CAPITULO I

Cuando se es niño, se sueñan y piensan infinidad de cosas, piensas en un mundo color de rosa, donde a causa de los cuentos de mamá o papá antes de irte a dormir, llegas a creer en las hadas, duendes, príncipes y princesas que después de vencer a la bruja o brujo de la historia, viven felices para siempre en un enorme castillo; también, gracias a tus padres puedes llegar a creer hasta en lo que crees la cosa mas absurda, fantástica, increíble e inexplicable del mundo… la magia.

Yo crecí en un mundo así, mis padres, siempre me contaba ese tipo de historias antes de entregarme en los brazos de Morfeo, y es que me gustaban tanto… llegar a pensar en el príncipe azul que un día vendría por mi en su hermoso corcel blanco y me llevaría con el a vivir a su castillo felices para siempre. Pero como siempre, ese mundo color de rosa no dura para siempre, después de la muerte de mi padre, ya no fui la misma y eso era porque los dos siempre fuimos muy unidos; empecé a olvidar todas esas hermosas historias que me contaba, los libros que me leía, comencé a alejarme de las personas y aislarme en mi propio mundo, me volví mas extrovertida. Llegaba a sentir en ocasiones un enorme vacío en mi interior, primero, por la falta de mi padre, después porque sentía que este no era el lugar al que pertenecía, vacío que ahogaba encerrándome en mi cuarto y llorando contra la almohada para que nadie oyera mi llanto. Comencé a olvidarme de los pocos amigos que tenia, sobre todo… comencé a alejarme de mi madre, inclusive, a perderle poco a poco un poco de respeto, ¿porque? por una tontería, por una entupida tontería.

Tiempo después, mi mamá comenzó a salir con un sujeto, y por tonta, creí que ya se había olvidado de él, pero no comprendía que la vida sigue y que tenia todo el derecho del mundo de rehacer su vida. Un día que regresaba del colegio, me encuentro a mi madre con ese tipo en casa y una sonrisota de oreja a oreja, y todo para decirme…

-nos vamos a casar

En ese momento, si mi mundo se comenzó a derrumbar por la muerte de mi padre, esa noticia, fue la pequeña ráfaga de viento que termino por derrumbarlo. ¡¡Genial!! pensé, primero mi padre, luego la sensación de no pertenecer a ese lugar y esos sueños tan extraños que he tenido desde hace un tiempo atrás, donde veo la silueta de alguien que me dice "¿que no vas a volver?"; después la falta de comunicación madre-hija y por ultimo la noticia de una boda. En ese momento no pensaba en nada, mi mente estaba en blanco y solo dije caminando hacia las escaleras

-estaré en mi cuarto

Al entrar en el, avente la mochila y me tire en mi cama boca abajo, prendí el steereo y puse música, en ese momento lo único que quería era desaparecer, y de la nada y como si mis suplicas fueran escuchadas, una cegadora luz blanca inundo mi cuarto, al girarme en dirección de donde provenía, encontré un espejo que nunca había visto, me acerque a el y vi claramente una inscripción que tenia en su marco de plata, era una escritura extraña, un idioma raro, pero por alguna extraña razón, las palabras salieron de mi boca y comencé a leerla como si nada, la inscripción decía lo siguiente:

Li ase sancrê voi pasefetá vo¨r ordera cuá efetez1

Cuando termine de leer aquello, el espejo resplandeció nuevamente y ya no mostraba mi reflejo, sino el de un joven, en ese instante vi con asombro como la mano de este atravesaba el espejo y me tomaba por el brazo jalándome hacia el. Después de eso, ya no sentí nada.

1.- Li ase sancrê voi pasefetá vo¨r ordera cuá efetez. Es una lengua muerta, no recuerdo bien el nombre, pero significa "la sangre que te serró, te ordena que abras"