Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen...

...Pero esta historia si...

Latidos de Un Corazón Muerto

"Algo malo iba a ocurrir, lo presentía, lo soñaba, lo esperaba… y ese día sucedió"

Capítulo. 0

Último Día

Gritos. Podía oír gritos de una persona, gritos agonizantes, gritos que helarían la sangre de cualquiera. Estaba tan asustada que apenas podía moverme, pero sabía que debía ayudar a quien fuera que emitía esos gritos. Como pude, salí un poco del shock en el que me encontraba y obligué a mis piernas reaccionar. Mi paso era lento, no podía pedirme más, estaba tan asustada que era un milagro que mis piernas me respondieran, la oscuridad absoluta de una noche sin luna no era precisamente algo que me imprimiera valor.

Como pude aceleré mi paso sabía que aquella persona debía estar en peligro y yo tenía que ayudarla. Me paré en seco frente la entrada de aquél callejón, que para mis peores se encontraba renegado de la luz de la única farola que se encontraba encendida esa noche. ¿Qué era esto? Todo parecía sacado de una maldita película de terror. Mi valentía me había abandonado por completo.

Los gritos no cesaban y cada vez eran más horribles. Empecé a temblar, sabía que mi deber era ir y ayuda a aquella persona. Una mujer, quien gritaba era una mujer, ¿cuánto dolor debía estar sintiendo?, ¿Qué podría haberla atacado?, un ladrón, un violador, un asesino, un monstruo… a pesar de la situación en la que me encontraba no pude dejar de burlarme de mi misma por la última deducción que había sacado. Ya no era una niña, el coco no existía. Otro grito profundo me sacó de mis cavilaciones y el miedo que me había paralizado se convirtió en curiosidad.

Sin pensarlo, porque si lo hacía estaba segura que volvería a entrar en shock, entré al callejón.

Humedad, frío y un olor a… ¿tierra mojada? Los gritos habían cesado, probablemente había sido demasiado lenta y no había llegado a tiempo. Podía sentir el asfalto frio bajo mis pies, no sabía la razón del porque me encontraba descalza en la calle, de noche y sola.

Un charco, no podía ver mis pies por lo oscuro que estaba pero había sentido como mis pies se mojaban. Y ahí estaba un bulto alumbrado apenas por la luz de una ventana abierta, perfectamente ubicada para hacer la escena aún más terrorífica. El cuerpo se encontraba dándome la espalda, estaba segura que era la mujer que había emitido los gritos, no me importo correr hacia ella chapoteando el charco bajo mis pies. Cuando estuve lo suficientemente cerca pude notar que su camisa estaba rota y totalmente llena de sangre, y caí en cuenta que el charco era nada más y nada menos que un lago de sangre.

En el colegio me habían dado primeros auxilios, y además me estaba preparando para presentar los exámenes universitarios para convertirme en médico, estaba claro que no era una paramédico pero a quizás no era demasiado tarde y con mis básicos conocimientos podía lograr mantenerla con vida hasta que alguno llegara. La luz era tenue pero empezaba a tomar fuerza. Me arrodillé en la calle y rápidamente sostuve su muñeca, su pulso era demasiado leve si es que a eso se le pudiese llamar pulso. Estaba claro, estaba desangrándose. Sabía lo que debía hacer debía buscar la herida y colocar presión y así poder detener un poco el sangrado.

Todavía seguía volteada así que empecé a buscar la herida por su espalda. Nada, no encontraba rastro de alguna puñalada o algún disparo, su herida definitivamente debió haber sido frontal. Así que la voltee…

Y ahí estaba yo mirándome a mí misma, yo mirando mi muerte, frente a frente conmigo. Mi cara estaba llena de sangre seca. Una cara pálida, una cara sin vida, unos ojos vacios. El miedo se apoderó de mí y grité, grité como nunca, grité queriendo despertar de aquella pesadilla… y desperté

Me senté en la cama de un brinco, sudada, cansada, asustada, y emperecé a llorar. Me llevé las manos a la cara para sentir que seguía viva y así poder terminar de salir de aquella horrible pesadilla que desde hacía un año venía por mí al menos una vez al mes. Lloré por un rato más y agradecí de todo corazón que ya se hubiese acabado. Miré el despertado, aún estaba oscuro, eran apenas las 4 de la mañana. Mi boca estaba totalmente seca. Me levanté de la cama, debía lavarme la cara, seguramente todos debían estar durmiendo.

