Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Jo Rowling y nunca me perteneceran.
Bueno, este fic tiene un propósito. Es en respuesta a un reto (si, otro). Para aquellos que quieran saber, fue puesto en Writing Challenges, tema Here's a though one. Involes Snape sugerido por Eraina. El reto era "Escribe una historia en don de Severus se convierta en hombre lobo, para variar".
Lo escribí originalmente en inglés ya que así era pedido. Lo estoy traduciendo ahora para todos los de habla hispana y para aquellos que les da mucha flojera ir a leer fanfics en inglés.
Disfrutenlo.
Exilio
de Uyuki
Capítulo uno. Castigo.
Una noche oscura, algunos días despues de que los mortífagos escaparan de Hogwarts, todos los seguidores de Voldemort se encontraban reunidos en un cementerio, esperando en silencio por su amo y sus futuras órdenes.
Todo se había vuelto caótico desde la muerte del viejo director. Algunos mortífagos estaban excitados de que habían ganado; algunos otros estaban un poco asustados, por lo que podría llegar a pasar; y solo uno de ellos estaba lamentando todo lo ocurrido.
Lord Voldemort lo sabía; de alguna manera, las emociones de esa persona eran perfectamente claras, usualmente sabía lo que sus mortífagos estaban pensando. Menos de diez se las arreglaban para cerrar sus mentes ante él.
Pero ahora, todos estaban lo suficientemente confundidos como para olvidar como proteger sus mentes. Y el traidor resaltaba como la luz en la oscuridad.
Cuando apareció antes sus mortífagos, todos le hicieron una caravana. Sus ojos pasaron lentamente de cara en cara hasta que llegó a la del traidor. Era irónico, tantos años y nunca había sospechado de él. Tenía que admitir que era verdaderamente bueno, muy pocos pasaban tanto tiempo mintiéndole descaradamente sin un castigo.
Sin embargo, aquello no era importante, ya pensaría en una tortura apropiada. No la muerte, sino algo mucho peor.
-mis mortífagos, me complace que todos hayan acudido esta noche. Pensé que sería complicado para algunos de ustedes dadas las circunstancias.
El Señor Tenebroso posó su mirada sobre uno de los mortífagos más jóvenes; su cabello rubio brillaba con la luna, sus ojos grises miraban al piso, su cuerpo temblaba.
-¿Porque te estremeces Draco¿temes a lo que pueda hacerte por no llevar a cabo la misión que te encargué¿temes que te mate?
El chico no dijo ni una palabra; pero en su mente, las suplicas para salvar su vida y la de su familia eran tan constantes que Lord Voldemort sabía que tenía razón.
-acabaré con esos pensamientos por ti.- el Señor Tenebroso tomó su varita y la apuntó directamente al pecho del chico.- Avada…
-¡espere!
Todos los mortífagos dejaron de respirar por unos momentos mientras observaban a aquél que había hablado. ¿Acaso se había vuelto loco? Nadie se había atrevido a detener al Señor Tenebroso cuando decidía matar a alguien.
-¿Qué es lo que dijiste…- Lord Voldemort se volteó hacia otra figura, una con negro cabello grasiento.- …Severus Snape?
-yo… solo creo que no debería de matarlo aún.
-¿Aún¿y quién eres para decirme eso? No recuerdo haberte dicho que llevaras a cabo la misión del chico, y sin embargo lo hiciste; bastante admirable debo admitir, pero esa no es una excusa válida para no matar a un chico completamente inútil.
Draco estaba todavía más tenso, su vida pendía de un hilo muy fino y no había nada que pudiera hacer para salvarse… y probablemente Snape tampoco lo lograría.
-dame una buena razón para no acabar con su miserable vida.- dijo el Señor Tenebroso bajando su varita.- y tal vez lo haga.
-bueno, su padre aún le es leal, así como su madre, y el chico podría hacer alguna otra cosa. Se que quería que asesinara a Dumbledore… pero es solo un chico estúpido, no puede hacer algo como eso, ni siquiera puede llevar a cabo el hechizo. Aún así, podría ser capaz de regresar a Hogwarts, puede mentir y es bueno en ello. Los profesores le creerán si dice que había sido forzado. Tendría alguien cerca de Potter en todo momento.
Lord Voldemort pareció considerar la idea por unos momentos. En general no era una mala excusa; y, si en verdad el chico podía volver a Hogwarts, al menos no habría perdido a todos sus espías dentro de la escuela.
Porque el Señor Tenebroso sabía mas que bien que Severus jamás podría volver después de lo ocurrido en la torre. Los profesores no lo querrían cerca. Incluso él mismo no lo quería.
Era un traidor.
Para ambos lados.
-muy bien, si se las arregla para regresar lo dejaré vivir.- Lord Voldemort volvió a mirar a Draco, y con su varita obligó al chico a alzar el rostro.- pero si no lo hacer, te mataré.
Draco asintió y comenzó a respirar con más tranquilidad.
-ahora, Severus, no debiste haber matado a ese viejo sin mi permiso, algunos de mis mortífagos dicen que no estabas muy contento de hacerlo, no que eso me importe por supuesto. Pero no quiero volver a oír que actúas como te da la gana. Pueden retirarse. Tengo que pensar en nuestro siguiente movimiento.
