¡Antes de nada! El futuro de esta historia está basado en el inicio del anime Inazuma Eleven Go (alrededor del capítulo 7 o 8); por lo tanto, hay cosas que aún ni el Endou adulto sabe. ¡Tenedlo en cuenta!
Os explicaré un poco el sistema de redacción. Es sólo un prototipo, así que me gustaría que me dijerais qué os parece y si os gusta más el estilo simple o el trabajado. Como podéis ver, estoy escribiendo esta introducción en negrita y cursiva. A partir de ahora, lo que veáis así son los pensamientos del autor. La "negrita simple" indicará narración, la "cursiva simple" indicará pensamientos de los personajes, y la "letra normal" serán los diálogos.
Por cierto, si no sabéis de qué está hablando el joven Endou cuando menciona a Takuto Shindou, podéis echarle un ojo a mi primera historia, "Un nieto preocupado". No es más que una introducción para el resto de mis historias, y se lee bastante rápido, así que no hay excusa para no enterarse. Por cierto, como soy un burro y me gustan los títulos largos, añadiré el título completo de cada capítulo al inicio, ya que en Fanfiction, normalmente, no me entra entero.
Se acabó la palabrería. ¡Empecemos!
¡Capítulo 1!
¿¡Ése soy yo!? ¡Do-san, el nuevo entrenador del Raimon!
Me quedé mirándole. Definitivamente tenía que ser él. Su piel estaba más tostada que la mía; era más alto, desde luego; su pelo era diferente (si bien no puedo decir que no me pareciera increíble), y su cabeza estaba menos, ehm, ¿redondeada? Al menos no le llamarían cabeza de balón. De todos modos, ése tenía que ser yo. Mi yo de dentro de diez años.
No se me ocurrió hacer otra cosa que no fuera tirarle de la chaqueta como si fuera un niño pequeño. …Bien pensado, creo que quedé bastante mal; ésa podría ser la razón de su actitud hacia mí.
–¿Mmm? ¿Qué…? –dijo mi yo adulto, mirando al niño que tenía al lado. De pronto, abrió mucho los ojos y se quedó observándome fijamente durante un rato. Ni él ni yo fuimos capaces de articular una palabra.
Conseguí hablar entrecortadamente. Después de todo, era yo quien sabía por qué le estaba viendo…
–¿M-Mamoru Endou…?
Mi yo adulto asintió lentamente. Seguía mirándome fijamente, como si tratase de escudriñar mi alma.
–¿Y tú eres…? –he de decir que la cara que puso mientras pronunciaba estas palabras es una de las más raras que he visto en mi vida, ¡pero eso es probablemente porque no podía ver la mía en aquel momento!
–…Mamoru Endou, también –respondí.
Se hizo otro silencio incómodo entre nosotros. De pronto, se agachó hasta ponerse a mi nivel y me miró directamente a los ojos.
–…Endou-chi –dijo sonriente. Es cierto que esto le pillaba de nuevas, pero, como me diría más adelante, después de todas las cosas raras que habían pasado desde que fuimos a la Isla Liocott, ya había pocas cosas que le pudieran sorprender. Y, si había conocido a su nieto a los 14 años, ¿por qué no iba a ver a su yo joven? En cierto modo, tenía razón, supongo.
–¡Do-san…! –exclamé. Se me iba a hacer raro llamarle Endou o "yo", y eso fue lo primero que se me ocurrió. Pero bueno, ¡a nosotros nos gusta!
La verdad es que ya ha pasado bastante tiempo desde que esto ocurrió, así que no recuerdo todos los detalles… Pero aún tengo la conversación bastante clara en mi cabeza. ¿O debería llamarla retahíla de preguntas?
–¡A-ah, vaya…! ¡Impones casi tanto como el abuelo, Do-san…! –titubeé. La verdad es que no sabía qué decir.
–¿En serio? –río. Se le veía mucho más tranquilo que a mí. Será la edad–. Bueno, ha pasado mucho tiempo, Endou-chi. La gente crece.
