Disclaimer: ¿Acaso ven que más personajes de los libros aparezcan en la serie? ¿No verdad? Así que obvio HTTYD no es mío.

Aclaración: Respuesta #1 al Reto #8 de Caldo Toothcup para el Alma.

Requisitos: Momento Toothcup + objeto + lugar.

Siendo sincero, me habría gustado escribir algo más largo, pero como estoy haciéndole desde un celular y sigo de vago por la carretera pues es muy difícil escribir mucho más. De todos modos, espero sea de su agrado, ya que lo escribí en un momento de reflexión (de esos que te dan después de que sobrevives al envenenamiento por la comida que venden en las autopistas).


Capítulo Uno

Manos amables


A Toothless le gustaban las manos de Hiccup. Eran del tamaño correcto, suaves a pesar de su trabajo como herrero y las manejaba tan cuidadosamente como le era posible.

Las manos de Hiccup servían tanto como para levantar un tarro lleno de hidromiel como para someter dulcemente a un enorme dragón a punta de deliciosas caricias. Toothless se proclamaba seguido que Hiccup podría acariciar a otros, pero eran sus escamas las que prefería por sobre todas. Era fantástico (y orgásmico) cuando Hiccup conjuntaba sus prestas manos con un cepillo de cerdas gruesas y suaves para cepillarle. Eran esos momentos en los que Toothless podría dejarle hacer con él lo que quisiera sin oponerse.

Eso le asustaba un poco.

A veces le sorprendía la facilidad con la que se sometía a los deseos de Hiccup. Si bien tampoco renunciaba a los suyos se daba cuenta que siempre giraban en torno al jinete. Incluso llegaba a pensar que el único atado era él.

Eran en esos momentos de reflexión que pensaba que las manos de Hiccup ya no era amables y libertadoras, sino que se convertían en un arma para esclavizar y manipular.

Y eso sí le asustaba demasiado.

No sabía hasta qué punto podría caer ante él o si ya había caído desde que le permitió tocarlo.

"Hey, Tooth, ¿estás bien? Te noto ausente", comentó Hiccup al notarle la mirada perdida. Estaban en los establos de su base en la nueva isla completando su rutina de higiene.

Toothless negó y fingió recuperar su habitual expresión desenfadada.

"Ya, ya, dragón loco, no me babees antes de tiempo o no te cepillaré nada".

Eran esos comentarios los que le dejaba las cosas claras a Toothless.

Podía ser un Night Fury. Un dragón temible y habilidoso. Podía ser todo, pero quedaba reducido a nada al toque de las manos de Hiccup.