Los pasillos comenzaron a llenarse de ruido, alumnos y alumnas del instituto "World Academy" salían de sus respectivos salones. Hablaban de lo que harían el fin de semana y como les había ido en los exámenes. Alfred fue el primero en salir de su salón y se apresuró hacia la salida. Apenas había llegado a las escaleras del edificio pensando que no tendría que lidiar con el enojo del británico hasta el próximo lunes cuando sintió una mirada llena de enojo a sus espaldas.
-¡Alfred!
Demasiado tarde. Lo había hecho enojar y ahora tendría que sufrir las consecuencias. Aun así, puso una de sus "sonrisas americanas" y volteó a ver a su amigo que estaba rojo de ira.
-¡Artie! What's up dude?
-¡Tú sabes perfectamente que pasa! ¿Cómo es posible que hayas reprobado el examen?
Mientras Alfred pensaba en una excusa para irse de ahí, escucho otra voz que se aproximaba rápidamente hacia Arthur.
-¡Mon petit lapin! No salgas corriendo del salón de esa manera. ¿Qué te parece si olvidas este asunto y terminamos el proyecto que nos falta en mi casa? Estoy seguro de que podemos pasarla mejor, en lugar de estar discutiendo en medio del pasillo.
Este comentario fue suficiente para que Alfred volviera su atención de nuevo hacia el par de rubios. Sí, no quería tener que escuchar el regaño del inglés, pero decidió que a pesar del riesgo, no quería que terminara pasando su tarde con ese francés.
Arthur ignoró al nuevo presente y continuo descargando su furia sobre Alfred.
-¡Después de que estuvimos una semana entera estudiando específicamente para este examen, tú vas y lo repruebas! ¡No sé porque me sorprende! ¡Ojalá le pusieras la misma concentración a la escuela que la que le pones a tus videojuegos!
La semana pasada Alfred había ido diario a la casa de Arthur para que lo ayudara a prepararse para el examen de matemáticas, en el cual sabía que le iría mal. Su amigo había tenido que reunir la poca paciencia que tenía para lograr hacer que se concentrara, ya que siempre que comenzaban a repasar las fórmulas, el americano se distraía diciendo que tenía hambre, o que quería jugar con su consola, o que su serie favorita ya había empezado. Después de varios esfuerzos había logrado que se memorizara todas las fórmulas necesarias y se había sentido muy orgulloso de sí mismo en ese momento, hasta que la maestra había dado las calificaciones.
-¡Pero mi calificación fue aprobatoria!
Arthur intentó calmarse un poco antes de contestar.
-Aprobaste con apenas un poco más sobre el mínimo. Eso para mí es reprobar.
Alfred estaba a punto de contestar cuando el edificio comenzó a sacudirse repentinamente.
Arthur se movió hacia adelante en instinto para agarrar la mano de Alfred, que había sido empujado hacia atrás por una alumna que había pasado corriendo. Pero justo cuando estaba a punto de agarrarlo, otro alumno pasó y esta vez fue él quien fue empujado. De esta manera, solo pudo ver como si estuviera en cámara lenta como Alfred perdía el equilibrio y tropezaba hacia atrás, pisando mal y cayendo por las escaleras.
Por un momento todo pareció congelarse mientras miraba estupefacto como el cuerpo del usualmente alegre estadounidense yacía tirado en el piso. No fue hasta que escucho la voz de Francis que salió de su trance.
-¡Arthur! ¿Me estas escuchando? Tenemos que llevar a Alfred a la enfermería enseguida. Creo que se pegó tan duro que está sangrando.
En ese momento pareció darse cuenta de la mancha roja que se estaba formando debajo de la cabeza de su amigo. Rápidamente siguió a Francis hasta donde estaba Alfred cuando de las bocinas se escuchó un anuncio.
-Les informamos que acabamos de sufrir de un corto terremoto. Todos los heridos favor de reportarse a la enfermería, se les atenderá dependiendo de la gravedad de su herida. El resto de los alumnos puede continuar con sus actividades.
