.


.

Genero: (Romance, Drama)

.

Clasificación: (+18)

.

Advertencias: (Incesto, Lemon, Lime, Lenguaje obsceno, etc.)

.

Diclaimer: Naruto y sus personajes NO me pertenece

.

Nota: Esta historia es completa y absolutamente MIA, y no es permitido tomarla sin mi autorización

.

Resumen: Sasuke supo en ese instante su tortura iniciaría, pero ahora mas atormentadora que antes, porque Sakura ya no tenia diez años, ahora tenia dieciocho, y ya no era una chiquilla en pleno desarrollo, ahora era una mujer con atributos gloriosos. "Mierda.- pensó, su sobrina estaba jodidamente buena"

.


.

Kan o kinji rarete

(Sentimiento prohibido)

.


.

*Capítulo 1*

.


"Pasiones Secretas"


.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

El llanto de una pequeña se escuchaba por toda la casa en delicados y suaves sollozos, la persona a su lado, trataba de convencerla de detener las lágrimas y hacer las cosas como eran correctas, consiguiendo únicamente una negativa.

-Pero no, no quero.- musito la niña entre gimoteos mientras se restregaba los ojitos humedos

-Vamos Sakura-chan… no puedes andar sin short.- le dijo la nana, Shizune Kitsumoto acariciándole la larga y abundante melena rosa con delicadeza, buscando calmarla.

-Pero no quero.- se quejo la pequeña berrinchudamente.

-Ya dije que no te lo quitaras.- sentencio la mujer ya cansada de la protesta de la niña. Sakura empezó a llorar con mas fuerza, al comprender que Shizune no desistiría, ella no quería andar mucha ropa, le incomodaba muchísimo y hacia calor.

-¿Que sucede?- se escucho una voz seria por el pasillo y un segundo después Sasuke Uchiha se adentro a la habitación. Sakura lo miro con sus ojitos llorosos antes de levantarse de la cama y correr hacia él.

-Sasu-kun.- gimoteó abrazándole por una pierna. El niño de cabello y ojos negros bajo la mirada hacia la mata de pelo rosa y luego la levanto hacia Shizune preguntándole en silencio lo que sucedía.

-Sakura-chan insiste en quitarse el short y le he dicho que no puede andar solo en camisa por la casa.

-Hace calor.- fue la excusa de la pequeña con voz quebrada, aferrándose solo un poco más a la pierna del moreno.

-Sakura.- la llamo Sasuke, la pelirrosa levanto la mirada hacia él, observándolo con sus grandes y vidriosos ojos jade

-Sasu-kun… no quero el short.- se quejó ella haciendo un adorable mohín. Sasuke suspiro antes de agacharse a su altura y mirarla fijamente. La pequeña Sakura parecía una muñequita de porcelana, como las que su hermana tenia en el estante de la sala y jamás le dejaba tocar. Era encantadora e inspiraba extrema ternura, que incluso ablandaba a Sasuke quien era un niño bastante serio.

Sakura, con apenas tres añitos, era bastante inteligente, hablaba de una forma clara y en un tono increíblemente elegante. Era muy bonita, de cabellera rosa, larga y lisa, que le llegaba a la espalda baja, sus ojos era grandes y expresivos, de un vivaz jade, su piel era de un blanco lechosa, muy suave. Era una niña tierna y adorable, pero algunas veces se comportaba algo testaruda y un tanto caprichosa, como en ese momento.

Sasuke suspiro al saber que su pequeña sobrina estaba siendo demasiado mimada, aunque admitía que él mismo hacia eso, pues la consentía en todo, pero en ese momento decidió mostrarse autoritario al tanto de que no podía dejarla andar de aquella manera por todos lados.

-No puedes andar sin short por la casa.- le dijo seriamente a lo que la pequeña Sakura estuvo a punto de replicar, pero él se adelantó inmediatamente-. ¿Acaso ves que Shizune o yo andamos solo en ropa interior?- le pregunto sin cambiar el tono en su voz, Sakura negó con la cabeza.

-Pero… hace calor.- susurro haciendo un puchero, Sasuke suspiro por tercera vez.

-Pues tendrás que aguantarte.- le contestó bruscamente. Los ojitos de Sakura se volvieron a humedecer y llevo rápidamente sus manos a su carita para taparla mientras empezaba a sollozar. Sasuke chasqueo la lengua molestándose consigo mismo al no medir su tono de voz, Sakura era apenas una niña y algunas veces eso parecía olvidársele.

-Deja… deja de llorar.- susurro con voz suave mientras sus mejillas se sonrojaban al no saber exactamente como mostrarse delicado sin sentirse un tonto, pero aquello siempre le era imposible con su pequeña sobrina. Sakura por su parte, ni siquiera parecía haberle escuchado pues empezó a sollozar suavemente lo cual hizo sentir a Sasuke aún peor

-Sakura ya deja de llorar… y te llevare al parque de la esquina ¿si?- le propuso agachándose a su altura, Sakura le observó entre los huecos de sus dedos y finalmente dejó caer las manos aunque sus mejillas se encontraban todas húmedas.

-¿Quieres ir?- le pregunto Sasuke con suavidad acariciándole con torpeza la larga cabellera, Sakura asintió inmediatamente limpiándose con poca elegancia las mejillas, luego le observó a los ojos antes de sonreír abiertamente deslumbrándolo en el proceso. El corazón de Sasuke se acelero al observar el inocente gesto, y le devolvió la sonrisa con algo de torpeza.

La pequeña Sakura suspiro su nombre con alegría antes de tirarse sobre él haciéndolo caer de espaldas, con ella sobre su pecho.

