Hola a todos, aquí les traigo un nuevo fic. Esta es la versión Remasterizada del fic de Toaneo07 Ver2.0 "Resurgimiento de Maestría". Decidí hacer esto ya que a muchos les gusto esa historia, así que quise continuarla. Espero que sea de su agrado, ya que intentare conservar en su mayoría los capítulos ya hechos.

-hola- habla normal de humanos y Pokémon, normales y parlantes.

-(hola) -Pensamientos normales de humanos y Pokémon parlantes.

-Hola – Habla de Legendarios y Pokemon mediante Aura.

-(Hola) -Pensamiento de Legendarios.

-[Hola] -Telepatía

-Hola- relatos, cuentos y recuerdos.

Pokemon no me pertenece, le pertenece a su creador Satoshi.


Capitulo Uno: De las Cenizas Surgirá...

Fuego, destrucción, sangre. Dolor

-¡Ayuda! ¡Traigan a los Bomberos!-

-¡¿Alguien tiene Pokémon tipo agua!?-

-¡PROFESOR OAK! ¡¿DONDE ESTA!?-

-¡ESTOS ES CUPA TUYA! ¡LO FUE, DESGRACIADO!-

-¡JAMAS REGRESES AQUI MALDITO!-

-¡MAMAA! ¡NOOOO!-

-¡TE LO JURO TEAM ROCKET! ¡PAGARAN POR ESTO!-

-¡Espera, Ash! ¡REGRESA!-

-¡Ash No te vayas!-

Ash abrió sus ojos rápidamente para después erguirse sobre la cama tosiendo mientras llevaba una de sus manos a su sudorosa frente. Era esa la misma pesadilla de hace varios años. O recuerdos en realidad. El movió un poco los largos mechones de su cabello, de verdad que debía cortarse un poco el pelo, ya hasta tenía una larga cabellera pero como el no vivía muy cerca de algún pueblo, la posibilidad de encontrar un barbero era relativamente baja sino que era nula.

¿Ash, estas bien? -Pregunto una voz que el mismo únicamente pudo entender y miro a un lado suyo, en una cama pequeña, se levantaba mirándole con preocupación un ratón grande de color naranja y negro con una larga cola con forma de rayo, un Pokémon y uno con un nombre en especifico de su especie; Raichu. El joven sonrió levemente al ver a su mejor amigo preocuparse por el ¿Qué haría el sin su compañero?.

-Tranquilo Raichu...es solo...recuerdos...pero tranquilo, con un buen desayuno tendré el animo alto -Le aseguro Ash Ketchum a su amigo. Ash era un joven de diecinueve años, de piel tostada, de cabello negro con destellos verdosos a la luz del día, ojos cafés y finalmente unas marcas de zetas en sus mejillas. Ash había madurado mucho desde aquellos días en los cuales viajaba con un séquito de amigos por algunas de las muchas regiones del mundo pokémon, pero eso ya era tiempo pasado.

-Bueno...si tú lo dices, Ash...iré a ver...ehm, mejor me voy ya es día -Mencionó Raichu con un pequeño sonrojo en sus mejillas antes de salir de la habitación a gran velocidad. Ash sonrió levemente mientras pensaba en su pokémon inicial y que había evolucionado, algo que había alegado no hacer en el pasado, pero tras ciertas circunstancias hizo que su orgulloso Pikachu se volviera un Raichu. Uno poderoso de hecho. Recordando que Raichu tenía en mente ir a ver a su...ejem, pareja, Ash decidió ir a ver a sus demás pokémon.

Tomó de al lado de su cama una camiseta gris para después ponérsela, luego Ash salió de su habitación pasando por el pasillo hasta llegar a la sala de la casa. Ash miró su pequeña cocina y recordó que él debía ir a buscar más víveres ya que se estaba quedando sin suministros pero eso tendría que esperar. Se dirigió directamente a la puerta de entrada mirando como una pequeña puerta se movía lentamente dando a entender que Raichu ya había salido. Ya abriendo la puerta y al salir finalmente pudo ver que se encontraba en una pequeña isla con algunos árboles y palmeras y unas cuantas cosas aquí y alla pero en realidad era un buen lugar.

Pero ese lugar era especial ya que se trataba de los restos de la isla del destino creada por una vez enemigo y ahora amigo de confianza y primer Pokémon Legendario atrapado: Mewtwo. El hecho de que era tan pequeño el lugar era para que no pudiera ser localizado. Una mirada triste apareció en su rostro al recordar el como terminó en esa situación.

