No soy dueña de InuYasha ni de los Juegos del Hambre, InuYasha fue creado por Rumiko Takahashi y los Juegos del Hambre por Suzanne Collins.


Capítulo 1: La Cosecha

¿Qué hace una persona cuando se queda sin un motivo?

Todas las personas tienen un motivo, un motivo para vivir, un motivo para morir, un motivo para intentar sobrevivir, un motivo para no querer seguir, todas las personas tienen un motivo que los guía en sus decisiones, pero si no tienes un motivo….

¿Qué te queda?

En el distrito doce todos tenemos un motivo, para algunos es su vida, para otros sus familias o hermanos que dependen de ellos, los motivos varían en función a cada persona, pero son necesarios para todos ellos, todos necesitan un motivo, que les diga a donde deben ir y que tienen que hacer.

En un lugar que fue devastado por la guerra y en el que las personas tratan de sobrevivir, los motivos son muy importantes o no podrían seguir adelante.

¿Cuál es mi motivo?

Mi familia, ese es el motivo por el que estoy aquí, ese es el motivo por el que trato de sobrevivir en medio del hambre y la miseria, ese el motivo que me mueve y no me deja caer al suelo.

Pero para una persona que trata de sobrevivir, ¿Cuál es el motivo que la hace reflexionar sobre esto?, si tratas de sobrevivir no tienes tiempo para nada, ni siquiera para perderte en reflexiones como esta, pero hay un motivo para todo o una razón, si así lo quieres ver, de todas formas es lo mismo.

Pero el motivo por el que estoy pensando esto, es el mismo desde que cumplí los doce años, es siempre lo mismo cada año, en las mismas fechas, el motivo de toda mi reflexión es….

La Cosecha

¿Qué es la cosecha?

La cosecha no es nada más que un evento que sucede una vez cada año, en el que un varón y una mujer de entre los doce y dieciocho años son arrancados de sus familias para morir en una arena de batalla, solo para la diversión de un montón de gente del Capitolio, que disfrutan viendo cómo se matan entre sí las personas, como si fueran animales, como si no tuvieran sentimientos, como si no hubieran familias enteras que lloran viéndolos morir a través de una pantalla.

Este año, es otro año más de la cosecha, es el cuarto año en el que mi nombre puede ser elegido, pero eso no es lo que más me preocupa, lo que me preocupa por sobre todo es mi familia, este es el quinto año en el que mi prima mayor puede ser elegida y es el primer año en el que mi prima menor participa de la cosecha.

"Katniss Everdeen" y "Primrose Everdeen"

El nombre de cualquiera de ellas dos podría ser elegido y yo no podría hacer nada si eso sucediera, solo mirar como los "agentes de la paz" las llevan a su muerte casi segura, a cualquiera de ellas.

Pero espero que eso no suceda, lo espero con todas las fuerzas que tengo,porque si eso llegase a pasar, no sé qué haría, si me quitan mi motivo para vivir, no sé qué haría si ya no tengo un motivo para seguir luchando en esta vida llena de atrocidades, llena de miseria.

Mire por última vez la luna llena, que esta noche se mostraba en todo su esplendor y por un instante me permití sonreír, por un instante me dije a mi misma que todo estaría bien a pesar de saber que no era así y después me fui a mi habitación, a dormir esperando el día siguiente, el día en que un año más tendríamos que perder a dos miembros de nuestro distrito.


Me desperté antes de que el sol mostrara sus primeros rayos en mi ventana, era una costumbre que había adquirido gracias a Katniss, pues era menos probable que los agentes de la paz nos atraparan cazando si regresábamos temprano.

Me vestí rápidamente y lavé mi cara para terminar de despertarme por completo, después amarre mi cabello en una coleta alta, aunque no pude evitar que unos mechones de cabello quedaran sueltos enmarcando mi rostro.

De camino hacia la habitación de Katniss, quien ya debía estar preparada para salir, me encontré con Buttercup, el gato de Prim, era un poco gracioso, ya que ese gato no parecía tener ningún aprecio por Katniss y sus pequeñas riñas con ella me proporcionaban pequeños momentos de alegría.

Katniss salió de su habitación y tomo una bolsa, yo la imite en seguida haciendo lo mismo, pues tenemos que llevar la caza al Quemador para intercambiarla después.

Katniss y yo no tenemos que caminar mucho para llegar a la alambrada, pues nuestra casa esta casi al final de la Veta, la parte del distrito en que vivimos, debemos cruzar la alambrada para llegar al bosque que se encuentra fuera de ella, aunque esta se supone que debería estar electrificada, sin embargo nunca hay electricidad en ella, pero solo por precaución, Katniss y yo esperamos siempre antes de cruzarla para verificar si está cargada o no de energía.

En cuanto entramos al bosque nos separamos para dirigirnos hacia unos troncos huecos, los cuales contienen nuestras armas, Katniss y yo usamos arco y flechas, por lo que se podría decir que aprendimos casi juntas a usarlos, el mío fue hecho de una muy resistente madera que mi padre pudo conseguir cuando estaba vivo, ya que tanto mi padre como el de Katniss murieron en una explosión que ocurrió en las minas, hace ya mucho tiempo atrás cuando yo tenía diez años y Katniss once, aun hay algunas noches en las que oigo llorar a Katniss en su habitación, pero nunca digo nada porque respeto su dolor, yo siento el mismo dolor que ella, un dolor compartido que solo pueden sentir quienes han perdido a un ser querido, por lo menos Katniss tiene a Prim y a su madre, yo por otro lado no puedo decir lo mismo.

