Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Yo ni dibujar decentemente puedo.
Línea temporal: Universo alterno.
PROSTERNACIÓN
Capítulo I
Hinata acomodó un mechón de cabello rebelde que obstaculizaba su visión, haciendo una nota mental en el fondo de su consciente de ir a cortárselo esa misma semana. Por ahora concentró toda su atención en lo que tenía frente a sus ojos, buscando en su cerebro la respuesta para la pregunta de su examen que no podía contestar. Como su viejo hábito, posó sus manos sobre su cabeza como si le doliera y pensó arduamente, casi desesperada. Odiaba Historia. Odiaba incluso más las pruebas de la profesora Kurenai que involucraban más fechas que hechos, debido a que en cabeza siempre confundía los números. De repente el ocho se convertía en cinco y el seis en nueve. No importaba que hubiese estudiado durante toda la semana o que no hubiera dormido la noche anterior para memorizar correctamente los pasajes del libro que, con seguridad, Kurenai incluiría en el examen; siempre fallaría su memoria durante la prueba.
Bajando las manos, Hinata creyó que había dado lo mejor de sí. El espacio para responder la pregunta continuaría en blanco, por lo menos en su hoja. Aún faltaban quince minutos para finalizar el tiempo límite del examen pero ella ya no estaba segura de nada y sus experiencias previas le auguraban que comenzaría a dudar de lo que ya había contestado en un principio, cuando tenía seguridad en sus recuerdos. Dejó el lápiz sobre la paleta de madera lisa, sorprendentemente libre de rayones, y se levantó de su asiento hoja en mano. Dejó la prueba en el escritorio de su maestra, que observaba con ojo avizor que sus alumnos no copiaran las respuestas y volvió a su asiento solamente para tomar sus cosas y marcharse del aula sin una sola palabra. Ésa era la rutina habitual, recibir el examen, contestar, terminar y abandonar el aula en silencio para no perturbar la concentración de sus compañeros.
Caminó por los silenciosos pasillos de la escuela, probablemente otros estudiantes estaban en pruebas también, nada raro durante la época de exámenes. Llegó hasta un rincón del instituto, donde los comedores estaban rayados de dibujos creativos, con colores brillantes en la mayoría de los casos. Ésa era la sección de la escuela favorita de la chica cuando necesitaba calmarse y pensar; siempre estaba bastante solo hasta después de la salida, cuando las clases extracurriculares comenzaban y los alumnos de Dibujo y Pintura ocupaban el lugar. Hinata había estado como oyente en esa clase unas cuantas ocasiones, pero sus diseños eran tan deprimentes que había terminado por desanimarse. Ahora solamente volvía cuando quería hablar con Sai, un chico muy extraño que tenía habilidades extraordinarias para el diseño gótico y el retrato de rostros. Ellos habían hablado un poco el día del examen de ingreso a la preparatoria, cuando ella se encontraba desorientada y necesitaba encontrar el sanitario. Él había sido la única persona que se había ofrecido a acompañarla a buscarlo y, desde entonces, habían mantenido contacto a pesar de estar en salones diferentes.
—Sabía que te encontraría aquí —una voz alegre y algo petulante llegó a ella justo antes del golpecito consabido en su hombro derecho.
—Ino.
—¿Y cómo te fue en el examen? Estuve toda la clase haciéndote señas para que me dieras la respuesta de la pregunta siete, aquella sobre la URSS, y jamás me hiciste caso.
—Lo siento.
—Siempre dices "lo siento", Hinata, y sentirlo no corregirá mis errores en el examen.
Hinata rió suavemente unos segundos. Ino siempre era alegre e informal, le gustaba mucho su personalidad, le alegraba cuando se sentía deprimida en menos de diez segundos. Estaba contenta de tener una amiga como ella, además, siempre le sacaba de apuros cuando tenía alguna emergencia de chicas.
—Entonces ¿qué? ¿Sacarás otro diez mil en el examen?
