Comienzo comentando que la serie de Grimm es actualmente mi favorita y esta historia es acerca del bromance latente de mis dos personajes favoritos Nick y Monroe. Digo latente porque de cierta forma ahí está pero los escritores lo dejaron un tanto de lado. Así que se me antojó escribir esta historia llevando un poco más a profundidad esa relación.
Es importante señalar que el pequeño universo de esta historia comienza justo donde terminó la cuarta temporada y si no han tenido oportunidad de actualizarse recomiendo vean los episodios antes de leer esto para no afectarlos con spoilers. Otro punto importantísimo es que Rosalee es sólo amiga de Monroe, y todos los demás personajes si llegan a aparecer se desarrollarán relativamente cercano a como existen en la serie.
Espero sus comentarios, la crítica constructiva siempre debe ser bienvenida, sólo pido no sean tan crueles conmigo porque es mi primer fanfic _ nunca antes he desarrollado algo como esto, así que me siento algo nerviosa (bueno, muy nerviosa).
Gracias por tomarse el tiempo de leerlo, espero les agrade.
Cercanos
Parte 1
No puedo dejarte ir
Nick sostenía con fuerza el cuerpo sin vida de Juliette. Se encontraba en un estado tal que las lágrimas brotaban intensamente pero de su boca no salía ruido ni murmullo alguno. Trubel se encontraba de pie frente a él, Nick notaba que decía algo sin embargo en esos momentos no escuchaba nada, sus oídos se negaban a captar sonidos.
Lo único que llegaba a su mente era una frase en repetición continua que decía una y otra vez lo siento tanto Julitte, lo siento tanto Juliette.
Pasados varios días luego del sepelio Nick regresaba de una larga noche en el precinto, Hank y él habían detenido a un homicida con el que invirtieron varias horas para obtener su declaración. Suspiró pesadamente mientras se dejó caer al sillón que muchas veces le había servido de cama desde sus pasados problemas con Juliette hasta la actual partida de ella. No podía utilizar la recamará de ambos, todas las cosas de ella permanecían ahí exactamente donde las dejó y para Nick era demasiado fuerte e irreal saber que ya no existía.
Rosalee se ofreció a recoger y almacenar las cosas de Juliette pero no pudo aceptar, era imposible pensar que ella ya no regresaría así que no apartó sus cosas, todavía no.
Miró a su alrededor llegando al instante la aplastante y desagradable sensación de vacío, soledad… culpa. Se llevó una mano a los ojos para cubrirlos buscando que esa acción pudiera despejar su mente.
-Juliette… ¿Qué hice?
Cuando las lágrimas amenazaban con desbordarse sonó su celular que en automático contestó.
-Burkhardt.
-Hey Nick, soy yo.
-Monroe, no es un buen momento.
-Lo sé, lo sé, es tarde pero pensé que probablemente no has cenado y resulta que preparé esa pasta con alubias que parece gustarte.
-Monroe…
-Sé que es tarde pero asumo que has estado llegando a altas horas para tratar de estar el menor tiempo en la casa, ¿verdad? –Monroe quería traspasar el teléfono para observar a Nick, sabía que la estaba pasando fatal, que no podía hacer mucho para ayudarlo a reponerse y eso lo estaba matando.
La realidad era justo como imaginaba Monroe, cada día Nick retrasaba su regreso a casa, se retiraba temprano y no comía ahí, no entraba a la cocina desde aquel día. Juliette era una excelente cocinera, cada utensilio le recordaba las agradables cenas que disfrutaron juntos. Su corazón y su estómago protestaron pero por motivos contrarios.
-De acuerdo, sólo me daré una ducha rápida, llego en menos de 30 minutos.
-Bien, bien, te estaré esperando.
Monroe se sintió aliviado de que Nick hubiera aceptado la invitación, no lo veía desde el sepelio. Su amigo Grimm avisó que permanecería apartado por un tiempo para asimilar lo ocurrido, así que respetó su duelo evitando todo tipo de contacto, aunque esa espera le pareció asfixiante al ser incapaz de estar cerca para reconfortarlo. Hank le ayudó a calmar sus ansias haciéndole saber que Nick lucía mal pero al menos estaba sobrellevando las cosas a su manera.
