Antes empezar con el capítulo, me gustaría pedir disculpas por las historias que están inacabadas, intentare acabarlas lo antes posible. Sin embargo, los estudios me han separado de la escritura por un tiempo. De todas formas, vuelvo al ruedo de escribir fanfiction con la esperanza que aun queráis leerme. Aviso que esta historia está prácticamente acabada así que no hay riesgo de que quede inacabada y subiré dos capítulos a la semana.

Un nuevo día al horizonte

Kurt se despertó de la cama viendo como el sol empezaba a invadir toda la habitación. Lo sentía, hoy era el día en que iba a volver al único lugar donde juro que nunca más volvería a pisar Lima, Ohio su ciudad natal.

-Hoy es el día -pensó Kurt mientras iba rebuscando en su armario algo que ponerse habían pasado diez años desde la última vez que había pisado esa ciudad.

Todavía podía recordar cómo le humillaban cada día, como le insultaban de mil maneras diferentes hasta dejar caerse sobre su cama al final del día llorando desesperando clamando que todo terminara, esos recuerdos nunca se le habían podido borrar de su mente.

-Mirar el raro de Kurt -grito Puck mientras le daba un granizado de hielo en la cara.

-Mira que patético -grito Karofsky mientras chocaba los cinco con Finn.

-Igual que un perdedor -se añadió Sam mientras el junto con Mike, Finn y Blaine se alejaban hasta desaparecer por el pasillo.

Existían miles de recuerdos como ese ante su paso por el instituto y los recordaba todos y cada uno de ellos y, mientras lo recordaba una solitaria lagrima caía en su rostro.

-Es hora de regresar -exclamó Kurt mientras acababa de cerrar la maleta para el fin de semana. Era curioso como de lejano le parecía el tiempo cuando hacía dos semanas le habían entregado la invitación para la reunión del instituto; en un primer momento, había rechazado ir, pero más tarde reflexionó no era el quien debía esconderse si no los abusones quienes le arruinaron los que debían de ser los mejores años de su vida. No había escusas, Kurt Hummel regresaría al instituto y se exhibiría por todos los éxitos que había logrado en su vida, todavía recordaba la frase que más uso a lo largo de todo el instituto.

-Algún día trabajareis para mí -se defendió Kurt, aunque era tarde sus abusones se habían disipado del pasillo hacía tiempo.

- ¿Estas bien Kurt? -pregunto Rachel su única amiga en el instituto -deja que te ayude.

Y un escalofrío recorrió toda la espalda de Kurt al pensar el nombre de Rachel, quizás la mayor abusona de todos los psicópatas que había en el instituto. Kurt Hummel iba a demostrarle a todos y cada uno de aquellos que le arruinaron la vida que había seguido adelante, que nunca se rindió, que supero todo eso y que ahora su nombre era clamado por miles de trabajadores, que salía en las revistas y era un hombre de éxito que se había hecho a sí mismo y no un niño asustadizo que era abusado por todos.

Cerro la puerta de su apartamento y bajo con el ascensor hasta la planta baja. Allí le esperaba Roberto el portero del bloque.

-Hola Roberto, ¿puedes pedirme un taxi que vaya al aeropuerto? -pregunto Kurt

-Enseguida señor Hummel

Y en cuestión de minutos se encontraba dentro de un taxi destino al aeropuerto que lo llevaría después de tres horas de viaje hasta su destino; su feliz y dulce hogar como dirían las películas, aunque sabía por experiencia que las cosas ni eran dulces, ni felices sin ganártelas con el sudor de tu frente.

El viaje había sido placentero, nada del otro mundo si viajas en primera clase ya das por hecho ciertas comodidades como poder dormir de un tirón sin que nadie te moleste o simplemente relajarte tomándote una copa de champan escuchando música con unos nuevos y exclusivos auriculares regalo de la compañía.

-Hogar, dulce hogar -esas fueron las primeras palabras que pronunció Kurt al ver todo el suelo cubierto por una gruesa capa de hielo y nieve que se amontonaban por las esquinas.

Paradójicamente sus sentimientos se combinaban perfectamente con el ambiente que amanecía en su ciudad, un terrible frío interior y unos sentimientos congelados a causa de los traumas que había tenido que cargar toda su vida.

-No seré la victima nunca más -decía Kurt mientras se encendía un cigarrillo era uno de los vicios que la gran ciudad le había dado ese y el ir con prisas a todas partes.

Por suerte su coche estaba inerte habían echado sal alrededor del coche para que no se congelara menos mal que las cadenas ya estaban puestas. Era hora de ir a casa.

Todo parecía exactamente de la misma forma que lo había dejado hacía diez años la misma casa donde le habían visto crecer y los mismos vecinos quienes no perdían ocasión de llamarle nombres desagradables. Todo seguía igual en esta ciudad casi pueblerina nada cambiaba de la noche a la mañana, pero en esta ocasión ni siquiera el paso de los años había mermado las ideas antiguas.

-Hola papa, he vuelto a casa -pronuncio Kurt mientras llamaba a la puerta preparando el discurso que soltaría nada más la puerta se abriera.

-Kurt, ¿Qué haces aquí? Pensaba que esperarías a que fuera a verte el mes que viene como hacia tanto tiempo que no venias por aquí.

-He vuelto a casa, después de tantos años, quizás era lo mejor ¿mi habitación sigue libre? -pregunto Kurt

-Claro, pasa adelante

Kurt recorrió la misma escalera para llegar hasta el sótano desde hacía unos años convertida en su habitación el mismo lugar donde tantas horas había pasado, la mayor parte de ellas llorando o lamentándose, pero, aun así, eran demasiados recuerdos los que se amontonaban en su cabeza.