-Sakura… cálmate.- murmuro Sasuke con toda la cara sonrojada. Sakura sin embargo no le presto atención y empezó a reír con felicidad, olvidando completamente el dilema anterior sobre la ropa

Shizune que observaba la escena en silencio y con una sonrisa, decidió darles su espacio y bajó a la planta baja de la casa suspirando con cierta tristeza. La carcajada de Sakura era una melodía alegre, que provocaba ternura en cualquiera, incluso en Sasuke que sin poder evitarlo soltaba risas mal disimuladas. Shizune se dio cuenta, mientras bajaba las escaleras, que aquellos sonidos parecían oírse cómo eco en casa rincón. Un sonido dulce y lleno de felicidad.

-Después de tanto tiempo.- pensó sonriendo con cierta tristeza al recordar el pasado.

No era muy común que Sasuke riera pues de hecho era más bien un niño demasiado apartado y solo. Todo había comenzado varios años atrás, cuando sus padres habían tenido que salir de emergencia fuera del país, por una de las tantas empresas que tenían en el extranjero, Sasuke en aquel entonces tenía apenas siete años y ambos había considerado que era demasiado pequeño para tener que soportar aquel ajetreo, además que no podía faltar a clases, por lo que habían decidido comunicarse con su hija mayor y pedirle a ella de cuidar a su hermano.

Sakumi Haruno, antes Uchiha, no tuvo objeción alguna y acepto inmediatamente, feliz ante la idea de que su pequeño hermanito pudiera estar con ella, la mujer de veintitrés años se encontraba ya casada y vivía una existencia feliz con su esposo, Takeshi Haruno. El viaje no debía prolongarse demasiado y Sasuke, que adoraba mucho a su hermana también se mostró emocionado por pasaron unas cuántas semanas con ella.

Todo se vino abajo en cuestión de horas, parecia un día tranquilo y sakumi habia decidido llevar a Sasuke por un helado, ese día había reído y pasado mucho tiempo de calidad, por lo que menos esperaban al llegar a casa era recibir la trágica noticia del accidente de sus padres. El avión en el que el matrimonio Uchiha viaja había tenido un percance en aire y había terminado cayendo al vacío y estrellándose. Los otros detalles eran demasiado fuertes por lo que había decidido omitirlos.

Habían pasado ya cuatro años desde aquel fatídico acontecimiento, en el que Sasuke se había hundido en inmensa depresión con solo siete años de edad. Sakumi había recurrido a todo tipo de especialistas buscando un cambio pero Sasuke se había cerrado de tal manera que recelosamente no dejaba entrar a nadie en su mundo. Los años fueron pasado, uno más difícil que el otro hasta que Sasuke tuvo una reacción y fue cuando sakumi embarazada le pidió que le acompañará a una consulta médica, ya en su sexto mes. Esa fue la primera vez en que Sasuke vio a Sakura, y también fue la primera vez luego de mucho tiempo en que sakumi le vio sonreír. El mayor cambio sucedió cuando Sakura nació.

Sasuke no era el mismo de antes, algo muy profundo había cambiado en el, ya no sonreía tan frecuentemente, sus ojos se mostraban serios y casi fríos, y su actitud había pasado a ser esquiva y apartada. Nunca volvió a ser el niño alegre y feliz de tiempo atrás, pero sorprendentemente cuando estaba con Sakura, todo parecía cambiar.

.

.

.

-Me tengo que ir.- anunció Sasuke dejando de lado los cubos de lego con los que jugaba con Sakura, para a continuación erguirse. Sakura que se encontraba muy concentrada en la creación de una casita de muñecas, levantó la mirada hacia él inmediatamente antes de acercársele y aferrarse a su pierna.

-Pero Sasu-kun… no quero que te vayas.- le dijo mientras sus ojitos se cristalizaban.

-Vuelvo en un rato.- murmuro él bajando la mirada mientras le acariciaba el cabello.

-No... No te vayas Sasu-kun.- le pidió Sakura aferrándose solo un poco más a su pantalón, Sasuke suspiro antes de agacharse a su altura.

-Solo voy a casa de Naruto… si te portas bien mientras no este, le pediré a Shizune permiso para que vayamos al parque.- le propuso acariciándole la mejilla. Sakura amaba mucho ir al parque, correr al aire libre y jugar en los columpios y deslizadores, pero por primera vez se encontró dudando y Sasuke pudo notarlo, ella realmente no quería dejarlo ir, pero al final cedió sabiendo que de cualquier manera su tío debía partir.

-¿Vendrás rápido?- le pregunto en voz baja, algo decaída. Sasuke asintió inmediatamente, odiando verla de aquella manera.

-Si, lo mas rápido posible.- le aseguro rápidamente antes de darle un beso en la frente, luego se levanto y se acomodo la mochila en el hombro antes de dirigirse en la puerta principal de la casa. Lamentablemente debía ir a casa de su mejor amigo mejor amigo para hacer un proyecto de Ciencias, en realidad él prefería quedarse con Sakura y jugar con ella, le gustaba mucho verla feliz y la pequeña parecía siempre serlo cuando pasaba tiempo con él.

Sasuke suspiro saliendo finalmente de la casa, Sakura le siguió y luego se acercó a unas de las ventanas de la casa observándole partir, sus ojitos estaba cristalizados y lo único que la aliviaba era la promesa de Sasuke, él pronto volvería y pasarían mucho tiempo juntos, Sasuke nunca le fallaba.

.

.

.

Siete años después…

Sakura caminaba apresuradamente por los pasillos de la escuela apretando algunos libros contra su pecho e intentando no chocar con nadie en el camino. Se encontraba algo nerviosa pues su madre le había avisado que había tenido algunos inconvenientes en la compañía y que por ello no podría ir a buscarla, por otro lado dado que su padre se encontraba de viaje, las opciones habían sido limitadas por lo que al final se había decidido que su tío fuera por ella.

Sakura no sabia como reaccionar al respecto pues su relación con Sasuke había cambiado demasiado. Ya hacia algunos meses, posiblemente el año el Uchiha la trataba con antipatía, de una manera fría y seca, como si de pronto su sola presencia fuera insoportable. Aquello le seguía doliendo mucho pues sasuke era una de las personas más importantes de su vida, era alguien que la comprendía y quien ella amaba demasiado.

