Titulo: Días de angustia .

Género: Angust Misterio.

Extensión del escrito: 4-6 Capítulos.

Personajes principales: Sakura»Sasuke.

Ubicación: Universo Alterno.

Aclaraciones: Esto es un prólogo y habrá un ligero OoC

Disclaimer: Naruto no me pertenece, ni sus personajes, sino a Kishimoto.

Exordio

Miles de personas mueren al año en muchos países, ya sea hambre, violaciones, asesinatos, suicidios, pestes. Miles de estos ni siquiera ven la luz de un nuevo día, pues mueren dormidos u son apenas tan pequeños que ni siquiera pudieran considerase que existen. Es una triste realidad una que quizás nunca pasa desapercibida en la vida de las personas, que con su ajetreada rutina; tiene tiempo para lamentar, a pesar de tener problemas.

"Un terrible accidente automovilístico, causó la muerte de 4 personas y dos heridos"── Título un periódico de Japón.

Un extraño accidente, de auto acabó con la vida de esas personas; quizás inocentes de las circunstancias desfavorable de la vida, un momento equivocado, una mala decisión. En una cama del hospital del centro de la ciudad, una chica de cabellos rosados que tenia laceraciones en sus brazos, piernas y rodillas reposaba en coma en aquella habitación donde solo estaba ella y un azabache de ojos negros, quien venía con una chaqueta gris.

── ¿Cómo rayos pasó esto?

Aunque no estuvo en aquella noche, sentía desesperación y humillación a la vez, la única persona que creyó en él, estaba allí en una cama del hospital. Aquella que le dio la oportunidad de conocerlo bien, y de poder ver más allá de lo que demostraba en su apariencia. Una persona que llena de placidez y gozo daba paso a una beldad y agraciada alma. Era raro, no se habían presentados sus padre, quienes son lo primero que lo hacen. Pero ella se había mudado hace unos pocos meses.

── ¿Usted es familiar cercano de ella?

Una enfermera apenas se había acercado, sacándolo de sus más profundos pensamientos; tanto como las fosas de las marinas. Él incapacitado por la situación babeaba como si fuese un bebe, y no era para tanto desde que se había enterado hacía ya unas horas del accidente vino de inmediato a verla.

── Soy su amigo

Ella estaba sorprendida pues era la única persona que se fue a reportar. Ni sus padres, ni ningún familiar suyo. Pero leyendo su expediente, notó un error en una parte… Había algunas tachaduras, y había sido eliminado algunas cosas de ella. Además pareciera que estuviese protegiendo algo.

── La señorita Sakura Haruno.

Dijo ella buscando en aquel expediente tan extraño, y tachado. El azabache al escuchar ese nombre, miró raro a la enfermera en búsqueda de que se hubiese equivocado. Pero al ver que ella tenía un semblante serio causo en él una sensación de inseguridad y preocupación.

── Ella se llama Aruka Onurah de la cuidad de Tokio.

En su tono se hallaba en discordia, mezclada con ira. Como era que aquella muchacha a quien conoció, tuviese otro nombre. Por cariño le decia Aru. Ella contuvo las ganas de reprenderlo pero al ver la situación en la que estaba ella se detuvo, respiro y luego rio un poco, cosa que causo una afluente sensación en aquel chico. Reviso una vez más y solo dijo en un tono sarcástico:

── Menos mal que eres su amigo, ella es de Akita.

Eso ya era extraño, primero un nombre falso ahora una ciudad falsa. En ese momento llegaron unos policías, pero no eran unos policías cualquieras, comunes y corrientes; sino que era de la inteligencia secreta de Japón. Se ubicaron cerca de la entrada y empezaron a hacer preguntas acerca de ella. Notaron que estaba allí y le pidieron amablemente que se retirara, así que salió por aquella puerta; pero se quedó cerca del panorama que había permanecido media abierta. Entonces se acercó a oír más acerca de ella

── La chica es fundamental en el caso.

"¿Caso?, ¿Qué caso?, ¿quizá pasaba algo con ella?", los policías se dieron cuenta que alguien les oía por ello cerraron la puerta causando un recelo en aquella situación tan agobiante y rara. "¿Qué podía hacer?"