—No lo creo. Sabes que Historia no es mi mejor materia.
Ino resopló con molestia y cruzó los brazos sobre el pecho, su ceño levemente fruncido.
—Desde que te conozco dices que no te va bien en los exámenes y siempre acabas con diez mil de calificación. Juro que si me vuelves a decir lo mismo mañana en la prueba de Etimologías te mato. ¿Me oíste? Te mato.
La amenaza vacía de Ino llegó a Hinata como lo que era: una broma. Ella le sonrió a su amiga, borrando las preocupaciones de su cabeza. Tal vez no iba a sacar un diez en ese examen, pero no importaba. No era la primera vez que pasaba. Sería reprendida en su casa en cuanto su tío asistiera a la entrega de calificaciones y le pasara la boleta a su padre, sí, empero, si hubiera obtenido la calificación perfecta de cualquier manera Hiashi hubiera encontrado alguna razón para regañarla. Era sabido por Hinata que ella no era, ni por asomo, agradable a la vista de su padre. Solamente su hermana menor Hanabi gozaba de las delicias de ser una hija de Hiashi Hyuga porque ella, desde el principio, nunca había recibido absolutamente nada de él, solamente dinero.
—Iré a buscar a Sakura, Hinata. Nos vemos donde siempre.
—De acuerdo.
Hinata observó la espalda de su amiga desaparecer entre los árboles frutales del jardín, la manera en que el feo y cuadrado uniforme azul marino lucía de forma elegante en ella. La falda de pastelones se movía al compás de sus caderas y sus piernas lucían alineadas, caminando en una imaginaria línea recta como una modelo. La camisa blanca con la corbata parecían sacadas de alguna revista de moda cuando Ino las lucía. Hinata se preguntó cuándo podría lucir así; probablemente nunca, lo suyo no era la autoestima alta, sino el perfil bajo y la comodidad de la familiaridad.
Cinco minutos después, Hinata se levantó de su asiento y se dirigió directo a la cafetería escolar, donde una mesa del centro la estaría esperando junto con sus amigos. Estarían Sakura, Ino, Kiba, Shino, Shikamaru y Choji, recientemente se habían unido a su grupo su primo Neji, un año mayor que ella, Tenten y Lee, todos amigos de él. Ella se sentiría automáticamente segura y libre alrededor de ellos, olvidando las preocupaciones relacionadas con su padre y la constante depresión en la que solía estar sumida. Ellos eran el centro de su mundo, como fuegos artificiales en un cielo nocturno.
—¿Dónde estabas, Hinata? —la voz de Kiba fue la primera que llegó a ella. Hacía aspavientos con las manos y señalaba una silla libre junto a él para que se sentara.
—Pensando —dijo cuando se encontró lo suficientemente cerca. Colocó sus cosas en la pila de mochilas al centro de la mesa, quedándose únicamente con su cartera.
—Iré a comprar, ¿alguien quiere algo?
—Ahórratelo, Hina —habló a Sakura—. Ya he comprado tu almuerzo. Solamente tienes que pagármelo.
Sakura deslizó una hamburguesa, un jugo y una gelatina, el tipo de alimentos que Hinata siempre elegía a la hora de comprar su almuerzo en la cafetería. La chica agradeció el gesto y deslizó el dinero a cambio, Sakura lo guardó en su monedero y continuó hablando con Shikamaru acerca de qué preguntas podrían venir en el examen de Química que tendrían en tres horas. Ellos dos estaban en una clase diferente junto a Shino y Choji, Hinata provenía de la clase B con Ino y Kiba se encontraba solo en la clase D.
—Hinata —la llamó Neji que se había sentado junto a ella silenciosamente segundos después de que llegara—, mi padre ha dicho que mi tío regresará este viernes. ¿Es cierto?
—Tú sabes que mi padre nunca me llama cuando está de viaje, Neji. Pero si lo ha dicho tu papá debe ser cierto.