Sakura suspiro mientras salía de la escuela, Sasuke debía encontrarse ya esperándola por lo que dio una mirada a su alrededor en busca del auto de su tío, su sorpresa fue grande al no ver rastro alguno de él. Sasuke era muy puntual por lo que ella había esperado encontrarle ya estacionado, sin embargo no pudo evitar el alivio que le dio el que no estuviera aún allí, su sola presencia tendía a intimidarla, Sasuke la ponía sumamente nerviosa y la idea de que él la llevara a casa lo hacía aún más.

Al final, algo menos tensa Sakura decidió tomar asiento por un rato, estaba muy segura que en cualquier momento llegarían por ella y agradecía el tiempo de espera para poder controlar el latido de su corazón. Algunas bancas se encontraban distribuidas a lo largo del frente de la escuela, el sol se había ocultado hacía mucho por lo que Sakura busco alguna libre y se sentó rápidamente dejando sus libros a un lado, distraerse fue fácil, pues mientras el tiempo pasaba ella se entretuvo observando como los otros niños salían y se encontraban con sus padres o encargados para irse.

Al cabo de media hora Sakura empezó a aburrirse, sus amigas se había ido desde muy temprano por lo que no tenía nadie con quien hablar, por otra parte, la batería de su celular estaba baja y ella no podía jugar algún juego ya que temía descargarlo completamente y que ante una emergencia no tuviera con quien comunicarse. Suspiro algo contrariado y entre los libros que tenia a un lado se propuso a buscar su cuaderno especial. Con una sonrisa abrió la libreta y empezó a pasar páginas observando con detalle los dibujos que había hecho anteriormente, no era una gran dibujante, ni nada que se le pareciera, pero amaba hacer bocetos o cualquier cosa que de momento se le ocurriera, tomando un lápiz de su mochila llego a una página limpia y empezó deslizando la punta de carbón suavemente, sin ninguna idea que plasmar directamente.

Los minutos empezaron a transcurrir sin sentirse realmente, Sakura estaba muy concentrada en lo que hacía hasta que una voz demasiado cerca de ella la devolvió bruscamente a la realidad sobresaltandola en el proceso.

-Sakura-chan.- volvió a gritar un niño corriendo hacia ella, ya a solo un metro de distancia. Sakura levantó rápidamente la mirada observando cómo se acercaba. Era Sasori Akasuna, un pequeño de su edad, que iba a su mismo curso. De cabello rojo y ojos miel, el chico era uno de los más populares de su clase, tanto que incluso su mejor amiga Ino pasaba enamorada de él. A Sakura le agradaba mucho, pues era muy amable con todo mundo, pero no lo conocía realmente, por lo que no tenían políticamente una amistad.

-Sasori-kun.- susurro cuando el niño se sentó en la banca deslizándose muy cerca de ella.

-¿Que estás haciendo?- le preguntó él mirándole fijamente, Sakura le observó también y luego bajó la mirada a su cuaderno.

-Yo pues... – Sasori se inclinó hacia su cuaderno intentando ver aquello que ella guardaba recelosamente, pero Sakura fue mucho más rápida y cerró el libro de golpe a lo que el chico se apartó más que apenado.

-Lo siento.- se disculpo rápidamente, con las mejillas rojas de vergüenza.

-No importa.- Sakura le sonrió ligeramente intentando hacerle olvidar lo que había sucedido, nada lejos de la realidad, pues Sasori quedó más que prendado de la manera en que su rostro se iluminó haciéndole ver aún más bonita, Sakura era la niña que más le gustaba en toda la escuela, era una de las más inteligentes y era muy amigable, además de que él adoraba como el color exótico de sus ojos contrastaba bellamente con su cabellera rosa que siempre parecía flotar con cada movimiento que ella hacía. Sonrojándose por sus pensamientos y por la mirada fija que ella dedicaba, Sasori bajo la cabeza y ruborizado soltó aquello que mucho tiempo atrás había querido decirle.

-Eres muy bonita Sakura-chan.- susurro en voz muy bajita y con bastante rapidez, tanto que de no ser porque Sakura se encontraba prácticamente pegada a él seguramente no lo hubiera escuchado.

-Etto… gracias.- dijo nerviosa y furiosamente sonrojada. De todas las cosas que creyó que Sasori podría decirle, aquello nunca pasó por su cabeza y Sakura no pudo evitar avergonzarse al respecto, pues no estaba para nada acostumbrase a los piropos de niños.

-¿Esperas a que vengan por ti?- le preguntó el pelirrojo solo para iniciar conversación, no había sido su intención avergonzarla y por la manera en que la niña esquivaba su mirada parecía haber llegado a un punto sin retorno, pero Sasori era muy inteligente y sabía que la manera de evitar que ella se sintiera incomoda en su presencia sería hablar de temas triviales, lo que menos quería era que Sakura se alejara definitivamente de él. La pelirrosa finalmente pareció relajarse pues sin titubeos contesto a su pregunta anterior.

-Mi tío vendrá por mi... ¿Y tu?- soltó la pregunta tímidamente. Sasori le sonrió para inspirarle confianza.

-Papa tuvo un retraso en su trabajo... Él normalmente es muy puntual pero me avisó a la hora de la salida que tardaría un poco.- le comentó en un tono amistoso, Sakura le devolvió la sonrisa.

-Mi mama también tuvo un problema en el trabajo, por eso mando a mi tío, pero el también está algo atrasado.- le comentó mientras daba una vez más, una mirada a la calle en busca del coche de Sasuke.

