Hola chicos, me llamo Shixxen y he escrito algunos fanfics Yaoi Sasunaru, pero la verdad mi pareja favorita es Naruhina, así que siendo este el primer fanfic Naruhina que escribo espero contar con su apoyo. Gracias.
Bueno, al principio hablamos de una mujer a la que llaman Diamante, Nos empieza a contar el descubrimiento de su enfermedad y después veremos como esto se relaciona con Hinata, todo el capitulo será contado por Hinata. Es todo, bye.
Tengo…
Pv. Hinata.
Paso hace algunos en un mundo tan común como el tuyo y el mío, y por común quiero decir… bueno, ya sabemos como el mundo en la actualidad.
En este mundo hay millones de personas, lo puedes comprobar saliendo a la calle un par de horas, y ya que estas ahí puedes ver sus caras y contarlas, al final dime ¿Cuántas de esas personas no conoces? ¿Cuántas personas hay que viven por donde tu y jamás les has hablado? ¿Cuántos estudiantes van a la misma escuela y sus miradas jamás se han cruzado?
Para ir al grano te diré que la historia que voy a contarte es de una chica que no conoces y que yo no conozco, es la historia de una chica que no existe pero es tan real como el aire que respiras en este momento.
Creo yo que la mejor forma de contar una historia es hacerlo desde el comienzo, cuando una mujer común y corriente estaba sentada frente aquel doctor en el hospital de Konoha, el doctor la miraba tranquilo y serio mientras la mujer paso de estar congelada a comenzar a temblar.
No era que hiciera mucho frio en este lugar, si no que parecía que el agua helada le había caído justo en ese momento.
—Tengo… —titubeo la pobre mujer—Tengo sida.
No es fácil para cualquier persona el asimilarlo, y de esta frase partirá nuestra historia.
La mujer camino a casa como si no supiera a donde iba, tal vez una buena mujer se preguntaría a si misma ¿Por qué a mi? Sin obtener respuestas, pero esta no era una buena mujer y ella sabia que no lo era.
Al cruzar la puerta de su hogar, se acostó en uno de los tantos catres del lugar donde dormían otras 5 mujeres.
— ¿te pasa algo? —pregunto cierta rubia maquillándose en el espejo quien ni siquiera la había volteado para verla entrar.
La pobre mujer no sabía mentir.
—renuncio.
— ¿y eso porque? ¿Te enredaste a un hombre rico?
—no puedo seguir trabajando aquí.
—lo mismo decimos todas antes de subir al escenario, pero al contar los billetes se nos olvida.
—Zafiro, estoy enferma.
— ¿enferma? —Por fin aquella chica de cabellera rubia volteo para darle la cara a su amiga— ¿de que?
—… —pero ella no podía responder, sentía que si volvía a decir esa frase, la boca se le pudriría—lo estoy… dile a la jefa que lo siento.
—demo… Diamante, sabes que no es así.
—no importa lo mucho que se enfade, no hay nada que pueda hacer.
—me estas asustando. No es como si fueras a morir. Jeje. —aunque Zafiro enserio lo decía con afán de burla, Diamante lo tomo con actitud indiferente— ¿verdad? —comenzó a asustarse, le daba miedo pensar en algo tan grabe como para ocultárselo a ella.
—Zafiro… ¿seguirás siendo mi mejor amiga siempre?
—para siempre.
A veces con una mirada perdida, una sonrisa caída y la primera lágrima liberada se puede decir más que con mil palabras.
—Tengo sida…
El fuerte muro protector que Diamante puso alrededor de ella se había echo polvo y se dejo caer al piso liberando todas esas lagrimas que había reprimido, una a una empaparon sus blancas mejillas y fueron secadas en la polienta alfombra mientras Zafiro permanecía petrificada, a partir de ese momento, uno a uno, los días de Diamante fueron en cuenta regresiva, su vida parecía estar por terminar, Diamante no podía saber que de echo su verdadera vida estaba por comenzar.
¿No es así… madre?