Recorro el bosque en silencio, con pisadas mudas que solo pueden lograrse tras años de practica, el carcaj lleno de flechas en mi espalda y el arco en mano listo para disparar en cuanto encuentre a una presa, aunque no tardo mucho en hacerlo pues pronto cinco ardillas,seis conejos y siete aves, nada muy grande, pero de todas formas es algo, en silencio les pido perdón, ya que a pesar de lo se pudiera creer de una cazadora furtiva, yo detestaba matar y solo lo hacía por sobrevivir, porque era necesario.

Luego de terminar de cazar traté de recolectar, el bosque estaba lleno de alimento, si sabías donde buscar con exactitud, después de media hora ya tenía una pequeña cesta con plantas medicinales y varios tipos de vayas comestibles que podrían servir.

Cuando consideré que era suficiente de caza y recolección regrese hacia la alambrada a paso lento, disfrutando de la tranquilidad del bosque, sabía que los más probable era que Katniss estuviera con Gale y quería darles un momento de privacidad antes de la cosecha, ya que eso nos ponía nerviosos a todos en el distrito doce.

Después de la caminata tranquila llegué al Quemador, el mercado negro del distrito doce, era un lugar que antes solía usarse para almacenar carbón, ahora es un lugar al que vienes a intercambiar las cosas que tienes por las que necesitas.

Cambio las cinco ardillas por dos barras de pan, tres de los conejos por algodón, alcohol y otras cosas que necesita la madre de Katniss en su botiquín y son un poco difíciles de conseguir.

Luego de un rato en el quemador me dirigí hacia la casa de la anciana Kaede, la anciana Kaede era una pobre mujer que había perdido a sus hijos en la cosecha hace mucho tiempo, su esposo había muerto por causa de los agentes de la paz y ya no tenía ningún familiar vivo, para alguien de su edad era difícil conseguir comida y al no tener quien la ayude yo constantemente la visitaba y le daba parte de mi caza, la quería como a una madre y se que debía estar preocupada por la cosecha.

"Kagome, mi niña, pasa"

Entré y la vi como de costumbre, sentada en una silla mezclando un montón de hierbas en un tazón hondo, la anciana Kaede sabía mucho sobre hierbas, tanto las medicinales como las venenosas o comestibles y a menudo siempre que la visitaba me quedaba a que me enseñe sobre ellas, era muy útil pues se le podían dar muchos usos a las plantas y en varias ocasiones eso salvaba la vida de los niños enfermos de la Veta, que tenía un cuerpo débil a causa del hambre y las condiciones precarias de vida.

Conversé un rato con la señora Kaede, me enseño sobre más hierbas nuevas y lo que parecía unos minutos se convirtió en unas horas y pronto ya solo faltaba una hora para la cosecha, así que era momento de despedirme e ir a arreglarme, ya que todo el mundo debía estar "presentable" el día de la cosecha, cuando estaba a punto de marcharme la voz de la señora Kaede me detiene.

"Kagome, ven un momento, quiero darte algo" Me acerqué a ella y colocó algo en mi mano, cuando la abrí para ver que era observé un broche,que consistía en un circulo que tenía un sinsajo dentro unido por los bordes de sus alas, al mirarlo mas detalladamente me di cuenta de un pequeño gran detalle.

"Es de oro, ¿Porque me lo das?, ¡podrías alimentarte bien con esto por meses!"

"Quiero que tú lo tengas, ya recibo suficiente de ti todo el tiempo, deja que yo de te por lo menos esto..."

El silencio llena la habitación por unos momentos y cuando por fin encuentro mi voz solo puedo decir una palabra "Gracias..."


El tiempo se me acababa, la cosecha empezaba en media hora como máximo y todavía no estaba lista, llegué lo más rápido que pude a casa, corrí a mi habitación, guarde las hierbas y bayas recolectadas, luego me deshice de la ropa que había usado para cazar y me di una ducha rápida, tomé la ropa que había en mi cama, esta había sido preparada previamente para la cosecha, era un sencillo vestido blanco con un cinturón un poco ajustado de color dorado y un adorno de mariposa blanca a un lado, me vestí y luego tuve que peinar mi cabello, tengo un largo cabello negro, llega hasta por debajo de mi cintura, decidí amarrarlo como de costumbre, en una coleta alta y con un lazo blanco, me coloqué unos ganchos en el cabello y por último me puse unos zapatos blancos de tacón bajo, así, toda vestida blanco había terminado de prepararme para la cosecha, cuando recordé a la señora Kaede, saqué el broche y lo coloqué en mi pecho, sin embargo no quería llamar la atención, así que coloqué mi cabello hacia el lado del broche para taparlo, ya que mi cabello era largo cubriría el broche sin problemas.

Quedaban diez minutos antes del inicio de la cosecha y ya había que ir dirigiéndose hacia la plaza del distrito doce, pues esta empezaría a llenarse dentro de poco, encontré a Katniss y a Prim ya listas con sus vestidos, Katniss llevaba un vestido azul y el cabello trenzado y Prim una falda y una blusa con volantes, aún recuerdo aquel traje, fue el que Katniss usó en su primera cosecha solo que a Prim le queda un poco grande.

Realmente es gracioso, las tres vestidas en nuestras mejores ropas, para ir directo hacia el lugar en el que una de nosotras podría ser elegida para ir a morir, pero este es el sentido del humor del capitolio, que nos hace celebrar la cosecha como una festividad, como algo que es divertido para todos, pero en realidad no es así, porque esto solo trae sufrimiento, no diversión.

No hay nada divertido en la cosecha.

Nada.


¿Les gustó? Es apenas el primer capítulo, pero quisiera saber su opinión, así que dejen sus comentarios por favor.

Akari Kinomoto

Publicado 27/04/14

Editado 22/09/14