A continuación el chico empezó a hablar de cualquier cosa, le contó de su vida, de sus padres y su hermano mayor, de sus vacaciones, de su país natal y en pocos minutos Sakura se sintió tan cómoda en su presencia que se olvido de todo. Sasori era muy dado a las palabras, sabía cómo llevar un muy buen ambiente y cómo llegar a un punto de ser necesario, satisfecho observó como con los minutos la sonrisa de Sakura se hacía más luminosa, ella le estaba dejando entrar y él simplemente no pudo evitar pensar en que se sentiría tenerla más cerca, anteriormente Sasori había rechazado todo contacto con las niñas, como todo varón había pasado por la etapa en las que la veia como una infección contagiosa, aunque no del todo, porque realmente la única que le gustaba era Sakura, ella era demasiado bonita como para ignorarla y a Sasori le gustaba su manera dulce de ser. Sin darse cuenta su mirada se posó en sus labios y se preguntó que sabor tendrían, eran tan rojos como las fresas y siendo aquella su fruta preferida lo tentaron como nunca, fue por ese mero impulso que no se dio cuenta como eliminaba la distancia entre sus rostros con un solo pensamiento en mente. Besarla.

Sakura por su parte también pudo notar la manera en que Sasori se acerca y contra su deseo su cuerpo pareció paralizarse del asombro, aquel niño que tanto le había agradado se acercaba con los labios en trompa y seguramente con un solo propósito, Sakura no pudo evitar pensar que realmente no deseaba aquel contacto, sin embargo su cerebro no mandaba la orden a su cuerpo de moverse.

De pronto todo se detuvo, el chico desapareció de su vista en un segundo y aturdida Sakura apenas registro lo que había sucedido, sólo reaccionó cuando escucho un quejido, levantó la mirada para encontrarse con la figura de Sasuke, quien dado su postura parecía más alto y corpulento de lo que ella le había visto aquella mañana. Sasuke tenía a Sasori agarrado de la camisa varios centímetros por sobre el suelo, viéndole amenazadoramente, Sakura se levantó cuando el pequeño pelirrojo sollozo por una sacudida peculiarmente fuerte que Sasuke le dio.

-Sasuke-kun.- le llamo Sakura acercándose inmediatamente a él, Sasuke viro la cabeza hacia ella haciéndola detenerse de golpe, sus ojos la observaban con una furiosa frialdad que la hizo estremecer con el corazón encogido-. Suel-talo… por favor.- le pidió con la voz temblorosa observando algo preocupada la manera en que Sasuke apretaba aún más el cuello de la camisa cortándole la respiración por un momento a Sasori. Sasuke devolvió la mirada al chico y acercándolo unos centímetros más a su rostro soltó una amenaza.

-No te vuelvas a acercar a ella.- le advirtió antes de tirarlo al suelo bruscamente, Sasori rebotó lanzando varios quejidos y sin darles tiempo de reaccionar Sasuke avanzó hacia Sakura tomándola de la mano y agarrando los libros antes de arrastrarla al coche.

Sakura se dejó hacer como muñeca, algo temerosa de hacerle enojar aún más, en cuanto llegaron al auto Sasuke la llevo hasta la puerta del copiloto y abriendo la hizo entrar sin ningún delicadeza antes de ponerle los libros en el regazo y cerrar con mucha brusquedad dando un portazo.

Con las manos temblorosas Sakura se puso el cinturón y se sobresaltó cuando Sasuke entró al auto y arranco con el chillido de las llantas contra el pavimento.

-¿Me puedes explicar que hacías con ese chiquillo?.- Sasuke soltó la pregunta exaltado, Sakura tembló y abrazo con fuerza los libros contra su pecho, buscando calmarse para que su voz no temblara tanto al contestar.

-Yo solo… el… el….

-¿Como puedes ser tan descarada como para pretender besarte con un niño en plena calle?- la interrumpió el Uchiha bruscamente.

-Descarada.- repitió ella con desconcierto

-¿Acaso es algo tuyo?… mas vale que ese niño no se sobrepase sino te juro que….- de pronto Sasuke se detuvo apretando con fuerza los puños en el volante, Sakura volvió la mirada algo temerosa hacia él

-Yo no quería besarlo.- intentó defenderse al tanto de que él había malinterpretado la situación.

-Pues no era lo que parecía… te quedaste muy quieta esperando que el beso llegara, eso no es lo que hace una persona cuando no desea algo.

-Pues yo no quería.- corto Sakura cruzándose de brazos molesta por su insinuación.

-Aléjate de ese niño.- Sasuke a duras penas parecía controlar su temperamento, pero Sakura no lograba comprender exactamente qué le había molestado, ella era la víctima en aquella situación, Sasori le agradaba mucho, pero solamente como un amigo, por lo que no se creía merecedora de semejante enfado. De cualquier manera, aunque Sasori era apenas un conocido, ella de verdad había gustado de él en el tiempo que estuvieron juntos, por lo que Sasuke no tenía ningún derecho a imponerle no verlo, por mucho que él Akasuna no fuera de su agrado al menos por esos momentos.

-Sasori-kun es mi amigo.- le aclaró Sakura rápidamente

-¿Sasori-kun?… ¿no será que ese niñato es algo tuyo?- Sasuke dejo la pregunta con demasiada molestia logrando sobresaltarla, sin embargo a Sakura no le gustaba su tono condescendiente, ni que no hubiera escuchado lo que le había dicho.

-No.- se apresuro a decir-. Tengo apenas diez años.- lanzó un quejido cruzándose de brazos algo indignada por su suposición, a ella todavía no le agradaba pensar en cosas de adolescente y el que Sasuke lo insinuara era molesto. El Uchiha por su parte la volteo a ver y al instante relajo su expresión, pero solo un poco, ya que aun se encontraba demasiado molesto.

Sasuke tuvo que respirar profundamente para calmar algo de su temperamento. Su hermana le había llamado cerca del mediodía para pedirle de favor que fuera por Sakura, al principio había querido negarse, pero Sakumi le explico que debía asistir a una reunión con los socios de la empresa, algo que era imposible posponer, por lo supo al final Sasuke que no tuvo muchas opciones. Por lo que al terminar su jornada en la preparatoria había partido inmediatamente a la escuela de Sakura, que quedaba a varias cuadras de su instituto. Durante todo el camino se había tenido que mentalizar a sí mismo el cómo manejar la situación, comúnmente tendía a ignorar a la menor, pero ante la escena que encontró al llegar a la escuela algo dentro suyo se activó. Sasuke aún sentía su sangre hervir furiosamente.