En algún lugar después de eso, esta joven ojos perla veía el rio desde el puente y se subía al barandal de este, la lluvia la había empapado de pies a cabeza, o tal vez eran sus lágrimas al leer las primeras páginas del diario de su madre, conocía la historia de principio a fin y no quería repetirla.
Esa joven soy yo, 21 años después de que mi madre descubriera su enfermedad, veo el claro mar bajo este puente, yo he vivido suficiente como para saber que no quiero mas, simplemente no puedo seguir con esto…
Si voy a morir, que sea de una vez, no voy a sufrir lo mismo que mi madre, espero que el mar lleve por siempre mi alma para desvanecerme en sus claras aguas.
Con mi plegaria en el cielo, el Darío de mi madre en la mano y el collar de todas ellas colgándome del cuello planeo darle fin a mi sufrimiento.
— ¿te has ahogado alguna vez? —oigo la voz que me turba de mis pensamientos—es una de las peores formas de morir ¿sabes?
—el mar se llevara mi cuerpo—contesto sin voltear a verlo —y arrastrara con el mi alma.
—no, solo te congelaras.
—no es tu asunto, vete por favor.
—el agua entrara por tu nariz directo a tus pulmones, los sentirás explotar y nadie podrá ayudarte. Tu garganta se cerrara, sentirás que algo te la esta apretando, trataras de evitarlo pero no podrás y cuando estés en el fondo, desearas volver a las superficie e inútilmente por su propia voluntad tus manos se moverán intentando alcanzarla.
Sentirás todo el peso del mar sobre tu frágil cuerpo y cuando intentes gritar porque estarás desesperada el agua entrara por tu boca también, entonces tus pulmones se harán polvo y lentamente perderás uno a uno la capacidad de mover los músculos del cuerpo… y morirás.
—…—morir así… no lo imagine.
—así que le aconsejo señorita… que admire el mar detrás del barandal y no sobre el, así las aguas seguirán pareciéndole tranquilas. Créame que la vista es tan buena de aquí como de donde esta parada.
—Hinata… me llamo Hinata, no tiene que decirme "señorita" si no lo desea.
—Hinata, es un placer conocerla… ahora por favor—extendió su mano para tomar la mía—bájese para poder presentarme como es debido.
Por alguna razón, hace 5 minutos estaba dispuesta a terminar con todo esto y morir de una buena ves, pero… ahora solo quiero tomar su mano.
Apenas siento mi piel rozando la suya, no se porque, no se como, pero me siento feliz… quiero llorar mientras esas cálidas manos me cubran, pero la nieve halada en el barandal no quiere y me hace tropezar, intento tomar su mano pero parece que ni siquiera tengo ese derecho… y caigo directo alas frías aguas… supongo que es culpa mía por intentarlo en primer lugar.
Es cierto…
El agua entro por mi nariz directo a mis pulmones y sentí que iban a explotar, trate inútilmente de alcanzar la superficie pero no lo logre, sentí todo el peso del mar sobre mí cuerpo, quise gritar pero solo logre que el agua entrara en mi boca, mi garganta se cerro y perdí la conciencia, ¿a caso… morí?
No, no morí, y lo se porque desperté segundos después para ver sus labios acercarse a los míos mientras presionaba mi nariz con sus dedos.
— ¡No! —grito al instante apartándolo de mi.
— ¿Qué pasa? ¿Te hice daño? —pregunta preocupado.
— ¿tu… me… besaste?
—te di respiración de boca a boca. No pasa nada. Por cierto, me llamo Naruto.
— ¡claro que pasa! Bueno… la gente cree que pasa.
— ¿de que estas hablando? —se atreve a sonreír, ¿Cómo puede alguien así sonreír?
—tengo sida—uno mas de aquellos regalos que mi me a dejado, me mira con sus inmensos ojos azules.
Me haz salvado… pero ahora que lo sabes ¿me odias?
¿Qué tal? ¿Cortito no crees? Así es, es bastante corto el fanfic pero espero que se suficiente, este fue el primer capitulo y ojala les haya gustado, espero sus comentarios. Soy Shixxen me despido chaobye.
