persona y en otras como las cosas que hacían al instante, una disculpa por si acaso.
Espero que les guste, cualquier opinión buena o negativa es bien recibida.
Saludos