-¡Ash! ¡Buenos Días! -Unos gritos múltiples en diferentes lenguajes que solo Ash entendió se escucho sacando de sus pensamientos deprimentes al joven Ketchum. Alzó la mirada y notó que algunos de sus Pokémon se habían acercado para darle los buenos días. Ash sonrió un poco más mientras daba unos pasos adelante, el extendió la mano para acariciar a algunos de sus Pokémon. Uno en especial se acercó para darle muchísimo más cariño que los otros, y Ash rio levemente mientras sobaba la piel verdosa de su cariñosa Pokémon tipo planta.

-Ya, ya, buenos días chicos, a ti también Meganium, Croconaw, Servine, Muk y...Gabite, por favor , te agradecería que dejaras de morderme -Dijo al sentir una torsión en su pierna izquierda, mirando hacía abajo vio como el tiburón dragón le mordía cariñosamente en la extremidad, pero a la hora de la verdad a Ash no le dolía mucho pero era un poco incómodo. Una Pokémon serpiente de tamaño medio se subió en el hombro de Ash y le dio una leve caricia con su cabeza con la mejilla de su entrenador, como si intentara consolarlo al igual que Meganium. Ash le rogaba a Arceus que cuando sea un Garchomp no siguiera con esa costumbre, o podría terminar sin una pierna.

De solo pensarlo un frío comparable al de Kyurem recorrió toda su columna.

-Ash ¿Qué vamos hacer hoy? ¿Vamos a entrenar? ¡Vamos, quiero hacerme más fuerte! -Pregunto entrando un Pokémon joven al pequeño grupo, Ash pudo reconocer a quien le hablaba y se trataba de uno de sus pocos Pokémon tipo Psíquico que no eran Legendarios. Se trataba de un Kirlia diferente al usual, se trataba de un Kirlia macho. Y desde que Ash lo capturó le ha insistido a su entrenador que lo ayudara a ser más fuerte y que le ayudara a ser un Gallade, poderoso y por sobre toda la cosa...masculino, porque ser un Pokémon macho de una especie que usualmente parece mujer no ayudaba mucho a su ego de hombre. Cuando la escucho Ash no pudo negar esa afirmación.

-Sí, lo vamos a hacer más tarde pero recuerda Kirlia, tenemos que tomarlo con calma...no tenemos prisa -Mencionó eso ultimo en voz baja recordando que el...ya no podía cumplir con su sueño de volverse un Maestro Pokémon, no porque se le haya negado cuando eso ocurrió, el sentía muchísima culpa y creía que renunciar a su sueño sería al menos lo suficiente para aliviar un poco su culpa. En cierto sentido seguía siendo un entrenador pero ya no participaba en alguna clase de Liga o algo así, y además algunos Pokémon que estaban en la isla solo eran amigos suyos, no Pokémon legítimos y eso era lo mismo con la mayoría de los Pokémon Legendarios que terminaban en la Isla Destino solo para estar con él a modo de visitas.

-¡Ash! ¡Ash! ¡Ven! ¡A Comenzado! -Una voz llamo la atención de Ash desde lo alto y otra desde el bosque. El primero era un pájaro de plumas moradas, marrones y verdes cuya especie y nombre era Decidueye. Su primer Pokémon capturado en Alola. El segundo un chacal azul y negro alzado en dos patas con picos de metal en sus cuatro patas. Ash entendió enseguida a lo que se referían por lo que, soltando su pierna del Pokémon dragón que la tenía entre sus fauces que gimió fastidiado, se lanzó a correr siendo guiado por el tipo Fantasma-Planta y su Pokémon Tipo Lucha más fuerte.

El ultimo era el Riolu que conoció en Sinnoh y con el cual terminó reencontrándose ya hace muchísimo tiempo. Cuando lo volvió a encontrar combatieron con todo, ya que para ese entonces ya era un Lucario y había entrenado duro para ese momento. Le tomó una larga batalla con Charizard para poder vencerlo, pero valió la pena pues terminó volviéndose uno de sus Pokémon más poderosos y confiables.

El junto a todos sus Pokémon llegaron más allá del bosque donde un gran establo a medio construir se encontraban reunidos la gran mayoría de los Pokémon de Ash, más de la mitad estaban reunidos en un punto específico.

