NOTA: Winx Club no me pertenece.

La frondosidad del bosque ahoga el ruido de unos pies desnudos que corren sobre una capa de hojas secas y fango. Es de noche y apenas se ve nada, pero ella se sabe el camino de memoria. Sigue recto un poco más, tuerce a la derecha y entonces tropieza con una gran raíz que sobresale en medio de la verde espesura. Reprimiendo un grito, se levanta en un intento de continuar la carrera. Le duele mucho el tobillo, mas no se detiene. Su misión es mucho más importante que todo eso.

Sin dejar de correr, le echa un vistazo al objeto que cuelga de su cuello y le golpea el pecho a cada paso. La llave no es más grande que su propio pulgar y, sin embargo, su valor es tan inmenso que puede llevar a la guerra a naciones enteras.

Ella reza una oración en silencio a fin de que la proteja de las temibles sombras que la persiguen. Y entonces, como si el destino se hubiera compadecido de ella, ve la luz detrás de los últimos árboles. Ignorando los pinchazos y el cansancio acumulado, aumenta el ritmo. El camino se acaba poco después y consigue alcanzar el claro.

Allí la luna brilla con más fuerza. Ella se detiene, quiere examinar bien el terreno antes de reanudar su precipitada marcha. El sonido de las aguas chocando contra las rocosas paredes del acantilado le indica que se encuentra cerca del mar y, por lo tanto, que no tendrá que utilizar sus piernas.

-¿Ya te has cansado de correr?

La voz brota de repente y su cuerpo se estremece. Las sombras del bosque cobran forma, revelando las siluetas de tres hombres. Uno de ellos, el que había hablado, se le acerca peligrosamente. Tiene el pelo rojo como la sangre y la piel tan blanca que podría confundirse con un muerto.

-No deis un paso más, señor. Os ruego que me permitáis marcharme.

Está muy asustada y él parece haber olido su miedo.

-Tranquila, bonita.-el hombre le aparta con cuidado un mechón y se lo coloca detrás de la oreja-No vamos a hacerte daño. Solo queremos la llave.

Los otros dos asienten. Aun así, sus semblantes continúan amenazadores.

-Ven con nosotros y no te pasará nada. Sabremos cómo recompensarte.

Ella retrocede. No se fía. Sus pies se van elevando hasta que deja de tocar el suelo. Volar será su salvación.

-¿Qué crees que estás haciendo?-otro de los hombres, el que lleva un sombrero de ala ancha, la obliga a bajar con una especie de hilos que aprisionan sus muñecas.

-Esa no ha sido una buena idea.-dice el del pelo rojo-Usar tus alas no forma parte del trato.

Su captor la arroja violentamente sobre la hierba. Es tan alto que su cuerpo tapa la luna.

-Dejadme ir, señor. Yo no tengo nada que sea de vuestro interés.

-Oh, ambos sabemos que eso no es verdad.-el primer hombre se coloca detrás de ella-No quería tener que llegar a esto, pero supongo que al menos te enseñará a obedecer.

Ella nota las manos ásperas del hombre sobre su espalda. Están frías y al instante una oleada de dolor comienza a extenderse por la zona del nacimiento de las alas. El efecto es rápido y cortante, igual que un cuchillo.

-Un hada que no es capaz de volar es como un día sin sol.

Y entonces algo se resquebraja. Sus alas, antes grandes y hermosas, se vuelven tan débiles que acaban por romperse en mil pedazos brillantes.

-Entrégame la llave.

Mas ella ni siquiera le escucha. El tormento la hace retorcerse en el suelo mientras contempla cómo el paisaje se torna borroso.

-Acércate, Duman. La llevaremos con nosotros.

El tercer hombre se coloca junto a ella. Los otros dos se alejan caminando en dirección al bosque.

-Nunca he visto un hada como tú.-explica-Me quedaré contigo cuando les des la llave.

La locura que destilan sus ojos amarillos la hace temblar. Tiene que escapar cueste lo que cueste.

No puede volar, no puede correr. Dirige la vista hacia la azul inmensidad que se extiende al fondo de la explanada.

-Ponte en pie, bonita. Es la hora de irse-le ordena

Ella hace acopio de sus últimas fuerzas y lo aparta de una patada. Sorprendido, el tal Duman se lleva las manos a la boca del estómago.

Aprovechando la confusión, se levanta del suelo a duras penas y corre hacia el acantilado. El viento le agita los cabellos y la tela del vestido.

-¡Eh, vuelve aquí!

El grito de Duman se vuelve un susurro lejano. Ella se ha precipitado hacia las aguas.


La dama verde será mi próximo fic de capítulos. La historia está todavía en proceso, por lo que me gustaría dejar claro desde este momento que las actualizaciones no serán inmediatas. En este fic habrá referencias a diversos personajes de la serie, en especial a aquellos que aparecen en la cuarta temporada (lo aviso ya por si hay alguien que no la haya visto aún). Como habréis podido observar, el mundo de las hadas y sus leyendas serán el tema principal. En fin, solo he escrito este último párrafo para comunicaros que me tomaré las cosas con calma y que espero que disfrutéis de la historia.