1 Te recuerdo
Hermione Granger, alumna de Gryffindor cursaba su último año en la escuela de magia y hechicería Hogwarts, era una alumna brillante, la mejor de su promoción, Premio anual, Prefecta, calificaciones "Extraordinarios" en casi todas sus asignaturas, Defensa contra las artes oscuras seguía siendo la única Supera Expectativas que manchaba el historial de su perfecto desenvolvimiento académico. Esta inteligente chica se encontraba arreglando todos sus artículos personales ya que partiría a sus vacaciones de Navidad para celebrar junto a su familia; era habitual todos los años que celebraba su familia junto a los únicos vecinos que tenían, era una de las fechas que más le gustaba del año, aunque la celebración de los últimos dos años, no fueron muy felices para ella… no desde que él se marchó…
-Hermione, Mason Allen de Ravenclaw, me ha pedido que te llame, necesita hablar contigo. –Le comenta su mejor amiga Vicky Frobisher, sacándola de su ensimismamiento.
-¿Qué querrá ahora?, le dije que no quiero establecer una relación con nadie, ya que estoy completamente enfocada en los Éxtasis. –Contesta un tanto fastidiada Hermione, el chico en cuestión era una cita del año pasado, luego de unas pocas salidas, lo dejó de ver, pero él todavía le sigue insistiendo para volver a salir.
-No te molestes conmigo amiga, solo te estoy dando el mensaje. –Dice Vicky, poniendo los ojos en blanco, era sabido en su grupo de amigas, lo poco que le dedicaba Hermione a lo que se refería a socializar, la mayor parte del tiempo estaba estudiando, era de muy pocos amigos, más que nada los compañeros de casas, y más escasas eran las oportunidades que la chica se daba en su vida amorosa, en todos los años de colegio solo le conocieron a dos citas, que a su castaña amiga no le duraron más de algunas pocas semanas.
-No estoy molesta, solo estoy algo ocupada, preparando todo para ir a casa, dime donde me cita Mason e iré a ver lo que quiere. –Contesta Hermione sonriendo a su amiga, para hacerle ver que no se molestó con ella, mucha gente a veces le hacía saber que era algo huraña y mal genio cuando estaba ocupada en algo.
-Está fuera de nuestra sala común, dijo que no se iba a ir hasta hablar contigo Hermione. –Dice Vicky, sonriéndole y cerrándole un ojo a su compañera.
-¡Por Merlín! Que baboso más grande. –Exclama la castaña, -Ni que yo fuera Julia Roberts, que el pegote de Mason no me deja en paz.
Vicky solo sonríe preguntándose quien rayos era esa tal Julia, y pensando que su mejor amiga no iba a cambiar nunca, en parte le cree la excusa de los Éxtasis, hasta ella misma quería lograr buenas notas para poder tener un buen puesto en el Ministerio de Magia; pero ella sabía que había algo más, pero nunca ha sabido con certeza la razón de que a Hermione los chicos le duraran poco, le ha intentado tocar el tema, pero ella se tensa y contesta con evasivas, eso era otro rasgo de Hermione, era una excelente amiga y consejera, daba geniales consejos, pero en cuanto se trataba de ella, prácticamente era hermética y reservada, en definitiva era la chica más densa emocionalmente del castillo.
Hermione dejó todo en orden su baúl con sus pertenencias para dirigirse a la entrada de su sala común donde todavía estaba Mason esperándola, fue un momento incómodo, el chico no paraba de insistirle en que le diera otra oportunidad para volver a salir, nunca había lidiado con una situación así, con otro muchacho que salió durante algunas semanas, su compañero de curso Dennis Creevey, eran tan amigos que cuando comenzaron a salir se dieron cuenta que eran solamente muy buenos amigos y simplemente dejaron la relación quedando amigos como siempre, pero ahora la cosa era distinta, en cierto modo le halagaba que un chico se fijara así de esa forma en ella, pero le desagradaba también, ella era muy tranquila y solo está enfocada en los Éxtasis, además que de un comienzo en Hogwarts fue algo reservada, ya que siempre por su intelecto y su afición al estudio se sintió un poco fuera de lugar y solo Vicky Frobisher y Dennis Creevey en su curso la hacían sentirse realmente cómoda.
Cuando por fin logró hacerse nuevamente a entender con Mason que no tenía intenciones de salir con nadie, regresó a su habitación para descansar antes de tomar el tren para volver a casa, no sin antes de contarle a Vicky escuetamente lo que había pasado.
Las horas pasaron lentamente hasta que llegara el tren, podía perfectamente usar la aparición para volver a casa, pero a ella le encantaban los viajes en tren, era un buen momento para sentarse a observar el paisaje y recordar viejas anécdotas, era su último año en el colegio y eso la ponía nostálgica.