Neji resopló de una manera casi graciosa, esa actitud no pegaba con su cara de joven serio y maduro que siempre le mostraba a otros, pero siempre hacía ese gesto cuando Hinata hablaba abiertamente sobre lo indiferente que era su padre con ella, así que ya estaba familiarizada con él y podían presenciarlo sin estallar en carcajadas frente a él.
—Está bien, Neji. Estoy acostumbrada y ya ni siquiera me importa —mintió. Era su padre, claro que le importaba. Colocó su mano sobre la de él para consolarle, aunque la situación debiera ser al revés; era simplemente que ella entendía ese odio de Neji por todo aquello que le parecía injusto. Si su primo se convertía en abogado como tanto deseaba ser, Hinata esperaba que fuera parte de Derechos Humanos o alguna organización de su tipo. Pegaba perfectamente con él.
—Hey, ustedes, dejen de ponerse románticos que son primos —reprendió Kiba a su lado—. Además, es contra la ley escolar hacer esas cosas en público. Deberían irse a un rincón oscuro, por lo menos.
—¡Kiba! —chilló Hinata escandalizada, para su suerte, Shino salvó su dignidad golpeando a Kiba fuertemente en la cabeza a manera de represalia, creando una pequeña pelea entre sus dos amigos (más por parte de Kiba que de Shino) que terminó cuando arrojaron accidentalmente comida al ojo de Sakura y la chica, en lugar de quejarse por la posible ceguera que le ocasionarían, les arrojó el resto de su refresco de cola en la cabeza.
—Los chicos siempre son idiotas —declaró simplemente Ino robando una albóndiga del plato de Choji, por supuesto, sin que él se diera cuenta o ya podría contarse entre los muertos.
OoOoOoOoOoO
Hinata fingió prestar atención al esquema del cuerpo humano que ocupaba la pizarra del salón de la profesora Tsunade. Su cabeza dolía y no podía concentrarse en nada, sin embargo, no quería ir a la enfermería porque sabía que allí adentro no harían por ella mucho más que darle un analgésico y llamar a su padre, y cuando se dieran cuenta que ella estaba viviendo sola por las últimas dos semanas, enviarían un citatorio urgente a Hiashi solamente para que él la regañara por ser tan débil y quejosa que no podía cuidarse sola ni resistir un simple dolor de cabeza. Ya había pasado una vez cuando se sentía desfallecer por causa de la gripe y los recuerdos que guardaba de esa experiencia no eran ni remotamente agradables.
—Oye, ¿estás bien?
Ella asintió con una sonrisa falsa en su rostro, ocultando su malestar lo mejor que pudo. Ino no creyó en su actuación pero la dejó ser; había estado al tanto de todos los problemas que la última excursión a la enfermería le había ocasionado.
Mientras Tsunade Senju que impartía la materia de Ciencias de la Salud explicaba los temas que debían dominar a la perfección para aprobar su materia (una de las más difíciles del instituto), unos golpes se escucharon en la puerta de entrada. La mujer frunció el ceño visiblemente molesta por ser interrumpida por un factor externo a la clase. Se dirigió a la puerta un tanto furibunda y abrió la puerta sin mucho cuidado.
—¿Qué quieres?
Por el tono de voz informal y molesto que utilizaba, los alumnos de su clase intuyeron que se trataba de algún estudiante. Aunque la maestra no era la persona más educada o respetuosa del mundo sabía comportarse frente a sus superiores e iguales.
—¿A mitad de semestre? Eso no tiene sentido en este instituto.
Ino se levantó un poco de su asiento para poder escuchar mejor la conversación, pues al aula solamente se filtraban las respuestas de Tsunade y nada de lo que decía el chico o chica que estaba parado allí afuera.
—Malditas paredes altas y vidrios translúcidos. Esto parece más una cárcel que un salón.
—Cálmate, Ino. Nos vamos a enterar de todos modos.
—Eso lo dices tú, Hinata, porque no te gusta estar bien informada sobre los asuntos de la escuela como yo.