Salió de allí con sus pensamientos, meditando en aquel escenario, su casa quedaba en un bosque, de modo que caminó por el recordando todo lo que oyó. Seguía pensante hasta que llego a su residencia, un hombre que cortaba leña y tenía una botella de Whisky, apenas abierta lo miraba con algo de ira.

── Llegas tardes ¡¿Dónde rayos estabas?!

Aquel hombre, estaba furioso. Ya eran las 6 de la tarde y no había aparecido, él le respondió "que había que salido a hacer un trabajo de la escuela y se había tardado".

Entro sólo por aquella puerta subió y se encerró en su habitación. Desde que llegaba a su hogar era así todo el tiempo. Eso comenzó desde la muerte de su hermano itachi en un accidente automovilístico.

Para colmo su madre al enterarse de lo ocurrido quedó paralitica, pero de forma extraña pues ella era un persona muy saludable algo que hacía sospechar de aquel hombre.

La enfermedad de su madre empeoraba cada día mas así como la actitud de aquella persona. Aunque nunca se explico él mismo el porqué de su enfermedad repentina y abrupta siempre tenía la esperanza de que ella volviese en sí. Estaba recostada en aquella silla siempre, no podía mover; ni sus ojos, ni su cuerpo, ni hablar.

Aquel individuo se desesperaba al ver la actitud de aquel chico, pues le causaba ganas de matarlo. Pero se contenía al recordar a la mujer por la que aún vivía allí.

── Cariño perdóname otra vez, aunque me esfuerce aún no logro llegar a él.

Siempre se cuestionaba su propia actitud, aunque no quería expresarse así jamás podía evitarlo. Debía tratar de llevar las cosas en paz. En aquella habitación oscura al final de aquel pasillo intrínseco. Un chico lloraba sentado cerca de su cama, en aquel paradero fosco. Se preguntaba por que esas cosas sólo le ocurrían a él. Si no hubiese tenido padres quizás su vida hubiese sido mejor. Su dolor incesante aumentaba cada vez que especulaba en aquel asunto

── ¡¿Por qué me pasa estas cosas a mí?!

Su vaivén de desesperación e insoluble angustia hacia que se despojaba la cabeza y se quisiera arrancar sus cabellos. Su situación era terrible, abrumadora. Pero quizás no sea tan mala comparada con otras. Aunque era pavoroso, siempre que terminaba en romper en sollozos agudos quedaba dormido profundamente. El tiempo pasaba y sus ojos rojizos después de desahogarse quedaban marcados por la necesidad aliviar las penas, de modo que se fue a bañarse para evitar que se notara.

Ya eran las 9:00 de la noche, así que bajo a comer y tratar de no discutir cómo cada noche lo hacía con ese ogro del demonio, que el mismo infierno le mandó a hacerle pagar el error de no haber podido evitar aquel fatal accidente, su actitud se debía por muchas cuestiones y diversos problemas. Al bajar se topó con él, quien denotaba que estaba esperándolo un poco pasado de copas y ebrio en sí. Venía caminando hacía él viendo aquellos ojos rojos.

── Porque rayos lloras── Decia haciendo una rutina de todo un bebedor (Hip, hip) ── A caso no eres hombre, los hombre no lloran. Ojalá tu hermano estuviese vivo, no pasara esto.

Él se irrito, se armo de valor y busco fuerzas de donde nunca la encontró. Se paró enfrente del. Su cólera estaba justificada él jamás hizo nada para causar ese accidente aún así pensaba que pudo haberlo evitado, aunque no podía dar vuelta atrás decidió enfrentar algunos de sus demonios y dar por fin una respuesta aquel hombre intimidante.

── ¡Yo no soy como mi hermano!── Grito a todo pulmón envuelto en ira── No me compares.

Ese desgraciado por alma llevada al diablo y vendida a sus esclavos tomo la botella y la partió contra su cabeza, el joven cayó inconsciente al piso. En su rutina de azorado camino hacía su cuarto a dormir pues no quería verlo más a él. Todo aquel alboroto no se escucho más allá de aquella casa que estaba cerca de un bosque.

Todo quedó en un sublime silencio mortal, él estuvo inconsciente unas cuantas horas. En sus sueños sentía que alguien lo perseguía y trataba de matarlo, tenía apariencia de un cazador que tenía una escopeta, y un can que lo ayudaba a rastrear, en su bata que aparentemente cargaba a penas se distinguía un logo amarillo con la primera iníciales AC.