Me dio unas palmaditas en la cabeza. Me sentí como un niño pequeño, aunque no me disgustó… Eso sí, esas palmaditas me ayudaron a ver algo que sí que me desconcertó.
–¿Qué… qué llevas en el dedo, Do-san?
Un anillo dorado resplandecía en la mano de mi yo adulto. Él se limitó a erguirse y juguetear con él mientras sonreía.
–¿Te refieres a esto? Bueno, estoy casado.
Mi cara se puso roja como un tomate; lo noté en las mejillas. La verdad, me daba miedo preguntar. Hasta aquel momento, nunca me había planteado siquiera esa idea, y oír que estaba casado me hizo sentir muy raro... No quería preguntar. No tenía que preguntar.
–¿Q-quién es…?
Mi fuerza de voluntad deja mucho que desear a veces.
–Je, me temo que no puedo decírtelo, Endou-chi. Hay cosas que no debes saber.
Suspiré, decepcionado, aunque ya sabía de antemano que diría algo así.
–¿…Puedo al menos saber en qué trabajas?
–¿Yo? –Do-san sonrió–. Soy el nuevo entrenador del Raimon.
Las ideas se agruparon y ordenaron en mi cabeza como un relámpago. Así que Takuto, el chico que Kanon me había dicho que era el nuevo capitán del nuevo Raimon, ¿se había comportado de esa manera tan rara porque ya me conocía?
Traté de no darle más vueltas al asunto.
–¿Nuevo entrenador? –pregunté–.¿Qué pasa con Hibiki-san y Kudou-san?
–Es difícil de explicar… –Do-san se rascó la nuca. Se ve que mi elocuencia no va a mejorar con los años…–. Pero, de todos modos, no es algo de lo que tengas que saber nada. Deja el Fifth Sector para cuando seas… seas… oh, vaya.
A veces puedo ser un auténtico bocazas.
–¿Fifth Sector? –me apresuré a preguntar–. ¿Qué es eso, Do-san?
–¡Nada! ¡Absolutamente NADA! Déjalo estar, Endou-chi.
–¡Esto no es justo! ¡Quiero saber lo que les ha pasado a Hibiki y Kudou!
–Lo siento, no puedes.
¡Odio esa faceta de Do-san! ¡Cuando me trata como a un crío, me hierve la sangre…!
Suspiró.
–Está bien, te contaré un poco acerca del tema. ¡Pero acéptalo y punto!
–¡S-sí! –asentí, sonriente.
–Verás… El Fifth Sector es una organización que controla el fútbol de hoy en día. Deciden el resultado de los partidos antes incluso de que se jueguen, y, si no se acatan sus órdenes, las consecuencias suelen ser catastróficas para el equipo. Por desobedecer una vez, Kudou fue expulsado del Raimon, pero conseguí sustituirle y convertirme en el nuevo entrenador. Pero tranquilo, en el Raimon estamos haciendo todo lo posible por devolver al fútbol su esplendor de antaño.
–¿Y… y quién controla eso...?
–El líder de la organización se hace llamar Holy Emperor, y es un hombre cruel y sin escrúpulos. No conozco sus intenciones exactamente, pero estoy seguro de que conseguiremos pararle los pies. Pero, por tu bien, Endou-chi, si le ves… aléjate de él.
Tragué saliva. Todo esto me recordó muchísimo a Kageyama y a sus planes del pasado. Pero ahora era diferente. El control era absolutamente real, y yo estaba en medio. Quería ayudar. Y sólo se me ocurrieron dos maneras de hacerlo…
¡Veamos! El joven Mamoru Endou, actual capitán del Raimon e Inazuma Japan, y el adulto, entrenador del Raimon, se han encontrado y han mantenido una conversación sobre el futuro, en la cual Do-san le ha revelado a Endou-chi que una malvada organización está controlando el mundo del fútbol que tanto aman. ¿Qué se le ha ocurrido a Endou-chi? ¿Quién es ése tal Holy Emperor? ¿Y qué hay de los antiguos compañeros de equipo de Endou? ¡La respuesta a estas preguntas, y puede que incluso a algunas más (depende de mi imaginación lol) en los próximos capítulos!