—Eso significa que eres chismosa, Ino.
—Oh, cállate por favor y tómate una aspirina; parece que vas a explotar.
—Pasa entonces —fue la última frase que lanzó Tsunade antes de regresar al salón y continuar la clase como si nada hubiese pasado, actitud nada extraña en ella. Lo que era extraño allí fue el chico que entró después de ella.
Él era guapo de una manera que rayaba en lo ridículo, pues no había persona en la tierra que pudiera compararse a él; ni siquiera un artista con mucho photoshop y maquillaje en alguna publicación quincenal para jovencitas. Y, si Ino lucía elegante con el uniforme puesto, ese chico hacía creer que esas piezas de tela eran parte de la nueva colección de algún diseñador famoso que las presentó en una pasarela de Milán. Todos los presentes se quedaron sin aliento, hombres y mujeres por igual. Hinata sintió cómo el aire le comenzaba a faltar desesperadamente mientras sus ojos hacían un recorrido por las perfectas facciones de él; su piel blanca, de apariencia perfecta más allá de lo saludable. Su cabello tan negro como una noche sin estrellas y sus ojos oscuros como el carbón, de una profundidad tan abrumadora que Hinata se sintió caer cuando sus miradas se cruzaron por un fugaz segundo antes de que ella apartara sus ojos grises de los suyos.
Hinata concentró su mirada en el cuaderno de apuntes intentando calmarse, una mano en su pecho y la boca abierta tomando bocanadas de aire rápidas. Estaba comenzando a hiperventilar. Su dolor de cabeza se agudizó y un pitido molesto cruzó sus oídos. Hinata escuchó vagamente cómo Ino se levantaba apresurada de su asiento, golpeando su silla contra la pared en el proceso. Todos los sonidos a su alrededor le llegaban con una especie de filtro, como si tratara de escuchar lo que decían las personas del exterior mientras ella buceaba en las profundidades de una piscina. Él chillido en sus oídos no se marchaba. Cuando sus notas sobre el cuerpo humano comenzaron a volverse un lío de colores frente a sus ojos, Hinata supo que estaba llegando al final de su resistencia. No podía ver claramente, no podía escuchar con corrección, las palabras no salían de su garganta como si ésta se encontrara inflamada y su pecho y estómago estaban comprimidos, no dejándola respirar. Sentía que iba a morir en ese mismo instante, la agonía apoderándose de su cuerpo.
Antes de desplomarse en el suelo, Hinata se preguntó por qué Ino se demoraba tanto en ir en su ayuda.
Gente guapa y sensual. Aquí está el primer capítulo a modo de introducción. Además, prometo dar una explicación perfectamente plausible a las situaciones extremas planteadas aquí, así que no crean que exageré reacciones.
Narutis saldrá en el capítulo 3 ó 4, también existe una GRAN explicación al porqué del retraso de su aparición (que también está fríamente calculada y su papel es TAN IMPORTANTE como el de Sasuke). Si quieren la aparición de otros personajes (o de ustedes mismos, vaya. Los extras compañeros de aula necesitan nombres xD) no duden en decírmelo.
A medida que la trama vaya desenvolviéndose, ustedes tendrán el poder de elegir qué clase de final quieren (y no me refiero expresamente a si NaruHina o SasuHina, aunque también), para ello se abrirán una serie de encuestas en mi página de Facebbok (búsquenla como Miss Pringles o con la URL "Facebook(punto)com(diagonal)NoMueroPorTi"). De hecho, la protagonista se eligió con una encuesta.
El siguiente capítulo estará pronto dada mi emoción y mi necesidad de que ustedes vayan adentrándose en la trama, primera de su tipo que hago.
¡Besos embarrados de Nutella para todos!
:*
PD1: 'pa quien no sabe, prosternación es, en palabras sencillas, cuando te inclinas con respeto a alguien/algo.
PD2: Este es mi fanfic no. 100 en el fandom de Naruto ¡awwww! :3
