Después de la insistencia de mi perturbada conciencia, tuve que sacar de mi cabeza este…amm, lo que sea,solo puedo decir que tumblr es el diablo y solo da ideas incompletas (Y por eso son drabbles)

Angel!Dean, Hunter!Cas

Porque vamos, el mundo necesita más de esto.

Los humanos son tan complicados y los ángeles son aun peor

Este es mi Salvador

-Soy un ángel del señor.- Dijo extendiendo sus alas. El cazador no tenía ni idea de que decir, sin embargo eso no evito que salieran palabras de su boca.

-Y tu nombre es Dean.- Dijo, pues en realidad parecía un nombre ridículo para un ángel.

-No todos los ángeles podemos tener nombres como… Castiel.-bufo visiblemente molesto mientras se cruzaba de brazos, dando la impresión de que no era la primera vez que alguien hacia un comentario en referencia a su nombre.

-Mis padres eran unos fanáticos religiosos.- Dijo el cazador.- Me llamaron así en honor al ángel del jueves. Supongo que nunca pensaron que encontraría con un autentico ángel, aunque aun no creo que seas un autentico ángel.

-Es el cuerpo cierto, lo sé, es demasiado hasta para un ángel .- contesto acercándose a él, sonriendo mostrando sus dientes blancos.

-¿Qué clase de ángel eres?- pregunto confundido, sin ser consciente de cómo ladeaba la cabeza.

-El único en su clase.- rio.- y el que te saco del infierno.

-Tengo una marca en mi hombro.- Dijo el pelinegro de pronto, sacándose la chamarra para mostrarle.-tú la hiciste.

-Si, lo sé, alégrate de que fue en el hombro y no en otra parte.- Castiel se giro para verlo. Acaso… ¿Acababa de decir lo que creía que acababa de decir?

-¿Por ejemplo?- Pregunto

-Aquí.- Dijo colocando su mano sobre su rodilla,- o aquí.- dijo subiéndola por el muslo del cazador.

-Okey.- casi grita el cazador de pronto, levantándose sin poder soportarlo más.

- Tks, nenita llorona.- Castiel se volvió para verlo pero ya se había ido, tan solo alcanzo a escuchar el aleteo.

Qué demonios acababa de pasar, para qué demonios lo había sacado del infierno. Además, que ángel mas extraño le había tocado, lo hacía sentir que era más humano que el.