Hacía un poco más de un año que había sucedido lo de Jusenkyo, creo que haber estado tan cerca de la muerte había acarreado esa pesadilla. No era regular pero sin duda cada vez que la tenía, despertaba hecha un desastre. Nunca era exactamente igual, distintos escenarios, distintas ropas; pero el contenido era siempre el mismo yo muriendo viéndome cara a cara, y siempre la sangre. Por algún extraño motivo mi mente era demasiado sádica y creaba una muerte de lo más sangrienta, definitivamente algo debía estar mal conmigo. Prendí las luces del baño y abrí el grifo del lavamanos para lavarme un poco la cara y quitar el resto de lágrimas secas de mis mejillas.

Me contemplé en el espejo, sin duda mi aspecto era de película, un fantasma seguramente sería más agradable a la vista que yo en estos momentos. Mi cabello era un desastre, ahora que me había crecido un poco y me llegaba un poco más abajo de los hombros se enredaban con más facilidad. Tomé un cepillo de la gaveta y intenté darme un mejor aspecto, lo recogí en una pequeña cola alta, que era para lo que daba y me di cuenta que estaba empapada de sudor no podía regresar a dormir así.

Un baño a las 4 de la madrugada sonaba como una locura, pero era lo que necesitaba. Llene la bañera de agua tibia, y pude relajarme un poco. Una vez vestida con un nuevo pijama bajé para hidratar mi garganta que seguía bastante seca.

-¿Qué pasó no podías dormir?- Oí la voz adormilada de Ranma que se encontraba apoyado en el marco de la puerta de la cocina

-Mmm no… tuve una pesadilla, ¿Tu tampoco podías dormir?- le pregunte mientras cerraba la nevera, haciendo que la única luz que aclaraba la cocina desapareciera.

-No, la verdad me despertaron tus gritos. Y luego estabas haciendo mucho ruido en el pasillo- dijo acercándose mientras se sentaba encima de uno de los muebles de la cocina.

-Disculpa… por despertarte- dije un poco apenada, estaba claro que desde lo sucedido en China las cosas entre los dos habían mejorado un poco. Las peleas nunca desaparecerían, eso era seguro. Pero a pesar de que ninguno de los dos habíamos aclarado sus sentimientos, las cosas habían mejorado, no sabría cómo explicarlo. El me había salvado de la muerte. Y yo a él. Cuando estábamos solos podíamos hablar como personas normales. El problema era cuando estábamos acompañados y el orgullo salía a flote. Él ya no se comportaba tan grosero conmigo, y yo ya no le golpeaba tanto. A lo mejor se debía también a que con el tiempo habíamos madurado un poco. Ya teníamos 18, no podíamos seguir peleándonos como críos como lo hacíamos cuando íbamos en 1ro de preparatoria. Ya cursábamos el último año.

Luego del desastre de boda, les habíamos dejado claro a nuestros padres que no habría más bodas. Después de eso, los chicos viajaron de nuevo a china y lograron encontrar un poco de agua del hombre ahogado, quedando liberados de sus maldiciones. Aún me parece extraño que Ryoga haya querido acompañarlos.

-Olvídalo, ¿era otra vez esa pesadilla?- me pregunto mientras agarraba el vaso de agua que también le había servido.

-Si… no entiendo porque sigo soñando la misma cosa, es demasiado extraño soñar lo mismo varias veces, algo debe estar mal en mi cabeza- dije tomando un sorbo de agua mientras me recostaba en el mueble de la cocina frente al él.

-jajajajaja, y ahora es que te vienes a dar cuenta- me dijo con una sonrisa burlona

-No sé para que te cuento estas cosas sigues siendo un imbécil- Dije con un tono molesto mientras me daba la vuelta para abandonar la cocina y dejarlo solo

-¡Espera!- en un movimiento rápido me había tomado la muñeca- disculpa Akane, es que no pude evitar reírme de tu cara de preocupación, vamos solo fue un sueño, no debes preocuparte por eso- Mis mejillas se enrojecieron un poco al sentir su mano tocándome

Si… todavía seguía enamorada de él, y estaba segura que él me había dicho que me amaba en China, pero si lo negaba, no podía hacer mas nada. Simplemente seguir como antes siendo su amiga y apoyándolo en todas las locuras que se metía. Pero seguía esperando el día en el que me dijera que era lo que sentía por mí, y a decir verdad estaba empezando a cansarme de esperar.

