Disclaimer: Aunque no lo crean, Naruto y sus personajes no me pertenecen. ¡En serio! Son propiedad de Masashi Kishimoto-sama y hago esto sin fines de lucro y bla-bla-bla.
Atención: Los primeros tres capítulos de este fic están, editados y vueltos a subir. Si ya los leíste, muchas gracias y aquí están escritos como Dios manda, gracias a mis dos betas Gime y Nande-chan, que me tienen que soportar y para colmo a mis locuras. Gracias a ellas vuelvo a subir los capítulos, y bien escritos. :)
Aquí regreso con un fic nuevo. (:
Aclaraciones: Es un fic que va a ser medio raro, es universo alterno, SasuNaruSasu... (en conclusión cien por ciento SUKE), y los capítulos van a ser SIN orden cronológico, seguramente yo se los haré saber para que lo entiendan. Los capítulos no mantendran la misma longitud, hay algunos que pueden llegar a tener mil palabras y otros tendrán cien, pero eso es porque están divididos por fechas.
Es mi primer fic largo que publico, pero me encanta. Va a ser raro y puede que llegue a tener misterio, drama, humor, romance y bla-bla-bla, por eso la clasificación en general y romance. Dije que es ¿Yaoi?, y ¿Qué va a contener Lemmon? ¿No? Bueno, ya estan advertidos. ¡Ah! Y soy de NO actualizar rápido, no porque no quiera si no porque me cuelgo y capaz que escribo cinco capitulos de una y estoy un mes sin escribir. Voy a tratar de no hacerlo, pero no prometo nada. Nuevamente, ya estan advertidos. Quién lo hace no traiciona.
Creo que explique todo lo que tenía que explicar, si no entienden me lo dicen que no tengo problema. Sin más, el primer capítulo.
Recuerdos
Impresión que se queda en la memoria de un suceso.
I, 21 de octubre del 2008.
Los recuerdos son algo maravilloso.
Es algo rara la sensación que se tiene cuando un recuerdo que creíste olvidado, o incluso, que creíste que nunca habías vivido, te embarga y te muestra cosas. Cosas que no sabes si son tristes o deprimentes, divertidas o graciosas, fantásticas o increíbles. Pero lo que sí sabes muy dentro tuyo es que las recuerdas por algo, porque te hicieron sentir especial, porque marcaron algo muy importante en tu vida, porque te hacen dar cuenta que estuviste vivo y que lo sigues estando, porque ése recuerdo es y será siempre eso… un recuerdo que significa que viviste.
Y Sasuke vivió. Vive y ojalá que siga viviendo por mucho tiempo. Vivió tristezas, despedidas, cenas, encuentros, alegrías, rutinas, fracasos, ocasiones especiales, muertes, desayunos, llantos, éxitos, nacimientos, amores, risas, almuerzos, desamores, existencias.
Se podría decir que Sasuke vivió una vida como tiene que ser, pero estaríamos mintiendo porque él no vivió toda una vida, tan solo tenía unos veinticinco años. Y es raro que alguien tan joven haya pasado por tantas cosas, incluso un anciano de ochenta años no habría vivido todo lo que el joven Sasuke Uchiha había vivido.
Recuerdos. Era lindo volver a verlos en su mente. Ver lo que había hecho bien, y disfrutar de sus logros. Ver lo que había hecho mal y aprender de sus errores. Pero lo que a él le parecía lo más… ¿perfecto?, o mejor dicho, lo que a él más le gustaba era sentir que esos recuerdos se hacían realidad.
Suena extraño, ¿verdad? Uno generalmente escucha algo así como "mis sueños se hicieron realidad", "mis planes se realizaron", "mis expectativas se cumplieron" y todos esos dichos que se suelen escuchar cuando eso que uno esperaba y ansiaba se concreta.
—Sakura —gritó él desde la biblioteca, donde tenía una especie de despacho. Ella estaba en la cocina, o en el comedor, o en la sala, o en… bueno donde seguramente hubiera que ordenar un poco.
—Sasuke-kun, ¡esta casa es un desastre! —escuchó su voz que venía, efectivamente, desde la sala. Se abrió la puerta y una figura femenina, muy hermosa, con el pelo color rosa y unos ojos verdes brillantes y centelleantes, se asomó por la misma—. ¡Por Kami-sama! ¡Sasuke! Esto es una pocilga. ¿Cómo puedes tener la casa en este estado? Sabes muy bien que no puedo venir todos los días a limpiarte la casa por el trabajo en el hospital y no creo que sea conveniente que traigas a una desconocida a limpiarla, dado el hecho de que no sabes con que puedes encontrarte cuando vuelvas del trabajo, pero de verdad creo…
—Sakura cállate —le dijo Sasuke, quien estaba sentado del otro lado de un viejo escritorio, rodeado de libros y papeles; en el piso había bollos de papeles que no le sirvieron o que se convirtieron en estupideces al momento en que las arrugó y las tiró con fuerza, había envoltorios de una que otra golosina y sobre el escritorio había siete tazas de café y tres vasos de whisky sin contar el que él llevaba en la mano. La chimenea, que hace poco habría contenido un pequeño fuego que ardía en su interior, estaba apagada, aunque eso no evitaba las cenizas que se encontraban esparcidas por todo su alrededor. Los sillones que generalmente se encontraban en excelente estado, puesto que nadie los usaba, estaban sucios y con sus almohadones por cualquier lado, llenos de porquerías que quién sabe qué habían sido en su tiempo.
