Notas: leves spoilers para el tomo 11 del manga (episodio 32 del anime). Este fanfic tendría más sentido si se tiene conocimiento de lo que ocurre en el capítulo 201 del manga (pero en realidad no hay spoilers y no es necesario saber lo que pasa allí).
¡Las reviews me hacen muy feliz!
Blancanieves
Rukia siempre amó la nieve.
Para los habitantes de Inuzuri el invierno era sinónimo de infierno. Y eso era entendible pues las vestimentas allí eran escasas y lo último que las viviendas podían ser llamadas era "acogedoras". Pero Rukia amaba la nieve aún cuando Renji y los demás se quejaran a cada instante y desearan que el invierno terminase.
Durante el día a Rukia le gustaba hacer conejos de nieve y dibujar en sus rostros distintas expresiones. En una ocasión llegó a hacer veinte conejos, cada uno con un rostro diferente al otro. Esa noche todos los conejos habían sido enterrados bajo la nieve a causa de una tormenta.
Durante la noche Rukia permanecía despierta hasta altas horas con sus huesos congelados y su estómago vacío. Pero en vez de odiar el invierno ella pensaba que era hermoso, silencioso, tranquilo e imponente. Rukia había visto muchas personas morir en Inuzuri y la mayoría de las veces las muertes habían sido a causa de peleas o simplemente una persona matando a la otra. Rukia entonces asociaba la muerte con sangre y gritos. Pero si alguien muriese de frío esa muerte sería silenciosa y limpia.
Cerca de la medianoche Renji se sentaba a su lado diciendo que no conseguía conciliar el sueño. Rukia sabía que él había estado durmiendo pero no decía nada cuando él colocaba su manta sobre los hombros de los dos y permanecía a su lado hasta que finalmente, no mucho después, ella iba a acostarse. Y Rukia pensaba, justo antes de dormir, que si algún día ella tuviese que matar a alguien, le gustaría hacerlo con frío porque así podría pensar que la persona solo estaba durmiendo.
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La primera vez que vio a Byakuya no pudo evitar pensar en nieve. Él tenía un aura tan fría y majestuosa que Rukia se sentía tan inmóvil como en las noches de invierno. Pero a la vez había una tranquilidad y belleza en esa blancura que la atraía, y Rukia pensaba que así debía sentirse un devoto: adorando a un dios que a la vez temía.
Por ello Rukia nunca se acercaba mucho al hombre que ahora era su hermano, porque ella podía soportar el frío pero le atemorizaba congelarse. Y así ella lo observaba desde la distancia aún cuando él se encontraba a su lado.
Rukia no sabía mucho de Byakuya pero una de las pocas cosas que había aprendido era que al hombre le gustaba caminar entre los árboles de cerezo. A veces ella lo miraba desde lejos y era extraño que ese escenario encajara tan bien.
Había algo de deprimente y hermoso en observar los pétalos rosas cayendo alrededor de él, y Rukia no podía evitar pensar que era invierno y primavera a la vez.
oOoOo
La primera pelea real de Rukia como Shinigami con alguien que no fuera un Hollow fue en invierno.
Un hombre robusto y desaseado de la Undécima División la había atacado estando ebrio. Luego Rukia se enteró que el alcohol hacía que el hombre se sintiera sediento de sangre.
Estaba nevando y ella se encontraba sola. La silenciosa caída de los copos de nieve fue interrumpida por una ronca voz masculina y el característico sonido de una espada en movimiento.
Rukia trató de defenderse por unos minutos hasta que la pelea fue detenida por el Capitán Ukitake. Sin embargo, para ese entonces, ella había infligido una herida en su oponente.
Ella observó la sangre volviendo la nieve roja y la nieve volviendo la sangre blanca. El nuevo color formado hizo que recordara las flores de cerezo y por un instante ella olvidó si era invierno o primavera.
Rukia cayó de rodillas y sintió que el tiempo se detenía y que lo único que podía oír era el viento. Y, como en invierno, todo era hermoso, silencioso e imponente. Pero, a diferencia del invierno, Rukia no sintió tranquilidad alguna.
