Autor Original: drippinghoney
ID: 2310062
Inspirado en el capitulo 37 del manga.
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Teito se estremeció ligeramente cuando la cama se hundió y un peso se acomodó a su espalda. Estaba a punto de quedarse dormido cuando se dio cuenta, con una sacudida de pánico, que su espalda estaba cálida.
Cálida.
Teito abrió los ojos y apartó la mano que estaba deslizándose sobre su cadera "¡Quién…!"
Un suspiro cansado "Relájate, mocoso. Soy yo"
Oh. Frau. Teito volvió a alzar su pie del suelo, donde sus pies desnudos apenas habían tocado la fría piedra.
Volvió a acomodarse en el cálido centro de la cama donde Frau estaba a su lado, con la cabeza alzada sobre un codo.
"Te mueves rápido para una persona que acaba de despertar" bromeó el obispo, con los blancos dientes brillantes a suave luz de la luna.
"Cállate" murmuró Teito, y dejó salir un amplio bostezo antes de acomodarse en la cálida extensión del pecho desnudo de Frau. La repentina descarga de adrenalina había pasado, dejando a Teito agotado una vez más. Era demasiado fácil quedarse dormido justo ahí y ahora.
Sumergiéndose en la calidez por el baño que se había dado Frau.
Envuelto en sus fuertes brazos.
Bueno, lo último podría haberlo hecho sin lo anterior.
Teito abrió los ojos y le dedicó a Frau una expresión medio irritada "Al menos podrías secarte el pelo antes de acostarte, ¿no?"
El rostro de Frau estaba relajado como si durmiese, pero su respuesta fue más clara que el somnoliento reproche de Teito "No quiero malgastar el calor. No te quejes, maldito mocoso. Casi me escaldé la piel al bañarme hoy"
"No es que puedas hacerte daño, de todos modos" replicó Teito como reflejó, y sintió entonces una punzada de arrepentimiento. Eso era un golpe bajo.
Se acurrucó más cerca para que un lado de su cara descansase contra el pequeño desnudo de Frau (debía de haber usado agua hirviendo de verdad para que su piel estuviese tan caliente) y dijo en disculpa "Gracias"
Los dedos se sumergieron en su oscuro cabello, acercándolo más.
"Ni lo menciones"
A la mañana siguiente, cuando las tres hermanas le preguntaron a Teito si había estado demasiado incómodo la noche anterior con el calentador roto, el chico sonrió ampliamente y les dijo que no se había dado cuenta de nada.