—Te llamé porque necesitaba tu ayuda.
—¡Y vaya que la necesitas! De verás no entiendo qué se te pasaba por la cabeza cuando hiciste toda esta mugre —Sakura corrió una silla que había por ahí para poder recoger una fotografía que se encontraba en el suelo—. Que lindo que estás aquí.
—Deja esa estúpida foto. Sabes que la odio —susurró el pelinegro tomando un sorbo del vaso con la sustancia alcohólica.
—A Itachi-kun le gustaba —le contestó su amiga mirándolo.
—¿Y…?
—¡Vamos Sasuke! Se que estas así por él.
—Sakura, aunque no lo creas no es por Itachi —contestó lentamente Sasuke con gesto de cansancio ¿Cuántas veces habían hablado ya de ese tema?—. Lo extraño, obviamente. Pero ya han pasado nueve meses y he podido afrontar el hecho de que no volverá jamás. Por otro lado, la que todavía no puede hacerse a la idea de que se fue para siempre, eres tú… ¿O me equivoco?
—Sasuke, yo…
—Deja, no tienes que darme explicaciones Sakura. Sé que lo amabas y fue muy especial para ti —le dijo Sasuke tomando otro sorbo.
—No más que tú —le contestó ella mirando para otro lado.
—Sakura… fue hace más de diez años. ¿No me digas que sigues…?
¡Claro que no! Es sólo que eres especial para mí, Sasuke-kun; y no estoy hablando del hecho de que hayamos estado enamorados y todo eso… sino del hecho de que siempre permanecimos juntos, uno al lado del otro —Sakura levantó su mirada que brillaba intensamente porque unas lágrimas se juntaban en sus ojos—. Tú eres como mi hermano Sasuke.
—Tú también eres como mi hermana, Sakura —le contestó el mirándola. Ella sonrió y él formó una pequeña e imperceptible sonrisa, algo que según decían, era pedir demasiado en Sasuke Uchiha.
Un silencio para nada incómodo se apoderó de la habitación en que ellos se encontraban. Estuvieron así unos diez o quince minutos, quién sabe.
Sakura siguió acomodando un poco desde donde estaba parada mientras pensaba por cuantas cosas habían pasado, mientras pensaba que Itachi estaba en un lugar mejor y que ella tenía que sentirse feliz por el sólo hecho de haber podido sentir lo que era ser amada por Itachi Uchiha.
—Lo vi —dijo Sasuke colocando el vaso sobre el escritorio.
—¿A quién? —preguntó Sakura ensimismada en un papel que había recogido, allí había tan solo un número de teléfono.
—A él —contestó mirando la chimenea sin ver nada en realidad.
—¿Y quién rayos es él? —preguntó Sakura levantado la mirada, cuando vio la expresión de Sasuke no fue necesario que él le contestara. Sus ojos sombríos demostraban una melancolía a tiempos anteriores, cuando eran chicos, pequeños mocosos corriendo y jugando por las calles a ser ninjas y ese estilo de cosas.
Los papeles y la fotografía que tenía Sakura en la mano cayeron al suelo. Ésa era la razón por la cual Sasuke estaba así, por culpa de él Sasuke se encontraba en ese estado de… despreocupación hacia todo lo que tenía a su alrededor. Sakura se sentó lentamente en la silla que estaba en frente del escritorio para no caerse mientras una de sus manos reposaba en su cabeza.
—¿Cuándo lo viste? —Le preguntó su amiga—. Por favor necesito algo fuerte —le rogó a Sasuke indicado su vaso.
—Hace una semana, más o menos —Sasuke se paró y fue a buscar otro vaso para servir un poco más de whisky—. Estaba saliendo del trabajo, cuando me encontré con Neji que viajaba para Kyoto, entonces decidí acompañarlo hasta la estación. Y por allí cerca lo vi.
Sasuke se sentó y le alcanzó la bebida a Sakura; quien dio un gran trago sin respirar, como tratando de asimilar esa verdad de una vez por todas. Él en cambio, no volvió a servirse o a agarrar su vaso; sino que fijó su mirada en la estantería llena de libros viejos y ya cubiertos de polvo y se puso a pensar en el momento en que lo vio.
TBC.
¿Y? No me van a matar? Miren que me sé defender muy bien.
Si no dejan Reviews, se muere un perrito (Ya estoy cansada que maten a los gatitos, tienen sentimientos tambíen. Pobres gatitos T.T). ¿Sabían? Ah, y a los primeros cinco se les entrega un premio sorpresa. :D
La psicópata enamorada de Jamie-pooh, Naruto-kun, Draquito, Arthur y Brian Kinney, (Sí, míos!)
Carli-chan
