Disclaimer: Los personajes no me pertenecen ni lucro con ellos.
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Nunca dijo adiós.
Se quedó con esa palabra en la garganta, ahogándolo todo el tiempo, pero no pudo decirlo, lo habría convertido en algo demasiado real.
Se despidió de Bobby, intentó hacerlo con Cass, pero no se lo dijo a él.
Y cuando falló la primera vez en el intento de controlar a Lucifer, y lo sintió apoderándose de su cuerpo, de sus emociones, experimentó un alivio que ya casi no reconoció como suyo, porque entonces tampoco tendría que decirlo; lo había arruinado todo, pero tampoco tendría que decirlo ahora.
Supo que iría a buscarlo, por supuesto que iba a hacerlo, era Dean, ¿qué otra cosa esperar? Ese cabezota no se rendía nunca, algo que Lucifer no podría entender; como no podía tampoco entender que mientras él estuviera allí, su hermano iba a pelear, como lo había hecho siempre.
Y él estaba allí dentro, sintiendo, pero al mismo tiempo, insensible a lo que ocurría a su alrededor, sólo pensaba en que debía irse ya, que había hecho ya demasiado; Lucifer tenía su cuerpo, ¿y? Él tampoco valía mucho, no era justo que muriera una vez más, no por salvarlo.
Mató a Castiel, y a Bobby, y no sintió más que una ligera punzada en ese corazón que ya ni siquiera podía llamar suyo; era irracional, pero no podía hacer nada.
Pero cuando vio su mano teñida con la sangre de su hermano, algo despertó en él; ese muñeco en el cenicero, el rostro hecho trizas de Dean, tantos recuerdos pasaron por su mente en un segundo, y entonces pudo comprenderlo como nunca lo había hecho.
El porqué Dean siempre peleaba así, esa sobreprotección que antes le ahogaba, ahora tenía todo el sentido del mundo. Nunca como en ese momento fue más su hermano, y quiso, al menos por una vez, protegerlo, pero protegerlo de verdad. No por el mundo, no para detener el Apocalipsis de turno. Quería a su hermano entero, vivo, en paz. Si cumplía su promesa e iba con Lisa estaría bien; si prefería volver a la carretera, lo mismo, pero a salvo.
Dean se fue al infierno por él, le había dado todo porque lo quería de una manera que apenas ahora entendía; era su hermano mayor y lo cuidaba, pero ya era hora de que alguien más pusiera el pecho.
No le dijo tampoco esa palabra entonces, le gustaba pensar que era porque estaba demasiado ocupado llevándose a Michael con él, pero esperaba que de alguna manera Dean lo comprendiera; a él tampoco le gustaban las despedidas.
Y cuando lo vio por la ventana, con Lisa y el niño, se sintió feliz; por una vez el muy terco le había hecho caso. No estaba seguro de si iba a entrar, lo más seguro era que simplemente se fuera, pero no lo iba a decir ahora menos que nunca. Los Winchester no se decían adiós.
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N.A. Esto lo escribí después del trauma por el final de temporada; no tiene mucha coherencia, ni estoy segura de que Sam quedará IC, pero me gusta pensar que esas eran sus emociones en ese momento, pensando hasta el fin en Dean. Nos leemos.