Disclaimer: Claro, si a mi me pertenece Prince of Tennis el cielo es de color verde. No me pertence, aunque quisiera, es propiedad de Konomi Takeshi y va a seguir siéndolo salvo que quiera regalarmelo. Entonces todas tendremos mucho más RyoSaku.
Buenas, Buenas.
( todos nos estamos preguntando lo mismo...qué demonios hago en FF si mañana rindo matemática que es la última materia de mi secundario. Buena pregunta...nadie la sabe.)
Leer:La verdad es que hace una semana fue la entrega de diplomas en mi escuela, el fin de una etapa que duró desde salita de cuatro años en el jardín de infantes, pasando por los 7 años de primaria y completando los 5 de secundaria. Sólo sé que estando ahí se me ocurrió esta idea (no quiero saber nada con eso de que no estaba prestando atención a la Misa porque es mentira...mi imaginación...sólo voló, no malinterpreten ¬¬).
Sólo necesité hacer esto para expresar de cierta manera, cosas que comprendí en ese instante. Me pasó algo muy parecido a lo que le va a pasar a Sakuno, me di cuenta (y no crean que estoy enamorada de Ryoma-Kun, bueno..no mucho más de lo que ya saben) que habría personas que no volvería a ver...personas que SI quiero tenerlas a mi lado. Es un miedo por el que creo, que todos pasamos.
Y de eso, y una misa muuuuy aburrida, con un cura que realmente no sabía de que estaba hablando...surgió esto:
Ah...la graduación.
Momento importante en la vida de las personas.
Ese instante en el que comprendes que se acabó tu infancia, se acabaron los trabajos que entregar para el día siguiente de los cuales te acuerdas, obviamente, la noche anterior. Se acabaron los profesores molestos que gritan tu apellido con saña para despertarte cuando te quedas adormilando frente a la ventana.
Por supuesto...se acabaron esas anécdotas.
Hasta que vuelva a comenzar el ciclo lectivo y tú te veas en la obligación de acudir a la universidad.
Sí, la vida es cruel.
Sí, ya sabemos como te sientes. O puedes imaginarlo.
Sakuno Ryuzaki, sentía todos y cada una de esas emociones.
Era su graduación, tendría que recordarla por siempre.
No es que se hallara muy cómoda con esos zapatos de tacón y ese vestido tan elegante, nunca le gustó llamar la atención, pero no podía ser menos en una noche como esta. Hasta los titulares de aquel mítico equipo habían venido todos muy bien vestidos.
Sonrió cuando su mirada se cruzó con Eiji quejándose de al parecer, su corbata con su pareja en dobles, Oishi.
Momo, que se había graduado el año anterior charlaba animadamente con Kawamura.
Sakuno volvió a sonreír. Era una noche especial. Una noche única.
Y sumamente deprimente.
Por lo menos para ella.
Y no es que ella no estuviese preparada al cambio escuela-universidad y la asustaran las nuevas metas de la vida, y todas esas cosas a las que uno reacciona cuando ya no hay vuelta atrás.
No, Sakuno odiaba la noche de su graduación por el simple hecho de ser la última noche.
La noche del adiós definitivo, un adiós que ni siquiera podría entregar en persona. Y es que por más que sonara ilógico, por más de haber compartido con él una parte importante de su vida, no podría acercarse y decirle: Ey! Ryoma, espero que nos sigamos viendo!
No, la cosa no era tan sencilla. Claro que no ¿Qué haría él? Seguramente la miraría con esa mirada tan suya, indiferente como diciéndole ¿De qué rayos hablas?
Oh por Kami! Extrañaría esa mirada...y su voz! Cómo extrañaría su voz que parecía diseñada para emitir monosílabos nada más...pero...seguía siendo la voz más maravillosa que ella jamás escucharía.
Y ahora, después de esa noche...nada.
No podía ser tan ilusa como para creer que se volverían a ver, cuando era más que obvio que su vida estaría muy separada de la de él. Y es que si sus caminos no se cruzaron en todo estos años cuando se veían todos los días, no lo iban a hacer ahora que no sólo no se verían si no que perderían todo tipo de contacto, si es que alguna vez tuvieron uno.
¿Para qué te muestran cosas que no puedes tener?
Es como cuando ves el mejor pastel del mundo decorado con frutillas sobre una capa de chocolate espeso que parece estar llamándote sobre la mesa en el cumpleaños de tu tía, y cuando estás listo para tirártele encima, literalmente, flexionando la rodillas con la inclinación correcta y apartando el cabello de tu rostro para que no estorbe, cuando ya sientes el sabor en tu boca...
Llega tu madre y dice que en realidad ese pastel es para que se lo lleve como obsequio el tío del primo de la cuñada de la hermana de la novia de tu primo Umi.
Entonces¿Para qué demonios te lo muestran? Sólo para que lo desees, lo quieras, y luego comprendas que no lo puedes tener.
Eso mismo le había pasado con Ryoma.
Se lo habían mostrado, había aprendido a desearlo, y de pronto lo sacaban de su vista, sabiendo que jamás volvería a verlo.
Y lo peor de todo es que no podía culpar a nadie...si no a quién. ¿a la vida?
No, era estúpido, y sumamente infantil. ¿Para qué?
Lo mejor era disfrutar de lo que quedaba de la noche.
Disfrutar...
Momo Sempai dice: Oye, quieres ir a comer hamburguesas? Por qué me estás mirando así? Ah! cierto...perdón...estoy aquí para rogarles que le dejen reviews a Lita Chan! Has algo, tu deja review y después arreglamos para las hamburguesas! y tú qué me miras serpiente? quieres peleaar? (Momo Sempai ha salido corriendo)
Sí, ya sé que les debe de haber parecido poco, pero no desesperen...porque tengo mucho más escrito. Es sólo que si no lo separaba no se iba a entender nada de nada. En teoría son dos chaps más un epílogo.
Así que ustedes dejan review, yo actualizo.
Pero no los estoy amenzando.
De verdad, muchas gracias por tomarse el tiempo de leer, es importante saber que a veces hago algo bueno.
Dedicado a varias personas: a aquellas que me acompañaron en este camino escolar. A Carlita Chan, por ser una AMIGA incondicional, a la que amo y verdaderamente quise que estuviese conmigo el jueves y quisás a alguien más pero de seguro me olvido.
Gracias!
Lita Black,Ohhh Ryoma, llegaste a mi vida con una raqueeetaaaa.