¿Que demonios había pretendido el mocoso al besar a Sakura?

¿Y porque ella no lo había detenido?

Al cuestionarse eso nuevamente Sasuke sintió como la furia revivía nuevamente, intentó decirse que él estaba al control de sus emociones, pero no pudo evitar apretar con fuerza el volante, solo para calmar un poco de su enojo. No obstante, no tuvo control su lengua y no pudo evitar soltar una advertencia.

-No te vuelvas a acercar a ese chiquillo… ¡jamás!- le ordeno levantando la voz más de lo que pretendía. Sakura dio un brinco en su asiento, algo asustada por la manera en que le había hablado, pero el miedo dio paso a la tristeza y sus ojos se llenaron de lágrimas rápidamente, nunca antes Sasuke la había tratado de aquella manera, él siempre había sido muy dulce y calmado con ella, complaciéndola en todo, escuchándola cuando lo necesitaba o abrazándola cuando ella quería solamente sentir su calidez. El Sasuke que se encontraba frente a ella era muy diferente, parecía no soportar su sola presencia y a ella le dolió profundamente su nueva actitud.

¿Porque Sasuke había cambiado tanto?

¿Porque ahora la trataba de esa manera?

Sakura sintió como su corazón se oprimía con una fuerza casi asfixiante y como un nudo insoportable empezaba a extenderse por toda su garganta. No se dio cuenta de en que momento las lagrimas bajaron por sus ojos, ni cuando había empezado a sollozar, reaccionó con un sobresalto cuando escucho la voz de sasuke.

-Sakura.- susurro él con la mirada fija en la carretera, Sasuke intentaba por todos los medios ignorar aquella situación, pero escuchar como Sakura emitía dolorosos sollozos hacía imposible su intención. El Uchiha dio una mirada de reojo a la pelirrosa observando como ella temblaba mientras las lagrimas caían libremente por sus mejillas aún sonrosadas.

Sasuke suspiro mientras cerraba los ojos un segundo negando con la cabeza, siempre era lo mismo, siempre ella terminaba llorando por sus palabras, ya que él la lastimaba continuamente. Sus hombros decayeron y sus ojos poco a poco perdieron brillo mientras aquella presión en su pecho amenazaba a convertirse en un dolor latente.

Sasuke odiaba verla llorar, odia causarle dolor, odiaba ser el que él único culpable de sus lagrimas, por que él preferiría ser el dueño de sus sonrisas, pero incluso eso no era posible, pues cada vez que Sakura sonreía ser volvía una tortura para él.

Sakura era su tormento personal. Toda ella por ser tan hermosa, vivaz y cariñosa, por causarle tantas malditas sensación que no debía sentir.

Sasuke no debería desear abrazarla, resguardarla entre sus brazos y nunca dejarla ir. No debería desear beber de sus labios y quitarle el aliento entre besos desesperado. Sasuke no debería pasar sin pudor su mirada por el cuerpo en desarrollo de ella imaginándose a sí mismo acariciando cada curva que tomaba forma.

Porque él no la veía solamente como su sobrina. Sasuke la veía de una manera muy diferente, la deseaba con la intensidad que se desea a una mujer. Aún cuando Sakura era solamente una niña de diez años. Y era su familia.

El Uchiha frunció el ceño al recordar aquel maldito y odioso detalle, lamentablemente Sakura era su sobrina, era su sangre y nada en el mundo podría cambiar ese hecho. Si desearla sabiendo que era una menor le hacia sentir ya sucio, pues la diferencia de edad entre ambos era relativamente mucha, saber también que un lazo sanguíneo les unía hacia que fuera simplemente imposible verla de la manera en que lo hacia.

Por ello Sasuke que la trataba mal, necesitaba que fuera ella la que se alejara de él, por que desgraciadamente no tenía tanta fuerza, pero aunque en los pasados meses había logrado su cometido exitosamente, aun con ella lejos no era suficiente, ya que siempre se la encontraba de una forma inevitable, pues vivían en la misma casa, lo cual era una tortura total para él.

Era atormentador pensar durante las noches que ella se encontraba en la habitación del lado, con uno de sus ligeros camisoncito, tentándole constantemente a ir a su alcoba y hacer con ella lo que quisiese

Sasuke deseaba fervientemente hacerle el amor como en sus sueños sucedía, escuchándola llamarle de una manera dulce y extasiada a punto de experimentar su primer orgasmo. Había perdido la cuenta de las noches en que se había despertado sobresaltado, con una capa de sudor que le adhería la pijama al cuerpo y un serio problema entre las piernas, problema que ocasionaba constantemente su sobrina. Ella que parecía seducirlo con su dulzura y sus sonrojos.

Aquello era inaudito e impensable y Sasuke tendía a repetírselo muchas veces esperando con ello eliminar de su sistema eso que le pedía a gritos tomar aquello que todo su ser sentía suyo.

Saliendo de sus pensamientos el Uchiha se estacionó frente a su casa y suspiro por lo bajo soltando el volante. Recargo la espalda contra el asiento con cierto cansancio y cerró los ojos escuchando con atención los pequeños y suaves sollozos que emitía aun Sakura.

-Deja de llorar.- le pidió con más brusquedad de la planeada. Sakura dio un respingo y le observó entre las pestañas húmedas.

-¿Por-por que me tratas así Sasuke-kun?- le preguntó ella con la voz inevitablemente quebrada. Sasuke estuvo tentado a decirle la verdad, pero la realidad era demasiado intensa para una niña como ella, era él quien debía cargar con sus demonios y Sakura tenia que alejarse lo antes posible de su persona, antes de que la dañara irreparablemente.