-¿Necesitas ayuda con el equipaje Hermione? –La aborda Mason en la estación del tren.
-No Mason, no necesito de un hombre para cargar mis cosas, puedo perfectamente sola. –Le contesta Hermione ya de malos modos, ese día necesitaba estar sola, las vísperas de navidad la ponían un poco melancólica y lo único que quería era que la dejasen en paz para disfrutar del viaje; además ya estaba bueno de parte de Mason que la dejara de abordar, ya el año pasado le dio una oportunidad y la cosa no resultó, ella estaba clara que no puso todo de si para que las cosas funcionaran.
-Oh bueno, nos vemos de vuelta de vacaciones. –se despidió el chico intentando darle un beso en la mejilla a la castaña, ya a principio de año le corrió la cara y le dio un beso de lleno en la boca, hecho que le trajo bastantes problemas, ya que la situación pasó en la biblioteca y no se contuvo en darle una bofetada, ya que de pequeña le enseñaron a respetarse y no dejar que ningún hombre tenía derecho a forzarla a hacer algo que no quería. Producto del cachetazo Madame Pince se enojó y los sacó a ambos de la biblioteca, por suerte la profesora Mcgonagall le dio la razón a ella y gracias a sus gestiones no le negaron la entrada a la biblioteca.
-Adiós Mason. –Se despidió Hermione, entrando rápidamente al tren a buscar un compartimento.
Lo que le gustaba a Hermione Granger de Vicky Frobisher era que como amiga era muy comprensiva e intuitiva, sabía cuando guardar silencio, simplemente su mejor amiga estaba en el compartimento leyendo una revista respetando su momento de reflexión, en algunos momentos solo se miraban y sonreían.
El viaje en tren le recordaba muchas cosas, específicamente momentos en los que su hermana Audrey todavía cursaba Hogwarts, cuando él también estudiaba en el colegio, también momentos de infancia en donde también él estaba presente y otros pensamientos donde también él estaba presente, porque no había ni un momento del día ni ninguna cosa de este mundo que le dejara de recordarle a él, porque simplemente a él no se lo podía sacar de su cabeza y menos de su corazón.
…Llevaba horas perdidas en el bosque que quedaba cerca de su casa, tenía tan solo cinco años y estaba aterrada dentro de un tronco de árbol, escondida de que algún animal mágico apareciera y la atacara, pero con la esperanza de que él la encontrara… porque el siempre la terminaba encontrando.
-Mione, vamos –le dijo aquella vez su amigo que en ese entonces tenía ocho años de edad, podía recordar perfectamente como era a esa edad, cada detalle de su rostro, su sonrisa, sus ojos azules, su cabello, todo.
Ella no contestaba, simplemente le dio la mano para salir del tronco y después seguirlo, eso era algo que siempre hacía, caminar detrás de él, para guiarse para volver a casa, podía hacer perfectamente un esquema mental de como fue que su espalda fue creciendo a través de los años, era cierto que siempre recordaba detalles de su apariencia, pero lo que más recordaba era su espalda, porque cada vez que ella se perdía y volvían a casa, ella iba detrás suyo siguiéndole. Era sabido en las familias Weasley y Granger que ella de pequeña siempre se perdía escapando de la vigilancia de su hermana mayor que olvidaba que tenía que cuidarla, debido a lo mucho que se entretenía con Ginny, era también sabido que todos se ponían a buscarla pero siempre era él quien terminaba encontrándola; todos terminaron creyendo con el tiempo que era un juego de ellos dos, que ella se perdía a propósito para que él la encontrara…
Desde que tenía memoria tenía una conexión especial con él, la madre de él que ansiaba más que nada una hija, le dio más atención a Ginny, algo comprensible tratándose la única niña entre tantos hermanos, además los gemelos con sus andanzas siempre gastaban en demasía el tiempo de su madre, logrando entre ellos, la única hija y el hijo perfecto que era Percy lograr acaparar toda la atención de Molly Weasley, causando sin querer que él de pequeño fuera algo solitario al igual que ella. Por su parte de pequeña era excluida de los juegos por parte de Audrey y Ginny debido a que ella era más pequeña, sus padres ambos de profesión Sanadores de San Mungo, siempre fueron demasiado ocupados y a ambas hermanas las dejaban al cuidado de la señora Molly, es por esa razón su cercanía con él, pasaron mucho tiempo y muchas aventuras juntos, porque de pequeña él le interesó y le llamó la atención, lo seguía donde fuera y él aceptaba cuidarla y jugar con ella, lo que los hizo inseparables de pequeños, al punto de cuando él se marchó le dejó a cargo sus dos más preciados tesoros personales.