-¡Tranquilos todos! ¡Esto no es un problema! ¡Cálmense ya chicos! -Dijo Ash intentando moverse entre la congregación de Pokémon para verla situación, encontrándose con algunos Pokémon suyos como Quilava, una Nidoqueen, el viejo Haunter con el que derrotó a Sabrina, un Arcanine, su ahora evolucionado Gigalith, una Vespiquen, un Tynamo que recibió de su buena amiga Elesa, Un Braviary, su Talonflame y su otro Legendario: Latias, la cual había conocido en Altomare y la que había sido un gran apoyo durante el comienzo desde ese accidente, les pedía que dejaran los nervios y que se calmaran, era no nada más que la eclosión de un huevo. El logro arrodillarse junto a su Charizard, su recuperado amigo Pidgeot, un Pupitar que fue aquella Larvitar que conoció durante su viaje por Johto y un pequeño Jangmo-o.

Frente suyo se encontraba una cama especial que construyo con la ayuda de Mewtwo para que la madre del huevo pudiera estar con su...bueno, su huevo claro esta. Ash miro como su mejor amigo, Raichu, le hacía compañía al residente más reciente de la isla, una Leafeon que cuidaba con cariño a su huevo que brillaba en intervalos de pocos segundos dictando que faltaba poco para que hubiera un nuevo miembro en su peculiar y disparejo grupo.

-Ya falta poco, espero que nada malo le haya sucedido -Dijo preocupado Raichu acomodándose un poco más cerca de la Leafeon que reaccionó ronroneando cariñosamente ratón de rayo aun sin quitar la vista del huevo. Ash en uno de sus viajes a una isla cercana para comprar sus víveres se topó con una herida Leafeon que se aferraba desesperadamente a su huevo y, gracias a su habilidad de entender y transmitir sus palabras a los Pokémon que ganó durante el arduo entrenamiento que tuvieron su Lucario y el, logro convencer a la tipo planta sobre ir con el para ser tratada y cuidada junto a su huevo. Lastimosamente en la isla donde se encontraba no había Centro Pokémon o algo parecido, por lo que solo Ash fue capaz de darle cuidados a la Pokémon y su descendencia con seguridad.

-Tranquilo amigo, hay que tener fe -Mencionó Ash intentando tranquilizar a su Pokémon inicial, pero también intentaba calmarse a sí mismo. Según supo por palabras de Leafeon ella había sido atacada por unos niños curiosos que no sabían que tipo de Pokémon era ella, era bastante lógico ya que Ash la había encontrado en el Archipiélago Naranja donde los Pokémon de otras regiones era medianamente desconocidos por sus habitantes, y siendo unos niños tuvieron ganas de ver que tipo de Pokémon era ella. Leafeon había llegado allí colándose en un barco para buscar nuevos horizontes luego de que su pareja hubiera sido capturado poco después de haber concebido su huevo y había terminado en aquella isla.

El asunto es que aquellos niños lograron dañar un poco la cascara del huevo y era un temor que tenían todos y era que el aun no nacido Eevee naciera con algún tipo de problema. Por ello era el agite de algunos y de porque casi todos estaban ahí para presenciar el nacimiento y cerciorarse que el no nacido nazca bien.

-Si Raichu...no te estreses...en verdad te agradezco por preocuparte por algo que no tiene nada que ver contigo...Raichu -Halagó en voz baja Leafeon al Pokémon de rayo que se sonrojó tímidamente ante las palabras del tipo planta. Desde que Leafeon había llegado a la isla, Raichu se había sentido raramente unido a ella y siempre aprovechaba cualquier tiempo libre para estar con ella e incluso se levantaba muy temprano para hacerle compañía a la Pokémon tipo Planta y vigilar junto a ella el huevo. Ash sabía muy bien que su amigo tenía un fuerte flechazo con Leafeon, creyó recordar que él lo llamo que podía ser su Soulmate, no sabía que era pero aun así a Ash le inquietaba que eso podía ser posible, él no era un criador así que no podía decir con seguridad si Raichu y Leafeon eran de la misma categoría de crianza, pero sabía que aunque fueran de diferente categoría Raichu seguiría mostrando una gran devoción a la Pokémon Eon.

-¡Ya casi está comenzando! ¡Ahí Viene! -Exclamó Bulbasaur casi en el frente de todo el grupo y todos fueron espectadores de cómo el huevo brillo de blanco con fuerza antes de tomar la forma de un pequeño Eevee que abrió sus pequeños ojos mirando a todos lados curioso pero encontró en su limitada línea de visión a su madre, cosa que hizo que sonriera levemente y que se acurrucara en ella. Latias quien era la que estaba más cerca y que le tocaba una importante tarea uso sus limitados conocimientos de las artes psíquicas en el Pokémon recién nacido tomándose su tiempo para revisarlo hasta que se detuvo y mirando a todos los demás asintió con una sonrisa sacando un suspiro de alivio colectivo entre Ash y sus Pokémon.

