Disclaimer: Hetalia Axis Power no me pertenecer, es de su autor, que ya todo el mundo conoce. Yo, solo escribo para entretenerlos y no me gano un centavo por esto.
Resumen: En la escuela secundaria, todo puede pasar y más si hablamos del Ultimo año. Pero claro, con un francés pervertido y un inglés homofóbico junto con toda clase de adolescentes hormonales todo está bajo control… ¿o no? AU. All human.
Arthur alzó más y más el papel sobre su cabeza. Quería que todos lo supieran, esa horrorosa situación no podía continuar. Esos estúpidos homosexuales no podían seguir compartiendo el mismo espacio que ellos, la gente normal ¿es que acaso nadie más que él lo veía? ¡Viciaban el aire! Con sus amaneramientos, sus risas desfachatadas y sus mariconadas, desvirtuaban el espacio de toda la gente de bien. Aquello estaba mal. Ser homosexual era pecado y la gente como él solo era un bastión que combatía contra el mal.
Le crispaba los nervios la relajada postura de la escuela al respecto. Por eso hizo lo que hizo. Un día se armó y decidió enfrentar el problema él mismo. Iba a erradicar esa peste de la escuela. De eso ya habían pasado ocho mese y todo un año escolar. Y allí estaba, dispuesto a todo para defender la pureza de todos sus compañeros.
Avanzó por el pasillo atiborrado proclamando su consigna y allí lo vio. Francis Bonnefoy, el tipo que más detestaba y su némesis. Podía tener cualquier mujer que quisiera a sus pies, pero no, él se dedicaba a decir abiertamente a los cuatro vientos que era gay.
Lo vio descender por el pasillo hacia su dirección por el pasillo, flanqueado por sus cotillas, un español que se decía perdidamente enamorado de su amigo Lovino Vargas, un prusiano que se dedicaba a molestar al capitán de la banda Edelstein, y una marimacha llamada Elizabetha.
-Hola inglesito- Saludó Elizabetha con una sonrisa falsa, mientras Francis se deleitaba en su fierecita inglesa para nada disimuladamente. Vestía ese día un atuendo casual, con los botones sueltos hasta el punto en que casi le llamarían la atención y unos pantalones que no dejaban casi nada a imaginar. Todas las mujeres morían de dicha al verlo. Francis lo sabía pero no le importaba, ellas no eran un reto, se le regalaban a diferencia de los hombres. Siguió mirando a Arthur con toda clase de pensamientos censurados pasando por su mente hasta que este le dijo…
-¿Que tanto me miras rana?
-¡Oh! Qué no te miro, querido. Pero bueno, por qué no me acompañas, estoy seguro de que te daría un gran dolor de cabeza- dijo moviendo las cejas de arriba a abajo mientras le ofrecía una de esas antipáticas rosas que parecían brotarle del cuerpo. Roja. El color de la pasión. Los colores de Arthur se le subieron al rostro y por un segundo que no estaba dispuesto a admitir la imagen se hizo en su mente y la idea le sonó tentadora. Movió frenético su cabeza de un lado a otro ¡Lo estaba tentando el pecado en persona! Le dedico un gruñido al francés y se fue por donde vino, a gritar de los homosexuales…
Francis se quedó con su rosa extendida, pensando que tarde a temprano, él inglés caería a sus brazos.
Siguió su camino, sin percatarse de los ojos anhelantes de un tímido muchacho.
-¡Hey Matt! O sales de tu país de las Maravillas o llegaremos tarde a clases y sabes que no podemos darnos ese lujo bro…
Le dijo su hermano mirando preocupado el reloj.
-¿Ah? Claro, claro Al, ya voy- le contesto perdiendo la vista al otro lado del pasillo.
N/A: Y ¿qué tal? No les voy a decir la pareja para que se queden con la duda…sí, soy mala a veces chicas…nos estamos leyendo, tratare de actualizar intercalado con mis otros fics.