Los mortífagos volvieron a hacer una caravana y empezaron a desaparecer en la oscuridad de la noche. Lord Voldemort le pidió a Fenrir Greyback que se quedara unos momentos más, tenía una misión muy especial para él y deseaba discutirlo en privado.
Cuando Severus puso cierta distancia de por medio, se permitió un pequeño escalofrió. Esta vez había sentido que el Señor Tenebroso leía sus pensamientos con mucho detalle, había estado tan confundido que o había podido cerrar su mente como en otras ocasiones.
Y sabía mejor que nadie que un error como esos podría costarle la vida.
-o0o-
Para cuando todos los mortífagos habían desaparecido del cementerio, Lord Voldemort se aproximó hacia el hombre lobo lentamente; estaba un poco pálido, y lucía bastante cansado. El Señor Tenebroso sabía que eso se debía a la luna, misma que ya casi estaba llena. Solo unos cuantos días más y sería un perfecto círculo grisáceo en el cielo, y Fenrir se volvería salvaje.
No podía ser más perfecto para sus planes.
-¿Qué es lo que mi amo desea que haga?- preguntó el hombre lobo silenciosamente.
-sé que Severus es un traidor.- dijo Lord Voldemort mientras miraba al hombre lobo.- pero por alguna razón, la muerte no parece un castigo apropiado para él, dejaría de sufrir y quiero que viva con culpa por lo que hizo. Espera a que la luna se llene, y en tu lujuria por sangre muérdelo. Asegúrate de que su vida como humano termine. Conviértelo en un hombre lobo.
Fenrir sonrió gustoso, su lengua repasando el contorno de sus labios, saboreando la sangre. Había pasado un largo tiempo desde que había mordido a alguien con toda la intención de maldecirlos como él lo estaba.
Aún recordaba a aquél pequeño niño que había probado una vez, ahora un hombre por supuesto. Había sido tan satisfactorio cuando había gritado tan fuerte.
Ahora era el turno de Severus Snape de gritar como había hecho aquel pequeño niño tantos años atrás.
-o0o-
Su cabeza estaba matándolo.
Habían transcurrido tres días desde la reunión de mortífagos y su Señor aún no había dicho nada más.
Probablemente estaba celebrando su victoria. O planeando matar a Harry durante el verano.
Lo que fuera que su mente estuviera maquinando, ninguno de los mortífagos podría adivinarlo. Era bueno escondiendo secretos, especialmente cuando incluían alguna especie de venzanga.
Aquella noche, Severus no podía conciliar el sueño, constantes pesadillas de lo que había ocurrido seguían asaltando su mente una y otra vez. Aún podía ver la cara de Dumbledore mientras le suplicaba, aún recordaba su boca abriéndose y diciendo aquellas condenadas palabras. Una luz verde. Muerte.
-maldición, jamás conseguiré dormir.- pensó Severus mientras tomaba una larga capa y salía de su casa.
Era una noche de luna llena, pero aquello no la hacía mas brillante. Las calles aún estaban oscuras por lo que no podía ver más allá de un par de metros. Un poco de niebla estaba comenzando a formarse, y solo se había más densa cada vez.
Convencido de que nada le pasaría a la mitad de la noche, Severus caminó a través de calles vacías hasta alcanzar algunos árboles. Se sentó debajo de uno de ellos, escondiéndose del mundo, del Señor Tenebroso y de sus propias pesadillas.
Un par de ojos diabólicos lo observaban desde la distancia, tratando de ser tan silenciosos como podían mientras se acercaban a Severus.
El experto en Pociones cerró sus ojos brevemente, tratando de relajarse dejando que el aire fresco llenara sus pulmones.
Cuando de la nada, algo lo atacó. Ni siquiera le dio tiempo de alcanzar su varita. Una bestia que no podía ver estaba encima de él, arañándolo con saña.
Y entonces, sintió un terrible dolor en su brazo. Le dolía tanto que no pudo evitar soltar un grito, aquella cosa seguro lo había mordido de pura hambre.
Pero la bestia pareció contentarse con solo morderlo, porque después de que grito, aquella cosa peluda lo soltó y corrió hasta desaparecer en la noche.
Severus trató de recuperar su aliento y regresó a su casa tan rápidamente como le fue posible, necesitaba saber que tanto lo habían lastimado.
Para cuando estuvo dentro de su casa, mirandose en un espejo notó que todos los arañazos estaban sangrando profusamente, y que una gran mordida era visible en su brazo derecho. No se veía nada bien, pero se las arregló para limpiarla y curarla evitando una infección.
Jamás pensó que esa mordida sería el fin de su vida tal y como la conocía.
Pues, este es el primer capítulo. Pensé en hacerlo un capítulo único, pero después me di cuenta de que iba a ser demasiado grande para un capítulo único y hacerlo por capítulos era 1) Mas sencillo para desarrollar la historia, 2) Más sencillo para mi de escribir y 3) Más intenso.
Pueden esperar una segunda y tercera parte (con suerte, terminaré en tres partes).
Eraina, muchas gracias por este fantástico reto. Sé que te ha gustado porque ya lo leíste en inglés. Espero que a todos ustedes que han llegado hasta aquí también les este gustando. Que a final de cuentas, los fanfics son para divertirse.