…Estaban en el Ministerio de magia, en la oficina de transportes mágicos, donde él iba a tomar un traslador que lo iba a alejar de ella, para así tomar un curso intensivo de preparamiento para Aurores.
-Así que decidiste irte. –Le dijo ella con la voz tomada, ella, su hermana Audrey, Fleur y Molly fueron los únicos que fueron a despedirlo, todos los demás estaban demasiados con él para ir a despedirlo, ellas eran las que lo querían tal como era e incluso fueron a despedirlo aún cuando él estaba cometiendo la barbaridad de marcharse al extranjero, los demás solo veían a un caprichoso, que no quería afrontar sus problemas y sentimientos y se estaba escapando.
-Si pequeñaja, decidí irme –Le comentó él sonriendo, pese al momento, él al contrario de todos los presentes era él único que no estaba llorando, siempre admiró su capacidad de esconder lo que sentía y simplemente sonreír.
-Creo que ella no vale la pena de que tomes la decisión de irte y dejarnos –Le reprocha Hermione.
-No solamente es por ella –Le miente él, nervioso y mirándola apenado, ella siempre ha sabido cuando el dice la verdad y cuando no.
Simplemente Hermione no le contestó, estaba furiosa con él, no dejaba de derramar lágrimas porque sentía que por mucho tiempo no lo iba a ver. Miraba a su hermana que con la mirada le reprochaba el haberle dicho a él, que ella no valía la pena, no la culpaba junto con Ginny era otra de sus mejores amigas, la tenía incluso en un sitial más preferente que a ella misma, que era su propia hermana.
Mientras pasaban rápidamente sus últimos minutos con él se debatía si decirle o no la verdad de sus sentimientos, pero pudo el miedo vencerla, miedo a que para él sus sentimientos no fueran suficiente cosa para hacerlo quedarse, por lo que no pudo emitir ni una sola palabra más.
-Cuídame a Pig y mi escoba, las dejo a tu cuidado. –Fueron sus últimas palabras antes de marcharse, y el último gesto un pequeño beso en la frente que logró desarmarla por completa y romperla en pedacitos por dentro…
Recordar el último momento que tuvo con él le hizo derramar algunas rebeldes lágrimas nuevamente, era inevitable, el sentimiento y el dolor no se iban del pecho. Por respeto y amor propio se prometió que su vida no empezaba y no terminaba con él e intentó salir con otras personas, pero fue un fracaso rotundo, simplemente ellos no eran él, para poder seguir con su vida necesitaba declararle sus sentimientos y escuchar su rechazo o su aceptación, necesitaba volver a verlo, era la única maldita manera de seguir adelante; muchas veces le escribió (obviamente no declarándose, eso tenía que ser cara a cara) y obtenía como respuesta en poco tiempo su patronus contándole un poco de sus entrenamientos y siempre finalizando con la frase: "estoy bien pequeñaja, te quiero", pero por lo menos era algo, en estos dos años y medios que él se fue, Molly con suerte habrá recibido un par de cartas, cosa que tiene furiosos a sus hermanos que lo tenían catalogado como el tipo más caprichoso y egoísta del mundo, algo de razón tenían, pero ella sabía que él no era completamente así.
Finalmente el viaje llegó a su fin, se despidió de sus pocos amigos y se encontró con su hermana Audrey y Percy que la fueron a buscar a la estación, lo quedó mirando un momento intentando imaginarse que era él quien iba a buscarla, pero a pesar que Percy y Bill se parecían a él, nunca lograba su cometido, él tenía algo distinto, un encanto y un brillo que no tenía ninguna persona en el mundo.
Hermione Granger junto a su hermana y el novio de esta utilizaron la aparición conjunta para trasladarse, finalmente llegaron a los alrededores de Ottery, en donde a la castaña el solo hecho de volver a su hogar le causó una dolorosa sensación de nostalgia, que la supo mantener a raya en su pecho, porque era navidad, una fiesta en familia en donde no había que tener tristeza.
Después de reencontrarse con su familia y disfrutar de un agradable almuerzo, subió a su habitación para descansar, ya que por la tarde tenían que ir a casa de los Weasley a preparar todo para la cena de nochebuena, ella no se imaginaba que esa noche toda la familia Weasley iba a estar toda reunida.
Hola!
Mi primer fic, AU, espero que lo disfruten y le den una oportunidad
Comentario: Hermione es bastante huraña como pueden leer y a pesar de que tiene algunos amigos, igual se siente un poco fuera de lugar, no es abierta a comentar sus sentimientos, es mas bien tímida y algo mal genio.
Déjenme si pueden sus comentarios y críticas constructivas, esta historia no tendrá más de 15 capítulos y no más de 3000 palabras por capítulo (más o menos, puedo pasarme), con la intención de actualizar rápido ojalás una 3 veces al mes (aprox)
