Los siguientes cortos fueron escritos originalmente en diciembre de 2013 para la celebración por el fic La esposa secuestrada, y publicados en ese entonces en el foro Universo Crónicas de Asgard. Ahora remasterizados se publican, con la autorización de Noham Theonaus, abiertamente a toda la comunidad.
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Ranma ½ es propiedad de Rumiko Takahashi
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Fantasy Fics Estudios presenta
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Una pequeña historia escrita especialmente para la celebración de La esposa secuestrada
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Dos personajes en busca de autor
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—¿Qué es lo que escribes, Akane? ¿Que sea alto, inteligente, apuesto? ¿APUESTO? ¿Para qué quieres que sea apuesto, eh? ¿Para qué? —exigió Ranma apoyando la palma de la mano en el escritorio.
Akane puso los ojos en blanco y dejó de teclear por un momento.
—Ranma, ya te lo expliqué, necesitamos a alguien más. Si seguimos esperando por Rumiko tendremos dieciséis años eternamente y tú nunca vas a tener las agallas de besarme —sentenció.
—¡Oye! ¡Claro que puedo besarte! —se quejó ofendido el muchacho.
—¿Sí? A ver, ahora entonces. —Akane se cruzó de brazos y esperó con el rostro serio.
Ranma vaciló, se sonrojó, balbuceó incoherencias, transpiró de nervios y empezó a tartamudear.
—Bue-bueno… yo… e-es que yo… t-tú… y yo… bueno…
—¿Lo ves? —Akane relajó la postura y le sonrió ampliamente—. No te preocupes, no diré que eres un maldito cobarde, es solo que Rumiko te hizo así.
Ranma levantó una ceja.
—No necesito a la vieja de Rumik…
—¡Shhh! —Akane le tapó la boca con una mano y miró frenéticamente hacia un lado y otro de la habitación como esperando encontrar a alguien acechando debajo de la cama o detrás de las cortinas—. ¡Tonto! ¡Te puede escuchar! ¿Y sabes lo que haría si se entera de lo que planeamos? ¿Lo sabes? Después de tantos años… ¡haría un capítulo especial donde no ocurriera absolutamente nada! ¿Acaso no ves las noticias? ¿No sabes lo que les ocurrió a los pobres de Inuyasha y Kagome? —Akane comenzó a alterarse —. Ni una escena de ellos dos solos, ¡ni una! Kagome estuvo llorando desconsolada una semana entera, después de tanto tiempo esperando no obtuvo ni una palabra amable de ese perro tonto —Akane casi temblaba de rabia—. Y a mí no me ha ido mucho mejor, me tuve que conformar con un «te ves linda cuando sonríes» durante 38 tomos. ¡38 tomos! —repitió y estalló en lágrimas cubriéndose el rostro con ambas manos.
Ranma se puso nervioso, pero terminó acariciándole la espalda suavemente.
—Ya, ya, tranquila.
—¡A este paso jamás me casaré! —sollozó la chica—. ¡Buaaaa!
—Tranquila, Akane. Creo que estás un poco OoC.
—Oh, es verdad —la muchacha se secó las lágrimas y se aclaró la garganta—. Muchas gracias, Ranma.
—Además… —las mejillas de Ranma se tiñeron de rojo— también te dije que te veías linda con el vestido de novia.
Akane lo miró gratamente sorprendida.
—Tienes razón —dijo avergonzada.
Después ambos estuvieron cinco minutos observando la interesante moqueta del piso de la habitación.
—Bien, recapitulemos, Ranma —dijo Akane un momento después—. Ya hablamos de esto, no podemos esperar eternamente por… No lo había pensado, pero será mejor que hablemos en clave para que nadie sospeche, llamémosle «señora R».
—¿A quién? —la interrumpió Ranma.
—¡A Rumiko! ¿A quién más?
—Ah, claro, es verdad. Bien, bien.
—Como decía —habló Akane con firmeza—, no podemos esperar por la «señora R», si queremos que nuestra relación evolucione necesitamos otro autor que escriba maravillosas historias con nosotros. Quiero que escriba sobre nuestra boda, las increíbles y románticas aventuras que viviremos juntos, los diez hijos que tendremos y cómo estaremos juntos hasta que cumplamos cien años.