El pequeño no tenía ningún problema. Ahora era el tiempo en que la madre debía darle alimento directo a su hijo, por lo que todos se fueron tanto como a la playa o a otro lado de las pequeñas formaciones de árboles de la isla o a sus respectivas zonas en aquel establo dándole privacidad a Leafeon, a su Eevee y a Raichu quien era permitido por la tipo planta. Ash les dio su espacio al igual que sus otros Pokémon y giro la vista enfocándola en un Pokémon en particular.

-Mewtwo, buenos días -Saludo Ash mientras se acercaba al árbol en donde sobre una rama descansaba de brazos cruzados el Pokémon Genético junto a un soñoliento Gliscor que colgaba boca abajo de la rama, abajo en la planta del árbol estaba un completamente dormido Snorlax, un relajado Sceptile y un Glalie que masticaba una baya que le saludaron en diferentes estilos. Ash extendió su mano para chocar suavemente con la mano de Mewtwo que sonrió de medio lado.

-Te ves calmado, Ash.

-Claro que lo estoy, tenemos otro amigo entre nosotros y lo mejor es que no tiene algún daño. Tengo que ir a buscar más suministros y quizás conseguir más comida para los demás.

-Ya veo. Eso me recuerda, hoy vendrá de visita Kyogre y quizás te traiga más tesoros perdidos de lo profundo del mar.

-Aun no entiendo porque me trae todas esas cosas pero me ayuda mucho, yo no trabajo y no tengo mucho dinero aun cuando gane una buena suma cuando terminó la liga Kalos y lo que reuní en Alola. En serio ¿Por qué hace eso?.

-Yo le pedí ese favor a Kyogre pero no le prestes atención Ash, no olvides que has hecho muchas cosas por los Pokémon, en especial con los Legendarios. Muchos realmente te ven como alguien digno e incluso te ayudarían sin pensarlo dos veces.

-Sí...pero eso no evitó que me quitaran a mi madre -Confeso Ash con voz triste mientras apartaba la mirada. Mewtwo con pena poso su mano en el hombro de su entrenador intentando darle confort. Sceptile y Glalie que miraban a su entrenador conversar con el pokémon artificial bajaron la mirada con pena. Aun con haber pasado tres años desde ese suceso, Ash aún no lo superaba pero no se le podía culpar realmente.

Fue cuando Ash tenía dieciséis años y acababa de volver de la región de Alola, Ash había regresado a Pueblo Paleta pensando en tomar el reto de Kanto nuevamente, ya que había oído que los Líderes de Gimnasio habían mejorado bastante. Pero no pudo ser debido a cierto accidente. Un ataque masivo del Team Rocket. Ash había interferido accidentalmente en muchísimos planes del Team Rocket a lo largo de sus viajes, lo cual había causado que Giovanni se enfadara y decidió a dar un mensaje para quienes se meten con el Team Rocket pagaran caro, él envió a muchos de sus subordinados a Pueblo Paleta para que comenzara un ataque masivo e inesperado. Y se cumplió.

En un momento Pueblo Paleta estaba en buen estado para que de un momento a otro se encontrara envuelto en llamas y explosiones. Y Ash lo perdió todo en ese momento. Muchos perdieron en aquel día. Pero el perdió mucho más y eso fue su querida madre. Pero lo que se llevó la medalla del asunto fue la muerte del Profesor Samuel Oak.

La noticia de la muerte de un reconocido investigador Pokémon fue difundida a un nivel mundial. Y saber que él tuvo que ver hizo que fuera reconocido en muchas ciudades de Kanto, el Archipiélago Naranja, Johto, Hoenn, Sinnoh, Unova, Kalos y Alola fue un duro golpe. Lo peor fue que en las secuelas de los daños, los habitantes de Pueblo Paleta enojados arremetieron ante Ash y decretaron una ley en la que se le prohibía regresar a su ciudad natal para siempre. Fue tal golpe y el temor a la reacción de Gary y de todos a quienes conocía que Ash decidió tomar todos sus Pokémon recolectados en los viajes, libero a casi todos sus Tauros quedándose nada más con su Tauros predilecto y su compañera, tomo el dinero que había recolectado junto a todas sus pocas pertenencias además de las de su madre como su álbum de fotos, que saco de los restos de su casa quemada, también se llevo a Mr. Mime que ha sido de mucha ayuda en la actualidad, destrozó su Pokédex para evitar que lo rastrearan y escapo a un destino indefinido.

