Helloooo, giiiiiiirrrls~

Okay, este es mi primer fic de Yuri on Ice aka YoI, espero les guste mucho ya que los personajes son medios complicados de captar en su totalidad.

PD: Dependiendo de cómo sea recibido puedo reconsiderar hacer más capítulos para ustedes ;)


Realmente no sabía cómo ni por qué, pero le habían convencido de salir de su habitación en el hotel y ser participe de la sociedad. Bien, realmente no era la sociedad... solo eran esos dos.

—¡Yurio, no vayas a perderte!

—¿Nos tomas otra foto?

Y ahí se hallaba, actuando de tercera rueda de bicicleta. Con el celular de Viktor en sus manos, estaba siendo empujado por toda la multitud del lugar mientras intentaba enfocar a la pareja de idiotas que se encontraban posando. Definitivamente no le pagaban lo suficiente para este trabajo.

—¿Te estás divirtiendo, Yuri?

—Sí, nunca pensé que las ferias fueran tan emocionantes.

—¿Verdad?

Viktor, sonriente, miraba las fotos que Yurio había tomado mientras éste, de brazos cruzados, se mantenía con cara de molestia. Por supuesto, esto no pasó desapercibido para un receptivo japonés.

—Viktor. —Le susurraba, procurando que el rubio no escuchase.— Creo que Yurio no se está divirtiendo.

—Really? —Esta afirmación fue analizada por el ruso, quien observó por severos segundos al adolescente.—Hmp...—Se llevó su dedo índice a sus labios y adoptó una actitud pensativa.— "Ya sé qué le puede animar" —Pensó al cabo de un rato.

—Oigan ¿Van a quedarse hablando a mis espaldas el resto de este estúpido paseo o qué?

—Yurio~ —Aquel canturreo de Viktor le erizó los pelos al susodicho. Nada bueno podía venir del buen ánimo de ese hombre.—¿Te gustaría saber tu futuro?

—¿Ah?


De algún modo le arrastraron (nuevamente) a la parte más horrible de esa feria: Un puesto de gitanos. No tenía nada contra ellos, solamente odiaba estar ahí específicamente en ese momento. Así, dentro de una tienda exótica llena de curiosidades y colores que (a su gusto) no combinaban para nada, una señora mayor debía leerle su suerte.

—Bien, jovencito. ¿Estás listo para saber tu futuro?

—Ugh... acabemos con esto.

Extendió la palma de su mano, desviando la mirada con rabia. Ese par se había quedado afuera de la tienda para besuquearse (seguramente) argumentando que "No querían meterse en la privacidad de su futuro". Al menos agradecía no tener que ver esa exhibición.

Luego de un rato de que la mujer tomara su mano, la examinara y colocara unas caras MUY extrañas, finalmente llegó la parte de los comentarios.

—En tu futuro veo... mucho sufrimiento. Perderás veinte años de vida por enojarte demasiado.

—¿Qué? —En vez de intimidarle, solo le provocó más ira. Había aguantado las cursilerías del dúo de patinadores, el mar de gente, ser un fotógrafo sin sueldo, entre otras cosas humillantes solo para que le dijesen que moriría joven. — ¡No le creo ni mierda!

—¡Cuida ese lenguaje! Ahora... puedes salvarte. Tienes muy buenos amigos. Sin embargo, debes aprender humildad y gratitud.

¿Humildad? ¿Gratitud? Esto sí ya rebalsó el vaso. Esta mujer le iba a escuchar.

— ¡Escúcheme bien, vieja bruja...!


—Ah~ Vkusno!

—¿Crees que estará bien? Han estado mucho rato ahí adentro... —Dijo un preocupado Yuri, mientras observaba a Viktor beber de su café para soportar el frío.

—No te preocupes, ya no debe tardar.

Un repentino estruendo se escuchaba al interior de la tienda. Cosas iban, cosas venían y gritos violentos por doquier. Yurio salió corriendo de la tienda mientras la dama vidente le lanzaba diversos muebles con las más curiosas formas, las cuales el muchacho intentaba esquivar.

— ¡Largo de aquí, mocoso insolente! ¡Más te vale que te arrepientas!

— ¡Váyase al demonio! ¡Debería darle vergüenza engañar a la gente así!

— ¡Te maldigo! ¡Te maldigo!

Tanto Yuri como Viktor estaban pasmados, con los ojos de par en par y sus bocas abiertas. ¿Quién no estaría impresionado con una escena así? Obviamente, las explicaciones no fueron de esperarse.