Kurt había buscado con la mirada el estante donde se escondía lo único que le había mantenido con vida todos estos años, fue en ultimo grado unos días antes de la graduación una misteriosa nota que decía así:

``Nunca te rindas, llegaras más alto de todos aquellos que ahora se ríen, ten valor y algún día llegara el justo castigo´´

Era una nota extraña y siniestra, pero aun así llegó en el momento más oportuno fue una llamada de atención. Gracias a esa nota tubo claro que el instituto solo era una fase y que tal como decía la nota debía llegar mucho más lejos que sus compañeros si no todas aquellas lágrimas, todo el sufrimiento habría perecido en vano. Y ahora diez años más tarde había conseguido cumplir su promesa, había logrado ser alguien y lo iba a demostrar.

Mientras pensaba en su entrada triunfal, en el discurso que iba a dar el tiempo paso deprisa y prácticamente tubo que vestirse corriendo para no llegar tarde al evento. Quizás condujo demasiado deprisa porque cuando llego justo a las puertas del instituto todavía quedaban unos minutos.

Pero mientras bajaba de su coche logro ver una escena desgarradora, bueno quizás no tanto, la mismísima Rachel Berry en persona justo delante de él y para mayor sorpresa sola.

-Hola Rachel ¿Cómo te ha ido la vida? -pregunto Kurt haciendo que Rachel se asustara y diera un bote.

-Oh! Hola Kurt, bueno no tan bien como tú, pero supongo que no puedo quejarme sigo intentándolo.

-No te avergüences querida, de todos eras la que tenías más talento, más que yo, pero aun así la vida es complicada seguro que lo lograras, los sueños son para cumplirlos.

-Quizá es tarde Kurt, quiero decir mírame quien iba a imaginar que una treintañera como yo seguiría en este pueblo viajo constantemente en búsqueda de una oportunidad.

- ¿Una oportunidad? No lo entiendo -pregunto Kurt pese a que ya había investigado sobre Rachel Berry al menos unas primeras declaraciones dichas por su padre.

-Viaje a los Ángeles y a NYC durante los primeros años después del instituto, pero las cosas no fueron bien, no me aceptaron en la Universidad de Artes y mi serie de televisión fracasó supongo que ya lo sabias fue el mayor fracaso del año.

Y como para no saberlo Kurt aun recordaba el día en que vio en portada serie cancelada en su primer episodio por un índice de audiencia bajo mínimos, prácticamente solo vio la serie sus protagonistas y quizás el director si es que no se suicidio después de semejante bodrio de serie.

-Algo vi me pareció una desgracia, la serie no era tan mala -dijo Kurt mientras aun recordaba ese episodio lleno de bromas de mal gusto y unos personajes patéticos. El show de Rachel Berry mejor el Show de la desesperación y el horror.

-Es muy amable de tu parte decir eso, aunque ambos sabemos que no es verdad -dijo ella mientras no podía evitar un jadeo de tristeza que salía de sus labios.

-No te desanimes Rachel tienes talento saldrás de esta.

-Yo sé que no es verdad, que es demasiado tarde para mí, pero gracias Kurt, significa mucho viniendo de ti sobre todo después de todo lo que te hizo.

-Rachel no hace falta que… -pero fue interrumpido por el discurso de Rachel.

-era tu única amiga ahí dentro y te traicione deje que te humillaran pude haber evitado que te nombraran reina del baile en penúltimo curso y no lo hizo y pasamos el último año sin hablarnos porque fui una estúpida y ahora sé que siempre fuiste mi único amigo y lo siento -dijo Rachel mientras dejaba escapar algunas lágrimas ensuciándose el rímel.

-Rachel el rímel se te está corriendo -dijo Kurt mientras le ofrecía un pañuelo de papel.

-Da igual, no planeo aparentar nada antes cuando estábamos aquí sabes que siempre quería ser el centro de atención, pero ahora soy una fracasada Kurt todos lo saben incluso tú, aunque has disimulado bien lo reconozco y lo peor de todo es que me lo merezco ese es mi consuelo que tú has triunfado y yo no supongo que es mi castigo.

-Tonterías tengo contactos Rachel, te conseguiré alguna actuación no te prometo que vayas a ser la nueva María Carey, pero algo podremos hacer, una estrella no debe dejar de brillar.

Un rayo de esperanza se iluminó en los ojos de Rachel aun después de tantos años de desilusiones esa oportunidad que le ofrecía Kurt le interesaba seguía teniendo el mismo fuego en la mirada que hacía diez años cuando creía que todo era posible, quizás no era demasiado tarde después de todo.

-No sé qué decir, no me lo merezco -dijo Rachel siendo totalmente sincera con Kurt siempre había esperado este momento el momento de admitir su derrota y de sincerarse con ella misma y pedir disculpas por su error.

-Deja ya de disculparte Rachel, mira te seré sincero cuando tu serie se canceló me alegre, no te mentiré estaba dolido, pero ahora que te veo y después de todo este tiempo quiero decirte que te perdono, hiciste mal, pero eres humana y ya has pagado tu castigo no quiero ser yo quien te hunda más debes perdonarte tú y salir de este pueblo y brillar siendo la estrella que eres ¿vale?

Y ante esas palabras Rachel no puedo hacer nada más que abrazar fuertemente a Kurt sin pronunciar absolutamente nada solamente podía dejar escapar los sollozos de una vida atormentada por la desgracia, la culpa y en sus últimos tiempos la soledad.