Después de vagar por algunas tierras lejanas del Archipiélago Naranja por semanas fue encontrado por Mewtwo y Latias junto con algunos amigos Pokémon que hizo durante sus viajes atraves de las regiones tales como Riolu, Larvitar, Snover, Bagon, Hippopotas, los hermanos Pichu entre algunos otros y terminaron en la isla del destino en la cual con ayuda de sus Pokémon construyo una pequeña casa tanto para el como para sus Pokémon.

Y ahí lo tienen, tres años después, aun sufriendo. Aun sin poder perdonarse. Aun sintiendo culpa por algo que el no hizo.

El sentía mucha vergüenza, tristeza, ira, dolor y muchísima culpa ante lo sucedido. Mewtwo miles de veces le ha dicho que el no tenía la culpa, el suceso estaba fuera de sus manos, que en verdad era una pena sobre lo que le sucedió a su madre ya que los Pokémon de Ash siempre recordaban con anhelo y tristeza a Delia Ketchum demostrando cuan buena mujer fue como también lo que le sucedió al Profesor Oak. En verdad no fue culpa de Ash. Pero él no lo creía, la culpa carcomía su corazón y en algunas ocasiones tenía pesadillas ante esos recuerdos. Es por ello que Ash literalmente se metió en el exilio y aun cuando batallaba casi todos los días con sus Pokémon y les entrenaba para ser más fuertes e incluso batallaban contra algunos de los Pokémon Legendarios visitantes que llegaban a Isla Destino, él no tenía el deseo de entrar a una Liga Pokémon y competir para cumplir su sueño de ser el mejor.

La culpa le retenía lo cual causaba tristeza a sus Pokémon ya que los más antiguos aun recordaban al niño de diez años que abogaba que iba a ser Maestro Pokémon con tanta devoción

-(Ash...no fue tu culpa) -Pensó Mewtwo en silencio mientras veía a su maestro dar varios pasos a dirección de su casa para tomar el desayuno, el cual ya le hacía falta. Era mejor dejar solo a Ash para que pensara, Mewtwo realmente deseaba que su maestro dejara la culpa y que fuera como era antes, aquel humano que cambio su perspectiva de la humanidad en general. El humano que lo salvo de la autodestrucción. Pero eso no podía ser posible. Quizás deba de ir en búsqueda de consejo de alguien más sabio, tal vez Lugia o Uxie o también Arceus pero solo el tiempo lo diría. A veces, los cambios trascendentales ocurren por la intervención del destino y con un poco de ayuda de la suerte, por lo que muchas cosas podían pasar.

Sin que el o ninguno de los habitantes de la isla lo supiera, la ayuda que tanto deseaban ya estaba en camino. Una mujer de cabello rubio que se encontraba sobre un Milotic miraba como a lo lejos se alzaba una pequeña isla, ella sonrió con esperanza, esperando que finalmente haya encontrado al entrenador que ha estado buscando por mucho tiempo y que necesitaba con urgencia. Y que secretamente quería desde el momento en que se encontraron aun cuando el era mucho más joven. Eso no le importaba. Pero quizás ahora sea tiempo de relacionarse más con aquel entrenador que ha estado buscando por un cierto tiempo. La Campeona de Sinnoh sonrió suavemente mirando al horizonte, espera encontrarse con el casi desaparecido Ash Ketchum.

Pero no estaba sola, desde el cielo una luz naranja la seguía, era un joven de cabellos negros y ojos azul grisáceo sobre un Charizard. Ash lo había salvado de volverse un criminal, y lo ayudo a vencer al Team Flare, cosa que hizo que abriera los ojos. Ahora el tendría que abrirle los ojos a su amigo, el, Alain, tendría que hacer que Ash Ketchum volviera de su destierro. Bajo suyo una rana bípeda corría por sobre el agua a gran velocidad, con el mismo objetivo que los otros: Encontrar a Ash.

No podían esperar para volverlo a ver. No podían.

¡To Be Continued!


¡Listo!

Aquí termina el primer capitulo, espero que les haya gustado. Este capitulo estaba muy bien escrito, así que solo cambie unas cuantas cosas y agregué otras más. No tengo mucho que decirles, salvo que la próxima actualización probablemente sea el próximo año, pero intentare hacerla antes de que termine el año. Así que ahora sin más que decir me despido de ustedes.

Hasta la próxima vez que nos leamos.

Atte: Takeshi Jaegerjaquez...