En ese lapso se presentaron algunos casos con wesen involucrados pero no incluyeron a Nick, con Trubel tuvieron más que suficiente.
-Oh Nick ¿cómo puedo ayudarte? –Monroe se llevó las manos ansiosas a los bolsillos del pantalón.
La cena fue una de esas incomodas en las que las palabras de cortesía convencionales se dicen sobradamente.
Luego de un rato Nick ya cansado de la tensión se animó a decir:
-Monroe… no tienes que esforzarte tanto.
-¿Perdón?
-Sé que estás tratando de ayudarme a recobrar algo de normalidad pero aun no…
-Wou, wou, mira Nick esta cena…
-Monroe… estoy bien… físicamente estoy en una pieza. Pero la muerte de mi madre y sobre todo de… Juliette… no puedo sobre llevarlas, no es tan simple.
-Claro, claro, digo es totalmente comprensible, las dos al mismo tiempo y digo, Juliette ayudó en poner la trampa a tu madre… -la mirada de Nick lo frenó. –Sólo decía…
-Si, gracias por recordármelo.
-Lo siento… debo admitir que estoy algo nervioso. Es sólo que no debes alejarte tanto para pasar tu duelo, sé que tomará un tiempo pero lo asimilarás y seguirás viviendo. Además esta cuestión con Adalind y el bebe, digo, tarde o temprano tendrás que participar en ello.
-Lo sé -Nick se encogió de hombros. –Es que todo pasó tan rápido Monroe. ¿En qué momento perdí a Juliette? ¿Cómo pudo engañarme Adalind? Lo pienso y lo pienso, es mucho el daño que ocasionó. ¿Cómo voy a participar en la vida de este hijo?, cuando sé que su madre es una muy mala persona, alguien en quien no puedo confiar.
-Bueno, ella te sedujo usando la apariencia de Juliette, pero eso ya dejó de importar, el punto es que de alguna forma tendrás que asimilarlo si piensas protegerlos a ambos.
Monroe sirvió más vino en la copa vacía de Nick. –Tendrás que dejar de lado todos esos sentimientos negativos porque ese niño no tiene relación con nada de eso… oh cielos, no puedo ni imaginar cómo será esa mezcla de sangre de Grimm con hexenbiest.
Los ojos se Nick se detuvieron en los de Monroe. –Lo siento… no quise…
-Está bien, créeme, también lo he pensado. Y siendo sinceros todo eso no me preocupa tanto Monroe, no sé, no quiero sonar desobligado, siento que de alguna forma lo sobrellevaré. Pero Juliette, no puedo dejarla ir…
-Nick…
-Aun la amo… no puedo sólo dar la espalda y caminar lejos de mis sentimientos, su pérdida no debe ser algo sencillo a lo que me sobreponga y ya. Debe ser un evento tan grande que me acompañé por el resto de mi existencia.
-¿De qué hablas? Por supuesto que siempre estará contigo en tu corazón pero no como una carga, debes dejarla ir…
-No quiero, no puedo dejarla ir, cuando la verdad todo esto fue por mi culpa.
-Oye Nick, no, no…
-Si Monroe, si es mi culpa, no supe asimilar lo que pasó, no pude ayudarla con esta situación de convertirse en hexenbiest. Ella atravesó todo eso por el amor que sentía por mi, por ayudarme, prácticamente yo la convertí en un wesen. Mi tía Marie tenía tanta razón cuando me dijo que debía alejarme de Juliette pero la amaba tanto que no pude alejarme, pensé que con este amor –se llevó ambas manos al frente del pecho- lograría sortear todo, protegerla, pero una y otra vez Juliette sufrió las consecuencias de estar conmigo y este es el resultado…
La voz de Nick se quebró, sus ojos se inundaron con lágrimas, alejó la vista del rostro también acongojado de Monroe que se levantó de su silla para aproximarse a su lado, entonces comenzó a darle varias palmadas en los hombros.
-Vamos amigo, debes desahogarte no puedes cargar todo eso en tu pecho o te destrozará.
Nick dejó escapar unos profundos sollozos que se intensificaron rápidamente. Monroe permaneció estático como pedestal palmeando los hombros de su amigo tratando de dar un confort que sabía no lograría dar.