Al final Sasuke optó por quedarse en silencio, alejándola un poco más de él, como venía haciendo desde hacía varios meses, Sakura debió sentir su rechazo pues llorando con dolor, cogió sus cosas y salió rápidamente del auto. El Uchiha se torturo observándola correr hacia la casa, luego suspiro sintiéndose agotado.

-No hay otra manera Sakura.- susurro para sí mismo saliendo del vehículo y caminando hacia la casa.

Sasuke se aferró más que nunca a la decisión que había tomado ese día, dentro de poco Sakura dejaría de sufrir por su culpa y él ya no tendría que aguantar la tortura día a día.

.

.

.

-¿Como?- pregunto Sakumi sorprendida, Sasuke apenas levantó la mirada del plato tras plantarle a la familia su decisión.

-Me alegro por ti Sasuke.- mascullo el esposo de su hermana, Takeshi, que se encontraba sentado en la cabecera de la mesa. Sasuke dio un asentimiento como agradecimiento y siguió intentando comer aún cuando el nudo en su garganta le impedía tragar los alimentos.

-Pero, pero… ¿cuando te vas?- le pregunto Sakumi aun asombrada. Sasuke les acababa de avisar que había obtenido una beca para una universidad en el extranjero.

-Dentro de dos semanas, cuando termine el colegio.- simplifico él encogiéndose de hombros. La situación con Sakura había iniciado a principios de ese año y Sasuke no había perdido el tiempo mandando solicitudes a todas las universidades en el extranjero esperando una respuesta satisfactoria. Un mes atrás lo había logrado, una universidad en los Estados Unidos había visto su potencial y no había dudado en darle un beca completa, Sasuke intentaba sentirse feliz, pero lamentablemente las razones por las que se iba no era precisamente las correctas.

-¿Tan pronto?- escucho el susurro desolado de Sakura. Sasuke se dijo que no tenía que tomarle importancia, entre más alejado de ella estuviera, menos les doliera a ambos su partida, sin embargo no pudo evitar el fuerte impulso de dar un mirada en su dirección. Sakura le observaba fijamente, sus ojos estaban cristalizados y la manera tan dolida en que le miraba le llegó al alma, Sasuke se permitió observarla solo unos breves segundos antes de bajar la mirada a su plato e intentar seguir comiendo. El nudo en su pecho parecía haberse agigantado.

Luego de terminar la cena tanto Sasuke como Sakura se perdieron en sus habitaciones, respectivamente.

Sakura se encontraba llorando contra su almohada mientras la abrazaba fuertemente contra su pecho, el dolor en su corazón era profundo y quemaba todo a su paso dejándola desolada y sumamente triste. Pensar en que Sasuke se fuera era como si le arrebataran algo demasiado importante de sí misma, la perspectiva de no verlo era impensable.

Su llanto se hizo mas intenso al considerar la posibilidad de que se fuera por un par de años, tal vez tendría suerte para verle en las vacaciones o posiblemente nunca le vería nuevamente. Sakura negó apasionadamente con la cabeza odiando la sola posibilidad de dejarlo partir, ella necesitaba que Sasuke estuviera a su lado, para siquiera verlo durante la cena, necesitaba saber que él se encontraba cerca aunque no le hablara, ni la determinara. Sakura solo necesitaba que él estuviera ahí.

-Sasuke-kun.- susurro ahogando su voz contra la almohada. Sakura siguió sollozando continuamente, hasta que sin darse cuenta el sueño le alcanzaba, a lo lejos pudo escuchar como unas pequeñas gotas caían contra el techo, pero apenas fue consciente de eso, ya que finalmente cayó en los brazos de Morfeo.

Varias horas después Sakura se despertó de golpe cuando un fuerte trueno retumbo en su habitación alumbrándose su alcoba macabramente, con los ojos fuertemente cerrados la pelirrosa se escondió bajo la sabana rosa de pies a cabeza mientras se hacia un ovillo y esperaba con el corazón acelerado, que eso la salvaguardase de los aterradores sonidos.

-No es nada, no es nada.- se repitió intentando tranquilizarse, pero otro fuerte trueno la hizo sobresaltar y temblar del miedo. Sakura sufría de un temor intenso a los rayos y truenos.

Empezó a pedir al cielo que los sonidos se detuviera, pero al cabo de un par de minutos se dio cuenta que aquello no iba a pasar. Los atormentadores sonidos y destellos siguieron produciéndose y esta vez con mas frecuencia. Sakura intentó mostrarse fuerte, pero ante el octavo relámpago, no pudo resistirlo y saltó de la cama saliendo rápidamente de la habitación. Solo unos pasos después se detuvo frente a la estancia del lado algo temblorosa, en el pasado la única persona capaz de calmarla ante aquella situación era Sasuke, intentó alentarse diciéndose que él siempre la recibía cuando ella iba a su habitación en noches como aquella, aunque la última vez había sido un par de años atrás, además de que Sasuke había cambiado mucho. Su rechazo esta vez la heriría profundamente.

Sakura retrocedió unos pocos pasos diciéndose que aquello era una mala idea, pero un relámpago peculiarmente fuerte y ruidoso la hizo abrir la puerta sin ninguna pizca de duda y adentrarse a la habitación rápidamente.

Ya dentro se dijo que no había vuelta atrás por lo que se encamino hacia la cama a un paso lento divisando apenas la silueta de Sasuke. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de él, levanto la mano y se detuvo a unos cuantos centímetros de tocarlo, algo temerosa de su reacción al verla allí, no quería disgustarle de ninguna manera, pero alguien parecía estar en su contra en aquel momento pues justo antes de retractarse otro relámpago ilumino la habitación e hizo un estruendo que le provoco un asustado sobresalto, por lo que rápidamente empezó a mover a Sasuke rogando por qué despertase rápidamente. El moreno tardo solo unos segundos en incorporarse bruscamente antes de enfocar entre la penumbra su silueta borrosa.

