Advertencias: Deathfic, SasuSaku implícito.
Disclaimer: Todo es propiedad de Kishimoto, hago esto sin fines de lucro.
Sobredosis
Ven, muerte, tan escondida,
que no te sienta venir,
porque el placer del morir
no me vuelva a dar la vida.
Pedro Calderón de la Barca
"Vive rápido, muere joven y tendrás un cadáver bonito"
James Dean
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Como siempre aquella noche despertó, ahogado en llanto, gritando como un poseso, y con varios arañazos en el rostro producidos por sus propias uñas, en un frenesí intenso por deshacerse de los recuerdos que le atormentaban. Desde hacía seis meses no paraba de visualizarla en terribles pesadillas que le obligaban a revivir aquella escena una y otra vez: La noche en que ella murió.
Todo por su culpa; aquella velada bebió demasiado y no controló el volante... Ella le miraba asustada con aquellos hermosos ojos jade, perlados en lágrimas. Sin embargo, cuando quiso prestarle atención a la carretera, fue demasiado tarde para frenar.
Sentía la culpa y el pesar por no haber sido más consciente de sus actos, por haber sido el causante de aquel accidente de tráfico. ¿Qué tal si hubiera ido con más cuidado? No habría sucedido, ahora ella estaría allí con él, sintiendo su suave aroma, ambos fundidos en un profundo abrazo después de hacer el amor; como todas las intensas noches que tiempo atrás pasó con ella.
Recordaba como toda la familia de su amada se había echado encima de él, reclamándole por haber bebido, por haber dejado que muriera… "¡Irresponsable!, ¡Sucio bastardo!, ¡Uchiha hijo de puta!" Sólo había recibido insultos de sus suegros y cuñados. La familia que le había acogido con tanto esmero cuando se había unido a ella, pronto lo trató como basura, pura escoria.
Muchas veces se había preguntado si ella lo hubiese querido así, pero una y otra vez volvía a su mente la culpa, y se repetía incesantemente que ella, desde el Infierno, le guardaba rencor; aún muerta. Se había hundido, sumido en una vida en la que no encontraba su esencia; y aún no podía salir del hoyo.
Levantándose de la cama, se dirigió al baño situado en su propia habitación. Abrió la llave del agua y se remojó la cara, donde aquellas marcas de uñas descansaban, impresas en la pálida piel de sus mejillas. Se miró al espejo: simplemente patético.
Odiaba aquellos momentos de debilidad en los que recordaba su patente pasado, pero pese a ocultarlo ante todo el mundo y ayudarse de drogas para aguantar, en las noches volvían las pesadillas. Si seguía así estaba inmensamente jodido.
La muerte, sí, la esperaría sin duda; y cuando llegase no haría nada que impidiese que ella lo cubriera con sus alas negras.
-Ven a mí, ven a mí. –Repitió un par de veces, a modo de llamada.
Aún mirando al espejo le pareció verla, ondeando su larga melena rosada y sonriéndole como siempre; pero sólo era una sombra.
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Allí estaba, una sonrisa entre sus finos labios, más fríos que de costumbre. Tumbado sobre la cama con una mueca antinatural, demasiado tensa para ser de una persona viva. Su camisa de dormir arremangada, su brazo apretado por una goma elástica situada más arriba del codo, y marcas de pinchazos continuados en el mismo lugar.
Una sobredosis.
Nota: ¿Muere joven y tendrás un bonito cadáver? Seguro que cierto es, pero no debemos despreciar tanto la vida como para hacer esas cosas. No soy especialmente fanática del SasuSaku, tampoco es que me guste demasiado; pero a veces la inspiración surge con las parejas y las escenas menos pensadas.
Saludos a todas y gracias por leer. ^_^