-Si… sé que solo fue un sueño, pero cada vez se siente más real- dije agachando un poco la cara, era cierto, le tenía miedo a ese sueño, y sonaba estúpido pero últimamente me daba un poco de miedo irme a dormir, porque no quería volver a soñar lo mismo.

- ¿Qué fue esta vez?- me pregunto mientras soltaba mi muñeca, y yo me daba media vuelta para observarlo en la oscuridad de la cocina

Me senté a su lado, sobre el mismo mueble, y le relaté con detalle cada parte del sueño

-Definitivamente tu mente está un poco retorcida

-….-me quedé callada con la cara inclinada hacia adelante, sintiendo como algunas hebras de mi cabello se soltaban del agarre de la cola y rozaban mi rostro

-Bueno… como te dije antes, no deberías dejar que esto te afecte, sabes que eso no te sucederá. Es normal tenerle miedo a la muerte y supongo que es normal que tú le temas más por lo que… -se quedó callado

Entendí que se refería a lo que había sucedido en China, y se había quedado callado por que como el mismo me había confesado un poco de meses atrás, se sentía culpable por lo ocurrido.

-Lo siento- le escuche decir en un tono de voz bajo.

Me dolía verlo así. Sin pensarlo mucho me recosté en su hombro y puse mi mano sobre la suya.

-Ya te dije que nada de lo que pasó fue culpa tuya- le dije en un susurro mientras cerraba los ojos.

Sentí como se tensaba, siempre había sido así, luego de un rato se relajó un poco y apoyó su cabeza sobre la mía.

¡Click!- sentí el ruido de una cámara- Ajaaaaaaaaa! Con que ustedes eran los del ruido- Oí a Nabiki en la puerta de la cocina

Como si hubiésemos sido pillados haciendo algo malo, pegamos un brinco alejándonos

-¡Nabiki! Dame esa cámara- gritaba Ranma

- Mi querido cuñado estas fotos valen oro, si las quieres tendrás que pagar. Aunque ya no vaya a la preparatoria sabes que mi negocio de fotos sigue en pie- mi hermana siempre tan interesada

-Nabiki porque tienes que siempre estar espiándonos y tomándonos fotos- dije molesta

-Akane no te molestes, si ustedes ya se llevan tan bien porque no se casan de una vez, ya son mayores de edad, cuando papa y Tío Genma vean estas fotos los casarán rapidito, así que si no quieren que estas fotos lleguen a las manos equivocadas es mejor que me paguen el doble de lo normal.

Ranma y yo nos miramos furiosos, y empezamos a buscar el poco dinero que teníamos en nuestros cuartos para comprar esa estúpida foto. Mi hermana ya iba en la universidad pero seguía siendo la misma. Ya la mañana había comenzado debían ser tipo las 7 y media, el tiempo hablando con Ranma en la cocina había pasado volando.

-Esto es tu culpa- me dijo furioso mientras reuníamos el dinero

-¿A qué te refieres?- le respondí de la misma forma

-Si no te me hubieses echado encima esto no hubiese pasado- me dijo y no pude evitar ponerme roja de la vergüenza y de la rabia, era el colmo lo había intentado reconfortar y él me trataba de esa forma tan grosera, eso me pasaba por bajar la guardia, con Ranma todo era siempre tan complicado. Dolida le grite.

-¡Pues perdóname, te prometo que más nunca me vuelvo a acercar a ti, idiota!- Le dije mientras le tiraba el dinero en la cara y me iba a mi cuarto, las esperanzas que el cambiara cada vez eran más pequeñas. Me vestí lo más rápido posible para no verle la cara Y salí de la casa corriendo hacia la preparatoria.

Le quería, pero la verdad era cansando. Las cosas eran mejores, si, pero nunca terminaban de mejorar por completo y eso me exasperaba. Desde un tiempo acá lo había estado pensado, si él no tomaba la iniciativa, sería yo la que lo hiciera. Era muy extraño que una chica se le declarara a un chico pero si bien no quería casarme con él, ya que esto era irse a los extremos, no podía evitar estar enamorada de él y ya había esperado por 2 años y medio a que él me insinuara algo, pero él era tan lento. Lo había decidido. Sería un hecho, hoy lo haría. Empecé a caminar despacio a medida que entraba al edificio. Saludé a mis amigas como de costumbre.