Pero Arthur estaba demasiado concentrado en tratar de no preocuparse demasiado por el hecho de que ahora Alfred estaba sangrando tanto que estaba manchando su propia camiseta y la de Francis (que había insistido en cargar la parte de arriba por ser la más pesada).
-Solo espero que no le pase nada grave...
Alfred despertó en la enfermería del hospital con el dolor en la cabeza todavía presente y punzante. Se llevó la mano a la parte de atrás sintiendo en seguida una venda en donde suponía que se había golpeado al caer. Miró a su alrededor y sólo entonces se dio cuenta de la presencia del par de rubios y de la enfermera, quien comenzó a hablarle en un tono delicado.
-Veo que ya despertaste. ¿Cómo te sientes?
El antes mencionado levantó su pulgar y habló con una voz un poco más emocionada de lo que se esperaría de alguien que acaba de despertar de una experiencia como aquella.
-¡Me siento en perfecto estado! Después de todo el héroe no puede dejarse afectar con algo tan pequeño como esto.
Cuando termino de hablar pudo oír como otro de los presentes soltaba un sonoro suspiro. Es curioso, por un momento pensó que lo había visto con una cara de preocupación, pero unos segundos después puso una cara totalmente diferente y lo miro como si mirara a un cachorro que acaba de romper algo.
-Bloody Hell Alfred! Casi haces que me dé un paro cardíaco. ¿Qué es eso de dejarse empujar POR LAS ESCALERAS por alguien con menor fuerza que tú? Deberías estar agradecido de que Francis y yo estuviéramos ahí para cargar tú pesado cuerpo inconsciente hasta la enfermería.
-Oui. Y eso sin contar que me manchaste una de mis camisas favoritas de la sangre que estaba saliendo de tu herida antes de que te la vendaran. Tuvimos que regresar a mi casa después de un rato para cambiarme.
Espera, si tuvieron tiempo de irse y regresar a la escuela, entonces...
-Disculpe enfermera, ¿me podría decir cuánto tiempo llevo dormido?
Antes de que pudiera responder, Arthur decidió volver a hablar.
-Dormiste cuatro horas. Y no creas que porque tuviste un pequeño accidente te vas a librar de las consecuencias por el resultado de tu examen.
-Cher, no creo que debas estar molestando a Alfred con eso en estos momentos.
-¡No me llames así! Y no me estés tratando de sermonear ahora por lo que debo y no debo hacer, soy perfectamente capaz de darme cuenta que ese idiota está lo suficientemente bien como para escuchar unas cuantas cosas que...
-Ehm... lamento interrumpir su plática pero... ¿quién eres?
Por un momento el británico se quedó con una expresión en blanco, para luego poner una cara que intentaba no exponer su preocupación.
-¿Q-Qué estás diciendo? ¿Crees que voy a caer en una de tus bromas esta vez? Déjame decirte que no podrás engañarme para que olvide el asunto de tu calificación.
-Arthur, no creo que esté mintiendo. Se golpeó muy fuerte en la cabeza y puede que eso haya dañado un poco su cerebro.
-Tiene razón.-Todos voltearon a ver a la enfermera, que se había acercado lentamente a Alfred.-No me sorprendería que el golpe le haya causado una especie de amnesia temporal con respecto a ciertos aspectos o personas.
Arthur miró perplejo a la enfermera y luego a Alfred, que ahora lo veía con un poco de curiosidad. No sabía que decir, si esto realmente no era una broma y realmente no lo recordaba, ¿cómo se iba a presentar con él? Antes de llegar a una conclusión vio como Francis daba un paso al frente con intenciones de responder a lo que él no podía... si, tal vez sería bueno confiar en él por una vez...
-Alfred, él es Arthur, y es tu novio.
Si... definitivamente eso fue mejor de lo que él hubiera podido... ¡¿Espera, qué?!
Bueno, tenía esto guardado desde hace tiempo, y no sé si lo vaya a continuar. Pero bueno, que creen que podría hacer nuestro pobre Arthur en esta situación?
Oh, y ando buscando Beta Reader, me ayudaría mucho a publicar más historias.