-Sakura.- susurro él con voz ronca, la menor le observó algo temblorosa, con las mejillas sonrosadas y los ojos llorosos

-Sasuke-kun.- musito ella retorciendo sus dedos, esperando que él no reaccionara bruscamente.

-¿Que demonios haces aquí?- le pregunto Sasuke frunciendo el ceño mientras se espabilaba enseguida.

-Etto… es que…- las palabras se atoraron en su garganta y de un salto se acomodo al lado de Sasuke cuando otro relámpago ilumino la estancia, el moreno bajo la mirada hacia la pequeña que ahora se encontraba apegada a él abrazándole por la cintura mientras temblaba.

Sasuke entendió la situación de inmediato, Sakura tenía un miedo atroz a los rayos y por ello mismo había acudido a él como en el pasado. El moreno suspiro con cansancio y negó con la cabeza para sí mismo sabiendo que era una muy mala idea, no podía permitir que se quedara a su lado cuando los pensamientos que tenia hacia ella no eran en lo absoluto sanos.

-Sakura no creo que…

-Por favor Sasuke-kun… por favor, tengo miedo.- se apresuro a decir ella al intuir lo que el moreno le diría, Sasuke se masajeo el puente de la nariz mientras pensaba una y otra vez en que hacer. Un par de segundos después suspiro resignado, al saber que no podía simplemente echarla de su habitación notando lo temblorosa y asustada que estaba.

-Esta bien… pero pégate a esa orilla y no te me acerques… no me gusta.- fue lo único que se le ocurrió decir antes de alejarla de él y darle la espalda, Sakura que lo miraba fijamente solo sonrió con levedad, sintiendo como el temor que antes había sentido se esfumaba. Sintiéndose tranquila y segura, Sakura recostó la cabeza contra la mullida almohada y fijo la mirada en la ancha espalda de Sasuke solo para notar hasta entonces que se encontraba sin camisa, más que sonrojada intento cerrar los ojos y conciliar el sueño, y cuando estuvo apunto de conseguirlo hasta un relámpago más fuerte y ruidoso que los anteriores le hizo apegarse al cuerpo del moreno abrazándole con la cintura.

Sasuke que aun no había podido conseguir siquiera relajarse, cerro los ojos con fuerza sintiendo como el cuerpo de Sakura se apegaba al suyo, su piel se erizo al sentir como la respiración de la pelirrosa le pegaba en la nuca y como su cabello le hacia cosquillas en el cuello.

-Sakura.- mascullo tenso con voz retenida.

-Por, por favor Sasuke-kun.- le pidió la pelirrosa con voz quebrada, Sasuke suspiro al sentir como su espalda se humedecía por las lagrimas de ella.

-Sakura… deja de llorar.- susurro con voz fría mientras tenia la mirada clavada en la pared frente a él.

-Tengo miedo.- musitó ella temblorosamente, Sasuke suspiro antes de voltear con lentitud hacia ella repitiéndose que aquello terminaría mal.

-Shhh… los truenos no te harán nada.- murmuro con frialdad, aunque en esa ocasión Sakura lo sintió tan suave y cálido que no pudo evitar que su corazón se acelerase.

-Sasuke-kun.- susurro antes de acercarse a él y abrazarle escondiendo el rostro en su pecho desnudo, Sasuke se tenso casi al instante desprevenido de aquel acto y Sakura solamente le abrazo con más fuerza rogando al cielo que no la apartara.

El moreno que había estado pensando seriamente en alejarla se vio a si mismo en un dilema hasta que simplemente se dijo que no podría dejarla ir, no cuando había deseado por tanto tiempo tenerla así. Por esa ocasión se permitió ser egoísta y se atrevió a pasarle un brazo por la cintura apegándola a su cuerpo totalmente mientras apoyaba su mentón en la cabeza de ella. Sakura ronroneo su nombre suavemente, sintiéndose cómoda y protegida en sus brazos.

-Duérmete Sakura.- le ordenó Sasuke con la mirada ahora fija en una de las ventanas que era azotada por la fuerte lluvia

-No quiero que te vayas.- musito ella somnolienta, un minuto después su respiración se encontraba completamente calmada. Sasuke suspiro antes de darle un beso en la frente y abrazarla con mas fuerza.

-Yo tampoco quiero irme.- fue lo único que dijo antes de cerrar los ojos intentando dormir.

.

.

.

Sakura lloraba desconsoladamente abrazada a su almohada, las lágrimas caían de sus ojos consecutivamente, humedeciendo sus mejillas y deslizándose hasta su cuello, la garganta le ardía ante un insoportable nudo y el pecho le dolía intensamente.

"Adiós"

"No quiero que te vayas"

"Debo hacerlo"

"Quédate conmigo"

"No puedo"

"Te quiero Sasuke-kun"

"Sakura"

"No me dejes"

"No lo hagas difícil"

"Por favor… llévame contigo"

"No puedo… no te quiero conmigo"

"¿Volverás?"

"Si"

"Prométemelo"

"Te lo prometo"

Ante los inevitables recuerdos de la última vez que le había visto, Sakura no pudo evitar llorar aún más, sintiendo un dolor verdadero e intenso en el corazón.

-Sasuke-kun.- susurro con voz estrangulada. Sakura se negaba a creer que él se había ido y le había dejado, simplemente la idea de no verle le parecía demasiada dolorosa para considerar. Recordaba claramente como la mano de Sasuke había dejado la suya tras el ultimo adiós, Sakura había sentido como si algo le hubiera sido arrebatado.

"Me tengo que ir"

-Vuelve por favor.- pidió en silencio rogando por qué el tiempo pasará con un soplo. La perspectiva ahora era desoladora.

.

.

.

Ocho años después…

Sasuke Uchiha tocó la puerta repetidas veces con una mueca de hastío en el rostro, la posibilidad de que nadie estuviera en casa empezaba a tomar sentido y vaya que no le agradaba.

