Una tarde cualquiera, en las afueras de Happy tree town, un pequeño grupo de estudiantes realizaban una recolección de plantas para su clase. Sniffles, siendo el experto en la materia, ofreció ayuda a sus amigos en dedicarle más tiempo a la búsqueda, mientras los demás se retiraban a descansar. Sus compañeros aceptaron debido al sol que se ocultaba, pero esto no era ningún impedimento para la ciencia.
Tanta fue la fascinación del pequeño peli celeste que no se percató de la hora, todo el cielo estaba completamente oscuro, lo único que lo protegía era la brillante luna…
-¡maldición!- exclamo colérico- ¿ahora por dónde salgo?-
Se sentía perdido, no sabía hacia dónde avanzar con tremenda oscuridad. Cuidaba sus pasos para no tropezar. Después de unos pasos, pudo distinguir una pequeña cabaña en medio del bosque; pensó que sería buena idea entrar y pedir resguardo esa noche hasta el amanecer
- espero que los dueños acepten darme hospedaje-
El estudiante se acercó a la cabaña, tocó la puerta unas cuantas veces, pero nadie parecía estar dentro
- creo que no hay nadie en casa-
Al ver que nadie se encontraba por el momento, se atrevió a dar los primeros pasos hacia dentro. La cabaña parecía haber cambiado de tamaño, no aparentaba ser tan grande como se podía ver desde afuera. Había muchas puertas y un largo y tenebroso pasillo
-¿pero…qué es este lugar?-
Mientras buscaba una habitación atravesando el pasillo a oscuras, notó que en las paredes de la morada había extrañas pinturas de personas de aspecto siniestro
-¡jah, estas obras se parecen al "grito" de edvard munch!- dijo muy exaltado
Al pasar delante de estas parecían seguirlo con la mirada provocándole un escalofrío que casi le impedía moverse. Tras caminar por todo el corredor llego a una habitación no tan amueblada pero cómoda para descansar
-espero que los dueños no se enojen si duermo aquí- dicho esto, el pequeño genio cerro sus ojos, aunque su mente se mantenía alerta por si las dudas, más sabiendo el tipo de gustos de los habitantes de la casa por esas pinturas tan grotescas.
Amaneció, los rayos del sol alumbraron la habitación dando la señal al estudiante de evacuar la casa. Se levantó de la cama y bajo directo al pasillo, el cual lo conducía a la salida pero también a esas horrendas pinturas
-las veré una vez más, no lo sé pero parecen muy fascinantes- camino con toda la normalidad que tenía, el día era un buen aliado para las confusiones que uno ve en las noches. Cuando llego al lugar donde se encontraban los cuadros, Sniffles dejó caer su mochila lleno de plantas mientras sus anteojos se deslizaban con lentitud por su rostro completamente pálido...
En las paredes no había ningún cuadro… tan sólo ventanas...
