Disclaimer de todos los capitulos: Todos los personajes de esta historia, pertenecen a la mente de JK Rowling, y esta historia no pretender en ningún momento usurpar sus derechos de autor.

Nota de la autora: Ya había hecho hace tiempo un reposteo de la historia, pero voy a volver a hacerlo. En esta ocasión no pretendo modificar prácticamente la historia sino más bien, corregir algunas erratas que he encontrado. Pero si que habrá algún cambio, que básicamente se limitará a tomar en consideración ciertos hechos del séptimo libro.

Espero que de esta vez vaya la vencida, y consiga llegar a publicar las 20 cartas (más o menos, el número no está del todo decidido aún) que completan esta historia. No puedo prometer ningún ritmo de posteo en concreto, aunque si espero no demorarme demasiado entre una carta y la siguiente.

Spoilers: Cuando empecé a escribir esta historia no se había publicado si quiera el sexto libro, y como bien sabéis todos, ahora la saga está completa. No entraré en muchos detalles de los últimos libros, pero si tendré en consideración ciertos hechos, a los que haré referencia de vez en cuando. Así que si alguien no ha leído el séptimo libro aún (lo cual sería un autentico sacrilegio) sería recomendable que no leyese toda esta correspondencia.

Para concretar, todo es más o menos como en los libros, salvo por el hecho de que Harry y Ginny NUNCA han estado juntos.

1ª Carta

Querida Ginevra, querida hija mía:

Hoy cumples 11 años, y puedo verte claramente ante mí, con un largo pelo rubio como el mío, unos ojazos verdes igualitos a los de tu padre y una hermosa sonrisa que has heredado, aunque suene irónico, de quien te ha dado nombre.

Supongo que hoy habrás recibido muchísimos regalos, y yo también quiero darte uno. Junto a ti, tienes una caja que tan sólo podrás abrir en tus próximos cumpleaños y en momentos especiales de tu vida, sabrás cuando, pues la caja brillará cuando pueda ser abierta. Cada vez que esto suceda encontrarás dentro, una carta que espero te haga sentirte un poco más cerca de mí, aunque yo no pueda estarlo.

Pero este no es mi único regalo, hay algo más, sólo espero que sea tan especial para ti como lo es para mí, esto que voy a darte. Puede que todavía no lo entiendas bien, pero espero que llegue el día que me estés agradecida por ello.

¿Por qué te llamas Ginevra? No sé si conocerás la respuesta a esa pregunta, pero quiero que sepas, que ese era el nombre de la persona más importante de la vida de tu padre, y de quien yo le separé.

Por eso era para mí tan importante reparar mi error, dándole a cambio de la que perdió otra Ginevra, otra Ginny; y esa eres tú. Y aunque sea sólo por eso, sé que siempre me querrá.

¿Conoces a Ginny? Espero que sí, aunque lo dudo. Sea como sea, te voy a hablar de ella como yo la recuerdo.

Ginny es una de esas pocas personas, que tuvo la suerte, aunque en su caso quizá no lo fuese, de conocer el amor verdadero. Pero para ella, lo que podía haber sido lo mejor de su vida, se convirtió en su mayor castigo, porque tuvo la desgracia de que su mejor amigo y el amor de su vida fuesen la misma persona, tu padre.

Lo que ella nunca supo era que Harry la amaba con la misma intensidad, sino más, con la que ella le amaba a él. Pero como iba a saberlo, si ni siquiera él lo sabía.

Cuando tu padre y yo nos conocimos surgió la chispa, que luego ambos creímos se convirtió en amor, y por mi parte así fue; aunque había algo dentro de mí que me decía que él no era del todo mío, y nunca lo sería. Al principio pensaba que era porqué "el niño que vivió" había pasado por demasiadas cosas, como para ser capaz de entregarse completamente a alguien. Pero hasta que no conocí a Ginny no supe realmente de qué se trataba. Entonces lo vi claro, ella siempre tendría una parte de su corazón que ni yo ni nadie podría jamás alcanzar.