—Vaya —comentó Ranma dando un silbido.
—Y podemos crear a ese autor a nuestro antojo —continuó Akane—. Un autor grandioso que nos dé todo lo que siempre quisimos.
—¿Y por qué autor y no autora? —preguntó Ranma con una sombra de celos—. Las mujeres siempre son mejores para esas cosas, tienen más sensibilidad y todo eso.
—La «señora R» es mujer y mira dónde estamos gracias a ella —replicó Akane con acidez—. No, gracias. Ahora prefiero probar un poco del encanto masculino.
Con una sonrisa, Akane se dio la vuelta para volver a teclear en la computadora. A Ranma no le gustó nada, pero nada, lo del «encanto masculino».
—Bueno —dijo—, pero no entiendo por qué lo quieres «apuesto». No lo necesitas apuesto, no importa si es apuesto o no, lo único que tiene que hacer es escribir.
—Es solo un detalle, Ranma —Akane sacudió la mano para restarle importancia—, si es joven y apuesto puede hacer historias mucho más románticas.
—¿Joven? —saltó Ranma—. ¿Joven además de apuesto? ¿Cómo de joven?
—Ranma, no empieces.
—Hablo en serio, Akane. No lo quiero joven —sentenció Ranma—. Que sea anciano, un anciano ha vivido más, tiene más experiencia y puede hacer historias mucho más profundas. Tiene que ser anciano, muy, muy anciano. Akane, ¿me escuchas? ¿Lo estás escribiendo, verdad? ¡Akane!
—Sí, está bien, está bien —se rindió la chica. Pero suprimió todos los «muy», porque si era demasiado viejo nunca incursionaría en el rated M, y ella quería un rated M.
No, mejor dicho, lo necesitaba.
—Bien, ya está —dijo la muchacha cuando terminó de escribir—. Ahora solo oprimiré esta tecla y la máquina nos dará la mejor opción, ¡habremos creado al autor perfecto, Ranma!
Muy ilusionada, Akane apretó el botón y una serie de imágenes y letras aparecieron en la pantalla. Ambos se la quedaron mirando. Ranma inclinó la cabeza a un costado con un gesto reflexivo, Akane tenía los ojos brillantes.
—¡Bien, bien, bien, bien, bien! —exclamó—. Es perfecto, ¡perfecto!
—Pero… —Ranma dudó—. No lo sé, Akane. ¿Estás segura? Me da mala espina eso de que el nombre comience con «No». Es tan negativo.
—No seas pesimista, Ranma —la chica le tomó la mano entre las suyas con el rostro lleno de felicidad—. Esta es nuestra oportunidad. ¡Es todo lo que siempre quisimos y más!
—Tal vez, pero…
—Por favor, Ranma —le suplicó—, este es el autor que buscábamos, la máquina no puede fallar en hallar la única solución correcta. Es el autor que escribirá todo lo que queramos, podremos pedirle historias a nuestro antojo, siempre serán tramas sencillas, capítulos cortos llenos de felicidad y desarrollos y cierres rápidos.
—Bueno, si tú crees que está bien —Ranma, a fin de cuentas, nunca podía negarle nada a su querida marimacho.
—Por supuesto que sí —replicó la chica muy alegre y acercó la mano al botón.
—¡Espera! —la detuvo él— ¿Y si hay un error? ¿Y si sale mal y hace historias tristes donde me envíe a tierras lejanas a luchar ferozmente y nos mantiene alejados por diez capítulos? O si nos pone en medio de alguna guerra terrible y debo abandonarte, y algo sale mal y entonces…
—No pienses en eso, Ranma —Akane rió alegre ante la desbordante imaginación de su prometido—. Nuestro autor nunca nos haría eso.
Bien, ya que ella estaba tan segura, Ranma dejó ir sus temores y relajó el cuerpo.
—Nada puede salir mal —dijo Akane y le dio al «enter».
La tecla se hundió y rebotó con su sonido característico, y por detrás, como si fuera un eco, se escucharon los truenos y relámpagos que rompían el cielo augurando una tormenta.
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