— ¡No pasa nada! Ya vámonos al hotel.

Dicho y hecho, Yurio tomó a ambos de los brazos y los arrastró lejos del lugar. Por una vez le tocaba dirigir el siguiente destino, solamente para que se terminara este desastroso viaje.

Aprenderás por la fuerza la gratitud, no podrás ni siquiera caminar...


Mientras se cepillaba los dientes, Yuri no podía evitar preocuparse por el oji-azul. Desde que llegaron se encerró en su habitación del hotel y amenazó con quemar los patines de quien se atreviera a molestarle en las próximas horas, aunque de eso, ya habían pasado catorce horas.

Salió del baño y se sentó en su cama, observando la cama continua, la cual pertenecía a Viktor. Decidieron compartir habitación para que el rubio pudiese tener la suya propia, después de todo, los hoteles a los cuales estaban acostumbrados eran algo costosos.

— Viktor... —Susurró entre la oscuridad.— Viktor... ¿Estás despierto?

— ¿Yuri? — Entre bostezos, el mayor se dio vuelta para escucharle con más claridad.— ¿Qué sucede?

— B-bueno... me preocupa un poco Yurio. Desde la mañana no ha salido de su cuarto.

— Debe estar descansando, el paseo fue pesado para él.

— Pero ni siquiera hemos escuchado algún ruido de su cuarto...

El sueño del peliplata había sido espantado por aquella aseveración. Sí era verdad que Yurio podía ser algo emocional, pero también es cierto que sus enojos eran espontáneos y no solían durar tanto. Se detuvo un momento para observar al japonés. Estaba tan afligido, preocupado por el patinador más joven. No soportaba verlo así...

— Está bien, está bien... — Repitió mientras se levantaba con pereza.

Así, ambos se dirigieron esa noche al cuarto de su amigo. Tocaron la puerta un par de veces y no hubo respuesta.

— ¿Yurio?

— ¡Yurio, somos nosotros!

Tampoco hubo respuesta. Ante la mirada insistente de Yuri, Viktor solo pudo ceder y abrir la puerta de todos modos.

La habitación estaba completamente oscura y no había rastro de nadie, mas todo estaba en orden.

— Esto parece una película de terror... — Comentó el más joven, mientras avanzaba con Viktor apegado a su brazo.

El muchacho encendió la luz del cuarto, acto del cual se arrepintió. Viktor soltó su brazo solamente para señalar la cama de Yurio, en la cual se hallaba un pequeño bulto entre las ropas del adolescente.

— ¿Q-qué es eso?

Aquel pequeño ser se removió y sacó su rostro a la luz, revelando ser un pequeño infante de piel clara, ojos claros y cabello claro también.

— Es...un bebé.

— A baby? — Viktor se atrevió a arrodillarse al lado de la cama y tocar al pequeño, jugando con sus manos y dirigiéndole un rostro sonriente. — Privet~

Yuri, aún asombrado, se dispuso a buscar en el resto de la habitación. Fue al baño, a la sala de estar, a la cocina, al armario y al balcón, pero no hubo rastro de nadie ni nada. A medida que visitaba más del cuarto y solo encontraba soledad, comenzó a temer lo peor mientras unas palabras resonaban en su mente: "¡Te maldigo! ¡Te maldigo!"

— V-Viktor... —Nuevamente se dirigió a la habitación, observando fijamente al bebé.

— ¿Yuri?

— C-creo que... e-ese bebé... es Yurio.

Viktor detuvo su juego con el pequeño para dirigir una mirada ingenua a un aterrado Yuri.

— ¿No te habías dado cuenta? Nadie más tiene esta mirada. — Comentó, apartándose para que el pelinegro pudiese ver claramente los serios y fijos ojos azules del niño. — ¿No es tierno?~

Con tanta tensión, seguramente los lentes del japonés se hubiesen roto. No entendía cómo Viktor podía tomarlo con tanta naturalidad, vamos, ¡Su amigo se devolvió 15 años en el pasado! Esto no era normal ni aquí, ni allí ni en la luna ni en el cielo.

— Esto... tiene que ser una broma.


Chan chan!

¿Qué opinan? 8D

Déjenme sus comentarios en cuanto a cómo abordé a los personajes y sus peticiones de situaciones que les gustaría ver en el siguiente capítulo~~

Bye bye~~