No le guardo rencor por ello, pues eso era algo que nadie, ni si quiera ellos podían evitar, era algo que sólo estaba en manos de los hados que rigen los designios del amor.

Verlos juntos, era simplemente mágico; observándolos un solo instante, sabias que existía ahí fuera una persona perfecta para cada uno de nosotros, y que ellos lo habían encontrado el uno en el otro. Pues juntos eran el amor.

Pasase lo que pasase, por tristes que estuvieran, con mirarse a los ojos se olvidaban de todo, y solo podían sonreír. Y era en cosas como esa en las que se podía ver que estaban hechos el uno para el otro.

Desde el primer momento, yo supe que jamás podría competir contra eso. Pero fui demasiado egoísta y luche con la única arma que tenía para atraerle hacia mí: decirle que le amaba. Ginny, no podía hacer eso, y yo lo sabía. Se jugaba demasiado, tenía tanto que perder...

Así que hizo lo único que le era posible, se alejó de nuestras vidas, sin que nunca más supiésemos de ella, salvo por una nota que me dejó antes de irse. En ella me pedía que cuidase de tu padre y le hiciese feliz, me decía que los dos nos merecíamos lo mejor, y que ella necesitaba empezar de nuevo, pero que nos dejaba su pequeño regalo de bodas: su amor.

Cuando leí aquella nota supe que me había equivocado al meterme en medio de la amistad y el amor verdadero, pues por mucho que yo creyese amar tu padre, Ginny lo amaba aún más, lo amaba tanto como para renunciar a él.

Pero ya era demasiado tarde. Intente buscarla, pero fue imposible. Ella no quería ser encontrada.

Tu padre estaba destrozado, aunque no se daba cuenta de que había perdido al amor de su vida, solo pensaba en como seguir adelante sin la hermana pequeña de su mejor amigo, sin su mejor amiga. Y fue entonces cuando me pidió que nos casásemos.

Yo sabía que lo hacía por miedo a que yo también le dejase, no porque me amase como yo quería que lo hiciese. Pero de eso él no se daba cuenta, él realmente creía que yo era su verdadero amor. Aunque posiblemente lo más curioso fuese el hecho de que Ginny supiese ya antes de irse que una vez ella hubiese desaparecido, Harry me pediría que me casase con él; y aún así se fuese. Al fin y al cabo, ella ya nos había dejado "su pequeño regalo de bodas".

No quiero ni pensar lo duro que fue para ella alejarse, no sólo de tu padre, sino también de todos sus amigos y su familia. Esa familia que pronto se convertiría en la mía, pero en la que nunca pude remplazar el hueco que ella había dejado. Renunció a todo por la felicidad del hombre al que amaba, lo cual sólo demuestra una vez más la persona tan especial que era, pero lo que ella no sabia era que lo único que él necesitaba para ser feliz era a ella misma.

Yo acepté casarme con tu padre y me prometí a mi misma que me pasaría el resto de mi vida tratando de cumplir los deseos de Ginny, hacer feliz al hombre al que ambas amábamos. Y durante los 10 meses que estuvimos casados antes de que tú nacieras estuve cerca de conseguirlo, pues me estaba preparando para darle lo que él quería, y necesitaba, una Ginny en su vida.

Cuando tú naciste y te vi supe que al final todo había salido bien, miré a tu padre y le pedí que te llamase Ginevra. Entonces él sonrió y me dijo: "Gracias"

Y en ese momento comprendí que tú eras una niña con mucha suerte, pues a diferencia de los demás bebes, tenías un padre y dos madres. Pues si Ginny no hubiese hecho lo que hizo, tú jamás hubieras nacido.

Así que si has estado pensando que necesitas una mama, recuerda que ya tienes dos. Pues aunque yo parezca que estoy muy lejos de ti, siempre estoy a tu lado. Y Ginny también será siempre en cierto modo, tu madre; y además, ella es tu madre allí en la tierra.

Te quiere,

Mama.