Muy molesto por su falta de sentido común Sasuke dio media vuelta dispuesto a volver al auto que había rentado, pero fue en ese preciso momento que la puerta finalmente se abrió dejando ver a una mujer que él recordaba perfectamente. Shizune quedó paralizada en la entrada y Sasuke la observó notando como los años había avanzado en ella.

-¡Sasuke!.- susurro la mujer demasiado sorprendida. El Uchiha mantuvo su expresión estoica, aún cuando el verla le producía mucha satisfacción, ella había sido la persona que le había cuidado y apoyado cuando más lo necesitaba.

-Hola Shizune.- la saludo seriamente, ella se sobresaltó y apenas reaccionó para hacer a un lado. Sasuke sabía que la última vez que había pisado aquella casa había sido varios años, pero jamás cruzó por su cabeza aquel tipo de recibimiento, la mujer parecía totalmente incrédula de su presencia.

-¡Dios! Sasuke… que, que… ¿por que no avisaste que vendrías?- le preguntó ella con voz débil antes de empezar a sonreír mientras sus ojos se cristalizaban.

-Pretendía que fuera una sorpresa.- fue lo único que contestó el momento antes dar una mirada a aquella casa, había un toque tan familiar y a la vez tan distinto que inevitablemente le provocó cierta melancolía.

-Pues si que la has dado… pero ¡mira que grande estas! ¡Dios!, ya eres todo un hombre.

-Hmp… gracias.- mascullo-. No hay nadie en…

-Sasuke-kun.- Sasuke se detuvo bruscamente ante el sonido de aquella voz. Su cuerpo se tenso aun en contra de su voluntad, pues a pesar del cambio que con el tiempo había sufrido él jamás dudaría a quién pertenecía esa melodiosa voz.

Sasuke dio media vuelta lentamente, más nervioso de lo que hubiera querido. Su mirada topó con aquella figura que en más de un sueño le había atormentado. Sakura se encontraba en lo alto de las escaleras, viéndole como si lo hiciera por primera vez. Sasuke se permitió observarla también, solo para arrepentirse al instante, la garganta se le secó instantáneamente y el corazón le latió como un loco.

Ocho años era mucho tiempo y Sasuke lo sabía, pero jamás pensó encontrar en su sobrina cambios tan jodidamente satisfactorios. Estaba más hermosa de lo que había creído posible. Su figura a simple vista era frágil y preciosa, casi como él la había imaginado tantas veces. Sus cabellos seguían siendo largos y sedosos, aunque las puntas ahora eran onduladas y le caía como cascada sobre sus delicados hombros. Su rostro era mas fino y suave, mas hermoso que nunca, sus ojos estaban brillosos y su boca era mas carnosa de lo que la recordaba, de un color rosa que le hacia pensar en lo cálida que era. Su cuerpo también había tenido transformaciones sorprendentes, los pechos pequeños le sobresalían redondos y perfectos, por el leve pero revelador escote de su blusa verde, su cintura era pequeña y sus caderas anchas y llamativas, llevaba una pequeña falda de mezclilla que hacia que sus piernas largas y esbeltas estuvieran a la vista, simplemente gloriosas. Tenia tobillos delicados y pies lindos, y descalzos.

-Maldita sea.- pensó Sasuke mientras apartaba la mirada rápidamente, reprimiéndose mentalmente por su evaluó. No tenía derecho a verla de aquella manera y en ese momento la idea de estar allí le parecía tan mala como lo había sido hacia ocho años.

-Sasuke-kun.- susurro Sakura con la voz temblorosa antes de bajar las escaleras rápidamente y acercarse a él corriendo. Sasuke apenas supo cómo reaccionar pues en un solo instante la tuvo pegada a su cuerpo, abrazándole fuertemente por la cintura, como si no quisiera que jamás se separara de él.

-¡Dios!… Sasuke-kun, te extrañe mucho.- susurro ella hundiendo el rostro en su pecho. Sasuke se encontró totalmente tenso, no podía moverse, ni parpadear, estaba simplemente estático, sintiendo la calidez de ella se volvía parte suya, tal como lo recordaba.

-Sakura.- susurro, deseando que ella le soltase en ese instante, por que podía sentirla plenamente y su cuerpo parecía complementarse con el de ella a la perfección.

-Te extrañe mucho, mucho.- dijo la pelirrosa alejándose solo un poco para levantar la mirada hacia él y observarle con ojos vidriosos, Sasuke solo pudo limitarse a mirarla, recorrer su rostro de porcelana y pensar en lo hermosa que se veía de aquella manera.

Una sonrisa se formo en los labios de Sakura mientras unas pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos

-Deja de llorar.- dijo Sasuke y Sakura sonrió aun mas al recordar todas las veces que él se lo había dicho en el pasado, con la gran diferencia de que esa vez ella no lloraba de tristeza, ahora sus lágrimas tenían más que ver con la alegría de verlo y tenerlo allí. Sakura lo había soñado tantas veces que en ese momento le era imposible controlar su felicidad

Shizune, que era una simple espectadora de aquella emotiva escena, opto mejor encaminarse a la cocina para dejarles solos, y fue precisamente esa acción la que hizo reaccionar a Sasuke, quien puso las manos en los hombros de Sakura y la alejo de él delicadamente. Ella por su parte, enrojeció al instante ya que en ese momento que si mente se aclaraba no pudo hacer otra cosa que juzgar sus acciones.

-Lo siento.- se disculpo apenada mientras bajaba la mirada, Sasuke soltó su característico monosílabo y ella no pudo evitar pensar cuando había extrañado oírlo.

-Bienvenido a casa Sasuke-kun.- le dijo sonriente.

Sasuke supo en ese instante su tortura iniciaba, pero ahora mas atormentadora que antes, porque Sakura ya no tenia diez años, ahora tenia dieciocho, y ya no era una chiquilla en pleno desarrollo, ahora era una mujer con atributos gloriosos.

-Mierda.- pensó al sentir como su corazón se aceleraba.

.

.

.

.

.


FIN DEL CAPÍTULO


.