Despertó antes de que saliera el alba y de mañana se levantó y se fue. Eran las 4:00 de la mañana cuando salió por el camino albino de aquella zona, que de paraíso no tenía nada.

Camino sin rumbo fijo, por horas hasta que llegó al centro de aquella ciudad. Ya eran la 7:30 del día. En su mente desvariaba en aquellos momentos que hacer, solo atino a ir al hospital donde se encontraba Sakura a visitar. Llegó y todavía estaba en coma, pudo notar que había unos guardias en las cercanías de su habitación se asomo por la ventana, y notó que en el otro edificio la vigilaba dando entender que había algo más que ocultaba ella. Una chica quizás una muy popular, amada por todos. Pero también notó que tenía un respirador artificial. Algo había ocurrido, había cerca de aquella ventana unos vidrios pequeños rotos; dando a juzgar que sucedió un evento en esa noche.

En aquel momento escuchó, una conversación de una enfermera y unos de los guardias.── Ellos volverán otra vez, será mejor que se la lleven a otro lugar── la voz de aquella señorita denotaba preocupación.

"¿Quienes volverán?", "¿Que fue lo que pasó anoche?", esa eran las preguntas que rondaban en ese momento, pero no era todo. Había más.

── Aún no es tiempo, esperemos unos días tenemos esperar que se mejore── intervino un doctor──, dame una semana para estabilizarla.

Aún ellos discutían cuando llegó el inspector en jefe de la policía "secreta", aunque se suponía que eran los mejores. Era una fachada, todos sabían que ocultaba algo, porque para ser secreta, paseaban a la luz del día. Todo era confuso en esos momentos.

Así que decido averiguar que era todo lo que pasaba, en esos instantes. De modo que salió de allí, y fue rumbo al banco de la ciudad.

Pasó por una plaza donde algunos niños jugaban tranquilamente y en paz y sus padre feliz y su corazón se llenó de desconsuelo "Cuando mis padres me tratarían así", aquella alegre escena le hizo soltar algunas lágrimas, paso por un orfanato y algo le recordó a un lugar, le llegó una escena retrospectiva de tres niños jugando alegremente. Curiosamente esto pasaba muy a menudo desde que cumplió 18 años de edad. Trató de liberar aquellos recuerdos comprimidos sin éxitos algunos. Su rumbo lo guio a donde necesitaba ir.

Llegó al banco entrando veía gente feliz, trabajando alegre. Pero nunca se saben en que momento se puede perder todo. En la cuidad el siempre veía y sabia por las estadísticas que era probable que robasen un banco una vez al día. Asimismo ocupo su mente en el objetivo con que fue a ese lugar. Paso por la cajera y esta la llevó a la oficina del gerente.

Después de espera unos momentos un individuo bien arreglado venia hacia él quien solo pensaba en la suerte que tenían dichas personas de ser felices y el tristemente amargado. Su sonrisa la odiaba, sentía que odiaba en ese momento toda gente feliz en la vida, mismamente con la su actitud característica fue directo al grano.

── Vengo a tomar parte de mi herencia de mi Padre y Madre.

Aquel empresario meditó y luego sonrió. Fue a los archivos y busco en los libretos diarios de cuentas de los usuarios de banco hasta llegar a la letra "U" buscó unos papeles y notó un archivo. Era el del complejo Uchiha.

── Veamos, Sasuke Uchiha mayor de edad. Hijo del Difunto Fugaku Uchiha y Mitoko de Uchiha.

Él soltó una gota, pues aunque su padre lo había tratado mal, desde que murió junto a itachi, su padrastro y hermano de su padre empezó a tratarlo peor que él y siempre lo culpaba por aquel accidente tan desastroso. Esos recuerdos estaban tan frescos en su mente.

El gerente le transfirió todo el dinero a una cuenta que se había creado recientemente. Salió de allí con una idea en mente.

Su objetivo saber más acerca de aquella misteriosa alma que creyó en el. Se dispuso a ir a aquel lugar donde obtendría las repuestas a sus preguntas.

Quizás la hallaría pero quizás no, valía la pena intentarlo. Camino hasta el metro de la cuidad que lo conduciría a Akita. Mientras esperaba la gente pasaba distraída por las situaciones de aquella agitada cuidad sin saber lo podía avecinarse muy pronto contra la vida de la humanidad.

Continuará…