Mis amigas también se estaban preparando para el ingreso a la universidad. El año pasado había decidido estudiar medicina, me había dado cuenta que era buena y tenía vocación. Ranma para la sorpresa de todos también había decidido estudiar en la universidad. Todos creíamos que se dedicaría a las artes por completo pero, cuando me lo contó lo entendí. Me acuerdo que me dijo:

"Sé que todos esperan que me dedique a las artes de lleno, y la verdad es que no pienso descuidarlas, tu sabes que lo más importante para mí son las artes marciales, pero hoy en día la gente no vive solo de eso, sino mira a nuestros padres jajajajajajaja"

Yo sabía que aparte de esa razón, el en verdad estaba interesado en estudiar derecho, y experimentar la vida universitaria. No lo culpaba yo también lo quería así.

Lo vi entrar al salón, riéndose con sus amigos. Con el tiempo se había puesto más guapo, ya no quedaban rastro de esa cara de niño que tenía cuando lo conocí. Las chicas de años menores siempre le mandaban cartas de amor y chocolates y galletas caceras, aún sabiendo que yo era su prometida. De acuerdo no era la mujer más hermosa del mundo pero fea no era. Una vez que Kuno se graduó ya no era acosada en el colegio, pero en la calle a veces algunos chicos se fijaban en mí.

-¿Por qué no me esperaste?, saliste tan rápido que me tuve que venir solo- se paró en frente de mi escritorio

-Y ¿Por qué debería haberte esperado?, no fuiste tú el que me dijo que no me echara encima tuyo- dije con un tono cansado

-¡eres una tonta siempre entiendes mal las cosas, y nunca me dejas explicarte nada!- dijo rojo

-¡Y qué se supone que me tienes que explicar!- grite yo también igualando su tono de voz y parándome de la silla encarándolo

-Pu… pues… p… bueno… bue… bueno… yo….- Tartamudeo

-Olvídalo, déjalo así siempre es lo mismo- dije cansada mientras me sentaba en mi silla y acostaba mi cabeza sobre mis brazos. Él nunca tendría las agallas de ser sincero. Yo lo sería, hoy se lo diría.

-Akan…

-Ran-Chaan!- fue interrumpido por Ukyo que llegaba y lo jalaba a su puesto para contarle yo no sé qué cosa.

-¿Akane no te molesta?- escuche a Sayuri preguntarme

-No, ya me da igual- levante el rostro- hoy le diré lo que siento, si me corresponde, bien, y si me rechaza, pues ya está, la espera por lo menos se habrá acabado

-¡Akane!- todas mis amigas gritaron

- ¿estás segura que es lo mejor?- ellas ya sabían lo que sentía por él luego de mucho tiempo de esconderlo se los había confesado

-Sí- dije resignada- es lo único que puedo hacer, ya estoy cansada de esperar, hoy es el último día, hoy se lo diré.

Las clases pasaron rápidamente, hubiese preferido que hubiesen pasado lentamente, la verdad estaba muerta del miedo, de dónde sacaría la valentía para decirle lo que sentía. Pero ya la decisión estaba tomada, y no daría marcha atrás. No habíamos cruzado palabra alguna desde la mañana el había estado con sus amigos y yo con mis amigas. A la hora de la salida se acercó a mi escritorio

-¿Sigues molesta?- dijo orgulloso

-No- dije tranquila regalándole una sonrisa- escucha Ranma hoy quiero decirte algo- le dije antes de que pudiese decirme algo más- por favor encuéntrate conmigo en el parque cerca de la casa a las 8- muerta de la pena me pare del pupitre y salí corriendo del salón.

Unas calles más arriba dejé de correr, y me apoyé en una pared, podía oír el ladito de mi corazón, como extrañaría ese latido, me agarré el pecho y sonriendo como una tonta me arrodillé apoyada en la pared, tomé con la otra mano una de mis mejillas que ardía, un ardor que nunca más sentiría. Ya no había vuelta atrás hoy sería el día. Hoy le diría que lo amaba.

Nunca olvidaría ese día... ese había sido mi último día.

Bueno... no soy buena hablando así que seré breve...

Esta es una pequeña introducción a lo que será la historia , sé que quizás no sepan todavía de que va la cosa por eso los invito a seguir leyendo...

También publicaré un capitulo por día, y sientance libres de escribir reviews de todo tipo, los sabré apreciar...

Sin mas que agregar, me despido...

.:Verüska:.