Chistes:
Manu el periodista (Historia a base del chiste de bombo Fica; El viejo del campo):
A Chile le dio por hacerse de periodista, por lo que partió primero para Europa y su primera parada fue a la casa de dos hermanos germánicos; Como Alemania no estaba en casa, y el prusiano si, decidió hacerle las preguntas a él.
Hola Prusia tanto tiempo, ¿cómo te trata la vida?, dijo Manuel, para hacer conversación antes de entrevistarlo.
Bien aquí el asombroso yo descansa de trabajar mientras West sigue viendo lo de la crisis de los no asombrosos de la unión europea; Y que te trae por aquí Chile, dijo el peliblanco.
Me las estoy dando de entrevistador, ¿te puedo hacer unas preguntas?, dijo el castaño.
Kesesese, claro que puedes preguntarle a mi asombrosa persona; Pregunta lo que quieras, dice el germano, mientras adopta una pose pensativa, (los dedo índice y pulgar de la mano derecha puestos en la cara, uno en la frente y el otro en el mentón, y a su vez, tenía los ojos cerrados).
Empecemos, primera pregunta; ¿Tienes alguna anécdota buena que te haya pasado por aquí?, le dijo Manu, de forma seria
Mmmm, así, tengo una historia divertida, decía Prusia con tono burlón. Una vez por los Alpes, se perdió una oveja, esta estaba al cuidado de la hermanita de Schweiz, la pobre estaba desperada, y como no quería molestarlo, acudió a la ayuda de mi asombrosa persona. Y yo como le iba decir que no, así que con mi grupo de amigos decidimos ayudarla, pero no íbamos a ir sin alcohol, ya que como sabrás, hay hace frió y nieve por el invierno así que llevamos vino y cerveza. La buscamos y busca vamos, mientras tomábamos, hasta que por fin la encontramos, como a las 3 de la mañana. Y como esta vamos tan contentos y ebrios que entre los tres tuvimos sexo con la oveja por harto rato antes de entregarla a sus dueños.
Manu, tenia los ojos como plato mientras escuchaba la ultima parte, mientras pensaba: shesumaire pobre oveja. ¿Y no tienes alguna otra?, le pregunta algo sonrojado y acalorado por lo que le había recién contado el germano.
Kesesese, claro que tengo otra, y mejor que la que te acabo de contar. Una vez se perdió Österreich, también por los alpes, esta vez, de mala gana fue Ungarn la que nos pidió ayuda. Salimos igual que con lo de la oveja, cargados con alcohol, le estuvimos buscando como hasta las 3 de la mañana y como lo encontramos sano, de pura alegría que entre los tres le dimos hasta que nos cansamos, y se lo entregamos a Elizabeta.
Por la cresta Prusia yo estaba esperando algo mas para toda la familia no r-18, haber, ¿no tienes una historia triste por casualidad?, dijo el chileno algo molesto por las historias pervertidas del prusiano, mientras pensaba juntarse mucho con Francia hace mal.
El peliblanco, pensó, y pensó, hasta que recordó algo amargo, lo que lo hizo poner una mueca de disgusto; Si, tengo una historia triste, una vez yo me perdí en los Alpes.
